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Capitulo 3: Problemas Respiratorio

5 con 50, Andrea llegaba a la gran casa de los Villarreal. Tardó unos minutos haciendo respiraciones antes de tocar el timbre, estaba un poco nerviosa.

Cuando por fin tuvo el valor de tocar varios segundos después la puerta fue abierta por el mayordomo.

— Bienvenida señorita, es usted la señorita Andrea Almonte? — Preguntó antes de dejarla pasar.

— Si, tengo una reunión con el señor Diego y la señora Diana.

— Por supuesto, pase adelante, joven.

— Gracias. — Andrea entró y el mayordomo la dirigió a la sala, estaba impresionada con el tamaño de la casa.

— Los señores bajarán en seguida, tome asiento. — Él se retiró y ella se quedó esperando pacientemente a los que, si le iba Bien, serían sus jefes.

Miró varias veces a su alrededor a ver si podía ver alguno de los niños, Pero había mucho silencio, lo primero que quería era poder caerle bien a ellos.

— Crees que estén planeando algo?. — Diana y Diego bajaban por las escaleras, Diego tenía a Doris en brazos mientras ésta le tocaba la barba chillando emocionada, amaba esa parte de su padre.

— Ojalá no. — ellos habían pasado a la habitación de Dyanne para decirle a todos que bajen a saludar a su nueva niñera.

— Buenas tardes. — Saludó Diana cuando vio a la chica sentada en la sala mirando la casa. — observando tu nuevo hogar?.

— Ah?.

— Gusto en conocerte, Andrea, mi nombre es Diana, él es mi esposo Diego y ella es nuestra bebé, Doris. — La bebé se quedó mirando a Andrea detenidamente para luego mirar a sus padres.

— Mucho gusto en conocerlos. Vine preparada para la entre...

— Oh, no es necesario. — La detuvo Diego. — De verdad necesitamos una niñera con urgencia, asi que estás contratada.

— De verdad!?

— Así es. — Diana sonreía al ver la emoción de la chica. — Antes que nada, Que edad tienes?. — la chica se veía muy joven y no le gustaría dejar a sus hijos con alguien menor.

— 20 años.

— Perfecto, bueno, te diría que empiezas la próxima semana como es costumbre Pero no podemos esperar tanto.

— Entonces?..

— Puedes ir a buscar tus cosas, vivirás aquí, el chófer se encargará de llevarte sin ningún problema, mi madre era quien cuidaba de Doris Pero se fue de viaje no hace rato, nosotros salimos muy temprano y los empleados de la casa teinen que hacer sus cosas, no podemos dejar nuestra hija con ellos.— Andrea escuchaba al señor Diego atentamente.

— Yo...claro, está bien . — Andrea sonreía a sus nuevos jefes y la bebé daba bronquitos al ver la hermosa sonrisa de la joven.

— Creo que ya te ganaste a nuestra pequeña princesa. — Diego se acercó y dejó a Doris en brazos de Andrea, la bebé sin dudarlo ni quejarse se fue a gusto a los brazos de aquella bella chica.

Se escucharon pasos en las escaleras y unos murmullos que hicieron sonrojar a la pobre Andrea.

— Dios mío, es realmente linda. — Axel era empujado por Diangela quien rodó los ojos al ver a Alex embobado de igual o peor manera.

— Sus ojos son hermosos.

— Ya, enano camina, no es para tanto. — Dijo Dyanne aunque tampoco daba crédito a la belleza de la cual gozaba aquella joven.

— Que no es para tanto?. — Alex soltó un suspiro cuando por fin llegaron al centro de la sala. — Si pudiera me casaría ya mismo.

Dyanne sintió un pequeño mareo al escuchar aquella pequeña risa que salía de los hermosos labios de Andrea.

— Bien chicos. — Diego miraba divertido a sus gemelos. — Les presento a Andrea, de ahora en adelante ella será su nueva niñera. Pueden presentarse. — El primero en colocarse frente a Andrea fue Alex seguido rápidamente de Axel.

— Yo soy Alex, yo soy el chico más guapo de esta casa. — Dijo inflando su pecho.

— ¡Claro que no! Soy yo, soy Axel. — se presentó también mirando a Andrea con una sonrisa. Ella no pudo evitar reír ya que ambos eran idénticos y peleaban por quien es el más guapo.

— Se han dado cuanta de que son idénticos? Ambos son muy guapos. — Los gemelos suspiraron y se alejaron satisfechos al recibir aquel elogia de tan hermosa mujer. La siguiente en acercarse fue Diangela.

— Hola, soy Diangela, soy la única cuerda de mis hermanos, a veces pienso que no tienen cerebro, en especial ella. — Señaló a Dyanne quien estaba por salir corriendo a buscar su inhalador cuando la vista de Andrea se posó en ella con una leve sonrisa. Diangela se alejó y todos esperaron a que Dyanne se acercara.

— No te presentarás?. — Andrea preguntó y Dyanne pestañó repetidas veces.

— Bebé? — Diana se acercó al ver cómo su hija mayor se revisaba los bolsillos. — Que pasa?

— M-mi... iré por mi...— Dyanne subió las escaleras rápidamente seguida de Diangela.

— Disculpa, ella tiene problemas respiratorio y tiene que usar su inhalador constantemente cuando no tiene sus medicinas, se las compré hoy Pero debe tomarse las antes de dormir.

— Entiendo. — Andrea sonrió levemente. — Bueno, iré por mis cosas. — Diana tomó a Doris quien no se quería separar de Andrea Pero al ver que era su madre se fue a gusto.

— Puedo ir contigo?!. — preguntó Axel.

— Y yo! — se unió Alex.

— Chicos...

— No hay problema si puedes llevarlos, no se rendirán hasta que les digas que si. — Dijo Diana.

— Bueno, está bien, así me ayudan a empacar. — dijo Andrea y los gemelos tomaron cada uno una de sus manos. — Volveremos pronto.