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LA PISTOLERA

ella no recuerda su nombre y no recuerda de donde viene ni porque se dirige a California; pero si recuerda una sola cosa: que su munición nunca le falte y que su tabaco tampoco lo haga su apodo es: COLT LA PISTOLERA

crazor_productions · Fantasy
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15 Chs

CAPITULO 2: EL SECRETO DE LA MINA ABANDONADA

Se encontraba semi inconsciente en realidad. Por un lado oía lo que sucedía a su alrededor; pero, por el otro lado, veía algunos recuerdos confusos y difusos. En ese momento pensaba que Ryan era un tonto por estar perdiendo tiempo con ella. Podían tomar el caballo y huir al poblado más cercano, posiblemente los fanáticos religiosos dejarían su intento de linchamiento cuando llegase a California o a la oficina del sheriff del pueblo más cercano. Por otro lado sentía un gran cariño hacia él y hacia Jerry. Se estaban poniendo en peligro solo para salvarla; pero ella no sentía que lo valiese. Al mismo tiempo veía los recuerdos, a pesar de ser difusos, notaba la hermosa pradera que veía a su alrededor. Recordaba un castillo medieval. La gran fiesta que el Rey de la nación de… ¿Stanio? Celebró aquella noche, en el sueño o recuerdo. Se veía a sí misma llevar un hermoso vestido rosa… ¿o era blanco?, posiblemente era azul. No lo recordaba en realidad; pero si recordaba a esa persona especial. No podía verla por completo, todo se veía borroso, solo recordaba que su cabello era ¿azul? Eso era imposible; pero si veía con claridad el baile. La palabra soberbio se quedaba corta, todos danzando en una perfecta sincronía y a la vez creando una harmonía en sus pasos, una noche perfecta. Un momento perfecto cuando fueron a la alcoba. Debió ser antes de las cicatrices, caso contrario ella nunca se habría desnudado frente a él. Su toque, su roce, el sonido de ambos al frotar sus cuerpos al compas de otra música, la música del amor donde ambos iniciaban un hermoso baile que nacía de sus pasiones tan perfectas, luego de eso un matrimonio y… ¿un hijo? No lo recordaba en realidad, quería hacerlo; pero no podía… luego la maldita guerra; pero ¿sus cicatrices fueron hechas en la guerra o… fue antes? Solo podía recordar ese baile, tan bello, tan perfecto, tan… mágico.

. . .

Habían ingresado a la entrada de la mina. Ryan, en su interior, rezaba que hubiese algo de madera o incluso una lámpara de gas. Al adentrarse un poco tuvo suerte de ver lo que estaba delante suyo: un pico cuyo mango era de madera, no era mucho; pero era algo.

Sin perder el tiempo se acercó al pico para, después de un fuerte golpe, quitarle la parte metálica. Observó una de las lámparas abandonadas, tenía suerte, eran a gas. Prendió el mechero y la llama se encendió. Puso la parte que había tenido anteriormente el pico de metal, en el fuego y con una gran impaciencia comenzó a ver como ardía.

- ¡Vamos!, ¡vamos!- gruñía impacientemente Ryan, luego vio que la madera ardía lo suficiente como para comenzar a echar humo- ¡perfecto!

Se acercó corriendo a donde estaba Colt, le dio la antorcha improvisada a su hijo mientras le decía

- Sostenlo un minuto, da vuelta la cabeza también

- ¿Por qué papá?- preguntó Jerry aterrado

- Porque debo curar sus heridas; pero para poder hacerlo tengo que sacarle su camisa- le respondió Ryan con seriedad- y el cuerpo femenino es algo que no deseo que veas todavía, en especial el de nuestra amiga

- Entendido- asintió Jerry dando vuelta la cabeza con rapidez sin dejar de sostener la antorcha

- Muy bien hijo, ahora no veas hasta que te lo ordene, ¿entendido?- le ordenó Ryan quien comenzaba a sacarle el saco a Colt

- Entendido- le respondió Jerry con muchos nervios en su tono de voz

- Todo estará bien hijo, lo prometo- le aseguró Ryan a la vez que comenzaba a desabotonar la camisa de Colt

Fue tan rápido como pudo, no deseaba romperle los botones; pero tampoco detenerse amablemente para ir desabotonando uno por uno. Con la precisión casi de un medico profesional, Ryan desabrochó los botones de la camisa de Colt dejando ver su sensual cuerpo. Primero le quitó los guantes, dejando expuesto su marca con la forma de una D en la mano izquierda, después le fue quitando la camisa cuya sangre le había quitado el blanco y tiñéndola de un rojo muy fuerte, casi escarlata. Cuando le quito la camisa, Ryan se quedo asombrado al ver el cuerpo casi escultural que Colt tenia, unos abdominales demasiados bien formados junto a unos grandes y sensuales senos perfectos, duros e incluso firmes. Sin embargo algo, que parecía sobresalir en su costado derecho, le llamó la atención. Con calma y curiosidad la dio vuelta lentamente para ver algo que lo horrorizó por completo. Tenía cinco marcas demasiado notables, eran cicatrices en realidad; pero el modo en que estaban hechas fue lo que lo espantó. Tres de esas heridas estaban en horizontal y descendían desde la espalda hasta la cintura, las otras dos, en cambio, tenían un aspecto vertical y se ubicaban en donde estaban los omoplatos, era como si le hubiesen arrancado unas alas. Con su corazón devastado y roto al ver aquello Ryan recordó la razón por la que estaba haciendo eso. Volvió a acostar el cuerpo de Colt para después introducir sus dedos a donde estaban las heridas y sacó los restos de bala que estaban en ellas, Colt gimió de dolor mientras hacía aquello.

