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Guerra de guerrillas en la Mazmorra

El enano no dejó mucho detrás suya, unas ropas y armadura hecha jirones, una espada corta oxidada, un cinturón y una bolsa de cintura con 25 monedas de plata y 12 monedas de cobre. No sabía si eso era mucho o poco, pero aproveche para ponerme el cinturón y así colgar la espada, el cuchillo y el hacha de mano en la cintura para que fuese más cómodo usarlas en caso de necesidad.

Con la ropa y el cuero conseguí hacerme unos improvisados zapatos, que aunque no eran un consuelo al menos me quitaban la desagradable sensación del suelo en mis pies.

Al bajar por el pasadizo de vuelta mi sorpresa fue escuchar dos voces chillonas hablando en un idoma desconocido... me peque a una pared, no había luces así que no utilizaban antorchas para avanzar, debían tener una habilidad parecida a la mía sino una mejor visión.

Efectivamente se dirigían a la letrina, deje el escudo a un lado, no era útil en un ataque por la espalda... el problema es que ahora había dos goblins... cuando empalase a uno este gritaría o alertaría al otro... la cosa era no fallar el tiro y ver como arreglar el segundo enemigo... Mientras olores nauseabundos y sonidos de trompetas se sucedían me fuí acercando...

Mierda estaban de frente... no me daban la espalda... cambio de planes, les emboscaría en la encrucijada, aprovechando la esquina mi cuerpo no se vería...

El primero de ellos debió acabar primero y se acerco al cruce... lo ensarte de lado con la lanza haciendo que le atravesase de una parte a otra y dejándole con más de un metro por cada lado... igual que el primero no podía girarse ni perseguirme, me escurrí corriendo por debajo de la lanza, y con el hacha a punto me dirigí al otro cagón.

Se entiende que se alertó pero con el taparrabos en los tobillos, el culo al aire, el mojón a medio salir, solo consiguió salir a trompicones para que un hacha se le clavase en la frente...

Al primero lo remate por la espalda cortándole el cuello con el cuchillo... Por suerte no había tenido la idea de dar la alarma, me imagino que con el dolor de una lanza atravesándole el cuerpo tenía cosas mejores en las que pensar... Era un goblin no un disciplinado soldado... aposté y gane, este era un juego realista y el aturdimiento del dolor era un factor a tener en cuenta...

Registré el cuerpo de los dos goblins, una porra o maza de piedra, y lo que parecía ser una lanza, aunque para mi tamaño era más un bastón acabado en punta, escondí a los cadáveres junto al del enano y ya que a priori no tenía uso para tanta arma las dejé en la salida...

Algo extraño se me pasó por la cabeza ¿no se habían extrañado los goblins por la desaparición de las setas luminiscentes?

La respuesta llegó con el sonido proveniente del túnel las voces de al menos tres goblins se oían, y si... habían descubierto el rastro del primer muerto...

Me quedé en el límite de la luz, pero si realmente veían en la oscuridad esto no sería de mucha ayuda, retrocedí un poco más, el tunel apenas me permitía ir con el escudo al frente y la lanza presta... Algo les debió alertar, ruido, me vieron... como saberlo pero lo cierto es que no tardé en sentir su mirada sobre mí, sus armas listas, y una cierta actitud agresiva... no eran bestias sin cerebro así que mientras dos de ello se quedaban al frente el otro corrió por el túnel iluminado...

Uno debía ser un macho, mientras que la otra por sus características anatómicas (tenía tetas, pequeñas pero tetas) era una hembra, el primero estaba armado con un largo cuchillo, no era una espada, ni siquiera una corta, pero no era del tamaño de un cuchillo normal, la hembra con una especie de martillo que cogía con las dos manos (un palo largo con una piedra en el extremo).

Miré al túnel, pese a su pequeño tamaño no podían rodearme, agache la postura como con las ratas, y esperé.

Mi lanza se lanzó en cuanto el primero estuvo a distancia, pero me esquivo, la lanza pasó inefectiva por encima de su hombro. Estando mi lado izquierdo cubierto por el escudo el goblin fue hacia la derecha y apuñalo al hueco... moví el escudo para bloquear, pero de este modo dejé mi lanza inmovilizada contra la roca... el golpe del martillo resonó contra el escudo, dí un paso atrás, si arrastré la lanza hacia atrás y al no tener mucho angulo ni posibilidades ataqué por encima del escudo.

El hombro de la hembra goblin fue pichado aunque el hueso desbió la hoja hacia afuera evitando quedar enganchada a la lanza pero dejándole un brazo inutilizado... el macho ataco con el cuchillo hacia la mano que empuñaba la lanza, y por reflejo solté el arma antes de perder los dedos, me cobijé tras el escudo mientras desenganchaba del cinturón el hacha.

