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Hace 9 años

(P.O.V Hero) 

Año 2011 

Se podía apreciar el viento moviéndose por el césped de las praderas que rodean el Castillo de Leep, hacia un sol maravilloso que te abrigaba como una manta muy calentita, el señor Ackerman estaba armando una mesa para comer el almuerzo. 

Me senté en una pequeña loma para ver que hacia mi familia... El idiota de Gran seguía a el señor Ackerman para todos lados, le así preguntas de cualquier cosa. 

Gran ha sido una molestia desde que yo llegue a esta familia, al inicio intente acercarme a él, pero cada vez que intentaba hablarle él se quedaba en silencio evitando mirarme a la cara... no va más allá, el por lo general cuando estamos en casa pasa ignorándome. 

-¿Porque debo tener un "hermanito" tan molesto?, ¿Acaso realmente me odia? 

Lo peor fue el accidente de hace unos meses decidí acercarme nuevamente, comencé a hablarle, al inicio tuve una respuesta positiva de él, pero al rato se largó a llorar, eso me puso... triste. 

Al menos el señor Ackerman ha sido bueno conmigo, es muy preocupado, y ha intentado que me sienta parte del hogar... si tan solo Gran fuera al menos un poco más como su padre. 

-Niños es hora de que estudien irlandés antiguo, no crean porque estamos de viaje de campo se saltaran sus estudios. 

-Si papa 

Gran corrió obedientemente a sentarse donde el señor Ackerman había puesto la mesa de camping. 

-Señor Ackerman, no podríamos descansar al menos un día. 

-Alice, por supuesto que no, es importante que aprendan esto para su futuro, además vas atrasada. 

-Pero si ya nadie habla esta lengua, además es aburrida. 

-Alice, hagamos esto, sigue con tus estudios y te comprare el libro de mitos griegos que quieras. 

Golpeo directo a mis gustos, cuando llegue hace un año a esta familia, el señor Ackerman intentaba leerme cuentos para poder animarme, pero no funcionaba, un día Gran trajo del estante de su padre un libro sobre la historia de Hero y Leandro. 

Aquel libro narraba la historia de una sacerdotisa de afrodita que se había enamorado de un hombre llamado Leandro, pero su familia se oponía a su amor, entonces todas las noches Hero prendía una lumbre en el templo para guiar a Leandro en el mar, para poder encontrarse de noche, un día por una tormenta, la lumbre se apagó y Leandro murió en el océano. 

Como pueden ver no es una historia con final feliz, pero de cierta manera me conmovió, no la historia, si no que el niño que me ignoraba trato de alegrarme, y funciono. 

Asentí sonrojada ante el trato. 

-Una cosa más Alice, llámame padre, o al menos Ackerman, ya llevas más de un año nombrándome así. 

-Disculpe señ... lo siento. 

Note un dejo de tristeza en mi padre adoptivo, por no poder decirle papá. No es que no quisiera decírselo, pero si lo hiciera seria aceptar una realidad que no quiero. 

El resto del día fue acogedor, comimos, paseamos por los alrededores del castillo de Leap, nos adentramos a los bosques cercanos incluso Gran se estaba divirtiendo, lo que es algo poco común desde que conocí a este niño. 

Luego de eso en la tarde el señor Ackerman paso el día enseñándonos plantas silvestres que podrían servir como medicina alternativa, o como alimento. 

-Alice... ¿Por qué siempre... estas enojado conmigo? 

De la nada Gran me hablo. 

-De que hablas, nunca he estado enojado contigo. 

Realmente le mentía, estaba enojado con él por ignorarme por más de un año. 

-Es que...siem...pre me miras como si... fuera una...molestia. 

No sabía que contestarle, sí he estado enojado con este niño, pero estoy segura de que nunca lo mire con frialdad, todo lo contrario, después de perder a mi familia, siempre intente al menos tener a alguien cerca de mí. 

-No sé dé que hablas Gran, nunca te he mirado de esa manera. 

-Mentirosa, incluso lo haces ahora, me miras con los ojos entrecerrados, como si quisieras gritarme. 

-Un momento, te refieres a esta mirada... 

-Si 

La verdad es que no pude controlarme, me abalancé sobre él, y comencé a golpearle fuertemente en el pecho con los puños apretados. 

-Eres un idiota Grant, niño estúpido. 

Las lágrimas no paraban de caer de mis ojos. 

-Alice detente me duele. 

-No te miro de mala manera mis ojos son así, estúpido. 

-Detente me haces daño. 

Gran me empujo para quitarme de encima, se alejó de mi con ojos de terror, yo que caí sentada, no podía parar de llorar, comencé a gritarle a Gran. 

-¡¡Soy parte japonesa, nuestros ojos son así, herede los ojos de mi madre!! 

-Alice... 

Gran comenzó a llorar. 

-Yo siempre pensé que me odiabas... discúlpame no sabía que tus ojos eran así. 

