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La Ira de Shinji

NOTA 1: Todos los derechos de la serie Neón Génesis Evangelion pertenecen a Gainax/Khara, o a aquellos quienes les sucedan legalmente en el futuro. Esta historia fue escrita sin fines de lucro, solo como medio de esparcimiento. No me demanden.

NOTA 2: Para el presente fic, me tomé la libertad de combinar algunos hechos del manga, como la muerte de Touji, con lo que se pudo ver en el Capítulo 19 de la serie de TV.

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El EVA-01 se encontraba actualmente en las profundidades de NERV, fuertemente anclado en su jaula de contención, por los soportes de sujeción. En el interior del Entry-Plug el joven Piloto EVA apretaba con fuerza los mandos del gigante purpura, con la respiración entrecortada producto de la ira que lo consumía en ese momento, ira dirigida contra el bastardo de su padre. El muy maldito lo había usado una vez más, pero esta vez, había ido demasiado lejos. Lo usó para matar una persona importante para él; para matar a un amigo. Apretó los dientes, furioso.

Mientras, en el Centro de Mando, todos miraban los monitores con visible preocupación. El Piloto del EVA-01 se estaba comportando de forma rebelde e insubordinada, a los mandos de un arma tan poderosa como un Evangelion. La preocupación de todos estaba más que justificada.

— El circuito entrelazado de la Unidad 01 ha sido desconectado — informó Maya.

— ¿Qué hay de la señal de eyección? — preguntó Fuyutsuki.

— Bloqueada desde el interior del Entry-Plug, señor. Está siendo rechazada — respondió Maya, comprobando sus indicadores.

— Shinji, escucha. Si no hubiéramos intervenido, estarías muerto — dijo Makoto por el canal de comunicación, tratando de razonar con el chico.

— ¡Ese no es el punto! — respondió Shinji, con voz visiblemente alterada.

— Tal vez, pero es la verdad — dijo Makoto de vuelta.

— No me hagan enfurecer más, diciéndome esas cosas — estalló el chico — Al EVA-01 le quedan 185 segundos de energía. Suficiente para destruir la mitad de la base.

— En su estado actual es capaz de hacerlo — apuntó un preocupado Shigeru. 

— Shinji, tienes que entender — dijo Maya, poniéndose de pie, mirando fijamente el gran monitor al frente, donde se podía ver al EVA-01 en la jaula de contención — El Comandante Ikari lo decidió, para evitar que todos muriéramos.

— ¡No comprende que no es el punto, demonios! — gritó el chico de vuelta — Mi padre… ese maldito bastardo, mató a Touji… ¡Con mis manos! 

Todos en Centro de Mando se congelaron por el duro apelativo del chico hacia su padre pero, por sobre todo, por el tono de total desprecio en su voz. Maya no pudo evitar llevarse una mano a la boca, mientras que Fuyutsuki se giró para darle una mirada al hombre sentado en lo alto, el cual no había movido un solo músculo, manteniendo de forma impertérrita su posición de meditación. El viejo hombre levantó una ceja. No se sorprendió por la nula reacción de su antiguo pupilo, pero por el veneno en las palabras del chico, sintió que si aún quedaba algo que lo uniera a su hijo, Gendo lo acaba de perder para siempre.

— ¡¡PADRE!! — gritó el chico a todo pulmón, llamado la atención de todos — Sé que estás ahí, maldito bastardo. Di algo. ¡Respóndeme!

Nuevamente se hizo el silencio en el Centro de Mando ante la furia y el desprecio en las palabras del joven Piloto EVA, pero no pudieron seguir perdidos en sus contemplaciones por mucho más tiempo, porque de pronto comenzaron a saltar las alarmas, y vieron con horror por el gran monitor, como el EVA-01 comenzaba a forcejear, haciendo saltar una a una las sujeciones que lo mantenían sujeto, para liberarse por la fuerza.

— ¿Qué intenta hacer? — preguntó una impactada Maya.

— Es inútil. Un minuto hasta que se agote la energía de reserva — Informó Makoto.

— Aumenten la presión del LCL al máximo.

Todos quedaron en silenció al escuchas esas palabras del Comandante supremo de NERV, Gendo Ikari, dichas con una calma que no se condice con la apremiante situación que estaban atravesando. 

