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Anomalia

Unos minutos antes de los sucesos en la residencia de la tercera esposa , en medio de la conversación entre el patriarca, el emperador y el jefe del clan del norte, la llegada repentina de Kasir junto con Sara y Danis captó la atención de todos en la sala. El emperador, que aún residía en la imponente mansión del clan Yamada por razones de seguridad, se giró hacia ellos con un gesto de sorpresa y curiosidad.

El patriarca Kure, con la preocupación marcada en su rostro al ver a su hija Sara en pijama, se acercó y se arrodilló frente a ella. —¿Qué ocurre, Sara?—, preguntó con voz dulce y llena de preocupación.

Sara, visiblemente alterada, respondió con voz entrecortada: —No sé, padre. Solo fui escoltada de mis aposentos por el guardia menor Danis. Solo pude ver cuerpos. Lo que sí sé es que Retzu está involucrado. Eso es lo que pude escuchar del guardia menor Danis—.

La mirada del patriarca se posó en Kasir, el guardia mayor. —Hubo un intento de asesinato hacia la joven señorita en su residencia, en el proceso siete de sus sirvientas perdieron la vida en el ataque—, informó Kasir con su grave voz .

Antes de que Kasir pudiera continuar, la atmósfera en la sala cambió abruptamente. Un estallido de aura de comenzó a a depender el patriarca Kure, haciendo que la sala temblara ligeramente y las grietas se formaran en las paredes. —¿Quién se atrevió a intentar matar a mi hija?—Su aura era tan abrumadora que Sara cayó de rodillas al suelo y Danis luchaba por respirar todos los guardias sintieron su aura abrumadora el estaba a otro nivel , mientras todos en la sala se veían afectados por el poderoso despliegue de energía.

Los guardias del emperador se pusieron en alerta, preparados para cualquier eventualidad, pero el emperador levantó la mano en señal de calma. Kure Al ver el sufrimiento de su hija, hizo un esfuerzo para disminuir su aura, consciente del daño que estaba causando.

—Kasir, ¿sabes quién es el responsable de esto?—, preguntó Kure con algo de espectácion.

—Tras mis investigaciones, sospecho que la tercera esposa está detrás del intento de asesinato—, respondió Kasir. Antes de que pudiera terminar, Kure preguntó por Retzu. Kasir relató cómo Retzu había solicitado su ayuda y cómo había sometido a algunos asesinos de élite, destacando las habilidades excepcionales del joven.

—Señor, hay algo más que debo informarle—, agregó Kasir con seriedad. —Retzu se dirigió hacia la residencia de la tercera esposa—.

Mientras tanto, Jiro estaba entrenando con su espada, recordando la pelea que casi le costó la vida. De repente, sintió una poderosa aura, pero esta vez era del patriarca del clan. Corriendo hacia la sala donde estaba su padre , escuchó los preparativos y vio cómo Kure convocaba al líder de la sala penal, una entidad que solo el patriarca podía ordenar, para impartir justicia. Los hijos del patriarca también llegaron, sintiendo el aura de su padre. Uno de esos hijos era el cuarto joven maestro, hijo de la tercera esposa, Jane.

Todos en el clan entraron en alerta cuando la sala penal entró en acción y se dirigieron hacia la residencia de la tercera esposa.

Sara estaba rezando porque su hermano se encontrará a salvó .

todos estando de camino se escuchó una explosión que resonó a lo lejos y la casa de la tercera esposa se iluminó con un fuego como el infierno. Cadáveres yacían esparcidos por todas partes , testigos mudos de la tragedia que había hecho una sola persona.Entre las llamas, solo se distinguían dos figuras vivas: una arrodillada y la otra sosteniendo una espada envuelta en llamas negras.

La mirada desesperada en el rostro de la tercera esposa era palpable mientras volteaba y veía a su hijo gritando: —¡Mamá, no!— Jane se giró hacia Retzu con súplica en los ojos, rogándole que no frente a su hijo . Pero Retzu levantó su espada y con un movimiento certero le voló la cabeza, ante la mirada horrorizada de la directiva de la sala penal y todos los presentes.

Un silencio aterrador se apoderó del lugar, roto únicamente por el desgarrador grito del cuarto joven maestro, quien cayó al suelo llorando desconsoladamente ante la brutalidad presenciada. Era espeluznante ver cómo aquel joven quitaba una vida sin el más mínimo rastro de remordimiento en sus ojos y sin miedo a las autoridades que presente.

Cuando Retzu pasaba frente al patriarca, este lo miraba con cara atónita. Retzu rompió el silencio diciendo: —Yo cumplí mi parte del trato, tú no cumpliste la tuya—.

Dos días pasaron después del incidente en la casa de la tercera esposa, donde la sala penal llevó a cabo una exhaustiva investigación que resultó en 134 ejecuciones por estar implicados en el intento de asesinato a la joven señorita.

El emperador fue escoltado a la capital real, ya que el imperio de Suru oficial mente había entrado en guerra con la nación de Minrra. El clan del norte se retiró, pero antes de hacerlo, Retzu recibió una visita inesperada de Jiro.

Sin rodeos, Jiro observó el estado de Retzu y le dijo: —Es algo impresionante. Pensé que yo era el más fuerte y el más bendecido de mi generación, pero al verte a ti, pude ver mi arogancia eres un muro que aún no he escalado—.

Retzu, sin mirarlo a los ojos, respondió: —Si vienes a buscar auto-satisfacción, puedes irte—.

Jiro continuó: —Desde el incidente en el bosque, solo he tenido muchas dudas. ¿Cómo sabías lo que iba a pasar en el bosque? ¿Por qué me susurraste que fuera a un lugar específico? Sabías que el salaid estaría allí. ¿Acaso puedes ver el futuro? —.

—Solo fue intuición—, respondió Retzu.

—No. en este caso no fue intuición —respondió Jiro.

—Te contaré algo, Retzu—, comenzó Jiro.—Como todos saben, participé en la revuelta en Dakos. Era un escenario lleno de caos y destrucción—, Interrumpiendo, Retzu dijo: —Sí, es lo normal es lo que pasa en toda las guerra, ¿Qué tiene eso que ver conmigo?—.

—Algo más allá de la lógica sucedió en Dakos—, continuó Jiro con seriedad. —Una entidad fue invocada y con facilidad consumió todo a su paso. En un abrir y cerrar de ojos, la ciudad entera fue barrida, reducida a escombros y cenizas solo unos pocos pudimos sobrevivir tu y esa entidad tienen algo en común —sororendiendo a Retzu con esa revelación .

—Aun no comprendes, Retzu .Fui seleccionado como uno de los héroes destinados a detener el gran Cataclismo que se avecina, una tarea de proporciones divinas en la que se nos confió la misión de proteger este mundo. Se me otorgó un sistema que me permite percibir las razas y las conexiones de las personas con este mundo. Sin embargo, cuando te observo, no encuentro nada de eso. Es como si estuvieras fuera de los límites de este sistema, como si fueras una anomalía que no encaja en las categorías establecidas por los dioses. Cuando intento analizarte a través de los datos del sistema, solo encuentro errores y contradicciones, lo que sugiere que tu existencia está más allá de las normas y las leyes divinas que rigen este universo. Eres un enigma, Retzu, una fuerza inexplicable que desafía toda lógica —.

Que eres tú exactamente?.