webnovel

Origen

Un destello de luz iluminaba la penumbra del denso bosque. Intermitente en la oscuridad como una estrella fugas surcando la tierra. El rugido sonoro de la bestia que estaba siendo agredida y sus poderosos ataques con sus afiladas lianas elevaban cortinas de humo generadas por el barro y la tierra del combate. Un sonido estrepitoso de impactos continuos se escuchaba; Era Coper quien combatía ferozmente a la Nepent con la burbujeante y peligrosa semilla rebotando hacia todas direcciones con cada mínimo movimiento, su escudo recibía todos los ataques por él a pesar de su inmenso desgaste.

— ¡Resiste un poco más compañero!

Él le imploraba a su escudo por un mayor aguante. Sin embargo, en un mundo como Sword Art Online no existían los milagros, solo los valores que pueden ser cuantificados y en este caso, nada de lo que Coper podría hacer le ayudaría a mantener a su escudo funcionando por siempre. El daño por los golpes de las filosas lianas de las Nepents así como su veneno lo terminaron degradando demasiado. Podría romperse en cualquier momento dejándolo indefenso contra una más fuerte y peligrosa planta que la de su compañero, pues a diferencia de Kirito, Coper tenia que evitar en la medida de lo posible impactar la burbuja. No era una tarea sencilla, pues cada movimiento de la Nepent arrojaba continuamente esa turbulenta semilla al frente del combate como si fuese una campana rebotante en todo su pegajoso cuerpo y, sin embargo, su esfuerzo por no tocarla era algo sorprendente cuidando y midiendo sus ataques para no reventar esa semilla que en el peor de los casos significaría su muerte.

— Debo ser más paciente… ¡Vamos Kirito! —Gritó sin saber si su compañero lo escucharía.

A unos 50 metros de distancia, yo, el espadachín de catorce años Kirito me enfrentaba en un combate mano a mano contra la Nepent de la flor. Esta adversaria era increíblemente ágil y fuerte. Debieron hacerle muchos cambios en su comportamiento para que sea difícil exterminarla y si no lo logro en determinado tiempo se volverá una Nepent con una semilla y debo evitar que eso pase a toda costa, incluso si sacrifico el 90% de mi HP. Las risas de esa flor con esos sonidos tan perturbadores comenzaban a hacerse normales ante mis oídos, sus movimientos ágiles poco a poco formaban un patrón que me aprendía. Este código simple solo se repite una y otra vez. No era más veloz que la Little Nepent, pero ya podía anticipar exitosamente sus ataques y había un momento para cada golpe que podía efectuar. Me lancé al frente con un gritó de guerra. Sentía mi sangre hervir por dentro ante la desesperación y la ambigüedad de si sobreviviría o no, pero debo hacerlo. Coper depende de mí ahora y no puedo abandonarlo a su suerte, así como hice con Klein. Incluso después de esto yo mismo regresaré por Klein y sus amigos.

— ¡AAAH!

Mi espada correspondió mis deseos llenándose de una brillante y cegadora luz que atravesó en un instante la distancia entre mi delgado avatar y la bestia planta venenosa. El impacto fue uno certero cerca de su gran hocico. Me propulsé sobre su propio cuerpo para retroceder con un giro mortal hacia atrás evadiendo así uno de sus ataques de liana ágilmente y al caer, me aseguré de rodar de nuevo, retrocediendo ante su siguiente ataque; un gran escupitajo que por suerte no me alcanzaría. Sonreí juguetón, emocionado tras el combate y con espada en mano volví a repetir. Embestí con mi cuerpo el suyo buscando cortarlo con ataques básicos mientras me escabullía con pasos laterales para evadir sus lianas hasta que de pronto, tropecé con una rama que me hizo caer y mi enemiga fulminante lo aprovechó.

— ¡AAH! ¡MIERDA!

Grité agonizante de un dolor punzante que atravesó mi espalda. Sentí el pinchazo recorrer mi espina dorsal y atravesar mi abdomen. Esta escena sería irremediablemente sangrienta de no ser porque los efectos sangrientos no existían en este juego, sin embargo… El dolor era el problema. En la beta no existía este dolor, de hecho, no existía ninguna sensación que podría dolerte… Aquí sí, y no era necesariamente un dolor real. Era el pavor de saber que con cada ataque que tu oponente concretara sobre ti podría significar tu muerte real y ese era el verdadero dolor en Sword Art Online. Vi como mi barra de vida disminuía, sabía que la Nepent no iba a soltarme así que mi única opción era seguir atacando.