No golpee a Gran por el malentendido, cuando mis padres murieron en el incendio, no llore, estaba ida, había negado mis sentimientos, me sentía un monstruo, todo eso exploto en un mar de sentimientos y me desquite con mi hermano, pero en el fondo... muy en lo profundo estaba feliz de que ese niño no me odiara. 

El señor Ackerman llego corriendo hacia nosotros. 

-¿Niños que sucedió, por qué lloran?, por favor díganme que se encuentran bien. 

-Gran es un idiota. 

Alice no corras ya es de noche. 

Comencé a correr lo más lejos que pude, las lágrimas no paraban de brotar, sin darme cuenta había corrido al único lugar que el señor Ackerman nos había prohibido, estaba en el interior de las ruinas del castillo de Leap. 

Todas mis emociones dieron un vuelco, mi tristeza se convertido en miedo, me encontraba sola dentro de unas ruinas donde apenas podía ver. 

-Alice... 

Una voz que no conocía pronuncio mi nombre en algún lugar del oscuro castillo. 

-Aléjate... 

Trate de salir de las ruinas, pero solo logre perder más en su interior, llegue a un salón grande, sentía que la temperatura del ambiente descendía drásticamente, de mi boca salía el vaho por el frio que hacía. 

Comencé a sentir pasos que se acercaban hacia mí, ya no podía sentirme más asusta, mi cuerpo se estremecía, mi corazón pareciera que se me saldría por la boca. 

-...bosque... 

Escuche nuevamente una voz de mujer, pero ahora provenía del otro lado de la estancia en la que me encontraba, lentamente me gire hacia ella. Allí donde pensé que vería a una persona se encontraba una pequeña llamara azul que titilaba. 

-HERO... 

La llama se estremeció de golpe, varias chispas saltaron haciendo que partes del castillo prendieran en llamas azules, la llamara comenzó a acercarse hacia a mí, y entre más avanzaba más esparcía el fuego. 

-...Aléjate...ALEJATE. 

El fuego comenzó a rodearme, pese a eso el cuerpo lo sentía helado como un tempano, entre la llama vi las siluetas de mis padres quemándose como en el incendio en el que fallecieron. 

-No, no, no, no de nuevo. 

Grite, grite y grite sin parar mientras me agarraba la cabeza, la desesperación hizo que me oriné sin poder controlarme. 

-Basta, Papa, Mamá. 

La llama azul que se acercaba a mi comenzó a tomar la forma de una mujer, pero no quise ver más, cerré los ojos esperando que el fuego me consumiera. 

-No to...ques a mi hermanita. 

Abrí nuevamente los ojos, entre la mujer incorpórea y yo, se encontraba Gran con los brazos extendidos. 

-No dejare que le hagas nada. 

La mujer azulada se acerca grácilmente hacia Gran, él tiritaba, no pude verlo ya que solo lograba ver su espalda, pero estaba segura de que cerró los ojos. 

-No les hare ningún daño. 

La mujer le dio un tierno beso en la mejilla a Gran, le dijo algo que no pude escuchar en la oreja, luego se dirigió a ambos. 

-Nunca entren al bosque de las afuera de Leap. 

El castillo se estremeció un poco, el fuego ya había abarcado toda la sala, cuando logre darme cuenta la mujer ya no estaba. 

-Aliceee, perdóname... tenía miedo de que me odiaras... siempre pensaba que te molestaba. 

El pequeño de Gran lloraba tanto como yo, todo este tiempo pensé que este niño me odiaba y todo fue un tonto mal entendido. 

Gran me dio un acogedor abrazo, por unos segundos hizo que todo el miedo que sentía desapareciera, le devolví impulsivamente el abrazo, todo se sentía húmedo por nuestras lágrimas, me deje llevar por su aroma a hojas de libro nuevo de la que me quede prendada, pero al mirar el fuego el horror volvió, no había tiempo para atesorar ese pequeño momento. 

Gran, tengo miedo, el fuego... no quiero que me consuma como a mis padres. 

Gran agarro mi mano, sabía que se estaba haciendo el valiente 

-Ven sígueme, nos sacare de aquí, déjame seguir protegiéndote. 

Sin dudarlo agarre a su mano, el comenzó a tirar de mí, me guio por el salón hasta el siguiente pasillo, el fuego azul se había extendido por todo el castillo, el humo provocaba que cada vez nos costara más respirar. 

Una de las murallas de piedra colapso sobre nosotros. 

 -Cuidado 

Sentí como me empujaron. Caí abruptamente al piso, escuché el estruendo que provocó la caída del muro, toda la estancia se llenó de polvo que junto con el humo hacía que no pudiera ver nada. 

-Gran, ¿dónde estás? 

Nadie respondió, una vez el polvo bajo, pude ver un montón de roca donde estábamos antes de la caída de la muralla. 

-No me dejes sola, por favor, no me abandones como mamá y papá. 

El fuego se acercaba cada vez más a mí, sentía como el calor comenzaba a dañarme. 

Quema...No... no... ¿por qué?, el fuego me quiere consumir, mamá no te lleves a Gran. 

-Alice... 

