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Un día como caballero P1 y P2

 Parte 1: Fidelidad a los corazones.

El rey permaneció de pie, esperando a que todos se retiraran. El caballero que había cubierto a Rose intentó salir con ella, pero Rose lo detuvo.

 

No… Deja que ellos se vayan primero.

 

Los dos caballeros cargaron al héroe de tréboles, aún inconsciente, mientras que la Dama de Picas salió junto a su propio caballero. El Lancero, que se había quedado conversando con otro caballero poco después de su aparición, fue ayudado a levantarse y caminar. Rose observó cómo los otros caballeros atendían a los magos inconscientes en el suelo. Una vez que los otros tres héroes se fueron, el caballero condujo a Rose fuera de la habitación.

Tuvieron que subir varias escaleras, ya que la invocación se realizó en una sala subterránea. Al salir, se encontraron en una estancia iluminada por la luz del sol que entraba por una única puerta abierta. Afuera, se veía un jardín y lo que parecía ser la parte trasera del castillo. Mientras caminaban hacia el castillo, Rose miró hacia atrás, analizando el edificio del que habían salido: una especie de templo con figuras de cuatro armaduras decoradas con corazones, picas, diamantes y tréboles, cada una portando un arma diferente.

 

¿Qué son esas estatuas? —preguntó Rose.

 

El caballero, sin voltear a verla, respondió:

 

Ustedes. Esas estatuas representan a los cuatro héroes. Tú se supone que eres la de corazones.

 

Al observar la estatua con patrones de corazones, Rose notó que tenía una silueta femenina con grandes pechos.

 

Ya veo por qué ese anciano estaba tan molesto…

 

Siguiendo al caballero, Rose fue llevada al interior del castillo, hasta una habitación donde varias damas semi-humanas con vestidos de sirvientas la recibieron.

 

Bienvenida, Heroína de Corazones —dijeron al unísono, levantando la mirada y sorprendiéndose al ver a un hombre. La mayor de ellas, una mujer con rasgos felinos y cabello naranja, se acercó al caballero.

 

E-Esto debe ser una broma, ¿verdad? ¿¡Esto no es para lo que fuimos entrenadas!?, ¿no ves? ¡Es un hombre! —exclamó la sirvienta, como si estuviera reclamando.

 

Él es el héroe de corazones, les guste o no —respondió el caballero firmemente.

 

Soy mujer…— Rose exclamo débilmente —He sido mujer desde que nací, y si no pueden ver eso, pues tampoco las quiero aquí —dijo imponiendo su voz a los demás. Ya tenía experiencia en imponer este tipo de conversaciones.

 

Las sirvientas guardaron silencio y se retiraron una por una. El caballero también se quedó en silencio, deteniendo a la sirvienta mayor.

 

Traigan algo de ropa para el héroe.

 

La sirvienta asintió, lanzando una mirada de desdén hacia Rose la cual solo se estaba cubriendo con un manto rojo la cual era la capa del caballero.

 

Eso también iba para ti —dijo Rose, mirando al caballero con decepción y enojo.

Si no puedes respetarme, no puedo confiar en ti. Gracias por protegerme, pero creo que aquí acaba todo.

 

Con determinación, se quitó la capa del caballero y se la devolvió.

El caballero se mostró sorprendido por sus palabras, pero ya había tomado una decisión. agachando la cabeza con una leve sonrisa en su rostro la cual no se veía por su casco.

 

Éramos 25 caballeros en la sala de invocación. Solo 10 de nosotros teníamos el derecho de elegir a qué héroe queríamos servir. Como ya viste, cinco de nosotros logramos quedarnos al lado de un héroe.

Rose no entendía del todo a qué se refería el caballero, pero su expresión seguía siendo amenazadora.

 

Todos querían servir a la Heroína de Corazones. Incluso el rey pensó en renunciar al trono para hacerlo. Yo pensaba que solo eran unos interesados e infantiles ya que yo había decidido ir con el héroe de la lanza.

 

Rose frunció el ceño ante estas palabras.

 

¿Y por qué te fuiste conmigo? —preguntó enojada.

