Prologo

En este mundo, las guerras son algo muy constante, las razones pueden variar mucho entre si, pueden ser por simple politica, un desacuerdo entre nobles o resentimientos entre estos mismo, o también pueden ser influenciadas por emociones como el miedo, ira, odio, inseguridad etc. Para las personas poderosas las excusas para comenzar un nuevo conflicto les sobran.

Aquí, las armas de aquellos guerreros que se la pasan en el campo de batalla son espadas de una mano, espadas largas o grandes espadas. Aunque eso depende de la persona pues otros también utilizan: arcos y flechas capaces de asesinar a alguien a largas distancias, hachas grandes o medianas que son letales en las manos correctas, dagas utilizadas comúnmente por asesinos que acaban con la vida de las personas sin que se dieran cuenta de su presencia, etc. Claro, eso son principalmente usadas por las personas comunes, ya que también existen aquellas personas privilegiadas que por capricho del destino o de los dioses tienen la capacidad innata de controlar un poder usualmente llamado como magia y estas personas logran dominar este poder son capaces de aprender y crear habilidades muy poderosas que muchos solo pueden soñar. Pero incluso entre estos pocos privilegiado que tuvieron la suerte de nacer con la capacidad de controlar la magia, existen tres que personas que nacen con una habilidad que es capaz de trascender cualquier poder que la humanidad haya conocido, estas tres personas nacen con tres poderes muy especiales que alguna vez rigieron en la existencia misma del universo tienen grandes destinos en sus vidas.

Estas tres personas se dice que no están atados a ninguna regla creada por el mundo mortal, se dice que para ellos el destino que es capaz de decidir la vida de todas las personas solo puede controla una unica acción en toda sus vidas ya que estas tres personas son aquellos que poseen el poder "Los tres dioses superiores". Aquellos que nacen con estos poderes tienen predestinado encontrarse por lo menos una ves a lo largo de sus vidas y que de ellos depende si forman algún tipo de alianza o se convierten en feroces enemigos, de estas tres personas dependen mucho el futuro de todo el mundo

Pero eso es una historia que se ha contado desde el pasado, lo mejor será centrarnos en el ahora

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Actualmente el continente está dominado y dividido en tres reinos:

El primero y el más grande reino se encuentra en el sur del continente, es conocido como Ahaukin, con casi más de cuatrocientos años de historia desde su fundación. Es cálido en el verano y medianamente frío en invierno, lleno de páramos donde la vegetación crece muy bien y crean una vista hermosa, la mayoría de las bestias que viven allí son fácilmente controladas y no representan un peligro muy grande para los habitantes del sur

El segundo de ellos se encuentra en este del continente, es llamado Muzenkab con poco más de trescientos años de historia desde su fundación. Sus territorios son muy cálidos llenos de montañas y valles, en muchos lugares el desierto tomó gran parte de los territorios y el invernio suele ser muy peligrosos por las noches debido a que el clima se vuelve casi tan frío como los territorios del norte cuando es verano. La vegetación es escasa y los habitantes subsisten gracias a al comercio y la caza de las criaturas que habitan el desierto, aunque estas sueles ser muy bastantes fuertes e inteligentes junto con el hecho que son grandes cazadores que se adaptaron para sobrevivir a las duras condiciones de los desierto,

El tercer y último reino se encuentra en el norte del continente y es llamado como Quelho y es el reino más joven con solo doscientos años de existencia. Su tardía fundación de debe principal a que muchas de las personas viven en pequeños grupos y son muy salvajes junto con el hecho de que varias de las bestias que allí viven son Inusualmente fuertes. La poca vegetación que se encuentra en el lugar es muy resistente al haberse adaptado al frío extremo, las personas que lo habitan son conocidas por ser fuertes y ser los mejores cazadores del continente, aunque hay lugares muy hermosos usualmente escondidos en las muchas montañas que allí existen

Cada reino tiene su propia geografía, tradiciones, especialidades, flora y fauna, pero lo que todos ellos comparten son las religiones muy similares que se centran en los tres dioses que crearon todo lo que se conoce. Hace algún tiempo luego de una gran guerra se firmó un acuerdo de paz entre los reinos y el continente a estado en una paz relativa entre los tres reinos

Pero por ahora nos centramos en un lugar específico, una aldea, establecida en la frontera entre el reino de Muzenkab y Ahaukin, en lugar habían poco más de cien cabañas, pero habia una cabaña en específico hecha de madera muy bien construida vivía una pareja, pero en este día eso cambiaría pues una nueva vida acaba de llegar a este mundo pues la mujer acaba de dar a luz a un niño fuerte y sano, era de noche y el cielo estaba despejado dejando iluminar la tierra por la luz de luna acompañada de las estrellas.

- Mira mi amor, el fruto de nuestro amor, nuestro primer hijo - dijo la mujer que acababa de dar a luz a su primer hijo, ella era hermosa, tenía veintitrés años y su cabello era de color castaño, sus ojos eran azules claro, ella aún estaba cansada pero todavía podía hablar correctamente

- Si mi amor, nuestro hijo, nuestro hermoso bebe, nuestro primogénito - respondió a su esposa un hombre alto algo fornido de cabello negro al igual que sus ojos, en su rostro tenía una cicatriz en forma de X en su ojo izquierdo, mientras cargaba a el bebe con una gran sonrisa

- ¿Como lo llamaremos? - pregunto la mujer con una sonrisa cansada mientras veía a su esposo

- déjame pensarlo - respondió mientras veia a su hijo hasta que el nombre de su abuelo pasó por su mente - Lucio, su nombre será Lucio Sila Fenix - dijo recordando a su difunto abuelo que fue un gran comandante de el reino de Ahaukin mientras imaginaba de todo lo que podría lograr su hijo

