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Capítulo 1: El Cumpleaños de Lukas

Arco 1: Sombras de la Guerra

En una tierra sumida en la oscuridad de la guerra, un niño llamado Lukas celebraba su séptimo cumpleaños. La vida no era fácil para él y su familia, pero en este día especial, su madre y su padre hicieron todo lo posible para crear un ambiente cálido y amoroso en medio de las sombras de la guerra que se cernían sobre su familia. A pesar de las limitaciones y el temor que rodeaba su hogar, la esperanza brillaba en los ojos de Lukas mientras soplaba las velas de su pequeño pastel.

El pequeño hogar estaba iluminado por la suave luz de velas, pues la electricidad había sido interrumpida por los estragos de la guerra. El sonido de los bombardeos y disparos resonaba en la distancia, recordándoles constantemente la violencia que azotaba el país desde hace poco más de un año. Esta guerra había comenzado cuando Lukas tenía apenas 5 años y 7 meses, y desde entonces, los cambios en el comportamiento y carácter de los miembros de la familia eran notables. La inocencia e ingenuidad de Lukas se mantenían intactas, pero los demás miembros cargaban con el peso del conflicto, sus rostros marcados por la preocupación y el miedo.

Su madre, Ana, tenía un rostro marcado por la tristeza y la preocupación, pero una sonrisa genuina se formó al ver la alegría de su hijo. Aunque sus ojos se entristecían al mirar a su pequeño, no permitía que su miedo se reflejara en su voz. Ella sabía que debían aferrarse a cualquier atisbo de felicidad que pudieran encontrar en medio de las sombras de la guerra que se ciernen sobre su familia.

Su padre, Miguel, era un hombre valiente y decidido, pero el peso de proteger a su familia había dejado una marca en su espíritu. Aunque estaba presente físicamente en la celebración, su mente a menudo estaba ocupada con los peligros que enfrentaban día a día. Lukas anhelaba la atención y el cariño de su padre, pero a menudo se encontraba con una presencia ausente.

Junto a Lukas estaba su hermano mayor, Alex, un joven valiente y protector. Con 14 años, había aprendido a defenderse y a cuidar de los suyos en tiempos de guerra. Aunque el ambiente agresivo de la guerra había dejado huellas en su personalidad, su corazón aún albergaba una chispa de inocencia y vulnerabilidad que solo Lukas conocía.

Después de la celebración, cuando los demás se retiraron a descansar, Lukas permaneció despierto, mirando por la ventana hacia el cielo estrellado. Los estruendos de la guerra se escuchaban a lo lejos, recordándole constantemente que el mundo exterior estaba lleno de peligro y que su inocencia infantil estaba siendo desafiada.

La ingenuidad de Lukas era su mayor don y, al mismo tiempo, su mayor debilidad. No entendía completamente la magnitud del conflicto que azotaba su país, y su mente aún no podía comprender la brutalidad y el sufrimiento que la guerra causaba. Pero, a pesar de todo, la inocencia de Lukas también era un faro de esperanza en medio de las tinieblas, una luz que su familia protegía celosamente.

Los días pasaban y la guerra seguía su curso, tiñendo de sombras cada rincón del país. Lukas intentaba mantener su mente en su cumpleaños y las sonrisas que compartieron su madre, su padre y su hermano, pero a medida que crecía, comenzaba a notar los cambios sutiles en su familia. Las noches se llenaban de susurros en voz baja y miradas preocupadas, mientras los estruendos de la guerra se volvían cada vez más persistentes.

Una tarde, mientras Lukas jugaba en el desolado parque cerca de su casa, escuchó a lo lejos a un grupo de niños mayores discutiendo sobre las historias de batallas y hazañas heroicas en la guerra. Uno de ellos, un niño desafiante llamado Pedro, se jactaba de cómo su hermano mayor se había unido al ejército y cómo esperaba hacerlo él también en cuanto tuviera la edad suficiente.

Intrigado, Lukas se acercó tímidamente al grupo y escuchó con atención las historias que compartían. Pedro miró a Lukas con superioridad y dijo: "Tú y tus sueños de bondad y compasión no entienden nada. En tiempos como estos, solo los fuertes y valientes pueden sobrevivir. Si quieres proteger a tu familia, debes aprender a luchar".

Lukas se mordió el labio, inseguro de cómo responder. La determinación de Pedro y sus palabras audaces lo confundían. Sin embargo, su corazón seguía aferrándose a la creencia de que había otra forma de proteger a su familia sin tener que recurrir a la violencia.

Esa noche, mientras compartían la cena en el hogar, Lukas encontró el momento para hablar con su padre. Con una voz temblorosa pero llena de curiosidad, le preguntó: "Papá, hoy escuché a otros niños hablar sobre la guerra y cómo deberíamos protegernos. ¿Es eso lo que debo hacer? ¿Es eso lo que hace un héroe?"

El rostro de su padre se ensombreció por un momento antes de responder: "Lukas, la guerra es complicada y dolorosa. A veces, es difícil entender por qué ocurren estas cosas, pero nosotros debemos protegernos y proteger a quienes amamos. Sin embargo, también debemos mantener nuestra compasión y esperanza en medio de la oscuridad. Ser un héroe no siempre significa usar la fuerza, sino encontrar la valentía para hacer lo correcto, incluso cuando es difícil".

Las palabras de su padre resonaron en la mente de Lukas mientras observaba por la ventana las estrellas en el cielo. A pesar de su corta edad, estaba dispuesto a enfrentar los desafíos y buscar el significado de lo que implicaba proteger a su familia y a sí mismo en tiempos de guerra.