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Perdiendo el control

Nota 1: Todos los derechos de la serie Neón Génesis Evangelion pertenecen a Gainax/Khara, o a aquellos quienes les sucedan legalmente en el futuro. Esta historia fue escrita sin fines de lucro, solo como medio de esparcimiento. No me demanden.

Nota 2: Shinji tiene dos tipos de diálogos, "Normal" y "Cursivo", esto es para poder diferenciarlos correctamente. Ya lo entenderán cuando lean.

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Cuando un sonriente Shinji Ikari llegó a las puertas del Centro Comercial, sus amigos ya estaban ahí esperando por él. Como se había imaginado el dúo de chicos no estaba de muy buen humor, de hecho, le dieron una mirada estrecha cuando estuvo frente a ellos.

— Bien. ¿Qué quieres ahora Shinji? Espero que no tengas en mente espiar en los baños de mujeres otra vez — dijo Kensuke con tono de voz fastidiado.

Por lo que parece te fue mal con tus padres — respondió Shinji, mirando al chico interrogante.

— ¿Qué esperabas? Me suspendieron por una semana. Mis padres están furiosos — estalló Kensuke.

— Los míos también — añadió Touji igualmente molesto.

Sí, te entiendo. Misato también me echó la bronca ayer — comentó Shinji haciendo una mueca.

— ¿Sí? ¿Qué te dijo? — preguntó Kensuke, curioso.

Me dio una bofetada que de recordarla me duele la mejilla y luego me corrió del departamento — respondió simplemente con un encogimiento de hombros.

Touji y Kensuke quedaron totalmente impactados al escuchar la respuesta de su amigo. A ellos los habían reprendido y castigado por él número que montaron en la escuela, pero lo que el ocurrió a Shinji había sido más de lo que habían esperado.

— ¿¿Te abofeteó y te corrió del departamento?? — preguntaron los dos al mismo tiempo.

Sí, fue todo un espectáculo — comentó Shinji con un nuevo encogimiento de hombros, restándole importancia al asunto — Dejando eso de lado, ahora vivo con Kaji y no es para nada un mal trato. Ahora tengo un cuarto más grande y Kaji tiene un televisor LED gigante colgado de una pared, con televisión satelital y además tiene contratado el canal Playboy.

— ¿Canal Playboy? — preguntó Touji, incrédulo.

— ¿Qué estamos esperando? Vamos — dijo un entusiasmado Kensuke.

Ya deja eso Kensuke — dijo Shinji, antes de mirar seriamente a sus amigos — Es cierto que lo de ayer no salió como esperaba, pero no por eso nos vamos a amargar. Es hora de divertirnos. Recuerden que tenemos una semana de vacaciones. 

— Corrección, estamos "SUSPENDIDOS DE CLASES" por una semana — informó un serio Touji.

¡Vamos Touji! Estás viendo el vaso medio vació y yo lo estoy viendo medio lleno — dijo Shinji dándole una mirada reprobatoria a su amigo — Lo importante aquí, es que tenemos una semana libre, hay que aprovecharla.

— Bueno, viéndolo desde ese punto de vista te encuentro algo de razón. Pero recuerda que estamos castigados. No podemos hacer ninguna locura o nuestros padres no matarán — dijo Kensuke con seriedad.

Y a mí Misato me despellejaría vivo, pero no por eso voy a estar llorando por los rincones — dijo Shiji para hacer un punto.

Touji y Kensuke se miraron entre sí por unos segundos y luego devolvieron la mirada hacia su amigo, estudiaron con detenimiento por largos segundos. Fue Touji el que rompió el prolongado silencio.

— ¿Qué rayos te pasa Shinji? Te estás comportando de una forma que no es propia de ti. Es como si fueras otra persona — dijo el chico, mientras Kensuke asentía con la cabeza.

No lo sé, solo sé que me siento bien y quiero disfrutar la tarde. ¿Almorzaron?

Ambos chicos se sorprendieron por la repentina pregunta y negaron con la cabeza.

¡Excelente! — dijo Shinji — Vamos a comer y luego nos vamos de compras, cortesía de NERV.

Touji y Kensuke contemplaron a su amigo que era todo sonrisas. Se veía tan distinto al Shinji retraído e introvertido al que estaban acostumbrados, pero no podían negar que esta nueva faceta de su amigo era bastante interesante. 

