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Pandemia... marzo 20

Había ido a rescatar de las garras de una bruja malvada a mi abuelita. Dicha bruja era una de sus hijas. La tenía aislada en un mini-departamento dentro de su propia casa. Mi abuelita no oye bien, no ve bien por lo que su aislamiento la empeora psicológicamente y por ende su salud.

Este viaje estaba planificado para un mes y una semana, llegar, preparar la documentación para sacarle la visa, comprarle su pasaje haciéndolo coincidir y volver de nuevo al país que si no fuera por este pequeño detalle de que quería a toda costa rescatar a mi abuelita, en realidad no habría merecido hacerlo, pero por ella, recorrería el mundo entero y cruzaría todos los mares y océanos solo por darle los años que le quedan de bienestar y estabilidad mental, emocional y físico.

Dicha planificación se truncó por cierto virus que recorrió el mundo entero en menos de un mes por lo que a tan solo 15 días de mi llegada ya no tenía oportunidad de volver a mi casa. Pensando que pronto pasaría todo, decidí quedarme y aprovechar el viaje que no salió nada barato. Cruzar el charco es un poco caro sí.

Sólo aguanté 1 mes ahí y no podía más... esta bruja malvada me mezquinaba todo! Si hacía una jarra de infusión con limones... me decía que los limones se gastan, si me duchaba.... el gas se gasta, si bebía agua... el agua se gasta, si encendía las luces de las escaleras para ver por la noche... la luz la paga ella me decía, y así mil ejemplos más.

Un día, un primo que ya había vivido con ella hace algún tiempo me dijo... yo me voy para la costa a pasar unos días, te quieres venir conmigo? y viendo el panorama que tenía dije... Sí! El viaje salió de un día para el otro, en moto casi a 4 horas de distancia y obviamente llevando lo justo. Me fui con él, una de las peores cosas que podría haber hecho ya que nos quedamos sin dinero en 3 días, por más baratos que elegíamos los hoteles.. se nos quedaba caro, más comida, gasolina... cuando quisimos regresar... casi no lo logramos porque empezaron a cerrar las fronteras entre ciudades. No niego que lo pasé bien porque disfruté de un clima cálido, frutas exóticas que antes no había visto ni probado, lugares hermosos casi paradisiacos, y los paisajes encima de una moto son realmente mágicos, los aprecias mucho mejor que en auto, a mi parecer.

Llegó la semana y conseguimos salir de ahí y regresar a la capital. Aunque no quería tenía que regresar a casa de aquella bruja, no quedaba de otra. Volví y todo era aún peor, me trataba como a otra más de sus hijos o peor... a gritos, mandando, vociferando en cada orden, nunca había sentido esa humillación y menos a manos de tu "propia familia" gracias a Dios solo es por parte de mi abuelita, y lo que te inculcan de pequeña que es tu tía que la tienes que querer y respetar... pero cuando eres mayor y te das cuenta que esa tía no es lo que tu creías pero tienes que tragar por no perder el contacto con tu abuelita que es el único ser que te importa en realidad, aprendes a ser hipócrita. Lo sé... se lee horrible pero así es. Si no aguantaba esto... significaba perder para siempre a mi abuelita. Porque bastante nos costó a mis padres y a mi buscarla, encontrarla y lograr que me dieran posada es esa casa.

Pero llega el mes, no aguanto más los gritos, las humillaciones, los desaires y este primo dice... flaca, me voy al sur del país (en bus 12 horas de recorrido), si quieres vente conmigo hasta que se calmen las cosas, total.... no puedes hacer nada en la capital, las oficinas e instituciones están cerradas en todo el país, me voy a un pueblito con clima tropical, a la naturaleza y eso sí, en moto! Y yo sin casi tiempo para preparar un super viaje bien y tan largo... le daba vueltas a todo, pero poniendo en una balanza la situación pensé... mejor me voy, tomo distancia y vuelvo a por mi abuelita más tarde, ahora mejor que las cosas no han explotado porque yo sí tenía muchas ganas de cantarle mis 40 a esta bruja. Se los dije a mis padres, y aunque algo indecisos también, decidimos que sí era buena idea poner tierra de por medio un tiempo. Se me partía el alma dejar a mi abuelita en aquel sitio y en desamparo porque en esos días, nos teníamos la una a la otra, ella sabía que yo no la iba a dejar, se lo expliqué, le dije que por el bien de todos, conociendo el carácter de aquella mujer, lo mejor era irme pero que volvería a por ella, y con el corazón roto me entendió, jurándole que yo iba a volver y la iba a sacar de ahí. Y salí de aquel horrible lugar!

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