— ¿Señor? — preguntó Maya, girándose para ver al hombre, consciente de que si cumplía esa orden, podría poner en riesgo la vida del Piloto.

— No hay tiempo que perder con ese engreído — sentenció Gendo.

— Sí señor — dijo Maya cumpliendo la orden, aumentando los niveles del LCL del Entry-Plug.

No pasaron más de un par de segundos antes de que el EVA-01 dejara de moverse, quedando a muy poco de liberarse por completo. Lo último que se escuchó por el sistema de comunicaciones que enlazaba el Centro de Mando con el Entry-Plug, fueron los gritos cada vez más débiles de Shinji, maldiciendo a su padre una y otra vez, antes de caer finalmente en la inconciencia.

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La celda era pequeña, oscura y maloliente. Solo había un catre adherido a la pared, con un colchón sucio y duro como una roca, un retrete en la esquina de al frente, y un grifo para poder lavarse las manos y tomar agua. Suspiró con resignación por su actual situación.

Había despertado esposado de pies y manos a una cama en el hospital de NERV. No supo cuánto tiempo estuvo inconsciente, pero nada más una enfermera se percató de que estaba despierto, fue por un doctor para que le hiciera un chequeo, y al encontrarlo aparentemente bien, le dio el pase a los gorilas de Seguridad de NERV para que dispusieran de él. Obviamente los hombres de traje oscuro habían sido todo menos amable con él. Literalmente lo habían arrastrado desde el hospital a esta celda, a la que lo lanzaron de una patada en el trasero. Estrechó la mirada ante el recuerdo del maltrato al que fue sometido, pero sobre todo, ante el recuerdo de su amigo; el recuerdo de Touji.

Shinji sintió como sus ojos se humedecían al pensar el trágico destino de su amigo, pero por sobre todo, sentía ira. No sabía cuánto tiempo había pasado desde esos terribles sucesos, cuando el bastardo de su padre había matado a Touji, usando sus manos, pero la ira que tenía dentro no amainada un ápice, por el contrario, sentía que iba en aumento.

Las reflexiones del Tercer Elegido fueron interrumpidas cuando la puerta de la celda fue abierta repentinamente, permitiendo que la luz del exterior se colara dentro, lastimando momentáneamente sus ojos. Cuando estos lograron acostumbrarse un poco a la luz, se percató de que había un hombre parado en la entra de la celda.

— De pie Shinji Ikari. El Comandante Supremo de NERV, quiere verte — dijo en voz fría.

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La oficina era tal cual la recordaba desde la última vez que estuvo aquí. Ridículamente grande, con unos grabados extraños en el suelo y el techo, y un ventanal que la rodeaban de lado a lado. Fuera del escritorio al fondo y el bastardo sentado tranquilamente detrás de él, la oficina estaba totalmente vacía.

El Tercer Elegido estrechó los ojos ante la visión de su padre, sentado tras su fastuoso escritorio con tranquila pomposidad, metido totalmente en el personaje del Supremo Comandante de NERV. Como si haberlo obligado a matar a su mejor amigo con sus propias manos, no hubiera significado nada para él. El hombre simplemente seguía ahí, tranquilo, impertérrito, analizándolo con la mirada. Shinji por su parte, apretó los dientes arrugando el ceño ante esa mirada escrutadora. Esa mirada sobre él, comenzó a despertar la ira una vez más. Este era un sentimiento normalmente ajeno para él, pero ahora, la ira parecía querer dominar todo su ser, con un solo catalizador: Touji. Apuñó las manos lo que hizo que lanzara un gemido de dolor. El tensar las manos hizo que las esposas, que el gorila de Seguridad había clavado con saña en sus muñecas, se clavaran un poco más, aumentado el dolor que ya sentía. Las palabras de su padre lo trajeron a la realidad.

— Insubordinación, secuestro de una Unidad Evangelion, intimidación y destrucción parcial del Cuartel General. Eres culpable de todos estos crímenes — sentenció Gendo con voz fría — ¿Hay algo que quieras decir? 

Había tanto que quería decir. Decir cuanto lo había lastimado al abandonarlo cuando niño, cuanto lo extrañó esos años que vivió alejado de él, y cuanto lo odiaba por meterlo en todo este asunto de los EVA y los Angeles, pero sobre todo, cuanto lo odiaba por la muerte de Touji. Apretó los labios hasta que solo fueron una raya. No iba a caer en su juego. No iba a participar en este show orquestado por este hombre despreciable. No era él quien debía dar las explicaciones aquí.

