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LA PISTOLERA

ella no recuerda su nombre y no recuerda de donde viene ni porque se dirige a California; pero si recuerda una sola cosa: que su munición nunca le falte y que su tabaco tampoco lo haga su apodo es: COLT LA PISTOLERA

crazor_productions · Fantasy
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15 Chs

CAPITULO 7: LA INFERNAL PERSECUCIÓN EN EL ÁRIDO DESIERTO DE NEVADA

La carreta había logrado abandonar el pueblo; pero el Ángel Vengador les perseguía apuntándolos con su rifle de la marca Winchester. Colt al ver eso le gritó a Ryan.

- ¡Conduce!, ¡ve lo más rápido que puedas y no importa lo que pase, no te detengas ante nada!

- ¡Colt!- gritó Ryan asustado; pero la mirada fría de Colt lo hizo calmarse de inmediato

- Pase lo que pase, no te detengas, ¿entendido?- le respondió Colt con una expresión seria y completamente decidida

- Entendido- dijo Ryan desviando su mirada hacia el camino.

Jerry se sujetaba la mandíbula mientras intentaba mitigar su dolor. Colt le puso la mano en el hombro diciéndole

- Realmente eres un muchacho muy valiente- luego se dirigió a donde se encontraba el compartimiento de la carreta para comenzar a dispararle al Ángel Vengador

Su perseguidor les apuntó con su rifle, dio un disparo a la carreta. El tiró se dio en la puerta del compartimiento. Colt revisó sus armas, solo tres tiros en una pistola; pero debía hacerlos valer. Apuntó al Ángel Vengador y disparó, por desgracia lo hizo en el mismo momento en que la rueda de la carreta golpeaba una roca moviéndola un poco y obligando a fallar el disparo. La bala aterrizó en el suelo, a unos centímetros de donde estaba su contrincante. Colt gruñó al ver aquello. Por otro lado su enemigo sonrió debajo de su capucha, apuntó a Colt y disparó, la bala le dio en su abdomen haciéndola escupir sangre

- ¡COLT!- gritó Jerry con esfuerzo, su mandíbula estalló en un dolor punzante

- ¡Continúen!- les ordenó Colt reponiéndose como podía

El Ángel Vengador, sonriendo, se acercó a ellos lo más que pudo apuntando con su rifle nuevamente a Colt y disparando a su hombro. Ella gritó por el dolor cayendo al interior de la carreta.

Jerry intentó ir en su ayuda; pero ella le gritó

- ¡ALEJATE!- después, con rapidez, le disparó al caballo del Ángel Vengador en el mismo momento que este lograba sujetarse de la carreta. El animal cayó al suelo; pero el Ángel Vengador pudo asirse a tiempo

Colt sabía que tenía un problema. Tenía una bala y dos heridas, mientras que su enemigo tenía tres balas y un cuerpo sano. Las matemáticas estaban en su contra. Vio que había un risco en las cercanías por lo que le gritó a Ryan y a su hijo

- ¡SALTEN AHORA!- le dio una patada en las rodillas al Ángel Vengador tirándolo al suelo

Ryan asintió y tomó a Jerry con sus manos, sin embargo este se resistía

- ¡No!- gemía- ¡debemos ayudarla!

- Nada podemos hacer hijo- le respondió Ryan lanzándose al suelo con su hijo en brazos

Ahora Colt se encontraba con su enemigo a solas en una carreta en movimiento y sin conductor.

. . .

El Ángel Vengador se pudo levantar, continuaba sosteniendo su rifle; pero antes de dispararle a Colt, ella se abalanzó sobre él desviando su arma a la vez que esta disparaba su munición, haciendo que el caballo comenzase a correr más rápido debido al miedo.

A pesar de estar herida, Colt pudo darle un puñetazo directo a la cara de aquel Ángel Vengador haciéndole caer al suelo nuevamente, pateó el rifle fuera del alcance de su mano. El Ángel Vengador tomó el pie de Colt y la hizo caer al suelo, furioso, se colocó sobre ella sujetándole el cuello con sus manos intentando estrangularla.

