Mudarse

Beatriz cruzó sus piernas, sumergiéndose aún más en el libro que estaba leyendo. Se mordió el labio intentando contener la lágrima que estaba a punto de escapar de sus ojos.

El protagonista masculino se había sacrificado por la protagonista femenina y ella estaba desconsolada. Pobre protagonista masculino, habían pasado por tanto pero no pudieron conseguir su final feliz.

Sintió un pinchazo en su corazón y justo cuando estaba a punto de pasar la página, fue arrancada de su trance cuando una humeante taza de chocolate caliente fue golpeada sobre la mesa.

Beatriz miró hacia arriba sobresaltada y vio a Matteo dándole una sonrisa tímida. Sintió su irritación por ser interrumpida pero se desvaneció tan pronto como había aparecido.

—Has estado sentada allí todo el día leyendo, así que pensé en traerte algo de beber —dijo, y Beatriz le agradeció ofreciéndole una pequeña sonrisa mientras soplaba el chocolate caliente para deshacerse del vapor que surgía de él.

—¿Entonces qué te parece? —Matteo sonrió de manera burlona mientras miraba a Beatriz.

Beatriz alzó la mirada del libro que estaba leyendo y observó a Matteo.

—¿Sobre qué? —preguntó, arqueando las cejas en confusión.

—Damien —respondió Matteo.

Beatriz se mordió los labios y respondió:

—No sé. Supongo que está bien.

Matteo levantó las cejas:

—¿Solo bien?

Inmediatamente, una imagen del rostro perfecto de Damien danzó detrás de su mente. Sus hermosos ojos que enmarcaban sus pómulos cincelados y labios llenos.

Beatriz se preguntaba a qué sabrían sus labios. ¿Sus besos enviarían mariposas a su estómago como los de Rhys?

Beatriz no pudo evitar que su pulso se alterara cuando recordó su último beso con Rhys.

Su abdomen inferior se tensó al recordar los vividos recuerdos y ella tiritó. Ningún otro hombre la había hecho sentir como él.

Él exudaba confianza, mientras que ella estaba...

¡Vale, debía detenerse! Necesitaba tomar control.

El calor le subió a las mejillas cuando se dio cuenta de que ya estaba comparando a Damien con Rhys.

—¿Oso, te estás sonrojando? —Matteo sonrió de oreja a oreja, sus labios se elevaron en una mueca.

—¿Qué? ¡Por supuesto que no! ¿Por qué me voy a sonrojar?

Matteo le desordenó el cabello y rió:

—Bueno, he venido a informarte que Damien ha decidido extender el compromiso. No sé qué le dijiste cuando se encontraron pero él ha cambiado de parecer.

Beatriz parpadeó en shock:

—¿Qué? ¿Eso significa que él no le dará a papá el antídoto?

Beatriz frunció el ceño, juntando las cejas. ¿Se retractó del matrimonio porque ella era virgen? Sabía que a hombres como él les gustaban sus mujeres con experiencia en la alcoba.

—Nos ha dado el antídoto. Por alguna razón, sugirió que quiere que ustedes se conozcan primero antes de casarse —explicó Matteo.

—Oh… —Beatriz dijo planamente. Estaba sorprendida por su decisión.

—Sí, pero con una condición… —Matteo hizo una pausa, miró al espacio durante unos segundos antes de volver a fijar su mirada en ella.—¿Qué?

—Tienen que pasar tiempo juntos para conocerse. Quiere que te mudes con él al país ZY.

Beatriz tragó saliva con dificultad.

N/D: capítulo corto. Perdonen semana ocupada^^