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La villana se enamoro del hombre viudo con dos hijos

Ideealaria reencarnó en un juego otome. Recobró sus memorias justo cuando estaba a punto de ser desterrada. Con un poco de suerte logra ganar tiempo para ganarse el favor del Rey y pedirle de último deseo que le deje terminar la academia con el fin de obtener su certificación. Aprendiendo lo más que puede, evitando las banderas de muerte y recolectando recursos para vivir bien su nueva vida como plebeyo. Pensó -¡Bien! Ahora que obtuve mi diploma encontrar trabajo no será tan difícil. Abandonando todo y con su antigua mentalidad de otaku moderna, decide irse a vivir lejos en el territorio norte, el cual no solo queda realmente retirado de la capital, sino que, también es un lugar sumamente extraño en donde conviven pacíficamente los humanos como ella y la gente bestia. Es solo una vez que está ahí que se da cuenta de un detalle. No hay ningún profesor en la escuela a la que piensa puede ingresar a trabajar. ¿Por qué es esto?. -¡¿Qué?! ¿Quieren que yo sea la nueva maestra? En la escuela existes dos pequeños muy adorables e inteligentes que han captado su atención, lastimosamente vienen siempre muy desarreglados al colegio lo cual le preocupa demasiado y a la vez provocó que pusiera sus manos en el asunto. No podía soportar ver a los dos pequeños en tan malas condiciones siendo que tenían un adulto que podía hacerse responsable. -Hablaré con su padre de esto. El hombre es viudo y no sabe cocinar, limpiar y atender a sus dos lindos niños. -Eres un inútil como padre, yo te enseñaré cómo hacer estas cosas. -Proclamó al encontrarse con él, mas su reacción fue tan inesperada que la avergonzó-. ¿Eh? ¿Por qué te sonrojas cuando me ves? Hmm... ¿Acaso los dos angelitos insinuaron delante de su padre que yo sería una mamá ideal? -Y, ¿por qué mi corazón late tanto y tan rápido junto a él? __________ Créditos: -Autora pandamam. -Edición Alinascherry. -portada Alinascherry

pandamam_2 · Fantasy
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15 Chs

Capítulo diez.

Después de finalizar todas las clases y de sentirme horrendamente culpable por mentir a tantas personas, fui directamente a la biblioteca. Allí, en el mostrador estaba Delta, unos de los personajes capturables del juego. De cabello azul, ojos hermosos cubiertos por unos lentes con detalles que combinaban con su color de cabello y un cuerpo que, a pesar de pertenecer a un erudito, era bastante tonificado.

—Ejem —Tosí para espantar los pensamientos indebidos y también para llamar su atención, ya que se encontraba leyendo un libro con una cubierta de color azul.

(Correctora: Ok, quedó confirmado que a Delta le gusta el color azul, igual que a mi :D)

—Disculpa, ¿me podrías decir dónde encontrar libros que hablen de la magia que no pertenece al cuerpo?

—Magia que no pertenece al cuerpo… —murmuró para sí mismo, en trance, y sin levantar la mirada del libro—. Si, podrás encontrarla por allí —indicó señalando un pasillo largo con estantes que llegan hasta el techo y con más de 500 libros de hermosos colores.

Buscar yo sola me tomará bastante tiempo y no dispongo de mucho que digamos.

—Este, ¿no podrías ayudarme con ello? —Pregunto intentando controlar mi voz para no sonar demasiado suplicante y molesta.

Le veo que realizar una mueca y decir.

—Estoy ocupado para eso —dice sin despegar los ojos de su libro.

—Ya veo —murmuro cabizbaja.

No sé si este tipo me odia porque ya se unió al harem de Lina o porque le ofendí de algún modo antes. Después de todo era un personaje villano: creída, engreída y aborrecibles para todos. Así se haría más fácil al jugador terminar simpatizado con la protagonista.

Camino hacía donde señaló Delta con estos pensamientos. En verdad, los libros en esta biblioteca son casi infinitos. La biblioteca de aquí es enorme. El mantenimiento de esta zona debe costar mucho, ya que ningún libro se encuentra polvoriento o apolillado por el paso de tiempo, todos se encuentran en un estado increíble de conservación.

Las luces de este lugar son creadas con magia de luz, idealmente preparada para que no dañe ningún libro y casi no se pueden encontrar las ventanas, solo se ve un mar de libros y para adornar un poco este lugar, en cada unión de pasillos se encuentran estatuas de la familia real o de algún importante personaje para la ciencia mágica o del imperio. El piso de madera de alguna forma fue hechizado para que no realice ningún ruido y mantener el silencio inalterable. Quizás fue creado con magia de tierra o aire o alguna combinación de ambas.

Y para poder llegar a la parte de arriba de los estantes solo se puede por una escalera que debe ser movida por un encargado o ayudante de magia de viento, así que por el momento evitaré los libros que no pueda alcanzar y buscaré lo que pueda a mi alcance.

Después de estar cinco minutos caminando y buscando algo que me sirva, tomo un libro que creo podría serme útil. Busqué un asiento y me dispuse a leer. Casi sin darme cuenta pasaron una hora con cinco minutos revisando distintos libros que, aunque eran interesantes me son inservibles, había entre ellos títulos como: la materia natural y el estado del agua. Son libros que creí que servirían, pero siento que no realmente. Además, me consumieron mucho tiempo desperdiciado.

(Autora: ¿Mucho tiempo? Leer 2 libros de esos  (estilo física cuántica), en una hora, cinco minutos y comprenderlos es bastante rápido. Yo me hubiera tardado unas semanas en leerme los dos.)

—¡Es inútil, he perdido el tiempo y estoy cansada! —reclamé para mí misma sin desear interrumpir la calma de la biblioteca con mis gritos—. Bueno, bueno, cálmate Ideealaria, ningún conocimiento es inútil —intenté tranquilizarme—. Estoy segura de que me servirá, en este momento no le hallo uso, pero solo tengo que esperar el momento adecuado, estoy segura de ello. —Me convencí a mí misma repitiéndolo varias veces. Miré el reloj que había en la pared y me levanté de mi asiento—. Oh, ya casi es la hora, faltan solo cinco minutos para ir a reunir con las hermanas Hilda y Olga.

Autora: Hola a todos mis queridos lectores (≧∇≦)/ espero que disfrutaran leyendo este capítulo. Solo le quería pedirles disculpa por lo corto que es. También aprovecho de recordarles que no deben de olvidarse lavarse bien las manitos y que al salir no olviden el cubrirse la boca con mascarillas, no quiero que ninguno se me enferme. Bien, sin más que decir, bye bye.