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CAPITULO VIGÉSIMO TERCERO: LA ÚLTIMA BATALLA DE FEMINYS

1

Linnet recibió los impactos de bala, casi sin inmutarse. Su bella camisa blanca se encontraba terriblemente rotosa. Logré sacar a los niños del carruaje y pude llevarlos detrás de este al mismo tiempo que observaba la pelea. La manga, del brazo derecho de Linnet, se encontraba completamente rota y su brazo estaba expuesto, era un brazo delgado; pero musculoso. También un costado de su camisa estaba roto, al parecer estaban peleando a todo o nada.

Le pregunté a uno de los pequeños que había pasado y él me contó todo lo sucedido.

2

"Íbamos en el carruaje, con la enfermera Mary y un oficial de policía, estábamos todos aun tristes por la muerte de nuestros padres; pero pensábamos que ver a nuestros tíos nos ayudaría en algo, hasta que cruzamos por este callejón. En ese momento la enfermera Mary sacó un cuchillo, o algo así, y asesinó al oficial enfrente de nosotros. Tomó su arma y le disparó al cochero. Los caballos se asustaron mucho, quizás más que nosotros, e hicieron volcar el coche. Me asusté mucho señor. A pesar del vuelco, la enfermera Mary, se levantó con el arma en su mano y cuando nos iba a… a…"

El chico comenzó a llorar debido a la pena y el terror que sentía; pero la hermana menor, aun sosteniendo el oso, continuó con el relato.

"Iba a matarnos cuando oímos el sonido de un disparo que desarmo a la enfermera Mary. Vimos que era esa señora de curiosa vestimenta. Vino a salvarnos como los príncipes en los cuentos de hadas. La enfermera Mary le dijo muchas groserías a la señora y ella le exigió que se alejase de nosotros, en respuesta, la enfermera Mary salió del carro y ambas señoras comenzaron a pelear, la enfermera Mary rasgó las ropas de la señora con su cuchillo pequeño y ahora se encuentran peleando ¿esa señora es una ángel mandada por mami?"

- Algo así pequeña- le respondí conmovido por su inocencia- algo así

3

Linnet se quedaba parada, con una ancha sonrisa, dejando que Feminys gastara sus balas en ella.

- ¡Muere perra!- gritaba Femninys fuera de sus cabales- ¡muere de una vez!, ¡¿Por qué no te mueres?!

- Porque yo ya estoy muerta- le respondió Linnet apareciendo en frente de Feminys, con un susurro, añadió- y pronto tú también lo estarás

Feminys gritó, al ver a la Exploradora de Grumsier tan cerca de ella. Tiró el arma al suelo y sacó su bisturí, la última batalla de Feminys estaba por concluir.

4

Feminys intentó acuchillar a Linnet; pero ella esquivó el ataque y le dio un golpe en el rostro, Feminys se tambaleó un poco; pero no soltaba su bisturí

- ¿Eres la infiltrada de Explorer?- le preguntó Linnet con severidad

- No sé de quién hablas; pero yo trabajo sola- le contestó Feminys- esos dulces niños dormirán en tiernos ataúdes esta noche y tú, perra, no podrás hacer nada para detenerme

- ¿Cómo piensas eliminarme si con unas balas no pudiste hacerme daño?- la provocó Linnet sonriendo de forma maliciosa

- No siempre lo hacen, he salvado a varios pacientes que tenían heridas de balas, te sorprendería cuantos no parecía importarles; pero una puñalada- dijo Feminys asestándole una puñalada a la Exploradora de Grumsier, con otro bisturí oculto en la manga- es algo distinto

- ¡Linnet!- volví a gritar

Ella tenía el bisturí clavado en el estomago. Su rostro reflejaba sorpresa, Feminys tenía una sonrisa triunfal en sus grotescos labios. La expresión de sorpresa cambio a una autentica risa de satisfacción. Linnet la tenia donde quería.

Feminys intentó sacar el bisturí; pero no pudo, estaba trabado en el cuerpo de la Exploradora, el cual ya había sanado rápidamente, Linnet sujetó la mano de Feminys y, con una fuerza sobrehumana, le rompió la muñeca. La asesina gritó mientras la Exploradora la miraba con aire triunfal.

- ¿A cuántos mataste solo por tu envidia y deseos de poder Mary Johnson?, ¿Cuántos sufrieron por tu culpa?, hoy sufrirás tu castigo- sentenció Linnet a la vez que se sacaba el bisturí del cuerpo y lo tomaba con su mano izquierda, sosteniendo la muñeca de Feminys con la derecha.

Feminys gritó de furia e intento apuñalarla con su otro bisturí; pero Linnet soltó su muñeca rota y le tomó el brazo, sin siquiera dudarlo, se lo rompió. La asesina gritó de dolor y furia. La Exploradora, con el bisturí que había asesinado a cientos de personas en los últimos meses, apuñaló el estomago de Mary Johnson, la asesina Feminys, y lo abrió. Los intestinos salieron de su estomago, la asesina emitió unos gemidos roncos al igual que dolorosos. Cayó al suelo de rodillas viendo como sus tripas salían de su estomago para caer en el pavimento, en esa horrenda agonía fue que Feminys murió.

5

Todo había terminado. La asesina de mujeres ya no existía. Los niños, a mi lado, estaban aterrados; pero Linnet les habló de una forma directa y, a la vez, cariñosa, sin dejar de ver el cuerpo de la asesina.