— Padre… ¿No hay algo que tú quieras decirme a mí?

— ¿Cómo qué? El que está haciendo el interrogatorio soy yo — dijo Gendo con frialdad, mirando seriamente a su hijo.

Shinji contuvo las ganas de gritarle a ese hombre que se hacía llamar su padre. Bajó la cabeza tratando de buscar algo que decir, algo que expresara lo totalmente cabreado, lastimado y enojado que lo tenía esta situación. Finalmente, luego de unos segundos, supo lo que tenía que decir.

 — No quiero volver a pilotear un EVA nunca más. Y no quiero quedarme aquí.

— Entonces vete — fue la simple y fría respuesta del Comandante de NERV.

Shinji se quedó de pie por largos segundos digiriendo las palabras de su padre, y la frustración que le producía toda esta situación. Repentinamente se sintió asfixiado. Necesitaba salir de ese lugar, alejarse de ese hombre que tanto daño le había causado. Sin levantar la vista se giró para buscar la salida de esa oficina. Entonces, Gendo habló una vez más.

— ¿Estas huyendo de nuevo? — preguntó — Me decepcionas. No volveremos a vernos.

Esas palabras congelaron a Shinji. El joven Piloto EVA sintió que toda esa ira contenida comenzaba a burbujear dentro de él, haciéndolo temblar, mientras apretaba con fuerza los dientes, apuñando las manos, con tanta fuerza, que sus nudillos se volvieron blancos, ignorando el dolor en sus muñecas por las esposas al tensar las manos. El chico giró la cabeza para darle una mirada de medio lado al hombre que estaba sentado, tan tranquilamente tras el escritorio hacia el fondo de la oficina. Al verlo, algo se rompió dentro de él, y de pronto lo vio todo rojo.

Shinji no fue realmente consiente de lo que estaba haciendo. Solo sabía que toda la rabia que tenía contenida estaba brotando por cada poro de su cuerpo, y en cosa de un par de segundos se vio corriendo mientras gritaba de rabia, para ir sobre un sorprendido Gendo Ikari, que no daba crédito a lo que estaba pasando. El hombre simplemente no fue capaz de reaccionar y de pronto vio a su hijo despreciado saltando sobre el escritorio, para luego propinarle un fuerte golpe en el rostro, haciendo que sus lentes saltaran volando por el aire.

Gendo cayó al suelo dolorosamente de su silla producto del fuerte golpe en la mandíbula, sintiendo de paso como su mejilla se desgarraba producto del roce de las esposas del chico, haciendo saltar la sangre. Pero Shinji no había terminado. Con ambas manos juntas por las esposas que sujetaban sus muñecas, le lanzó un nuevo golpe que le hizo añicos la nariz, haciendo que más sangre saltara por el aire. El Comandante supremo de NERV, se vio en la necesidad de gritar desesperado solicitando ayuda, sin ser capaz de quitarse de encina a un totalmente furioso Shinji, que continuaba gritando como si fuera un animal enfurecido, golpeándolo sin parar una y otra vez, con una fuerza inusitada para alguien de una constitución física tan escuálida.

No pasó mucho para que dos Agentes de Seguridad ingresaran corriendo a la oficina, para tomar al Tercer Elegido, y arrastrarlo a un lado, apartándolo del ensangrentado Supremo Comandante de NERV, mientras seguía gritando improperios y lanzaba furiosas patadas en forma indiscriminada, una de las cuales alcanzó a Gendo en el pecho, lanzándolo de espaldas un vez más.

Uno de los Agentes se las arregló para arrastrar fuera de la oficina a un totalmente furioso y descontrolado Shinji, que gritaba a los cuatro vientos, el odio que sentía por el bastardo que tenía por padre. Atrás, el otro Agente ayudó a un aturdido y adolorido Gendo Ikari a sentarse en el suelo, pasándole un pañuelo para tratar de detener en algo el sangrado de la nariz, mientras hablaba por su comunicador, solicitando un equipo médico urgente.

