1 Consuelo

El estridente sonido de los relámpagos en el cielo negro azulado, acompañados por una extensión 'infinita' de nubes cargadas de agua ácida, todo ello reflejaba la fúnebre, triste, y desamparado estado de la aldea que recibía sin ninguna objeción la 'ira del mundo'.

El sonido de cortes sobre carne, las salpicaduras de sangre, y el permanente llanto de niños se escuchaba por toda la aldea, dejando pistas del estado de la aldea.

El llanto furioso y ahogado de las mujeres jóvenes y adultas fueron como punzadas en los corazones de los campesinos varones, que forcejeaban con las pequeñas bestias verdes que se cernían sobre ellos como lobos hambrientos sobre su presa.

Por supuesto, hubo algunas personas que pudieron evitar todo el desenfreno masivo, sin embargo, ellos vivirán con el recuerdo permanente de haber abandonado a los que más querían en sus vidas.

¿Pero es esto algo por lo que alguien debería de sentirse avergonzado? ¿Es este el destino de los débiles? Por supuesto, puedes tratar de hacer algo al respecto, pero si no tienes la suficiente fuerza mental para afrontar el miedo luchar por los que más quieres, al final solo lograrás prolongar lo inevitable.

El miedo es el sentimiento más común sobre todos los seres humanos, después de todo, sentimos miedo cuando algo que desconocemos nos amenaza, en este caso en particular, el miedo a la muerte yacía en la mente de todos lo habitantes de esta aldea.

Bueno, sólo los que quedaban dentro de esta, o los que permanecían forcejeando con estos diminutos seres de color verde.

El suelo de tierra marrón de la aldea adquirió un tinte rojo oscuro, restos de miembros cercenados de los varones que trataban de escapar tirados por el suelo. Restos de cabellos de distintos colores sobre la sangre rociada por el suelo daban un espectáculo macabro y vomitivo a los aldeanos.

Aunque este no era el caso de los seres de color verde, que se reían incontrolablemente mientras disfrutaban de su efectiva intermisión en la aldea.

Eran una cantidad que era imposible de contar debido al sonido de los relámpagos que dejarían mareados a los espectadores, convirtiéndolo en una tarea difícil de realizar.

El llanto de los niños poco a poco iban desvaneciéndose, como si nunca hubieran existido niños dentro de la aldea, dejando casi sin aliento a los que tenían algunos niños dentro de sus casas.

Algunos optaron por dejar de forcejear con estos seres, otros dejaron de escapar y trataron de llevarse por lo menos a algunos de estas bestias verdes, fallando en el intento, ellos con la mente rota no pudieron más que realizar golpes al aire, dándole la oportunidad a estos seres de acabar con sus vidas.

El llanto de las mujeres hace tiempo que dejaron de escucharse, algunas mujeres estaban siendo empujadas hacía el suelo, dejando en evidencia su penoso y triste estado. Su único consuelo sería el saber que morirían pronto, ya que partes de su cuerpo habían sido apuñaladas por cuchillas envenenadas.

Provocando que el brillo de sus ojos se apagara lenta y dolorosamente, dejando caer algunas gotas de lágrimas saladas por las rendijas de sus ojos.

Algunas fueron llevadas por estos seres a algún lado dentro del bosque que se cernía en las cercanías de la aldea, que serían encontradas probablemente después de un tiempo.

El estado de estas mujeres sería diferente para cada una de ellas.

En algún armario, sótano para guardar provisiones podría haber algún niño escondido. Pero lo más probable es que vivan traumatizados de por vida, ellos no están ni estarían preparados para este mundo.

Ellos culparían a lo largo de sus vidas a los dioses de su mundo por su lamentable vida.

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2 días tarde

"¿Estado de la aldea?" Preguntó un hombre con una ropa de tela de color negro y blanco, llevaba una camisa de color blanco y sobre la camisa una pechera de cuero marrón. Sus piernas estaban cubiertas completamente por este tipo de armadura de cuero.

"3 niños sobrevivieron, se encontraron restos de 13 hombre adultos y 4 niños, sólo se encontró el cadáver de 2 mujeres adultas" Respondió una mujer joven, que al juzgar por su apariencia, no sobrepasa los 25 años.

Aunque se podía notar por su rostro que había visto muchas cosas a lo largo de su vida, ya que apenas mostraba el disgusto en su rostro al hablar sobre los restos humanos que vió.

"Suspiro- No toques nada más en la aldea, la misión ha terminado" El hombre se tomó un tiempo antes de volver a hablar, mirando con decepción los cadáveres tirados sobre el suelo de la aldea.

"Regresemos al gremio de aventureros y demos los datos que recopilaste… Otro ataque de duendes"

La mujer joven se estremeció al escuchar las palabras del hombre, tal vez al recordar algo del pasado, o sólo por el temor que le generaban estos seres.

"S-si, ¿si llegábamos tal vez podríamos haber salvado la aldea verdad?"

"Tal vez, pero no habríamos acabado con todos lo duendes… ellos volverían, lo sabes…"

La mujer agachó un poco la cabeza al escuchar la última frase del hombre mientras agachaba un poco la cabeza para evitar mostrar su rostro.

"¿Pero tal vez él podría verdad?" Fue casi como un susurro el sonido que escapó de los labios de la joven mujer, pero quería saber la respuesta del hombre.

"¿Él..?" El hombre dibujó en su mente la imagen de ese tipo, alguien apático, y que no mostraba abiertamente sus emociones. Aunque siempre sentía el odio en él al momento de recibir alguna misión de goblins.

"Él podría" Respondió el hombre con un suspiro.

"Vámonos" Dijo el hombre, dejando atrás a la joven que tenía algunas lagrimas cayendo por sus mejillas, tal vez el único consuelo que sentía era llorar al pensar, 'que pasaría si él hubiera estado allí ese día', pensó ella.

Poco a poco empezó a caminar y a limpiar la lagrimas secas en sus mejillas mientras seguía por detrás al hombre.

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