Apostando la mansión del Dios de la guerra por la victoria de Feng Tianlan

"Hermano mayor Rong". Feng Xiuyu no estaba feliz cuando escuchó lo que había dicho Si Rong. Ella miró a Feng Tianlan con fuego en sus ojos. "Si va a entrar en tu palacio, entonces no debería ser más que una sirvienta".

Las tácticas difíciles de conseguir de Feng Tianlan estaban funcionando en el Gran Hermano Rong, y le disgustaba.

Pero como a Feng Tianlan le gustaba tanto el Hermano mayor Rong, no era mala idea permitirle entrar al palacio como una humilde sirvienta. Entonces, como su esposa oficial, podría aplastarla muy fácilmente.

La hacía feliz con solo pensar en la heredera Feng convirtiéndose en una sirvienta.

Feng Tianlan los miró con gran desdén, luego resopló a Feng Xiuyu, "Solo tú puedes pensar que un montón de mierda huele bien y sabe delicioso".

"Tú…"

"Ok, suficiente. Todas somos hermanas, entonces, ¿por qué hacernos las cosas tan difíciles?" Feng Xiupei cortó rápidamente a Feng Xiuyu. Miró las píldoras, que todavía estaban en el aire como una miríada de estrellas. Un destello de crueldad brilló en sus ojos mientras miraba a Feng Tianlan, pero su voz aún era suave cuando dijo: "La hermana mayor puede comenzar primero. Te daré una concesión".

¡Feng Xiupei quería que estas píldoras fueran suyas para poder entrenar a su tropa de guardaespaldas!

"La batalla entre la que no sirve para nada y la genio está a punto de comenzar. ¡Todos hagan sus apuestas! Yo seré el banquero: ¡los ganadores ganarán diez veces más! Dense prisa, muchachos; ¡Esta es una victoria segura!" Un hombre barrió todos los platos de su mesa en el momento en que escuchó que la batalla estaba comenzando. Hizo dos áreas para que la gente apostara: una para el ganador, otra para el perdedor.

Todos estaban preparados para apostar a que Feng Xiupei ganara y Feng Tianlan perdiera.

"¡Buena para nada versus genio! ¡Los resultados son obvios! ¡Apúrate y haz tus apuestas! Estoy apostando a que Feng Xiupei gana, y apostaré una píldora de recolección de espíritu de grado 8."

"¡Apuesto a que Feng Xiupei gana, y apostaré un arma excelente, la espada trueno, que vale un millón de monedas de oro!"

"Apuesto a que Feng Xiupei gana y apostaré mi mitad inferior. Si gano, será mejor que me des diez bellezas. Si pierdo, me cortaré las pelotas".

"¡Jaja! No hables demasiado pronto. ¿Recuerdas la última vez que alguien dijo que se castraría a sí mismo si ganaba Feng Tianlan? No lo hizo él mismo, pero Luo Yunzhu envió a alguien tras él para asegurarse de que se hiciera".

"¿Hola? Esta es una batalla entre una espiritualista de primera etapa y una maestra espiritual de etapa avanzada, por lo que es como una hormiga que se enfrenta a un elefante. Feng Tianlan no va a ganar, no se preocupe. Pero, por si acaso, será mejor que coloque dos millones de monedas de oro en su lugar".

Los invitados apostaban febrilmente y se apresuraron a apostar a que Feng Xiupei ganaría. Al final, la mesa estaba tan llena de apuestas para Feng Xiupei que solo quedaba un espacio del tamaño de una palma para que la gente apostara por Feng Tianlan.

Feng Xiupei asomó la barbilla con orgullo cuando vio que esto sucedía y miró con arrogancia a Feng Tianlan. La multitud había apostado las cosas que eran más preciadas para ellos. Confiaban en que Feng Tianlan iba a perder.

Si Mobai miró a la mesa de apuestas y luego dijo con calma: "Apuesto mi mansión por Feng Tianlan".

Todo el clamor emocionado de la multitud se detuvo inmediatamente cuando lo escucharon. Miraron a Si Mobai como si estuviera loco. ¿El valiente y caballeroso dios de la guerra había sido pateado en la cabeza por un burro?

Esta era una batalla entre una buena para nada y una genio, por lo que no habría ningún resultado inesperado. La ganadora definitivamente sería la genio, Feng Xiupei. Posiblemente no podría ser Feng Tianlan. Incluso si de alguna manera ganara, ¿quién se atrevería a aceptar la propiedad del Dios de la guerra como premio?

Era extraño que el Dios de la guerra hiciera una apuesta, por lo que la multitud asumió que solo se estaba uniendo por diversión.

Feng Tianlan le echó un vistazo a Si Mobai porque ahora también estaba un poco confundida. ¿Qué diablos estaba haciendo? ¿No había accedido a no dejar que nadie supiera sobre ellos dos?

Feng Xiupei también miró con curiosidad a Si Mobai, pero rápidamente lo descubrió. Ahora estaba segura de que el Dios de la guerra estaba enamorado de ella y había apostado deliberadamente por Feng Tianlan para atraer su atención. Le estaba insinuando a Feng Xiupei que le estaba dando la oportunidad de ser dueña de la mansión del Dios de la guerra.