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Misato estaba apoyada de espadas a la pared ante el cuarto de Shinji, contemplando con seriedad y un dejo de tristeza, como el chico terminaba de poner sus escasas posesiones en una mochila y un bolso de mano. No dejó de sentirse mal al ver que todo lo que el chico tenía en la vida cabía en dos pequeños bolsos. Apretó los labios con fuerza al ver que dejaba su teléfono móvil sobre la cama, cortando con eso el único lazo que podía tener para comunicarse con él. Eso la entristeció un poco más. El chico salió de la habitación cargando sus bolsos, quedando de pie ante ella.

La mujer no pudo dejar de hacer una mueca al ver nuevamente el estado del chico. Tenía un ojo en tinta parcialmente cerrado, un labio partido e hinchado, horribles marcas en las muñecas, sin duda producidas por esposas demasiado apretadas, y visibles moretones en los brazos. Era evidente que el chico había recibido una fuerte golpiza, lo cual no era de extrañar al enterarse del arranque de ira que había tenido, y que mandó al Comandante Ikari directo al hospital de NERV, con la nariz rota, un feo corte en la mejilla que necesito puntos de sutura, un par de dientes menos, y un ojo en tinta casi tan cerrado como el que exhibía Shinji en este momento.

Ciertamente fue una sorpresa para todos en NERV, el día de furia de Shinji, que comenzó con la apropiación ilegal del EVA-01 y finalizó con una golpiza a su propio padre. Esto no era propio de él. Shinji siempre había sido un chico tranquilo, retraído y pacífico, pero al parecer la muerte de Touji había sido su punto de inflexión. Esa había sido la línea que marcaba el límite entre el Shinji introvertido, y un Shinji lleno de ira. Un Shinji que podía ver aun ahora de pie frente a ella. Suspiró pesadamente.

— ¿Estás seguro de no querer que te acompañe la estación de trenes? No sería problema para mí. 

— No te preocupes Misato. Estoy bien así — respondió el chico con seriedad.

Misato estrechó los ojos. Shinji seguía enojado. Muy enojado. Esto no estaba bien. Algo dentro de ella le decía que esto era peligroso. Este Shinji, con rostro serio, mirada estrecha y manos apuñadas, como si estuviera conteniendo un fuego dentro de él, no se sentía bien. Es como si la muerte de Touji hubiera liberado algo que estaba reprimido dentro de su ser, y que ahora que había encontrado la libertad, se negaba a volver a donde estuvo contenido.

 — Shinji… puedo comprender que estés enojado por cómo resultaron las cosas. Pero mantener todo ese enojo a flor de piel no es bueno para ti. Debes dejarlo ir, hacer la paces contigo mismo y seguir adelante — dijo Misato, contemplando al chico con pesar.

Por su parte, Shinji estrechó un poco más la mirada ante las palabras de la mujer. El sabía eso. Sabía que no era sano sentir toda esa rabia dentro él, pero no podía apartarla. Era como si ese fuego siguiera ardiendo dentro de él, avivado por la memoria de su amigo fallecido. Como si estuviera buscando un escape, una compensación. Dio un suspiro de resignación y miro a la mujer ante él. Había algo que necesitaba saber.

— Dime una cosa. ¿Por qué Touji fue nombrado como Cuarto Elegido? — preguntó.

— Al parecer todos tus compañeros de clase en la escuela, son candidatos de cuarto nivel. Yo acabo de enterarme. Fue todo planeado — respondió Misato con sinceridad.

Shinji arrugó el ceño ante esta verdad, tratando de asimilar esa información. Pero Misato no había terminado de hablar aun.

— Sobre lo que le pasó a Touji Suzuhara. Fue una tragedia. No hay palabras que puedan sanar la herida que eso dejó en tu corazón. Pero Shinji, también debo ser honesta contigo. Yo te confié la realización de mis sueños — negó con la cabeza ante esas palabras, era más que eso — No. No solo yo. Sé que esta es una carga muy pesada, pero todos en NERV pusimos nuestro futuro en tus manos.

La cara se Shinji fue atravesada por una mueca de tristeza por esas palabras, pero el enojo nunca dejó su rostro. Levantó la vista para mirarla a los ojos.

— ¿Tu sueño de qué se trata, Misato? ¿Lograr la paz de la humanidad a costa de pisotear la vida de la gente? ¿Me quieres decir que el fin justifica los medios? — preguntó el chico, con rostro serio. 