- Resiste amiga, estarás bien- le tranquilizó Ryan sacando de forma presurosa los casquillos, después le dijo a Jerry- pásame la antorcha hijo

. . .

Un leve dolor le hizo recordar que no fue en la guerra que sucedió aquello, fue por culpa de un Señor de la Guerra. Un hombre, o algo con forma de hombre, que la traiciono y mató a su amado e intento asesinar a ¿su hijo? Él le tendió una trampa a Colt para terminar aprisionándola, allí una cosa con forma humana le marco la mano para después azotarla y… quitarle algo suyo.

Luego recordó el color de su vestido, no era de color azul, tampoco blanco y mucho menos rosa. Era rojo, rojo escarlata. Ella era la mujer del vestido escarlata.

Ryan, con una respiración agitada, acercó la antorcha a donde estaba la herida de Colt; pero, antes de poder quemarla cicatrizándola, ella tomó sorpresivamente su mano para meter la antorcha en su cuerpo, haciendo que esta comenzase a quemar la herida. Para su horror Colt estaba despierta y en su mirada había una gran ira. Sus ojos habían tomado un color rojo. Ya no eran azules sino de un rojo casi infernal.

- ¡Nos traicionaste Señor de la Guerra!- rugió en ese momento sosteniendo la antorcha con fuerza quemando la herida

- ¡COLT!- gritó Ryan aterrado- ¡Colt espera!, ¡soy yo!, ¡Ryan!, ¿recuerdas?, ¡tu amigo, Ryan!

Ella por un minuto lo vio y se tranquilizo. Sus ojos volvieron a ser de color azul. Notó lo que pasaba por lo que le dijo

- Mueve la cabeza a un costado, ahora

- S.. si claro- gimió él , al hacerlo pudo ver que Jerry seguía mirando lo que sucedía- hijo, mueve la cabeza, ella ya está bien

- Si papá- balbuceó Jerry de forma inaudible doblando la cabeza en ese momento, se encontraba en un estado de shock ante lo que ocurría y su expresión de asombro lo mostraba con claridad

Colt sacó la antorcha de su abdomen para llevarla a su brazo. Comenzó a quemar la herida del mismo. Lanzó un grito que ahogó de inmediato cerrando sus mandíbulas con la culata de su revólver. De su voz salía un rugido reprimido más que un grito propiamente dicho. Al cauterizar la herida del hombro sucedió lo mismo.

Después tiró la antorcha al suelo. Ryan la cubrió de inmediato, aun sin verla, con su saco

- Gracias Ryan- le dijo Colt con calma y un poco de dulzura

- No tienes que dármelas- le respondió Ryan con pesar- fue mi culpa lo ocurrido amiga… debí escucharte

- Escuché cada palabra de lo que dijeron- le dijo Colt sonriendo- y yo no creo que seas un cobarde Ryan, en realidad me sorprende el cómo has llevado todo esto como un autentico hombre

- Colt, tu sombrero- le dijo Jerry devolviéndole su sombrero

- Gracias pequeño- le respondió Colt sonriendo mientras le recibía su sombrero; pero al hacerlo Jerry rompió a llorar y la abrazó

- ¡Creímos que te perderíamos!- lloró en ese momento, Colt saco su mano del abrigo y acarició su cabeza con cariño

- Yo no soy de las que se muere tan fácilmente pequeño- le contestó Colt riendo, al ver que el pequeño seguía llorando, bajó su mano para buscar en su bolsillo algo, sacó del mismo una armónica con la cual comenzó a tocar un tema tierno y lindo

- Que bello tema- sollozó Jerry sacando la cabeza de su regazo

- Sera nuestro tema, ¿te parece?- le dijo ella aun convaleciente sonriendo con ternura , luego añadió con una voz casi maternal- cada vez que sientas miedo o pesar, solo toca este tema y piensa en mí, te sentirás mejor, lo prometo

- Gracias amiga- le respondió Jerry volviéndola a abrazar

Colt miró el lugar en donde estaban y le preguntó a Ryan

- Ryan, ¿sabías de la existencia de esta mina de oro abandonada?

- No- le respondió Ryan luego la miró con cariño y le dijo- pero me gustaría descubrir el misterio de este lugar a tu lado

- Lo mismo digo- le respondió Colt guiñándole un ojo- lo mismo digo amado amigo

Luego ambos se vieron con esa pasión que solo los amantes pueden comprender.