Así, en este día nació aquel hombre que en un futuro dominaría por completo el poder del mayor de los tres dioses superiores, aunque el aún nadie lo sabía aun

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Mientras el recién nacido Lucio llegaba a este mundo, en un lugar mucho mas al sur, en un gigantesco castillo en la capital de Ahaukin estaban el actual Rey con la vista hacia el hermoso paisaje que se creaba de su amada ciudad al ver por la ventana de cristal en la habitación situada en el punto más alto del castillo, junto a el, estaba su único hijo de ocho años viendo lo mismo que su padre a su lado izquierdo, ambos estaban tranquilos en silencio, pero esto se vería interrumpido pues el actual rey comenzaba a hablare a su hijo comenzando así una muy importante charla que se centraría en el futuro de su reino

- Fulther, mi hijo, sabes, aún recuerdo cuando mi padre me trajo a este mismo lugar cuando aún era joven mientras me decía "aún cuando los años pasan y los reyes cambian esta vista se mantiene como siempre, nuestros súbditos caminan con tranquilos por las calles y sin el temor que pronto muchos de ellos iran a la guerra" sabes a donde quiero llegar con esto, ¿verdad hijo? - dijo el rey mientras volteaba su vista a su hijo de poco más de ocho años

- no papá, perdón - se disculpo el niño sin saber lo que su padre le quería decir

- tranquilo hijo, al igual que tú yo tampoco le entendí a mi padre cuando me hizo la misma pregunta. Nuestra familia a gobernado Ahaukin desde su creación y por generaciones se han heredado un gran poder que nos ha permitido reinar y mantener nuestro reino - dijo el rey mientras su hijo se mantenía atento y escuchaba cada palabra de su padre - como ya has de saber, mi vida terminará por una enfermedad, los médicos del castillo y los sanadores no pueden hacer nada y solo me quedan siete años de vida, por eso quiero que comiences con tu entrenamiento y tus estudios para que puedas cumplir tu deber como rey una vez que yo haya abandonado este mundo, también he decidido que ya es tiempo de que heredes el poder que ha pasado por generaciones en nuestra familia - continuo hablando el rey mientras volvía su vista a la ciudad

- Esta bien padre, me esforzaré siempre y me volveré un buen rey del que podrás sentirte orgulloso - respondió el pequeño príncipe con gran determinación

- estoy seguro que será así hijo - respondió el rey al ver la actitud de su hijo mientras sonreía - pero, mientras aún este vivo te guiará y te entrenare para utilizar este poder de buena forma

- no te preocupes padre, pondré dare lo mejor de mi para controlar este poder y mantener la paz como tu lo has hecho todos estos años - dijo el pequeño príncipe viendo a su padre

- así se habla - le dijo el rey a su hijo mientras le daba la espalda y se dirigía a la salida del lugar - dentro de tres días será luna llena, ese será el momento que te heredare este poder, por ahora, ve a dormir ya es tarde

- si padre - respondió el pequeño príncipe para después darle un abrazo a su padre quien correspondió y luego ser llevado a su habitación por una sirvienta

Luego de esas palabras, padre e hijo tomaron caminos separados en el castillo y fueron cada quien a su respectiva habitación para luego dormir y descansar para un nuevo día donde el pequeño príncipe comenzaría sus estudios para ser el nuevo rey de Ahaukin

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Luego de que la reunión entre padre e hijo en el sur acababa de terminar, en el norte del continente en la ciudad más grande y capital del norte se estaba desarrollando una escena en una pequeña mansión donde un padre, hermano de aquel que gobierna el norte cuya esposa murió hace un par de años y su pequeña hija de seis años se encontraban hablando luego de que su hija mostrara un poder mágico especial que se podía escuchar en las leyendas y cuentos que los ancianos le contaban a sus nietos en un día tranquilo o que se leían en bibliotecas de los otros reinos.

La pequeña niña se llamaba Ludmila Lorelei, cuya madre había falleció durante su parto y cuyo padre era una persona de muy buena fama que se forjo un nombre como un gran cazador y mercader que demostró que por compartir sangre con el rey al ser su hermano menor no tiene una vida fácil llena de autosatisfacción. Ahora la qun pequeña niña se encontraba sentada frente a su padre que la veía con cariño y orgullo

- mi niña, cuando te veo los recuerdos de tu madre llegan a mi mente, una mujer fuerte que nunca se rendía y siempre orgullosa de su linaje, se que al igual que ella algún dia serás una gran mujer que es fuerte, inteligente y hermosa al igual que tu madre y tu padre, claro, si no es que nos superes. Desearía por los dioses que ella estuviera aquí y viera como su hija a crecido y es alguien de quien poder estar orgulloso llamar hija, te quiero mucho mi pequeña - dijo el hombre mientras se levantaba y abrazaba a su hija con el cariño que solo un padre podría dar

- Yo también te quiero papá y prometo ser alguien de quien siempre podrás estar orgullosa - respondió la pequeña niña mientras correspondia el abrazo de su padre

- estoy seguro que así será mi niña - dijo con tranquilidad el hombre que después de unos momentos se separo del abrazo y volvió a hablar - Ahora, es momento de que descanses y vayas a dormir para estar con todas tus energías mañana, recuerda que es la primera vez que ambos iremos de caza juntos, por lo tanto tienes que estar en tu mejor condición

- esta bien papá - respondió la pequeña niña para después correr hacia su habitación e ir a descansar para estar lista para el día siguiente

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Ahora, aunque con diferencia de edad, todos los portadores de los poderes divinos viven otra vez y la rueda del destino gira una vez más, destinando a estas tres personas algún día reunirse y para dar comienzo a un gran numeroso de eventos que decidirán el futuro del continente

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Fin del prólogo