— Definitivamente ha cambiado, pero no puedo negar que me gusta más este Shinji que el otro — comentó Kensuke.

Touji no pudo más que concordar con el chico de lentes, le dio una sonrisa y con un asentimiento de cabeza, ambos chicos siguieron a este nuevo Shinji dentro del Centro Comercial.

El grupo de chicos almorzó una deliciosa y nutritiva ración de patatas fritas con hamburguesas y gaseosas, luego de lo cual se fueron de compras. Touji y Kensuke en un primer momento creyeron que comprarían con dinero del sueldo que recibía Shinji mes a mes como Piloto EVA, pero cuando este les mostró las tarjetas de crédito, decidieron ponerle un alto. Todo tiene un límite.

— ¿¿SON DE TU PADRE?? — preguntó sorprendido Kensuke.

Sí, se las saqué esta mañana sin que se diera cuenta — respondió Shinji con una sonrisa traviesa.

— ¿¿Acaso te volviste loco?? — preguntó Touji, arrastrando a Shinji a una esquina donde podían hablar sin ser oídos — ¿Es que no has pensado lo que hará tu padre cuando se dé cuenta que le sacaste sus tarjetas de crédito?

Shinji frunció el ceño.

Mi padre me abandonó cuando tenía 4 años, desde entonces nunca se ha preocupado de mí. La única vez que me llamó y me mando a buscar, fue para que piloteara un EVA. Odió subir a esa cosa más que nada en el mundo, pero aun así tengo que arriesgar el pellejo cada vez que aparece un Ángel, y ni siquiera se digna a decirme "Lo hiciste bien" o "Buen trabajo Shinji". Nunca me ha visitado en el hospital las veces que casi me han matado. ¿Acaso crees que me importa lo que pueda decir?

 

Touji y Kensuke bajaron la cabeza apenados ante esas palabras. Sabían que su amigo no mentía, ellos habían sido testigos de todo lo que Shinji había sufrido por causa de su padre; si se le puede llamar padre a ese hombre. En cierto modo comprendían que su amigo quisiera tomarse una pequeña revancha por todo el dolor y los años de abandono en los que había estado sumido.

— ¿Qué tienes pensado? — preguntó Touji, poniendo una mano en el hombro de su amigo.

Quebrarlo — respondió Shinji con una sonrisa torcida.

— Cuenta con nosotros — dijo Kensuke levantando un pulgar.

Gracias chicos, pero hay algo que debemos hacer primero.

Touji y Kensuke miraron a Shinji extrañados; este esbozó una sonrisa por respuesta.

Luego del paso por un salón de "Estética & Belleza" para un recorte de cabello, masaje capilar, tratamiento facial y manicura, el trío de jóvenes se dirigió a una exclusiva tienda de vestir masculino para un cambio de estilo; y vaya cambio. Los "Tres Chiflados" ahora caminaban por los pasillos del Centro Comercial, vestidos con elegantes y carísimos trajes de Giorgio Armani, zapatos de vestir de Pierre Cardin y relojes de pulsera marca Tag Heuer, sin olvidar las infaltables gafas de sol Ray-Ban, que ayudaban a completar el cuadro. El resultado: simplemente "ESPECTACULAR"

Por primera vez en su vida, Shinji, Touji y Kensuke supieron lo que es recibir miradas de admiración de parte de las chicas, las cuales se volteaban para poder observarlos bien. También recibieron algunos piropos de las más atrevidas, mientras otras se sonrojaban de solo verlos. Para los chicos fue como un sueño hecho realidad, y eso que la tarde estaba recién comenzando.

Lo cierto es que el trío de jóvenes se tomó muy en serio la tarea de quebrar a Gendo Ikari, y no les resulto nada fácil de cumplir, ya que el susodicho tenía un cupo casi ilimitado en todas sus tarjetas de crédito. Al momento de pagar, Shinji mostraba la tarjeta de crédito, la identificación de Gendo y la suya propia. Como evidentemente era el hijo del titular de la tarjeta y conocía las claves de validación para autorizar el pago, los vendedores no le pusieron mayores problemas.

Con los problemas de pago resueltos, el trío se dedicó a cumplir una serie de caprichos. Compraron una consola de videojuegos con muchos juegos, películas y mangas en cantidades industriales, renovaron el guardarropa de Shinji, compraron un potentísimo equipo de sonido junto con una surtida colección de música, un televisor LED de 48 pulgadas para colgarlo en la pared con un reproductor de DVD de alta definición, un potente Laptop con impresora y scanner, junto con un escritorio y su respectiva silla.

