1 RENACER.

después de una vida llena de excesos, después de haber disfrutado del amor y el placer ¿dónde estoy? a veces es simple realizar preguntas retóricas, a veces es simple saber el porqué de la falta de respuestas, pero no, este no es mi caso.

iba tan tranquilo a casa; había sido una buena noche; definitivamente el beso que me dio aquella bailarina exótica, me tenía tan embelesado que no hacia más que fantasear con ella, sus piernas tan esbeltas y ese trasero firme, definitivamente serían mi cena de mañana, pensé en la estrategia, pensé en el momento, sin duda pensé en todo, pero olvide pensar en que sí caminaba por las vías del tren, este podía pasarme por encima ja, ja, ja, ¡que idiota! había bebido tanto que cuando escuché que el tren se acercaba y quise correr para ponerme a salvo, no hice más que tropezar y caer en las vías.

el tren paso tan rápido que apenas me di cuenta, o quizá no recuerdo muy bien, porque si que es cierto que el tren tenía muchos vagones.

pronto empezó a llegar gente, todos tenían curiosidad claro está.

- ¿que le pasó?

- ¡eso debió ser tan doloroso!

- ¡pobre!

- ¡que irresponsable!

- ¿acaso los trenes no pueden frenar?

bueno, esas fueron algunas de las cosas que decían, y como ya ustedes comprenderán, uno que otro moría de asco al ver mi cerebro esparcido por el suelo, mi cuerpo totalmente destrozado y mi carne aún dando pequeños saltos por los estímulos nerviosos que aún se mantenían, algo así como sucede con un pez que salta en el sartén aún después de que haya sido sacrificado y no tenga ya nada en su interior; por eso, no es de extrañar las náuseas e incluso el vómito provocado a uno que otro curioso que se acercaba a ver, y por si tienen dudas...

No me dolió, todo fue tan rápido que apenas y sentí eyacular como lo hacían hace tiempo los ahorcados, así que no sería de extrañar sí pronto nace una mandrágora en las vías del tren ja, ja, ja.

Bueno, ya basta de juegos, la verdad es que no sentí nada, nada, nada, ¡nada!

estaba tan perplejo porque podía ver mi cuerpo tirado que ni siquiera me di cuenta que ya estaba muerto, en ese momento yo era una especie de nube amorfa, que lentamente se desvanecía.

temeroso daba vueltas e intentaba emitir algún sonido que fuese audible para los curiosos, intenté mover algún objeto o tocar a alguien, pero todo fue inútil, me asustaba el hecho de que no tenia tacto, me asustaba no poder volver a tener un suave, delicioso y redondo trasero cerca de mi nariz. Luego de un tiempo, se llevaron mi cuerpo, cuándo verificaron mi datos, la enfermera dijo: "a ver si alguien lo reclama, al parecer no fue más que un fracasado" no veo que tenga familia, no hay datos de amigos y vivía en una pequeña pieza completamente solo.

Y en efecto, nadie reclamo mi cuerpo.

anduve a través de las calles, bueno, si es que al hecho de desplazarse se le puede llamar andar, la cuestión es que de pronto, sentí que algo me absorbía, era algo que me jalaba, trate de resistirme, pero me fue imposible, luego de ser arrastrado por completo me encontré en un vacío espantoso, me aterrorizaba no ver nada más que un espacio blanco infinito, pronto recordé los círculos del infierno de Dante y hasta me imaginé acompañando a judas en el círculo más profundo, me asustaba que vayan devorar mi cabeza, me asustaba el no saber.

Luego de un largo tiempo de horror, sentí que me movía, me movía tan rápido que parecía que la materia de la que estaba compuesto estaba a punto de desintegrarse, luego me detuve en seco, tan de inmediato que si hubiese tenido ojos como los de antes, estos hubieran salido disparados.kj

Para romper con el vacío y para calmar mi terror, escuche una voz llamándome, con leves susurros me decía que me había esperado por siglos, su voz era tan dulce, pero su lógica no tanto, es decir, yo apenas viví un par de decadas ¿como iba a esperarme por siglos?

me explicó luego, la existencia de un multiverso, algo ya contemplado en la mecánica cuántica como solución <<al problema de la medida>>

pero aún así era confuso para mí, lo sería incluso para Hugh Everett de pronto estar en un sitio donde intentan mostrarle que dicha teoría es real.

me dio muy leves explicaciones, y sin más empecé a moverme muy rápido otra vez, pero esta vez en la dirección opuesta a la anterior, o al menos esa era mi percepción, pronto me encontré con un túnel muy oscuro, y sin más ni más, tenía cuerpo otra vez, pero no era el mío, era un cuerpo muy, muy extraño, era el cuerpo de un bebé, un tipo alto, me miraba profundamente con sus ojos grises, su rostro parecía feliz y hacia una que otra mueca, deformando su rostro, hacia ruidos extraños e ininteligibles, yo no podía entender nada, pero él no era el único que hacía esos ruidos, había también una una señora de aspecto grotesco, al parecer tenía muchos años ya y la edad la había demacrado, dijo unas palabras en su extraño lenguaje y "zas" me ensartó una nalgada que no pudo hacer menos que hacerme llorar, prometo que intente resistirme, pero me dolió tanto que empecé a llorar descontroladamente, me movía porque no quería permanecer un segundo más en sus brazos, mientras yo lloraba y en mi interior profería uno y mil insultos, ella me bajo y me posó sobre el pecho desnudo de una joven, estaba envuelto en llanto, pero al ver los dulces ojos de joven y al escuchar sus susurros, pronto deje de llorar, su carita tan cándida y celestial me hipnotizó de tal forma que se me olvidó en donde yacía acostado, luego de vencer el embrujo de sus ojos mire a mí al rededor, el ambiente no era tan claro, y apenas estaba iluminado por un par de velas, pero la escasez de luz no me impidió darme cuenta de la redondez de los pechos, de la aureola rosada y los pezones respingados, sin duda había visto pechos en mi vida pasada, pero nunca unos tan hermosos como los que tenía ahora cerca de mí, me fui acercando lentamente como atraído por magnetismo, creo que la joven se dio cuenta de mis apetencias porque susurrando suavemente me introdujo su pezón erecto en la boca, succione un poco y este empezó a emanar leche, era tan dulce y deliciosa que si los dioses consumen leche, seguro debería tener ese sabor, no podía contenerme y seguía succionando, pasaba mi lengua suavemente y con mi mano acariciaba el otro pecho haciendo círculos, luego con mis dedos pulgar e índice apretaba el pezón.

Todo lo que ocurría me había hecho olvidar mi situación , pero de pronto mis preocupaciones regresaron ¿donde estoy?..

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