— Así es — respondió Misato con pesar, y vergüenza.

Se produjo un tenso silencio hasta que Misato levantó la vista otra vez, para mirar al joven Ex-Piloto EVA, dando un respiro de resignación. Era tiempo de finalizar con esto.

— Supongo que sabrás que a partir de ahora tendrás muchas restricciones en tu comportamiento, tanto de palabra y como de acción — informó la mujer.

— Lo sé — respondió Shinji, secamente.

— Dejaré tus códigos de acceso en el Cuartel General, y tu cuarto tal como están — dijo ella.

— No es necesario. Desastre de ellos. No los quiero. No pilotearé un EVA nunca más.

Misato sintió una gran pena y un profundo pesar ante esas duras palabras del chico que había llegado a considerar parte de su familia. Al verlo ahora, dirigirse hacia la puerta del departamento sin siquiera despedirse, manteniendo ese seño arrugado y el aire de enojo que lo rodeaba, sintió como si una parte de su corazón estuviera siendo arrancado de ella. No podía dejarlo irse así.

— ¡Shinji! — llamó la mujer.

El joven se giró solo para ser sorprendido al ser atrapado en un abrazo, por el uno única brazo bueno que tenía la mujer, ya que el otro permanecía en cabestrillo, una de las heridas que recibió en Matsushiro. Trató de hacer un poco de distancia para cuidar su brazo, pero ella lo tenía sujeto fuertemente. Dudó por un momento, pero finalmente le devolvió el abrazo. En alguna parte de él sintió que necesitaba ese abrazo.

— Lo siento Shnji — dijo finalmente Misato, con la voz un tanto entrecortada — Siento todo lo que pasó, todo lo que hice. Espero que algún día puedas perdonarme.

Ninguno dijo nada por largos segundos, hasta que Shinji se apartó de ella, sin poder sostenerle la mirada. El joven Ex–Piloto EVA se giró para quedar de espaldas a ella, aun de pié en medio del corredor.

— Adiós Misato — dijo simplemente.

Una rebelde lágrima corrió por la mejilla de la mujer. Podía comprender que él no estaba listo para el perdón aun. Las cosas estaban demasiado frescas y el dolor aun a flor de piel. Por eso sabía que rogarle que se quedara, decir que él ahora era parte de su vida, que lo necesitaba, no serviría de nada. El Shinji amargado, herido y enojado que estaba por dejar Tokio-3, era muy distinto al Shinji que había llegado hace ya tantos meses. Este Shinji necesitaba salir de aquí, tomar distancia, despejarse, calmar su corazón, y con el tiempo, si es que aún continuaban con vida, poder recuperar su relación, que ahora estaba totalmente fragmentada.

Misato vio con profunda tristeza como el chico salía silenciosamente del departamento, tal vez para no volver nunca más.

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Shinji estaba de pie en el andén, esperando que llegara el tren que lo sacaría de esa maldita ciudad, que solo le había traído penas. Paseó distraídamente la vista por el lugar contemplando la vacía estación de Trenes de Tokio-3. Fuera de un par de pasajeros y el personal de seguridad, el lugar estaba totalmente vació. Bien, no era de extrañar. Luego de los constantes ataques de Angeles los pasado meses, mucha de la población de la cuidad fortaleza había decidido emigrar a Tokio-2, o un lugar mucho más lejano. El mismo estaba haciendo exactamente eso ahora, aunque por razones un tanto diferentes. 

Levantó la vista contemplando el cielo azul que por alguna razón, le pareció más oscuro de lo habitual. Sintió nuevamente como si algo dentro de él se hubiera roto. Como si desde que se enojó con su padre, todo ese calor que antes sentía en su pecho, hubiera sido reemplazado por un fuego que lo quemaba por dentro, impidiéndole sentir otra cosa más que una profunda ira que no quería abandonarlo. Como si estuviera esperando el momento justo para ser liberara y explotar de una sola vez. Suspiro con cansancio y miró al cielo, pensando nuevamente en su mejor amigo.

— Perdóname Touji. Por más que quiero, no puedo llorarte en este momento.

