webnovel

¿Por qué...?

Caminaba estaba cansado ese día en el trabajo lo dejaron exhausto, firmar una montaña de papeles no era para alguien como él, debía retirarse y buscar algo que se apegue a su personalidad. Llego a casa notando la puerta semi abierta sabía que su pareja de dos años no estaría allí sino trabajando así que sólo podía ser un ladrón, entro con sigilo para no alertar al posible malhechor.

Dejo su maletín en la mesita cercas de la puerta y camino buscando al individuo que invadía su hogar, camino a la sala encontrándose con un chico rubio quien tenía cruzado tanto sus brazos como sus piernas.

Se quedó callado admirándolo negó con su cabeza, ¿Qué hacía ese joven allí?

—¿Quién eres tú y qué haces en mi casa? —pregunto sin moverse de su lugar alerta por cualquier movimiento que pudiera hacer el individuo.

— Tú pareja y la mía están teniendo sexo en este momento — dijo serio señalando hacía arriba.

Kirishima se quedó callado, ¿Quién era ese joven que venía a decir tales cosas sobre su novia?

— Si no me crees, ve a verlo con tus propios ojos — dijo el rubio suspirando.

Eijirou no contesto sólo empezó a caminar hacía las escaleras e ir a la planta alta, tenía que confirmar si eso era cierto. Conforme se acercaba empezó a escuchar ruidos provenientes de su habitación, ¿No podría ser cierto, verdad?, soltó un jadeo de miedo e impotencia.

Escucho a su novia gritarle por más al tipo con el que estaba, recargo su cabeza en la puerta ya con lágrimas en sus ojos, abrió despacio tenía que ver para comprobar, abrió lentamente sin alarmar a los que estaban en SU habitación y los vio, miraba como su novia se movía sobre ese sujeto y le decía que lo amaba.

Cerro la puerta y bajo corriendo debía salir de allí, camino rápido siendo seguido por el joven, Kirishima soltó un jadeo seguido de sollozos, sus lágrimas bañaban su rostro.

— ¿Estás bien? — pregunta estúpida pero debía hacerla.

— N...no... ¿Co...Cómo se supone que este bien...? — se dejó caer de rodillas al pavimento llevando ambas manos a su rostro dejando salir todo su dolor.

El rubio se acercó y lo abrazo siendo correspondido por el lloroso pelinegro, le dio palmaditas en su espalda para tranquilizarlo, acarició ese cabello extrañamente peinado, suspiro.

— ¿Quieres ir a tomar algo? — propuso el rubio recibiendo sólo un asentimiento de cabeza.

Caminaron buscando el bar más cercano, Eijirou buscaba olvidar esa mala experiencia y que mejor que tomando algo de alcohol, vio a su acompañante que no parecía tan perturbado al ver a su novio estando con su ya ex-novia.

Un momento... Se dio cuenta de que ese chico era ¿Gay?... Oh Dios no lo parecía, no pregunto ni dijo nada.

Llegando al bar ambos se sentaron y ordenaron unas bebidas, quien tomó más fue Eijirou ya llevaba unas 8 cervezas y el rubio sólo bebía agua ya que uno debía estar en sus cinco sentidos.

— Oye... tú... ¿Por qué no estas afectado? — pregunto dejando el vaso vacío sobre la mesa.

— Tenía unos días saliendo con él así que de los dos tú eres el más afectado... pero no deberías tomar tanto... — dijo preocupado.

— Tranquilo soy resistente al alcohol, pero dime... — se quedó callado — ¿Cómo...? — pregunto.

— Sospeche que algo andaba mal me eh topado con muchos hombres así, que dicen ser gay pero no lo son... y lamento entrar a tu casa sólo que me pareció extraña una llamada que tuvo en la tarde y decidí seguirlo cuando los descubrí sólo pensé en esperar a la pareja de la mujer esa — dijo un poco resentido.

— ¡Gracias! — soltó, dejando al otro confundido y asombrado — si tú no me hubieras dicho y hecho ver eso, yo aún seguiría siendo un estúpido y ciego al no ver lo que ella hace a mis espaldas, sabes ahora comprendo todas sus salidas, sus quedadas a comer con sus "amigas" — hizo un gesto extraño con sus manos simulando comillas.

El rubio sonrió un poco al ver al otro que aunque no lo demostrara ya el alcohol lo estaba afectando.

— No te rías, es algo serio idiota — dijo haciendo un puchero.

— ¿Idiota yo? — se señaló — no, estas muy equivocado — dijo sonriendo mientras posaba su cabeza en la palma de su mano — el único idiota aquí, eres tú — lo señalo, viendo al otro bajar un poco la cabeza.

— Lo sé... — soltó nada más — por cierto... — guardo silencio.

— Hum — soltó el rubio.

— Perdona que sea tan lento pero... ¿Podrías decirme tu nombre? — sonrió avergonzado.

