Capitulo 1. Oscuridad

Oscuridad infinita. Para él, la oscuridad no era solo la ausencia de luz, era la ausencia de todo lo que definía su mundo, de todo lo que le conectaba con la vida. Era un vacío abismal, un silencio ensordecedor, una soledad absoluta. La única señal de que aún respiraba, de que su corazón aún latía, era la agonía que recorría su cuerpo en cada instante.

Sin embargo, en medio de esa oscuridad infinita, el dolor también era una especie de luz. Era un faro tenue en la inmensidad de la nada, un recordatorio de que aún estaba vivo, de que aún había algo que lo conectaba con el mundo. Era una señal de que no estaba solo, de que algo existía más allá de las paredes de su cuarto.

En este punto, para él, el dolor se había convertido en su mejor amigo y también era su guía en toda esta oscuridad. Sin embargo, no duró mucho ese consuelo. No sabia cuando fue, pero su mejor amigo ya no aparecía, su mejor amigo ya no le daba consuelo, ya no le decía que estaba vivo. Simplemente... desapareció.

Entonces, la oscuridad lo envolvió de nuevo, más densa, más opresiva que antes. Ya no había dolor, no había luz, no había nada. Solo él, flotando en un mar de oscuridad infinita. No podía entender por que le pasaba todo esto solo era otro niño producto de la crueldad humana, no le había hecho nada a nadie. Él simplemente trataba de sobrevivir como todo humano en esa época oscura, llena de violencia y odio.

La crueldad siempre está oculta en el ser humano. Algunos la atribuyen a una inherente oscuridad en el alma humana, una inclinación innata hacia la destrucción y el dolor. Otros la ven como un producto del entorno, moldeada por las experiencias traumáticas, la desigualdad social y la falta de empatía. Pero a pesar de todos esto factores, algo es cierto: todos la llegan a mostrar de manera inconsciente, sea la persona buena o mala. Después de todo, es algo inherente del ser humano y es imposible cambiarlo. 

Como se estarán sintiendo esos lunáticos al estar experimentando con el cuerpo de un niño? ¿Tristeza, Arrepentimiento? No... lo más probable es que solo estén extasiados por encontrar un ser tan especial en este planeta, este lugar recóndito de Escocia.

"¿Como se siente?"

No sabia como de repente podía escuchar.

"¿Como se siente ver el mundo, su crueldad incluso si no estás presente en él?

A pesar de que no podía responder, su respuesta estaba comenzando a formularse a gran velocidad.

"Es interesante, por que aunque no puedes percibir la sinfonía de la vida, ni la cacofonía de la crueldad que la impregna, eres el que más la percibes... Es irónico." Finalizó con un bufido, pero continúo.

"Para mí, Scathach, el mundo es como un tapiz tejido con hilos de sangre y lágrimas. He visto la crueldad desatarse en campos de batalla, he presenciado la traición en los ojos de aquellos que amaba y he sentido el dolor de la pérdida que desgarra el alma.

Sin embargo, la crueldad no es la única verdad. He visto también actos de bondad que desafían la lógica, he presenciado el coraje floreciendo en los corazones más inesperados...

El mundo es un lugar complejo, un caleidoscopio de emociones. La crueldad es solo una parte, aunque una parte muy oscura. La luz también existe, incluso en los rincones más recónditos.

Tú, aunque no puedas percibirlo, formas parte de este mundo. Tu esencia, aunque encerrada en la oscuridad, tiene el potencial de brillar..." Después de finalizar, se quedó en silencio.

Al no escuchar que la voz seguía hablando, su respuesta se desvaneció y la soledad lo volvió a invadir como si fuera un tsunami arrasando ciudades. No le importó si tenia potencial, no le importó su puede brillar. Simplemente quiere salir de esta oscuridad infinita.

Lo que para él fue una eternidad, para la mujer fueron unos minutos. Y son esos minutos que él, un huérfano sin nombre recordará toda su vida junto algunas palabras que lo sacaron de esta oscuridad.

"Ahora te pregunto... ¿Quieres brillar conmigo?"