1 Prólogo

-Por favor.. Bakugou deja de gol...pearme. - dijo un chico de pelo verde con pecas el la cara, se lo veía muy golpeado y con quemaduras severas.

- Je, je, quien te crees que eres Deku.-le respondió ,un rubio con el pelo alborotado, haciendo explosiones en sus manos.-tu no me das órdenes solo eres un simple Quirkless eres un inútil.

-Jefe debemos irnos, de todas formas no vale nada este Quirkless.-aclaró un gordito con alas

-Es verdad-dijo otro de sus compañeros

-CÁLLENSE!!, de todas formas, ya terminamos aquí. - finalizó dándole la espalda a su ex amigo Izuku o como lo llamaba, Deku.

En eso se puede ver como el grupo de niños encabezados por el musulmán doblaban una esquina y desaparecía de su vista. Izuku se levantó, se quitó un poco el polvo en su ropa e hizo el camino de regreso a su casa cojeando.

Durante el trayecto una pregunta volvió a pasar por su cabeza:¿Por qué me odian?

Seguía caminando sin prestar atención a su alrededor mientras otra pregunta aparecía en su mente: ¿qué mal les hice yo para ganarme este desprecio?

Un par de lágrimas nacieron de sus pequeños ojos lentamente cuando se percató de su acción inconsciente no notó que llegó a su hogar. Con cierta pesadez, debido al escozor de las heridas, intentó subir las escaleras pero no pudo siquiera levantar el pie.

-maldición! - provocó un leve quejido desde su boca-deberé usar la misma ruta de siempre... Otra vez-su mirada se clavó en una maceta con una bonita flor de hojas blanca y roja. Se acercó y la apartó dejando expuesto un pequeño túnel.

Agachándose lentamente introdujo de forma lenta y segura su cuerpo en ella, cuando todo entró procedió a devolver la flor a su lugar. Mientras pasaba por el túnel recordaba ese día en la guardería

Flashback

Había pasado un día desde que el doctor me diagnosticó quirkless. Desde ese momento mi mamá me dejó de hablar y mi hermana Izumi también, resulta que ellas estaban decepcionadas de que se hermano/hijo no tenga un quirk. Podía escucharlas en la cocina hablando cosas desagradables sobre mi.

"Deberíamos matarlo nadie se daría cuenta"

"No debía haber nacido"

"Nos traerá vergüenza y deshonor a la familia"

Esas palabras que debieron apoyarme estaban destruyéndome por dentro... Pensaba que todo se iba a acabar...

Que equivocado estaba...

Me dirigía hacia la guardería solo ya que mi madre y hermana se adelantaron dejándome solo, de todas formas no me preocupaba, a causa de la situación me tuve que adaptar rápidamente a la mente de un adulto mayor como para cruzar la calle o ir a comprar comida solo, en fin, estaba a punto de llegar a mi jardín cuando una maraña de niños se amontonaban alrededor de alguien. Apenas pude pasar entre toda la multitud y cuando pensé que encontré la salida me encontraba frente a frente con mi hermana.

El miedo se apoderó en mi ser y caí de espalda. Pensé que se iba a burlar como siempre lo hace pero hizo algo que me dejara marca toda la vida.

-Pero si es mi querido oni-chan, la persona que la quiero...-dejó un silencio, comenzó a acercarse lentamente mientras se paraba delante mio y pegando su boca a mi oreja susurró-ver muerta!-de pronto una llamarada de su boca salió quemando mi oreja en el proceso.

Grité como nunca en mi vida, me retorcía en el suelo mientras lágrimas caían de mis ojos, esperaba que alguien viniera a ayudarme pero noté que nadie se interesaba en mi en cambio todos seguían alabando a la persona que consideraba mi hermana por poseer un quirk tan poderoso. Por un momento visualicé a alguien entre la gente pidiendo permiso desesperada pero nadie la dejaba pasas. No recuerdo nada más solo la oscuridad se apoderaba lentamente de mi mente creía que iba a morir...

Otra vez estaba equivocado...

No recuerdo cómo terminé en un hospital o quien se tomó la molestia de traerme pero sea quien sea le estaré eternamente agradecido.

Fin del Flashback

Mientras recordaba, notó una pequeña puerta de madera con un picaporte. Confiado abrió la puerta dejando ver una habitación oscura, a simple vista no era nada del otro mundo pero si se forzaba la vista notarían que estaba lleno de poste de el héroe número 1, All Might, él soñaba ser como él a pesar de no tener quirk pero quería ser la primera persona en intentarlo. Tras salir del agujero tapó la entrada y se encaminó a su cama o a lo que quedaba de ella ya que solo tenía una simple sábana ligera que no evitaba dejar pasar el frío. A punto de acostarse la luces se prendieron repentinamente dejando ver a una Izumi apoyada en la esquina de su cuarto.

-oh...hola hermanito qué estabas haciendo debajo de la casa, acaso pensabas huir?-preguntó mostrando claramente su enojo-veo que estás muy rebelde, acompáñame, vamos a decirle a mamá sobre tu pequeño secreto.

-no creo que sea necesario... Izumi-chan-dijo desde el fondo una mujer de cabellera verde de una contextura delgada-veo que estás desobedeciendo mucho últimamente así que vamos a darte un castigo apropiado... Izumi-chan?

-claro ok a-san-una llamarada de fuego salió de su boca en dirección al peliverde, este intentaba escapar pero notó que unas sogas lo aprisionaron evitando su escape.

Durante los próximos 5 minutos, Izuku padeció un infierno:cortes con cuchillos, quemaduras de 2do grado, fracturas, le dislocaron los dos brazos. Mientras las dos mujeres....disfrutaban de esa diversión a tal punto de volverse una adicción

-oh vaya creo que es hora de comer, quieres algo Izumi-chan?

-yo quiero unos huevos revueltos! Con pan y...-su voz desaparecía mientras se alejaba.

En un desesperado movimiento de cortar las sogas intentó usar el pequeño cuchillo lleno de sangre pero no alcanzaba, intentó sacar sus pies por medio de las sogas pero no funcionaba y así estuvo sin poder hacer nada. Como si fue una plegaria alzó la vista y pidió el deseo de escapar de ese miserable lugar y... como si fue coincidencia, magia, o decisión del autor, las sogas fueron rotas por una pequeña ventana dejando libre al peliverde. Sin dudar el niño salta la reja perdiéndose en las calles.

Varias horas habían pasado desde que se fue corriendo. Agitado, decidió descansar su pequeño cuerpo en un árbol... acurrucándose todo lo que pudo quedó profundamente dormido sin darse cuenta que ese árbol en realidad era una estatua que cambiaría si vida para siempre

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