No quiero centrarme en qué pasó antes de ese día, porque no tiene tanta relevancia.
Nos conocimos a través de una aplicación para conocer a gente, y hablando y hablando, conectamos.
Sin embargo, por causas del destino o casualidades de la vida, hubo dos intentos en los que podríamos habernos visto antes, pero nuestro tiempo no llegaba.
Se hizo de rogar, pero valió totalmente la pena.
Preparamos rápido y corriendo la escapada uno o dos días antes, mirando autobuses, modos de llegar, etc.
Después de un poco de debate en qué hacer y cómo hacerlo, nos decidimos porque él fuera en autobús a medio camino y yo en coche, ya que quería llevarle a un lugar específico.
Ya en ese momento tenía la necesidad de enseñarle algo especial para mí, abrirme a él sin siquiera conocerlo de verdad.