Una vez finalizadas las compras, solicitaron que las compras fueran despachadas el día siguiente a la dirección de Kaji, alrededor de las 10:30 de la mañana. Luego de eso, fueron a dar una vuelta por el distrito comercial. Como a esa hora la escuela ya había terminado, el lugar estaba repleto de estudiantes.

Como este trío estaba tan elegantemente vestido, no les fue muy difícil levantarse a un grupo de chicas de un instituto femenino. Es preciso aclarar que esa hazaña la logró Shinji, ya que los otros dos solo babeaban detrás de él, mientras convencía a las chicas.

Luego de una breve conversación, el grupo fue hasta una cafetería para estar más cómodos. Touji y Kensuke no podían estar más felices, estaban sentados con tres lindas chicas mientras compartían un refresco, cosa que hace una semana les hubiera resultado imposible. Ninguno de los dos sabía de donde había sacado Shinji sus nuevas agallas, pero estaban muy agradecidos por ello.

Tras algunos tensos minutos por parte de Touji y Kensuke, estos finalmente se relajaron lo suficiente como para tener una conversación con las chicas. Ya para el segundo refresco, los 6 la estaban pasando bastante bien, tanto, que ya estaban haciendo planes para el fin de semana. Entonces Shinji se puso de pie.

— ¿Qué pasa Shinji? — preguntó Touji, un tanto preocupado.

Nada, solo necesito ir al baño un momento, disculpen.

Luego de esas palaras, Shinji partió rumbo al baño mientras sus amigos y dos de las chicas seguían conversando, ya que la otra no quitó los ojos de Shinji hasta que lo perdió entre la gente.

Ya en el baño, Shinji pudo finalmente relajar su vejiga para luego ir a lavarse las manos, se miró en el espejo y sonrió. Si todo salía bien, le esperaba una noche muy agradable. Se mojó la cara para despejarse un poco y...

— ¿Pero qué demonios estoy haciendo? — se preguntó Shinji, completamente horrorizado. 

Miró su ropa y luego sacó de un bolsillo de su elegante chaqueta Armani, las facturas de todas las compras que hizo durante la tarde. Su cara palideció mientras un escalofrío le recorría la espalda. ¿En qué rayos había estado pensando? Se llevó una mano temblorosa a la frente mientras su cara se contraía en un rictus de terror.

"Mi padre me va a matar", esas palabras se repetían una y otra vez en su cabeza. Shinji sintió que le faltaba el aire y decidió salir de ahí. Tenía que salir de ahí, ahora.

Un complicado Tercer Elegido salió con pasos algo tambaleantes del baño y se encaminó rápidamente en dirección a la puerta de salida del local. A medio camino de logra su objetivo, fue llamado por sus dos amigos. 

— ¿A dónde vas Shinji? Estamos acá — dijo Touji, haciéndole señas con una mano.

— Touji... yo... me tengo que ir — dijo nerviosamente Shinji.

— ¿Cómo que te vas? Pero si llegamos hace poco — dijo un sorprendido Kensuke.

— Sí, bien. Es que... recordé que tengo algo importante que hacer. Los llamo luego. Adiós — dijo Shnji con algo de nerviosismo y salió corriendo del lugar. 

Las tres lindas chicas y los dos jóvenes, quedaron viendo la puerta por donde había salido Shinji con caras de completa sorpresa, ya que el chico prácticamente había salido arrancando del lugar.

— ¿Fue algo que dijimos? — preguntó una de las chicas

— No, claro que no — respondió Touji negando con las manos.

— Parecía algo alterado — comentó otra de las chicas.

— Ahora que lo mencionas, ha estado actuando algo extraño los últimos días, como si no fuera él mismo — dijo Kensuke, ajustándose los anteojos sobre el puente de la nariz.

— Tal vez está estresado. Recuerda que le han pasado muchas cosas estos últimos días — razonó Touji.

— Sí, creo que tienes razón — concordó Kensuke, luego de lo cual las tres chicas y los dos chicos se quedaron sentados a la mesa sin saber qué hacer o decir. Sin Shinji ahí para llevar la batuta, las cosas se pusieron bastante incómodas.