Entonces las alarmas comenzaron a sonar, y el mensaje de alerta comenzó a ser escuchado por los altavoces de la estación. Shinji miró impactado el altavoz, apenas creyendo lo que estaba pasando. Un nuevo Angel estaba por atacar. Por un momento se quedó ahí, de pie, sin hacer nada, hasta que consideró ir al refugio más próximo, pero finalmente declinó. Si el mundo se iba a ir a la mierda, entonces miraría el final en primera fila, no escondido en un refugio decenas de metros bajo tierra.

— ¡Oye muchacho! ¿Qué haces parado ahí? Hay que ir a los refugios ahora mismo.

Shinji fue sorprendido por ese grito, y al voltear la cabeza, vio a uno de los guardias de la estación corriendo directo hacia él. No alcanzó a decir una sola palabra cuando el hombre se había abalanzado sobre él, tomando su bolso con una mano, y con la otra jalándolo del brazo, para literalmente arrastrarlo a grande zancadas al refugio más cercano, mientras lo reprendía por quedarse de pie ahí en medio de la estación, arriesgando la vida.

Si solo supiera…

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Se podía sentir como todo el refugio se estremecía mientras se escuchaban las explosiones a la distancia. La gente en el refugio estaba aterrada, algunos abrazándose entre ellos, buscando fuerza y consuelo, mientras, sentado en el suelo que en una esquina, un solitario joven miraba al vació, preguntándose qué es lo que estaría pasando afuera. Evidentemente Rei y Asuka estarían peleando. ¿Cómo les estaría yendo? Negó con la cabeza. Tenía que dejar de pensar en eso. El había dejado eso atrás. Esa había sido su decisión, y debía respetarla.

De pronto una gran explosión remeció todo el lugar llenándolo de polvo y escombros. Cuando el polvo se hubo asentado lo suficiente y pudo ver a su alrededor, lo esperaba un espectáculo dantesco. Una de las paredes y parte del techo habían estallado. El lugar estaba lleno de polvo, escombros, gente herida, otros muertos, aplastados por grandes pedazos de concreto, y ahí, entre los escombros, el polvo y el humo, mirándolo con sus cuatro gigantescos ojos, estaba la roja cabeza del EVA-02. Una sola cosa pasó por la cabeza de Shinji en ese momento.

— Asuka. 

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Podía sentir a la gente correr despavorida detrás de él. Podía escuchar a la gente gritar aterrada, mientras trataban de llegar a otro refugio. Pudo escuchar a alguien gritándole que se moviera, que no podía quedarse ahí porque era peligroso, pero no hizo caso a nada. Eventualmente el hombre siguió su camino con el resto de los aterrados civiles, en busca de la salvación. El simplemente no pudo hacer eso. Si creyó que lo visto en el refugio luego que la cabeza del EVA-02 volara casi la mitad de este al caer, era dantesco, lo que veía ahora ante sus ojos superaba cualquier cosa que pudiera haber imaginado.

El EVA-02 estaba de pie frente a él a la distancia, sin brazos, sin cabeza. Podía ver y sentir las explosiones y las balas trazadoras pasando furiosamente, en un vano intento de infligir daño a un oponente que era demasiado fuerte. Miró nuevamente al gigante rojo y sus pensamientos fueron otra vez a su molesta compañera de vivienda. ¿Estaría bien? ¿Estaría vida?

— Asuka — dijo el chico, sin poder a apartar la vista del gigante rojo mientras sentía un nudo en la boca del estómago, apuñando las manos con fuerza.

La pelirroja nunca había sido de su agrado. Es cierto que era una chica muy linda, y en su momento sintió interés por ella, pero su constante mal genio y desprecio hacia él, detuvieron cualquier tipo pensamiento agradable que tuviera respecto a ella. Aun así, Asuka no merecía terminar así. No por él. Porque en ese momento, al ver al semi desmembrado EVA-02, Shinji Ikari sintió que todo lo que estaba ocurriendo ante sus ojos, era culpa suya. Su culpa al negarse a pilotar el EVA.

En ese momento los ojos de Angel emitieron un destello segador, y en solo fracciones de segundos una gran explosión aterrizó en la lejana Pirámide, que era el Cuartel General de NERV, haciendo temblar e iluminando todo el complejo. Shinji debió cubrirse los ojos por el brillo de la explosión. Al levantar nuevamente la vista, vio con horror como una columna de humo negro se levantaba de un inmenso agujero a un costado de la Pirámide de NERV. Entonces se escuchó un fuerte estruendo muy cerca de él, y al voltear la cabeza vio como el EVA-00 emergía desde una esclusa, sin un brazo y sin un arma con la cual pelear.