- Tranquilos niños, ahora todo está bien, hay unos oficiales a la vuelta de la esquina, vayan allí que los adultos tenemos que hablar- hubo un tono sombrío al finalizar dicha palabra que me hizo temblar en mi interior

Los chicos asintieron y corrieron a donde les había dicho la Exploradora. Estaba asustado de verdad, nunca, en toda esa semana, le había visto así, ni oído así. Sin querer acercarme; pero haciéndolo de todas formas, corrí a donde se encontraba Linnet

- ¡Linnet por dios! ¿estás bien? – grité, me detuve delante de ella, no contestó mi pregunta. Solo vio al soldado muerto y me miró con un verdadero enojo, una ira inimaginable sería el mejor termino.

Luego pasó. Fue tan rápido que no tuve tiempo de reaccionar. Ella se acercó a mí y me abofeteó con tal fuerza que sentí como mi cabeza dio vuelta hacia un costado, la mejilla quedo roja de inmediato; pero aquel golpe no fue tan doloroso como lo que ella dijo en ese momento

- ¡¿Es que eres un hombre estúpido por nacimiento o te criaste en tontolandia?! ¡¿Sabías que tu estupidez acaba de costarle la vida a un muchacho que tenia familia pedazo de excremento andante?!, ¡de haber sabido que iba a contar con la ayuda de un tarado entonces hubiese pedido ayuda al retrasado de nuestro grupo que sabe obedecer una puta orden!, ese hombre esperaba un hijo John- gritó Linnet, o mejor dicho, habló con un tono de voz parecido al de un sargento debido a su cruel severidad- ¡nacería en el mes próximo y él ansiaba verlo cuando eso sucediese! ¡ahora está muerto por culpa de tu estupidez! ¡macho inferior!

Me golpeó otra vez, con más fuerza que la anterior, en su rostro se podía ver una furia que no solo me asustaba sino que también me obligaba a respetarla.

- ¡Todo tu mundo está en juego! ¡¿entiendes cabrón o tengo que dibujártelo con Unicornios y maripositas?! ¡si no puedes obedecer una puta orden entonces mejor será que te apartes! ¡inútil de mierda!

Me dio un fuerte puñetazo en el estomago y sentí su fuerza, era algo que nadie podría imaginarse, algo que no era para nada humano. Debido al puñetazo pude sentir la falta de aire, mientras intentaba recuperarlo, Linnet me dio otro puñetazo con fuerza en el ojo derecho, al punto de que sentí como este por poco no se iba hacia dentro de sus cuencas, me tambalee y caí al suelo. La Exploradora de Grumsier me observó y, solo por un momento, supe que iba a patearme; pero se contuvo.

- ¡No tienes derecho a ser tratado como un perro siquiera!, ¡inmundo animal! , si no me sirves entonces será mejor que te largues, no te preocupes por tu mundo, este sobrevivirá

- Preferiría que no- murmuré casi como un lamento, mi voz se había cortado y apenas si podía oírse, no sabía si era por la vergüenza, el enojo ante ella o la terrible tristeza de sentir mi corazón romperse en mil pedazos al ver como la mujer que amaba me trataba como basura, la última esperanza que tenia era que al verme así ella parase; pero en lugar de eso, Linnet me espetó

- ¡¿Qué dices?!, ¡habla más fuerte hombre estúpido!- en su voz había tal ira que cuando añadió algo que yo había dicho antes, fue que mi corazón se destruyo y mis esperanzas murieron- solo eres un pedazo de porcelana que se rompe al primer inconveniente

- ¡Dije que preferiría que este mundo se termine!- grité desesperado con lagrimas en los ojos, por primera vez en toda esa semana la confronté, incluso le expliqué porque ya no me importaba lo que le ocurriese a mi mundo- ¡¿por qué tendría que vivir en este mundo sin amigos ni nada por el estilo?! ¡mi padre muerto! ¡mi amigo Tim trabajando con un corrupto! ¡y tu atacándome como si fuese basura a pesar de que has dormido y comido en mi casa!, ¡¿que tengo en el mundo que pueda ser salvado?! , ¡quizás tu lo salves Linnet pero yo ya no tengo un mundo idiota!, ¡tú eras lo ultimo y este se acaba de derrumbar! ¡mi mundo murió! ¡salva el universo de los demás; pero ya no intentes salvar el mío!

Linnet se quedó callada y sorprendida ante lo que le dije, intento decir algo, quizás disculparse; pero no quería oírla. Con las pocas fuerzas que pude reunir logré levantarme y salir corriendo de allí. Corrí dando un llanto desconsolador muy similar a las que daban las doncellas en las novelas románticas. Llegué a casa y cerré la puerta con cerrojo, subí como pude las escaleras, al llegar a mi cama me recosté en ella colocando mi cabeza en la almohada continuando mi llanto durante toda la noche, un llanto al sentirme estúpido por haber querido a una mujer que no me respetaba, un llanto por sentirme utilizado por alguien a quien amaba y respetaba, un llanto por haber abierto mi corazón a un monstruo que me trataba como si fuese basura solo por ser de un genero inferior al suyo, un llanto al ver que no fui distinto de ella en el pasado, un asqueroso sexista. No supe a qué hora me dormí pero no tuve sueños esa vez. Estos habían muerto en aquel callejón junto a la asesina Feminys, siendo ellos su última víctima.