- ¡Muere blasfema pecadora hija de Satán!- le gritó el Ángel Vengador

- Mira… quien… habla- jadeó Colt sintiendo como el aire se escapaba de sus pulmones

Sin pensarlo dos veces le dio un rodillazo en los testículos haciendo que el Ángel Vengador gruñese de dolor. Después le dio, con su puño sano, un puñetazo en la cara que lo hizo caer al suelo. Colt se acercó arrastrándose al rifle; pero el Ángel Vengador se le adelantó. Ella tomó su arma y disparó al Ángel Vengador en la pierna haciendo que este gritase de dolor mientras disparaba otro tiro al aire. Colt no tenía mas balas; pero el Ángel Vengador le apuntó con su rifle a donde estaba su brazo izquierdo y disparó. Este pareció estallarle; pero solo fue una herida sencilla ya que la bala entro por el brazo y salió por el otro lado sin tocarle el hueso por suerte.

Colt se levantó, como pudo, para ver a sus alrededores y sonreír. Después se dirigió a donde estaban los caballos con rapidez, actuaba como si sus brazos y abdomen no estuviesen heridos.

El Ángel Vengador le apuntó a la cabeza y jaló el gatillo; pero solo oyó un "click" vacio, volvió a jalar el gatillo con un mismo resultado

- La Winchester tiene seis balas idiota- le respondió Colt sonriente- y tu ya usaste esas seis

Dio un salto a donde estaba el caballo negro para montarlo mientras desenganchaba las riendas que lo sujetaban a la carreta. Logró moverlo hacia un costado a la vez que la carreta continuaba camino

- ¡Buen viaje idiota!- rió Colt a lo que el Ángel Vengador la vio un poco desorientado

Después dio vuelta sus cabeza a donde estaba el frente de su camino para darse cuenta tarde que la carreta iba camino a un desfiladero. Gritando intento saltar; pero el dolor provocado por su pierna le impedía el poder moverse. Vio como la carreta llegó a su fatal destino. La carreta cayó con el Ángel Vengador dentro. Esta se dio un golpe sobre las rocas de la saliente mientras que su ocupante, a pesar de auto proclamarse como un Ángel, caía con estilo a donde estaba el suelo. Se dio varios golpes con las rocas mientras que la carreta también le dio otros golpes más que rompieron sus huesos, órganos y espina dorsal. Cuando ambos llegaron al suelo no eran más que astillas de madera, huesos y sangre que se confundía con su rojo atuendo. Finalmente aquel Ángel Vengador recibió la venganza de sus anteriores victimas.

Colt sonriendo se retiró de allí cuanto antes para ir en búsqueda de Ryan y de Jerry.

. . .

La sangre salía de sus heridas, manchando su camisa blanca y sus negros pantalones vaqueros. A pesar de ser un día especialmente caluroso, Colt sentía un gran frio en su cuerpo, uno tan grande que su abrigo no podía calmar. El caballo estaba más tranquilo; pero ella en cambio tenia sueño, frio y su vista empezaba a nublarse, luego comenzó a tener visiones de un hermoso prado con flores y arroyos a su alrededor, ¿acaso estaba soñando despierta, teniendo un nuevo recuerdo o solamente se estaba muriendo? No lo sabía; pero le daba igual, tenía como prioridad el encontrar a esos dos muchachos indefensos. Entre sus recuerdos o alucinaciones, creyó ver una tormenta de arena acercarse. Su corazón se aceleró debido a que era un mal momento para estar en una tormenta de arena. Por lo que sin dudarlo ni un minuto se adentró a ella con intenciones de poder salir cuanto antes de la misma. Cabalgaba pensando en Ryan, él fue un necio al no oírla cuando le dijo que algo estaba mal. ¡Debió oír sus advertencias!; pero tampoco es culpa suya, nadie podría imaginar que esos lunáticos se atreverían a atacarlos de esa manera, como si fuesen animales salvajes. Tenía que llegar con él porque no quería que le hicieran daño, ella dio su palabra de que estarían a salvo hasta que ese Profeta se largase del pueblo y cumpliría su palabra aunque eso le costara su vida. Por otro lado pensaba en Jerry, si algo malo le llegaba a ocurrir, nunca se lo perdonaría. Poco a poco estaba comenzando a querer a esa familia, poco a poco estaba comenzando a amarlos. Por lo que sin perder un minuto y con las pocas fuerzas que le quedaban, agitó las riendas del caballo para que este pudiese comenzar a galopar más rápido en esa tormenta de arena.