— ¡AAAAAH!

Con eufóricos gritos, impulsando por la ira de mi alma hacia esta bestia que buscaba con todos sus ataques drenar todo mi HP y desaparecerme finalmente de la faz de Aincrad y del mundo real, de desaparecer mi consciencia como si fuese nada en este mundo virtual comprendí una cosa. Si yo muero, Coper muere. Con una mirada rabiosa y fulminante mi espada brilló una vez más en un poder azulado, una habilidad de espada se activó embistiendo contra la criatura, una y otra vez usando ataques consecutivos. Era una sed de sangre de mi parte y cada pixel de mi avatar estaba centrado en aniquilarla. Me trepé sobre ella realizando todo tipo de apuñaladas sobre su mentón y quijada, sobre su lengua y cuando finalmente logré perforarla, me azotó con fuerza contra el suelo y salí rodando. Mi barra de vida descendía a los puntos rojos, críticos. En mi mente solo pensaba que moriría. Voy a morir, voy a morir, voy a morir. Una imagen de Coper visualizándose frente a mí, siendo clavado de esa misma manera que yo entre las dos Nepents interrumpió mi amargo y negativo pensamiento. ¿Cuántas veces más iba a rendirme? Me reincorporé y hui, corría entre el pastizal mientras la Nepent me perseguía. En ese lapso de tiempo saqué de mi inventario una poción que fui devorando hasta finalmente terminarla, vi mi HP subir poco a poco así que mientras pasaban esos siete largos segundos de recuperación de HP esperaba la oportunidad perfecta de atacar a mi contrincante. ¡Su barra de vida también estaba tan crítica como la mía! Pero, esto era diferente. Mi HP se regeneraba ahora lentamente con la poción que bebí, la suya no se regeneraba.

— ¡Acabaré contigo de una buena vez!

Apreté mis dientes y me lancé al ataque encarando de nuevo a mi adversario evadiendo una de sus lianas al rodar por el suelo y de un gran salto con mi espada brillando en un fuerte color azul cegador, embestí contra su gigantesco hocico mientras me rociaba de su imponente veneno. Eso era malo. No esperaba que reaccionara de esa manera. ¡Se supone que atacaría con las lianas otra vez! Recibí el impacto sobre mi pechera de hierro pero aún así no detuve mi ataque.

— ¡AAAAAAH!

Esa intensa luz incandescente se sumergió en el hocico de la bestia perforándola dando un excelente golpe crítico. Al mismo tiempo, yo veía como mi HP estaba llegando a 0 poco a poco por su veneno, si aún no llegó es porque los efectos de la poción seguían ahí. Comencé a sentir una opresión de mi pecho. Mi respiración agitada podía oírla ante mi muerte próxima… Sabia que esto iba a pasar. Mi muerte iba a ser pronto, eso fue lo que había pensado. Cerré los ojos, listo para morir junto a mi rival… Pero no sucedió eso. Cuando el monstruo se detuvo y su cuerpo fue cubierto por luz explotó en miles de pedazos poligonales que desaparecieron y mi barra de vida que estaba por terminarse subió repentinamente rellenándose por completo, las marcas de mis heridas ya no existían a excepción por mi ropa ligeramente destrozada y sucia por el combate… El milagro que nunca esperé ver ocurrió; Subí de nivel justo antes de morir y eso fue lo que me hizo recuperar todo mi HP anterior y no sólo eso, sino que me aumentó en cien puntos más. Actualmente mi barra de HP era de 650 puntos. Eso significaba que había subido al nivel cinco.

Caí en el suelo con la respiración agitada. Sentía el sudor invadir mi rostro y mi cuerpo. Todo mientras que al mismo tiempo una luz dorada se apoderó de mi avatar haciendo el anuncio oficial de mi subida de nivel.

— Dios…

No podía creer que seguía vivo y observé como delante de mí, caía una flor; La flor donde se sacaría el extracto de la medicina que vine a buscar por los detalles de misión. Aún sin darme tiempo para procesar lo que acababa de suceder me levanté, la recogí y la guardé para salir corriendo con todas mis fuerzas virtuales hacia la ubicación de Coper. Debía ayudarle. Saltaba entre las raíces extendidas en el suelo de los árboles y me impulsaba con rapidez con mis capacidades básicas de movimiento. Esperaba que estuviera bien y siguiera combatiendo, pero una parte de mí, muy en el fondo de mi ser pensaba que probablemente ya estaría muerto.