Escuchar la voz débil de Gran, me hizo volver en mí misma. 

Unas rocas comenzaron a moverse, desde los escombros apareció Gran, pero la esperanza duro poco, podía verlo lleno de sangre, en su barbilla tenía una herida abierta bastante fea. 

-Estará todo bien, solo dame un momento, ya verás como nos sacó de aquí. 

Apenas podía caminar, llego hasta mí a duras penas y se dejó caer entre mis brazos. 

Soy una estúpida, él está haciendo todo por intentar sacarnos de aquí y yo solo estoy siendo una carga, tengo que reaccionar. 

Me arme de valor, tome el brazo de Gran y me lo puse sobre el hombro, para ayudarlo a caminar. 

Apenas me salieron las palabras de la boca. 

-Salgamos de aquí juntos hermanito. 

Avanzamos un poco hasta la otra sala, pero el fuego apenas nos permitía movernos, lo peor era que el humo estaba comenzando a asfixiarnos, ninguno de los dos paraba de toser. 

-¿Gran, logras ver por dónde ir? 

-El humo no me deja ver, me siento mareado. 

Nuevamente sentimos un diminuto temblor que hizo retumbar al castillo, por suerte esta vez no hubo desprendimiento. 

Logramos avanzar un poco más, pero ya no sabía hacia donde estaba caminando, el humo era cada vez más denso, hacía que mis ojos ardieran y que mi tos empeoraban. 

-No sé por dónde ir, ya no logro ver nada. 

Comencé a sentir mi hombro húmedo. 

-Gran estas perdiendo mucha sangre, si no salimos rápido de aquí vamos a morir. 

-Tranquila...cof...cof, aun podemos confiar en él. 

-Por supuesto, el señor Ackerman nos salvara, pronto estaremos nuevamente juntos. 

-Si, pero esta vez... cof... será mejor, ahora estaremos juntos como verdaderos hermanos, Alice. 

-¿Es una promesa? 

-Prometido. 

Era irónico o el destino era cruel, al fin hablábamos, pero tuvo que ocurrir esta desgracia para que nos acercáramos. 

-Sabes Gran odio a esa mujer fantasma, si no fuera por ella... al fin seriamos hermanos. 

-No seas tonta, desde que llegaste a mi vida siempre has sido mi hermana. 

-Gran... 

El fuego ya estaba frente a nosotros, abracé a Gran y cerré los ojos esperan nuestro agónico final. 

-Niños, como sucedió todo esto. 

El señor Ackerman nos agarró entre sus brazos, como todo un héroe, rápidamente nos sacó del castillo, estábamos a salvo. 

-¿De dónde salió todo ese fuego azul? ... Niños toda esta sangre... 

Mire al señor Ackerman agradecida, me abalance sobre él mientras lloraba como un bebe recién nacido. 

-Papa... Gran intento salvarme, pero un muro le cayó encima, esa mujer provoco todo esto... 

-Alice... al fin me llamas... no es momento para esto, tu hermano esta grabe. 

Seguí hablando, pero noté la cara de pasmado que tenía el rostro de mi padre. 

-Adonde se fue todo ese fuego. 

Como por arte de magia el castillo de Leap estaba como si nada hubiera sucedido, estaba tan sorprendida como mi papá, pero Gran estaba inconsciente en sus brazos. 

-Papá, Gran no responde. 

Padre salió de su ensimismamiento. 

-Vamos hija, hay que llevar a tu hermano al hospital. 

Rápidamente subimos al auto, y partimos mientras tomaba la mano de Gran, me volteé por una última vez, quería volver a ver el castillo, y ahí estaba como si nada hubiera pasado, no podía haberlo imaginado, las heridas de Gran eran la prueba de ello. 

-Alice... mira al bosque... 

Gran había despertado, con su ensangrentado rostro me indicaba para donde mirar, me gire hacia el bosque, para mi sorpresa en su linde estaba esa llama azul flotando. 

-El bosque... 

 

-Pasajeros les informamos que estamos pronto a llegar a destino... 

El sonido del altavoz del avión hizo que me despertara, había soñado con lo sucedido hace 9 años, me encontraba algo sobresaltada, note que en mi hombro se encontraba apoyado Gran aun dormido. 

Me quede mirando su rostro, tenía ganas de besarlo, pero sabía que él no le habría gustado, repare en la cicatriz que le quedo en la barbilla, levemente la toque dándole una caricia. 

-Aléjense del bosque... 

Esas palabras quedaron grabadas en mi cabeza. 

Gran abrió los ojos. 

- ¿Pasa algo Hero?, ¿Porque me acaricias? 

Le sonríe levemente. 

-Solo estaba recordando como te hiciste esa cicatriz y al héroe que me salvo ese día. 

-Hero... 

-Estaba equivocada Gran, tienes mucho de tu nuestro padre. 

Culaquier parecido con la historia real es mera concidencia y esta obra es solo ficcion.

Todos los derechos de esta hisoria le pertenencen a su autor Marcelo Sagasti.

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