. . .

Los habitantes del pueblo se reunieron alrededor del profeta quien, en un palco circular, comenzó a hablarles con su potente voz.

- ¡Hermanos míos!- decía con su voz tronante- hoy a ocurrido un terrible hecho, delante de ustedes han visto como esos pecadores hijos del mal, asesinaron a nuestras madres, nuestros padres y nuestros hijos con sus armas sin el menor pudor o arrepentimiento posible

Todos lloraban a los muertos que estaban en carretas listos para ser sepultados, por lo que el Profeta continuaba con su discurso motivador.

- Esto ya no es un juicios mis hermanos, ¡esto es una guerra que la familia Billswourd nos ha declarado al matar a nuestros compatriotas!, hoy no somos ciudadanos ni tampoco una turba furiosa lista para un linchamiento… no mis hermanos, hoy somos Ángeles- varios de sus seguidores les entregaban a los hombres, mujeres y niños las mismas túnicas rojas que tenia aquel fallido Ángel Vengador- hoy somos la mano de Dios que grita a todas horas, ¡castigo! ¡castigo! ¡castigo!

- ¡Castigo!- gritaron los niños colocándose las mascaras- ¡castigo! ¡castigo! ¡castigo!

- ¡Castigo!- gritaban las mujeres mientras se ponían las mascaras- ¡castigo! ¡castigo! ¡castigo!

- ¡Castigo!- también les acompañaron los hombres poniéndose las mascaras- ¡castigo! ¡castigo! ¡castigo!

- ¡Así es mis hermanos!- gritaba el Profeta con una voz tronante que dejaba ver su enorme orgullo y felicidad ante lo que veía- ¡ustedes serán los castigadores de nuestro señor!, ¡serán sus justicieros!, ¡sus jueces, jurados y verdugos!, ustedes serán… ¡sus Ángeles Vengadores!

- ¡CASTIGO! ¡CASTIGO! ¡CASTIGO!- gritaban todos los pobladores de Miracle Town colocándose las sotanas rojas y las capuchas del mismo color, tomando los rifles, pistolas e incluso escopetas dispuestos a matar a los que viesen que no formasen parte de su pueblo- ¡CASTIGO! ¡CASTIGO! ¡CASTIGO!

- ¡Ahora vamos mis hermanos!, venguemos nuestras perdidas y alabemos al señor con la muerte de los impuros, ¡a la carga mis Ángeles Vengadores! ¡castiguemos a los culpables!

Después de eso todos tomaron caballos para montarse en ellos y salir en búsqueda de la familia Billswourd y de su amiguita Colt. Todos se adentraron en la tormenta de arena dispuestos a castigar a sus oponentes en nombre de Dios su señor.

. . .

Colt continuaba galopando sobre la tormenta de arena, no veía si era de día o de noche, tampoco veía si sus amigos estaban cerca como tampoco veía si sus enemigos lo estaban. Ella solo podía ver arena y nada más que eso, se sentía débil debido a la pérdida de sangre, en realidad apenas si la sentía correr sobre su cuerpo. Después sintió un gran sueño por lo que intentó dar tres cabeceadas, antes de dar la cuarta el sueño le ganó y cayó al suelo inconsciente. La arena la tapaba por completo ocultándola, como si hubiese muerto y el mismo desierto estuviese gimiendo en señal de dolor mientras la sepultaba en su propia tumba en medio de la tormenta de arena.