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Shinji entró al departamento y por fortuna lo encontró vacío. Kaji aún no había regresado y tal vez fuera mejor así. No estaba de ánimo para ver a nadie en ese momento.

— ¿Qué rayos me está pasando? — se peguntó sujetándose la cabeza con las manos y cayó de rodillas llorando amargamente sobre el sillón de la sala.

Algo estaba mal con él, todo lo que había hecho y dicho los últimos días eran cosas que ni en sueños se le hubiera ocurrido realizar. ¿Qué estaba mal con él? Sintió miedo; miedo de sí mismo y de lo que le podía estar pasando. Cerró con fuerza los ojos y siguió llorando, descargando su amargura y sufrimiento en forma de llanto, mientras golpeaba con un puño el sillón. Uno de los golpes dio en algo y al abrir los ojos para ver de qué se trataba, descubrió a una hermosa rubia observándolo vestida con un atuendo demasiado sugerente.

El objeto en cuestión era el catálogo con la programación mensual del canal PlayBoy. Shinji lo observó con atención por largos segundo, luego de los cuales se secó las lágrimas y se puso de pie.

Shinji se llevó la mano a la cartera interior de su chaqueta y sacó una tarjeta de crédito Platinum de su padre. Ahora, una "Tarjeta de Crédito Platinum" no la tenía cualquiera, solo la gente más pudiente de la sociedad tenía acceso a ella, por lo que era aceptada sin problemas en donde fuera y para comprar lo que sea.

En vez de llorar como idiota, mejor le doy un buen uso a esto antes de que mi querido padre la bloquee — dijo dando una risita, antes de que su rostro fuera atravesado por una sonrisa lasciva.

Segundos después, Shinji Ikari, Tercer Elegido y piloto exclusivo del EVA-01, salió del departamento en busca de un taxi. Tenía una misión en mente y nada ni nadie le impediría realizarla.

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— Oye Touji. ¿Crees que estuvo bien lo que hicimos? — preguntó Kensuke, mientras caminaba junto a su amigo de regreso a casa.

— En realidad no, pero después de todo lo que su padre le ha hecho, es normal que Shinji quiera desquitarse de alguna forma. Tal vez así logre llamar su atención — respondió Touji.

— Sí, creo que tienes razón, y ten por seguro que va llamar su atención cuando a fin de mes el hombre vea la cuenta de lo que compramos.

Ambos amigos rieron al imaginar la cara que podría el padre de Shinji al ver el monto final de todo lo que compraron ese día.

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Shinji pagó la carrera al taxista, bajó del auto y miró con una gran sonrisa en los labios lo que estaba frente a él. A escasos metros de distancia se levantaban las flamantes y vistosamente bien iluminadas instalaciones del "Club Nekomania" especializado en la atención y satisfacción de "ESE" tipo de necesidades masculinas.

— Chico. ¿En verdad pretendes entrar ahí? — preguntó el taxista asomando la cabeza por la ventanilla, curioso por el destino de su último pasajero.

Por supuesto que sí — respondió Shinji con una sonrisa lasciva.

— Bueno, que te diviertas — dijo el taxista encogiéndose de hombros. 

Shinji se acercó a la ventanilla, mirando al hombre adentro del auto y le tendió un par de billetes.

Pase a recogerme mañana a las 9:15 de la mañana — dijo Shinji, para luego dar media vuelta y caminar hacia la puerta del local.

— ¿¿Te quedarás toda la noche?? — preguntó sorprendido el taxista, pero no obtuvo respuesta, el chico ya había ingresado al local — Sí que está desesperado el mocoso ese — dijo para sí.

Técnicamente hablando, no debió llevar al chico a ese lugar, pero él no estaba aquí para educar a la juventud, estaba para llevar a la gente donde le pedían, conducía un taxi, ese era su trabajo y ante tan generosa propina no se iba a hacer el moralista. Puso en marcha el taxi y se fue con una sonrisa dispuesto a regresar por el chico al otro día, más que nada para saber cómo le fue.

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Kaji llegó a su departamento cerca de la media noche, como supuso que a esa hora Shinji ya debía estar dormido, ingresó silenciosamente para no desertarlo. Fue hasta el cuarto del chico y echó un vistazo. El cuarto estaba vació. El hombre regresó a la sala extrañado por la ausencia de Shinji, pero cuando estaba pensando en eso se percató de un detalle, el departamento relucía de limpio, de hecho, no recordaba haberlo visto tan limpio jamás. Revisó su cuarto y estaba en perfecto orden, con su ropa limpia y seca doblada sobre la cama. El baño era un espejo y relucía de limpio al igual que la cocina, donde encontró también un par de ollas con comida que se veía deliciosa.