 

Porque nadie más lo hizo. No fui por lástima ni por tristeza, sino porque como caballero debo proteger a mi héroe mientras no se pueda proteger a sí mismo, y tú parecías venir de una situación en la cual no podías protegerte… Y me pareció una falta de honor que ninguno de tus fanáticos fura a tu rescate.

 

Rose se quedó perpleja al escuchar esto, recordando lo que había pasado en su mundo, y comenzó a temblar un poco. Después de unos segundos, el caballero se arrodilló ante ella.

 

 —Mi héroe… No, mi Señora de Corazones. Si tengo que llamarla "mi lady" para que me deje protegerla, lo haré, porque es mi deber como caballero y porque quiero protegerla, mi señora. ¡Le soy fiel al rey, al reino y a la sacerdotisa de Corazones!

Acto seguido, el caballero se quitó su casco manteniendo su mirada agachada. Rose, al ver el rostro del caballero, se sorprendió por el parecido con un actor de su mundo que interpreta a un dios nórdico, con la diferencia de que este tenía una cabellera y barba de una tonalidad dorada brillante.

Algo distraía por el aspecto del caballero noto que el tono del caballero en su discurso cambió mientras hablaba, pero su sinceridad era evidente. Rose, al escucharlo y verlo arrodillarse, recordó cómo en varias convenciones y firmas de autógrafos sus fans hacían lo mismo. Aquello la hizo sonreír y recordar por un momento que no todos sus fans eran monstruos como los de esa noche.

 

Bien… Dejaré que cumplas con tu deber si respetas el hecho de que soy una mujer.—

 

La más hermosa, como dictan las leyendas —dijo el caballero, levantando la mirada y viendo directamente a los ojos de la heroína.

 

Rose al ver esos ojos esmeraldas se sorprendió porque pensaba fielmente que esos ojos podrían brillar en la oscuridad, por un instante, los ojos del caballero brillaron con un destello rojo lo cual fue imperceptible para Rose.

Cual es tu nombre? Educado caballero

El caballero se levanta sonriendo y en un tono formal y tranquilo responde.

Mi señora soy hijo de Gabriel G. Márquez, entrenado por Sr. Patrik, me conocen como Sr. Dominik G. Meyer Primero en la lista de Caballeros reales del reino de Nuremtich.

P2: Trébol de 3 hojas.

Los dos caballeros entraron a una habitación llena de mujeres semi-humanas con trajes de sirvientas.

 

Bienvenid-— Las semi-humanas fue interrumpida por el más alto de los caballeros.

 

Sí, sí, lo que sea, largo, asquerosas gatas. El héroe no está para recibirlas. Así que váyanse, ya las llamaremos.

 

Los caballeros pusieron al héroe en la cama de la habitación y esperaron a que las sirvientas se retiraran.

Las sirvientas accedieron a salir, a pesar de que no todas tenían rasgos felinos. La mayor de ellas, una semi-humana con el cabello en una larga trenza rosa, piel azulada y manos palmeadas, se dirigió al más alto de los caballeros.

 

Como la mayor, estoy en la obligación de atender al héroe, eso incluye sus heridas.

 

La semi-humana tenía rasgos de alguna especie de pez; sus ojos eran los de un lagarto, brillando en un color naranja, y carecía de nariz. El caballero, asqueado por esta apariencia, simplemente no le dirigió la mirada.

 

No nos importa, somos los caballeros reales del héroe. Si quieres ayudar, solo tráenos algo de comida.

 

La semi-humana asintió, pero al carecer de pulmones humanos, no podía suspirar ante la situación. El equivalente a esto en su especie fue cerrar sus párpados internos dos veces antes de salir de la habitación.

El caballero más alto se quitó el casco y dio una gran bocanada de aire, dando a entender que estaba aguantando la respiración. El caballero tenía ojos grises y un cabello despeinado, el cual estaba elevado en dos puntas, dándole la apariencia de dos orejas de lobo, lo cual combinaba con sus ojos afilados y rasgos amenazantes.