— ¡Rei! Sin un arma, ¿Qué pretende? — se preguntó el Ex-Piloto, para luego ver como el EVA Prototipo cargaba hacia el Angel a la distancia con lo que parecía un barril bajo su único brazo. Entonces lo comprendió — ¡Una mina N2!

La explosión fue tremenda, y por poco lanza volando por los aires al joven Ikari, que pese a la distancia pudo sentir el calor abrazador que por poco y lo cocina vivo. Al levantar la vista vio a la distancia al Angel sin un solo rasguño, y a un semi carbonizado EVA-00 inmóvil ante él, hasta que vio con horror que uno de los brazos del Angel se extendía hacia adelante y atravesaba la cabeza del EVA Prototipo, para luego caer como peso muerto al suelo.

— ¡¡¡REEEEIIIIIII!!! — gritó Shinji al ver como el EVA prototipo yacía inmóvil en el suelo, con la cabeza partida en dos.

Shinji apretó los dientes y apuñó las manos con fuerza, con los ojos llenos de lágrimas por la impotencia. ¿Esto era su culpa? ¿Lo que le había pasado a Rei y Asuka era por su negativa a pilotar el EVA-01?

No era justo. El odiaba todo esto, odiaba a NERV, a su padre y al EVA por ponerlo en esta situación, y por sobre todo, odiaba a su padre por usarlo para matar a Touji. Deseaba mandarlo todo a mierda, y cuando sonaron las alarmas mientras estaba en la estación, sintió el deseo de ver en primera fila como todo el mundo se iba al infierno, pero no había contado esto. Asuka y Rei, habían quedado en la línea de fuego ante su negativa de pilotar, y habían pagado el precio. Ninguna de ellas merecía esto, no merecían acabar así, y todo por su culpa.

Shinji dio un grito de furia y desesperación, mientras lágrimas de impotencia corrían por sus ojos. Miró al Angel temblando de furia. Era tan injusto. El detestaba esto. Detestaba esta vida de combate tras combate, detestaba subir al EVA y arriesgar su vida por gente que no conocía, y gente que lo usaba paras sus propósitos mezquinos, y cuando finalmente había decidido dejar todo esto atrás, su decisión había impactado en dos personas que no tenían culpa de su sufrimiento. Asuka, su gruñona compañera de vivienda, y Rei, una silenciosa chica, a la que sin saber por qué, se sentía conectado de alguna forma. 

No quería hacer esto. Detestaba ser usado, y por sobre todo, detestaba tener que retractarse de sus palabras, pero no tenía otra opción. Quería sangre. Por Rei, por Asuka, se los debía a ellas. No tenía otra opción más que volver a subir al EVA y detener a esa cosa, porque si él no aplastaba a esa bazofia para vengar a sus compañeras, nadie más lo haría.

— ¡¡MALDICION!! — gritó con ira el vástago despreciado de Gendo Ikari, para luego comenzar a correr en dirección a la esclusa más cercana que lo llevara a las jaulas de contención. Que lo llevaría de regreso al EVA.

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Gendo Ikari era la viva imagen de la frustración. Había dejado el Centro de Mando para bajar donde estaba la jaula de contención y dirigir personalmente desde ahí la activación de EVA-01, pero pese a todos los esfuerzos, nada funcionaba. Llevaba minutos tratando de activar el EVA-01 pero por más que lo intentaba, arrojaba una y otra vez un mensaje de error, negándose primero a sincronizar con Rei, y ahora, negándose a aceptar el Dummy-Plug Sistem. Una nueva explosión, más fuerte que las anteriores, remeció toda la instalación, indicándole al hombre que el Angel debía haber atravesado la última capa de blindaje. Se les acababa el tiempo.

— Repitan. Desde el paso 108 — dijo Gendo con voz seria, mirando los monitores, que seguían lanzando una y otra vez mensajes de error.

— ¡Déjenme pilotear el EVA! — se escuchó un grito repentino — Padre ¡Déjame pilotear el EVA!

