Lo que no se puede cambiar
Había una vez, un príncipe que fue bendecido con la habilidad de poder ver el futuro.
Una noche, mientras el príncipe dormía, soñó con una hermosa princesa que lucía un vestido largo de color rosa que lo apuñalaba mientras se celebraba una fiesta en el castillo.
Cuando la noche se esfumo y el día gobernó el cielo, el príncipe despertó y le pregunto a su padre, el rey, si este tenía planeado realizar una fiesta pronto. "Tenía planeado celebrar uno pronto, ¿Tu habilidad revelo algo grave?" preguntó el rey a su hijo angustiado.
"Todo saldrá de maravilla, padre" respondió el príncipe con una sonrisa en su rostro diciendo que todo estaría bien. Un día antes de la celebración, solicito la lista de invitados. En aquella lista, podía ver a muchas personas de iban a asistir, también logro ver a aquella princesa que lo mataría.
La noche esperada llego, el entusiasmo de las personas lleno el lugar mientras todos bailaban y festejaban.
El príncipe sentía que el momento llegaba, y se dirigió al lugar donde moriría. "Espere este día con ansias" dijo el príncipe que estaba sentado mientras escuchaba los pasos de la princesa entrando a la sala donde él se encontraba.
"Nadie quiere morir porque no saben lo que hay después de esa misteriosa puerta. Pero estoy aquí, impotente de poder escapar y dispuesto a morir".
La princesa miro la parte de atrás de la cabeza del príncipe, "¿Por qué?" fue lo único que pudo preguntar la princesa. Ella al igual que todo el reino, sabían que el príncipe podía ver el futuro. Entonces, ¿Por qué este decidió aceptar su muerte en lugar de cambiarlo?
Como si el príncipe le hubiera leído la mente dijo: "Puedo ver el futuro, eso todo el reino lo sabe... pero, ver el futuro no me da el derecho a cambiarlo. Solo puedo hacer que se haga realidad"
La princesa miro con lágrimas en los ojos al príncipe. No podía entender como él estaba tan tranquilo ante la revelación de que iba a ser asesinado y más cuando el momento había llegado. Ella no quería aceptarlo, sin embargo, no puedo evitarlo, el príncipe y ella sabían que el moriría en este día y en ese mismo lugar. ¿Podría cambiar este destino? se preguntó a sí misma.
"No puedes cambiarlo" respondió el príncipe.
"Lo siento... en verdad lo siento mucho..." dijo la princesa mientras derramaba lágrimas. "Está bien, ninguno quiso esto. Es solo algo que se decidió, ahora debemos realizar eso y entonces terminara" el príncipe volteo para mirar a la princesa mientras decía eso, extendió una de sus manos al rostro de la princesa para lugar rozar su mejilla.
La princesa se sintió aliviada ante ese gesto. "Si hago esto, ¿Lo poder reclamar?"
El príncipe asintió con la cabeza, la princesa se secó las lágrimas y empuño la cuchilla que tenía oculto en su vestido.
En el momento siguiente, se escuchó algo cayendo y manchando el suelo con un tono rojo, era la sangre del príncipe. "Lo has hecho bien, princesa..." dijo con su último aliento antes de desplomarse al suelo y morir.
La princesa logro escapar con éxito, la fiesta termino y la princesa se retiró entre la multitud.
Eran las seis de la mañana, pero aun así la princesa se acostó y durmió. En su sueño, pudo ver una figura familiar.
"A partir de mañana, ya podrás ver el futuro. Recuerda lo que te dije, no cambies nada, solo realízalo." dijo la figura sin mirar hacia atrás.
"Así lo hare." dijo la princesa.
"Nos volveremos a ver en ese lugar" dijo el príncipe mientras señalaba hacia una puerta con varias personas esperándolo afuera. Viendo más de cerca, pudo reconocer el rostro de un rey que también pudo ver el futuro, pero que no murió a manos de nadie, haciendo que el príncipe herede su habilidad en cuanto nació.
"Nos veremos pronto..." respondió la princesa agitando de lado a lado su mano mientras veía la figura del príncipe desaparecer hacia esa puerta.
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