 

Malditas bestias acuáticas, huelen igual que sus parientes —mencionó el caballero con disgusto. —

 

Exageras. Si trabajan para el héroe, no deberían oler mal, pero me sorprende que la hayan dejado mostrar su rostro. ¿No teníamos máscaras para que oculten esa espantosa apariencia?

 

El otro caballero respondió en un tono más tranquilo. Estaba sentado en la esquina de la cama en la cual descansaba el héroe. Al quitarse el casco, mostró unos ojos grises iguales a los de su compañero, pero debido a sus ojos grandes y redondeados, su cabello negro formando un Mod Cut, sumado a su estatura inferior al promedio de caballeros reales, lo hacían ver más inocente e inofensivo.

 

¿También piensas que la invocación fue un desastre?

 

El caballero de ojos cálidos habló mientras veía a su héroe aún inconsciente. Casi al instante se escuchó el golpe de metal contra la madera. Al voltear, vio a su compañero que acababa de golpear la pared.

 

¿Desastre? —dijo su compañero de cabello puntiagudo—. ¡Una espada vacía, una lanza llorona, un escudo de cristal y una sacerdotisa hombre! —El caballero tenía una expresión que reflejaba su ira y descontento con los supuestos héroes—. Escúchame bien, hermano, al menos en esta generación de héroes somos el único grupo de dos. Tenemos que entrenarlo para que sea el mejor de esta generación.

 

Mientras mencionaba esto último, se acercó a su hermano, agarrándole la hombrera desde abajo y tirando de él, haciendo que levantarse de la cama.

 

Y más te vale no delatar mis métodos al rey, ¿entendido?

 

Su mirada emanaba tanto odio que su hermano creía ver cómo sus ojos se volvían rojos y un aura de este mismo color llenaba la habitación. Pero a diferencia de su alterado hermano, el caballero no se dejaba provocar y seguía mostrando sus ojos amables y relajados.

 

Yo nunca te delataría, Ventus. Además, te quería decir exactamente lo mismo. Necesito al menos ganarle en esto al presumido de Dominik ahora que decidió apoyar a ese horrible hombre.

 

El hermano de actitud serena soltó una risilla después de mencionar al caballero y al héroe de corazones, a lo cual su aliado de mayor tamaño correspondió con una risa, soltando a su hermano.

 

Jajaja… Odio esa serenidad tuya, Nix. Obsesionarte con los ideales del héroe del escudo te hace ser tan aburrido —su risa se apagó para hablar entre dientes—. Tal vez por eso el golpe que le diste lo noqueó —insinuando que el golpe para callar al héroe tenía también sentimientos personales.

 

Admito que me decepcionó ver un escudo más pequeño que yo, pero sé lo que es ser pequeño en un mundo de gigantes —la mirada serena de Nix cambió a una mirada asesina que emanaba un aura de azul intenso que, a diferencia de la de su hermano, sí estaba materializada.

 

¡Pero lo que no sé es ser alguien débil en un mundo de fuertes! —el tono sereno del caballero se volvió el de alguien desquiciado—. Soy Nix De Luca, huérfano, entrenado por la Sra. Glacies, segundo en la lista de caballeros reales del reino de Nuremtich y transformaré a este debilucho y deformado hombre en "el Escudo del Mundo".

 

Ventus parecía soportar bien el aura de Nix, pero cuando cambió su tono de voz lo sorprendió por un instante, lo cual hizo que el aura se apoderara de esa emoción y la intensificara, haciendo a Ventus más dócil.

 

Y yo soy Ventus De Luca Huérfano —su emoción de asombro al ser explotada lo hizo sentir una profunda admiración y respeto hacia su hermano—. Entrenado por el Sr. Patrik, décimo en la lista de caballeros reales del reino de Nuremtich y te ayudaré en todo lo que necesites, hermano mayor.

 

Ventus se arrodilló ante su hermano con la cabeza agachada. Mientras tanto, Nix, aún con su aura activada, lo volteó a ver con sus ojos emanando un deseo de muerte y sufrimiento.

 

Más te vale, porque esta es mi oportunidad de ganarle a Dominik y este desperdicio de héroe ni mi tonto hermano me lo arrebatarán. —