29 ¡Me niego a tratarlo!

Todo el mundo se congeló al oír lo que dijo Qin Yu.

Incluso Yan Ruoxue lo miró con asombro. Por lo que ella recordaba, él era una persona que rara vez perdía los nervios.

Sin embargo, se rió a carcajadas. Parecía que estaba muy satisfecha con la reacción de Qin Yu.

—Mocoso, ¡¿qué acabas de decir?! 

Al escucharlo, el tío Wu inmediatamente entró en un ataque de ira.

El hombre bajo su mando se adelantó y dijo con un tono de voz frío: —¿Sabes quién es el señor Wu? ¿Cómo te atreves a hablarle de esa manera? 

Al oír eso, Qin Yu los miró con indiferencia y replicó: —Ya le dije que su estatus y posición no tienen nada que ver conmigo. Le advertí sobre su dolencia por la bondad de mi corazón, pero tu actitud me disgusta. Me niego a tratarlo, así que lárgate. 

Al oír eso, el hombre bajo el mando del tío Wu se enfureció al instante. Dio un paso adelante mientras advertía con voz fría: —¡Trate al señor Wu ahora mismo o te mataré!