— ¡Tengo que apurarme…!

Me gritaba para mi mismo, buscando superar mi velocidad pre establecida por mi avatar según su equipamiento ligero, pero eso era algo imposible. Sentía mi corazón saliéndose de mi pecho mi respiración estaba tan alterada como el sentimiento desgarrador que invadía mi consciencia. Había tardado más de lo esperado en derrotar a la Nepent y me había forzado a huir de ella tanto como para distanciarme de la última ubicación que conocí de Coper. Él también debió alejarse porque no lo veía por ningún lado. Temí que ya estuviese muerto y la Nepent probablemente había marchado. Mis sentimientos se desbordaban en ese momento en un ataque de ansiedad que no era capaz de controlar, pero incluso así, me aferré a la esperanza o al menos así le quise llamar a mi terquedad.

— ¡Coper!

Grité mientras recorría el bosque, pero no recibí ninguna respuesta. Sacudí mi cabeza mientras que cortaba la maleza que me impedía el paso hasta que por fin di con una señal de que posiblemente seguía con vida. Sonidos de golpes a cierta lejanía y me dirigí hacia a ese sonido retumbante.

— ¡Coper!

De nuevo, no recibí respuesta, pero esos sonidos se hacían más fuertes conforme llegaba al origen y finalmente lo encontré. Estaba dominando el combate a pesar de que su escudo estaba hecho trizas y en cuanto me vio aparecer me quedé inmóvil. Me quedé estático ante su mirada. Mi primer instinto era el de saltar sobre la Nepent para derribar sus puntos de vida y poder asesinarla en conjunto, pero todo eso quedó atrás cuando le vi esa mirada a Coper. Sus ojos oscuros con ese matiz verdoso me observaban con lástima. Casi con una vergüenza indescriptible de su parte. ¿Qué ocurre? Estático en mi posición y confundido por su mirada él finalmente rompió el silencio.

— Lo siento, Kirito.

En ese momento vi como su espada Small Sword brilló intensamente en un color verde dispuesto a golpear a la criatura con todas sus fuerzas, pero su objetivo era aquella burbuja peligrosa que nunca debería haber sido tocada. ¿Por qué se disculpa? Dentro de mi cabeza varias partes de mi mismo se comunicaban en una extensa y complicada discusión al no lograr entender su mensaje y mucho menos su mirada triste y perdida en una vergüenza. Pero entonces, pese a que quería ignorar toda posibilidad de lo que sea que Coper estaba haciendo ahora no pude. Su espada atravesó más allá del punto de no retorno y golpeó esa bamboleante burbuja que estalló con fuerza esparciendo sus esporas.

— ¿Qué es lo que has hecho?

Pregunté mirando a Coper, pero éste solo me respondió con esa misma mirada y musitó entre sus labios la misma frase.

— Lo siento, Kirito.

En ese momento entendí que Coper no había impactado esa semilla por accidente, entendí que Coper estaba tratando de matarme. Lo vi huir y desapareció rápidamente de mi campo de visión, algo que me sorprendía porque era imposible que haya recorrido una distancia tan grande y entonces supe que el espacio vacío que yo creía que tenia por no tener la habilidad de <Búsqueda > en realidad era la habilidad para ocultarse. Esto lo había planeado desde el principio. Mis ojos lagrimeaban con una sensación horrible invadiendo mi cuerpo, mis sentimientos, mi alma.

— ¿Por qué?

Mis palabras vacías fueron opacadas por el sonido del ejército de las Little Nepents que se aproximaban a mí. Fácilmente eran unas cincuenta o sesenta monstruos tipo planta preparándose para fijarme como su primordial objetivo a matar. Sentía mis mejillas húmedas por las lágrimas que las recorrían, mi corazón palpitando casi saliendo de mi pecho y mi respiración totalmente descontrolada sucumbiendo a un enorme pánico. Esta era una de las situaciones que quería evitar, este era mi principal motivo por el cual quería volverme más fuerte. Ya no me sentía tan mal conmigo mismo, pese a lo egoísta que podría llegar a ser para preservar únicamente mi supervivencia no sería nunca capaz de arrebatarle la vida a otra persona en este juego de la muerte. Nunca me perdonaría eso. Miré como las Nepents habían formado un gran grupo frente a mí, con sus afilados dientes asomándose y el ácido desbordándose sobre sus bocas simulando ser saliva. No iban a esperar a que estuviese listo y fue entonces cuando todas ellas se abalanzaron contra mí.