1 El prisionero.

Kaele trabaja en un proyecto de infraestructuras, vive su vida tranquilamente, reparando problemas de fontanería e infraestructuras en "Visby" o como todo el mundo la conoce "La Ciudadela de Metal", pero su vida es siempre la misma, aburrida y sin sentido. Siente mucha curiosidad por lo que puede haber más allá de esta ciudad. La ciudad es de tipo cyberpunk, es similar a una ciudad industrial, está rodeada por un gran muro de metal que no permite salir al exterior.

Los días pasan lentos y la rutina siempre es la misma, Kaele se inunda en un mar de dudas, se pregunta el porqué de su existencia, cuál es su propósito en este mundo o, mejor dicho en esta ciudad. ¿Qué habrá más allá de ese muro gigantesco que rodea la ciudad? ¿por qué nadie puede salir de esta ciudad?, ¿Qué raro paisaje estará ocultando ese enorme muro?, pero a nadie podía hacerle estas preguntas, si alguien empezaba a pensar diferente al resto y desobedecer la ley suprema de la ciudad con ideas absurdas sería llevado prisionero.

Acaba de amanecer y el despertador suena como todos los días a las 6 am, Kaele como puede sale de su cama adormecido aun, el ruido de una pelea callejera no lo dejo dormir bien. Prepara su desayuno y luego se va a duchar para ir a repetir la misma rutina de todos los días.

—Buenas tardes, señores, —se oye en la zona de abastecimiento de agua, donde Kaele estaba arreglando unas tuberías con sus compañeros, —es un comandante del ejército —susurra uno de los compañeros.

—¿Cómo va la reconstrucción de la tubería en el área 12?

Un hombre viejo y calvo, de unos 60 años, líder del grupo, se acerca a él y le dice.

—Muy bien, comandante Sulke, muy pronto se restablecerá el suministro de agua en el área 12, estamos trabajando duro para conseguirlo, ¿qué le trae por aquí?

Con una mirada aterradora, ojos profundos y un gran porte, el comandante les dice.—Una de las basuras del área 13 se ha escapado de la prisión. Si lo ven, no duden en avisar y si alguno de ustedes lo está ayudando o lo ve y no avisa a los oficiales, también será llevado con esa basura al "Foso" (Es como llaman a la prisión para los que se oponen a las leyes de la ciudadela).

Kaele, sin mucho interés en lo que decía el comandante, ya que estaba ocupado con un problema en una de las tuberías, de repente rueda una llave hacia un agujero entre 2 enormes tuberías que se encuentran en la pared. Entra y es como una especie de callejón oscuro y pequeño, de repente se siente observado y ve una silueta, esta lo agarra y le tapa la boca para que no hable fuerte y los guardias lo descubran.

—Shhhh, por favor, cállate, dijo el tipo misterioso.

—umhmu

—¿Qué?

—Suéltame. —Dijo Kaele sin apenas entenderse lo que decía porque el tipo misterioso le tapaba la boca con la mano.

—Lo siento, es que no quería ser descubierto por esos guardias.

—¿Eres el criminal del que hablaban hace un minuto?

—Sí, pero por favor no me delate.

—Lo siento amigo, pero si me descubren cubriéndote me llevarán al foso y no me imagino estar ahí. Kaele camina con la intención de salir rápido de ese lugar y avisar a las autoridades, pero el prisionero le dice:

—¿No has tenido nunca un sueño, un anhelo, no crees que la vida en esta ciudad es aburrida, no te preguntas qué puede haber más allá de ese enorme muro?

Kaele se detiene y piensa un rato, ya había tenido pensamientos como los de este tipo, pero su miedo y el respeto a la autoridad de la ciudadela que le inculcaron desde pequeño no le dejaban ni pensar en explorar más esas ideas que iban en contra de la ley.

—Me llamo Agilaz —dijo el prisionero—, un placer, si quieres entregarme está bien, no puedo obligarte a que me encubras y acabes en la cárcel por mi culpa, pero piensa en lo siguiente.

No te imaginas que hay más allá de ese muro, un mundo nuevo sin conocer. Podríamos vivir una vida libre sin obedecer y ser humillados por el ejército de esta ciudad que quiere imponer sus reglas y dictar cómo debemos vivir. ¿No te gustaría ser libre?

Kaele se queda pensando un buen rato y se presenta: —Me llamo Kaele, desde pequeño siempre he querido saber qué hay detrás de ese muro, quizás no sea como me lo imagino y solamente sea tierra muerta y desolada, pero de mi cabeza no sale la idea de que pueda haber algo allá que me espera.

—Sí, es algo extraño que el ejército no deje acercarse a nadie al muro, seguramente nos quieren como esclavos en esta ciudad de mierda. Ellos son los únicos que se dan la gran vida, a los más pobres nos tratan como esclavos en las minas y en los trabajos duros y pesados, estoy cansado de ello —exclama Agilaz.

—Bueno, yo nunca he pasado necesidad porque pertenezco al área 5 y tengo un trabajo decente, pero cuando visito áreas como la 9 y esta veo cómo tratan a la gente como si fuera basura.

—Sí, eso es, amigo, nos quieren como esclavos para poder vivir como reyes.

—Bueno, vamos a hablar a otro lado, los oficiales ya están un poco lejos.

Así comienza la aventura de estos dos tratando de evitar ser apresados por el ejército de la ciudad antes de descubrir lo que hay más allá de ese enorme muro.

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