La dinámica de una lanza y escudo y de un hacha y escudo eran distintas, mientras que la primera combinación me permitía atacar sin abrir la defensa del escudo, tenía la desventaja de quedar el enemigo dentro o enfrente de la defensa, con el hacha sin embargo para poder atacar tenía que abrir el angulo de mi brazo del escudo para que la trayectoría del hacha (en un pasillo estrecho solo de arriba abajo pudiese lanzarse...

La técnica se demostró tosca, obvia, y los goblins leían los movimientos, habiamos llegado a un empate, ellos no me alcanzaban pero o no podía acertarlos o tenía que volver atrás y cerrar la defensa a medio ataque...

Sin embargo con mayor tamaño, y mayor fuerza, aunque semi agachado para estar a la altura de los monstruos me quedaba una opción... arroyar con el escudo y derribarlos... mi carga hacia delante se saldo con el goblin hembra sorprendido y por los suelos, sin embargo su compañero retrocedio a tiempo permitiendole darme un tajo en el brazo con su largo cuchillo.

No era impeditivo, no era horrible pero dolía, un corte limpio desde el codo hasta la mitad del brazo... pisé a la hembra en el pecho para inmovilizarla y le machaque la cabeza con la parte inferior de mi escudo... el macho pico espuelas y salió corriendo en dirección contraria... Cuando en una película se tira un hacha vemos una escena gloriosa donde el hacha sale dando circulos perfectos y se clava en la espalda del que huye derribándolo... la realidad fue igual de efectiva pero mas tosca, el hacha salio con la parte del peso por delante pero no con el filo y no le di en la espalda le di en el culo haciéndolo caer de bruces con la mala suerte que se apuñalo con su propio cuchillo en la caída...

Me garanticé de que estaban muertos, esta vez no escondí los cadáveres, era inútil con un goblin huido que habría dado la alarma, así que registre por si había algo en sus cuerpos. La mujer goblin llevaba una collar hecho de unos dientes afilados, grandes como mi meñique y estrechos como una aguja (había más razas y seres en este calabozo), y el macho llevaba una bolsa burda con unas cuantas setas luminiscentes casi apagadas... Lo más seguro que fuesen comestibles.

Ahora podía analizar la dificultad de enfrentarme a los goblins... al oposición frontal quedaba descartada, era más fácil cazarlos uno a uno.

Cada hueco, cada esquina, se transformo en el lugar donde me escondía, los primeros grupos de 3 y de 2 me dieron un poco de batalla, aunque siempre había conseguido sorprender y suprimir a aunque fuese a uno...

En una de las bifurcaciones me encontré con una cornisa sobrelevada que daba a una caberna mayor, iluminada con grandes setas, alguna hoguera y unas 22 tiendas grandes... muchos goblins corrían, comían gritaban y solo unos pocos patrullaban... No habría más de 40 de ellos... y aunque fuesen pocos en comparación con las miles de rata no eran monstruos tan sencillos de matar...

Seguí matando y escondiendome mientras bajaba y exploraba, de los muertos con los que había sembrado el camino encontré pocas cosas útiles, un pequeño odre de agua, más setas, una daga de manufactura más elaborada (no como los cuchillos goblins)... Descartando algunos túneles que parecían otras letrinas o pozos ciegos, y otros que no llevaban a ninguna parte, solo dejé sin explorar dos túneles ascendentes que fluían en la dirección contraria a la caverna, con ellos en mente fui avanzando.

El camino se ensancho mientras una curva pronunciada a la izquierda llegaba... parapetado tras unas piedras me asomé, una barricada con cinco goblins me esperaba, por la actitud y que estaban mirando al túnel parecía que esperaban que llegasen las anteriores patrullas.

La caída desde la cornisa era demasiado alta y el aterrizaje por suave que fuese solo lanzaría a toda la cueva sobre mi... La barricada estaba descartada... Tenía que provocar que viniesen... Pero hasta que tuviese la idea lo mejor era explorar. El primer túnel de subida era estrecho, ascendí durante lo que conté como unos doscientos pasos a partir de ese momento el ruido de agua fluyendo sonó a más adelante... La cavidad tendría unos 5 metros de diámetro, y de la pared del fondo caía un chorro de agua que en el suelo formaba un pequeño estanque de un par de metros de ancho...

Por la cantidad de huellas que había estaba claro que era una zona muy transitada por los goblins... seguramente la fuente de agua de la colonia, bebí y llené el odre. Entre las huellas de los goblins había otra de un animal... era un animal grande, un juego de pisadas felinas con más de 16 centímetros de huella y una posible distancia de casi metro y medio... Revisé toda la zona, en cuanto los felinos podía casi asegurar que habían dos adultos, uno mas grande que el otro, y no menos de dos felinos más pequeños...