— Soy Katsuki Bakugou tengo 18 años y soy gay — dijo sonriendo y guiñándole de manera coqueta.

— Ya... — se avergonzó al escuchar al tal Katsuki siendo directo — este...yo soy Eijirou Kirishima, tengo 22 años... — sonrió tímidamente — gusto en conocerte — levanto su mirada topándose con la del rubio.

— Ojala fueran otras circunstancias — suspiro Katsuki.

— ¿Eh? — soltó Kirishima.

— Eres mi tipo y ojalá te hubiera conocido antes que aquél imbécil creo que hubiéramos hecho bonita pareja — soltó más para él que para el pelinegro quien al escucharlo se ahoga con su nueva bebida y empezó a toser.

El rubio se da cuenta de las palabras que soltó sin darse cuenta, trata de ayudarlo pero Eijirou se aleja, eso hace que Katsuki se sienta un poco mal, suspira mientras aparta su mirada de Eijirou. No sabe porque pero esa reacción no le gusto para nada, su corazón duele, duele de nuevo será que nunca podrá encontrar a alguien con quien ser feliz, pensó que tal vez con ese chico lo sería pero se equivocó y ahora con el pelinegro tampoco podía intentar nada.

Kirishima después de recuperarse un poco, respiro tratando de relajarse eso lo tomo desprevenido, no porque pensara que fuera asqueroso sino porque lo soltó casualmente, miro al rubio quien miraba entretenido cualquier cosa menos a él.

— Oye... Bakugou... — llamo Eijirou.

— No tienes que decir nada... sé que tal vez te debes sentir asqueado de que otro hombre te diga eso — suspiro — será mejor que nos vayamos ya has tomado mucho — cambio de plática.

— Pero... — dijo tratando de debatir lo dicho por el chico.

— Ya ha tomado mucho será mejor que vaya a casa y yo a la mía — dijo en voz baja poniéndose de pie y empezando a caminar.

— Ey... espera... — dejo el pago y camino tras él mareándose por el rápido movimiento — espérame — susurro, eso hizo que Bakugou se detuviera.

— Date prisa ya es tarde — dijo bajando la mirada.

— Vamos — dijo Eiji aún lado del rubio — tus padres deben estar preocupados — dijo viendo la hora la 01:15 a.m.

— No vivo con mis padres — soltó el rubio.

— Oh... aun así es tarde, ¡Aaah! — dijo frustrado agarrando sus cabellos — debo buscar un hotel donde dormir — suspiro frustrado.

— Podrías... — no término lo que diría.

— ¿Eh?, ¿Dijiste algo? — pregunto confundido deteniendo al rubio.

— No dije nada no seas idiota — bufo Katsuki.

— Dime... — exigió saber.

— Es una tontería y con lo que acaba de pasar no creo que sea buena idea — suspiro.

— Vamos, dime prometo no burlarme ni nada de eso... — aseguro sonriendo, deteniéndose de una pared al sentirse mareado.

— Creo que tu resistencia no funciono — se burló el rubio.

— No seas malo por favor dime — rogaba Eiji.

— Sólo no te molestes está bien — suspiro derrotado recibiendo sólo una sonrisa de Kirishima, ese hombre sí que era insistente — cuando dijiste que debías buscar un hotel para dormir pensé... — suspiro — que porque no te quedas hoy en mi casa ya estamos cercas y es muy noche — dijo nervioso viendo la mirada sorprendida de Kirishima.

— No creo que sea correcto — contesto suspirando Eijirou — será mejor que me vaya — dijo nervioso aunque no sabía porque.

Vio al rubio bajar la mirada mientras suspiraba algo le decía que la había regado, intento disculparse aunque no sabía porque, pero ver esa mirada en el otro no le gusto.

Katsuki se sentía un idiota estaba claro que no aceptaría, ese chico no era como él, suspiro sonriendo levemente.

— Bueno debo irme ya pasan de las 2:00 a.m. — se despidió el rubio y empezó a caminar.

Kirishima lo vio alejarse sintiéndose extraño, se quedó recargado en la pared esperando que su malestar pasara cuando se recuperó sintió como su celular vibró anunciando una llamada entrante. Tomo el móvil y vio que la que llamaba era su supuesta novia, su enojo volvió, corto la llamada no quería saber nada de ella.

Empezó a caminar buscando un lugar donde dormir, estaba cansado tanto física como emocionalmente sólo quería ducharse, meterse a la cama y llorar como un bebé, vio a lo lejos un hotel así que camino hasta llegar a él. Cuando entro pidió una habitación, se la dieron y avanzó a ella para hacer lo que había pensado, cuando se bañó, salió con una toalla en la cintura no tenía ropa que ponerse así que uso la misma, se acomodó en la cama, suspirando cerro sus ojos para poder dormir y dejar de pensar.

Continuara