Capítulo cuatro (Parte 2).

El tercer paso del plan no será una gran dificultad, ya que tengo recursos en mis aposentos en la academia tales como vestidos, telas preciosas y todos tipos de joyas caras. Estoy segura de que padre no se dará cuenta que todo esto desaparecerá posteriormente a mi partida, él nunca se preocupó de estas cosas o de mí. Este último pensamiento me desanima bastante, pero tengo que levantar mi ánimo, todo esto no importará una vez me vaya lejos de aquí. Seré libre. Todas las ataduras que mi padre y la aristocracia me ha impuesto nunca me volverán a herir y atormentar.

—Bueno, bueno, el problema será ver cómo transportar todo esto sin que se den cuenta —Pensé para mí, incorporándome correctamente en la silla.

Preparar el paso 5 será un tanto complicado. Quizás existan bolsas especiales con gran capacidad, como la de cierto gato azul con un bolsillo mágico. O, mejor aún, magia capaz de intervenir en el espacio-tiempo que yo desconozca. Después de todo, estoy en un mundo mágico, aunque todavía no sé mucho de este.

—Hmm, pero para obtener información confiable al respecto tendré que ir a la biblioteca y al hacer eso estaré fallando el paso 1, ya que entraré en contacto con el bibliotecario, un objetivo de captura difícil de evitar. —Pensé colocando mi mano gentilmente sobre mi barbilla con preocupación.

Con los últimos dos pasos no tengo problemas. Si consigo mi título, cualquier empleador me aceptará y recibiré una buena paga. Es bien sabido que existen plebeyos que son auspiciados y realizan contratos para obtener el certificado de educación superior para surgir en la vida. Un título que testifique de sus habilidades siempre es importante para conseguir un mejor empleo. Eso se parece mucho a lo que sucedía en mi vida pasada.

Así que, tanto para ellos como para mí es imprescindible que obtenga mi certificación en los próximos tres meses y medio restantes, por lo que vivir una vida relajada y feliz será relativamente fácil.

—Además, también debo escribir una carta para padre, despidiéndome de él… —Dejé escapar mi suave voz con la cabeza gacha.

A pesar de que me desprecia y repudia, él sigue siendo mi padre y siempre le he admirado. Con madre muerta, él fue la única fuente de amor que tenía, pero siempre rechazó cruelmente mis muestras de afecto. Mi único deseo era que me diera una sonrisa con una caricia en la cabeza, pero no importaba lo mucho que me esforzara, eso nunca ocurrió.

Incluso cuando quería casarme con el Príncipe Heredero, mi único pensamiento era: "Padre, felicítame, ¡Me convertiré en la Emperatriz!"

Una vez más, todo mi pasado desprovisto de amor es una triste configuración para que la villana odie a Lina, cuyos padres fueron con una sonrisa a dejarla a la academia su primer día de clases.

Todavía recuerdo cuando vi como su padre le acarició la cabeza y le dijo amorosamente:

—Te has esforzado mucho, buen trabajo, pequeña mía.

Esas palabras me hicieron hervir la sangre.

Pensé sumamente dolida. ¿Porque una plebeya podía obtener tan fácil lo que yo anhelaba más que nadie? Fue tanto el resentimiento que sentí, que no paré incluso si me trasformaba en todo lo que fuera desagradable para padre. Abandoné y pisoteé lo que más me gusta, como lo es la música, la naturaleza y los animales. En verdad, me gustan mucho los pequeños.

¡Oh! Pero no es que me esté quejando con padre. Después de todo, siempre me daba todos los lujos que le pedía a través de su asistente. Y, aunque haya sido por mera apariencia, yo... no me quiero ir sin antes enviarle una carta diciendo adiós. Tendrá que ser dos días antes de que me vaya. Si se la entrego al director cuando obtenga mi certificado, pidiendo de favor que lo entregue a padre, él no podrá desecharla y se verá obligado a leerla, aunque sea como una formalidad.

—Pero ahora no debo concentrarme en ello ¡No, no! —Exclamé sacudiendo la cabeza de lado a lado y apretando los ojos para evitar llorar—. Incluso si estoy sola ahora, encontraré alguien que me ame y seré feliz en mi nueva vida ¡¡Lo prometo!! —Dije firmemente aun sentada en mi escritorio.

Con el puño firmemente apretado y una mirada desafiante, elevé mi vista a los cielos como si quisiera pelear con los creadores del juego y agregué con valor.

—Yo no seré la villana que esperaban.