Kaji respiró cansadamente y sonrió, el tener a Shinji en casa iba a resultar más beneficioso de lo que esperaba, pero debía resolver el problema que había conversado con Shinji la noche anterior.

//FLASHBACK//

— ¿Qué fue lo que paso Shinji? Entiendo que te interesen las chicas, pero aun así, no parece una actitud muy propia de ti.

— Realmente no lo sé. Fue como si algo se hubiera apoderado de mí — respondió Shinji.

— ¿Entonces algo te forzó a hacerlo? ¿No eras consciente de tus actos?

— No, no se trata de eso, creo que no me expliqué bien. Era yo y estaba consciente de lo que hacía y... lo disfruté; pero ese no era yo. O sea, lo que quiero decir es que era otro yo, como si fuera yo, pero con otra personalidad, sin dejar de ser yo... creo — dijo Shinji bastante confundido.

— Entiendo — dijo Kaji más confundido que Shinji, con una gruesa gota de sudor rodando por la nuca — Bueno, en todo caso, si te vuelve a pasar algo así, házmelo saber — finalizó Kaji.

//FIN DEL FLASHBACK//

Kaji permaneció de pie considerando esa conversación. Durante la tarde se había acercado donde Ritsuko con la inquietud, pero la doctora le había mostrado los resultados de unas pruebas que le habían efectuado a Shinji durante la mañana. Habían salido normales, así que la contaminación mental estaba descartada. Si no era eso, entonces solo se trataba de la pubertad y sus efectos, pero aun así algo le molestaba.

El hombre de coleta y barba descuidada estrechó los ojos. Tenía el presentimiento que algo raro estaba pasando, y cuando él tenía esos presentimientos por lo general no era un buen augurio. Pero bueno, primero lo primero: averiguar dónde estaba Shinji. Marcó el número de Misato y espero en línea a que la morena contestara.

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Gendo Ikari era uno de los hombres más importantes y poderosos del mundo. Estaba a la cabeza de la única organización en el mundo capaz de hacerle frente a la amenaza de los Ángeles. Pero detrás de todo eso, el hombre tenía sus propios planes, los cuales afectarían a toda la humanidad, lo cual era conocido por un puñado de personas como "Proyecto de Complementación Humana". Sí, Gendo Ikari no era un hombre común, por lo que era extremadamente extraño verlo hacer la fila frente a una caja del supermercado. Pero ahí estaba ahora, detrás de una señora con un canastillo lleno de mercadería; y es que pese a todo su poder e influencia, Gendo Ikari era también un ser humano (aunque muchos lo duden) por lo cual también tenía algunas necesidades básicas que satisfacer.

El punto es que como el hombre esta tan ocupado maquinando planes para que sus planes funcionen, se había olvidado de encargar a su secretaria que le hiciera el pedido del supermercado. Es cierto que podía dejarlo para el día siguiente, pero en su casa ya no había jabón ni papel sanitario y como no le hacía mucha gracia tener que volver a limpiarse el culo con papel de diario y lavarse las manos con detergente, había optado por ir a comprar esas cosas de primera necesidad.

Su turno llegó finalmente luego de perder media hora esperando que la señora de adelante pagara sus cosas. El cajero pasó las compras de Gendo por la máquina que lee el código de barras y luego hizo la típica pregunta.

— ¿El señor paga en efectivo o con tarjeta?

— Efectivo — fue su cortante respuesta.

Gendo revisó los bolsillos de su chaqueta y frunció el ceño al no encontrar lo que buscaba. Revisó los bolsillos de sus pantalones y tampoco tuvo éxito.

— ¿Y mi cartera?

Continuará...

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Notas del Autor: Hola a todos. Acá un nuevo capítulo de esta alocada historia, con un Shinji adentrándose en caminos nunca antes vistos.

No conforme con robarle a su padre e irse de compra con sus tarjetas de crédito, este otro Shinji se adentra en una de "esas" casas en busca de experiencias adultas. Veamos cómo sale eso.

Saludos y nos leemos.