Gendo desvió la mirada hacia el ventanal a un costado que daba a la jaula de contención, y desde su posición elevada, pudo ver a su hijo, de pie en la pasarela, frente a la cabeza el EVA-01, repitiéndose la misma situación que cuando se volvieron a ver luego de tantos años. Solo que ahora su hijo no se negaba a subir al gigante purpura; por el contrario, solicitaba que lo dejaran pilotear. Estrechó la mirada.

Por unos instantes, padre e hijo se quedaron de pie, uno frente al otro mirándose a la distancia. Gendo pudo ver con satisfacción el ojo en tinta, el labio partido e hinchado, y las marcas en las muñecas y los moretones en los brazos de su hijo. Pero la satisfacción de ver los resultados de la paliza que mando propinarle, se evaporó al ver su mirada. Era estrecha, con el ceño arrugado, desafiante, y llena de ira dirigida hacia él.

Para Shinji esta fue la primera vez que veía a su padre luego de los hechos ocurridos en la oficina de este, y debía reconocer que se veía como si le hubiera pasado un camión por encima. En ese momento había estado tan descontrolado, que apenas recordaba lo que había pasado exactamente. Solo sabía que había gritado, golpeado y pateado, pero sin ser consiente del daño que pudo causar, pero evidentemente fue considerable. Su padre presentaba un hermoso ojo en tinta, un gran parche en la mejilla derecha, un visible yeso color blanco en la nariz, indicando que estaba rota, y un labio partido. No pudo dejar que un poco de satisfacción se filtrara en él, pero se evaporó al ver la mirada que estaba recibiendo por parte de su progenitor. Una mirada de profundo desprecio. Esa sola mirada hizo que el enojo que sentía por regresar a este lugar, para subir a ese armatoste que juro nunca más pilotear, fuera en aumento nuevamente.

— ¿Por qué estás aquí? — preguntó el hombre, con voz fría y mirada de penetrante desprecio y enfado.

Shinji acusó recibo a las frías palabras de su padre y esa mirada de desprecio en sus ojos. Sabía que su relación, si alguna vez la hubo, se había destruido para siempre. Nunca más podría considerar a ese hombre como su padre. Ahora solo era el Comandante Ikari, pero dejando toda la mierda que pudiera haber entre ellos, la golpiza que le dio en un arrebato de ira, y la posterior golpiza que él mando a propinarle, en este momento se encontraban a las puertas del fin de mundo, justo en frente de sus narices, y le salía con el acto de: "Estoy enojado contigo"

El Ex–Pliloto EVA sintió como la ira que ardía dentro de él comenzaba a burbujear otra vez, subiendo como la espuma, y le dedicó una mirada odiosa al hombre que estaba en lo alto tras ese ventanal. Supo lo que debía responder. 

— ¿Realmente tienes que preguntar? ¡Vine a salvarles el trasero! — gritó de regreso con visible enojo — ¡Ahora echa andar este armatoste si no quieres morir! 

Con ese ese último grito, y una furiosa mirada al hombre de la nariz rota, Shinji comenzó a correr hasta donde se encontraba el Entry-Plug, para volver a hacer aquello que tanto odiaba; hacer lo que había jurado nunca más hacer… pilotear el EVA.

Arriba en la sala de control, Gendo Ikari tuvo que tragarse su cólera por la flagrante falta de respeto, porque no había tiempo para eso. Le gustara o no, las palabras de su hijo despreciado eran ciertas. Si no actuaban ahora, morirían.

— Reconfiguren el sistema del EVA-01 con los patrones del Piloto Shinji Ikari, y reinicien la secuencia — ordenó.

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La mirada de preocupación de Misato era más que evidente, mientras miraba el gran monitor al frente de ella. En este punto, las cosan iban terriblemente mal. Ya habían perdido al EVA-00 y al EVA-02. Rei y Asuka estaban con vida, pero totalmente fuera de combate, mientras que el EVA-01 se negaba a moverse, por más intentos que realizaran. Nunca había estado en una situación tan desesperada desde que comenzó esta guerra contra los Angeles. ¿Qué otra cosa podría salir mal? Como si fuera una respuesta a su pregunta, una nueva explosión, mucho más fuerte que la anterior, fue escuchada por todos en el lugar.

— El blanco penetró en el túnel principal. Está descendiendo — informó Sigueru.

— ¿A dónde se dirige? — peguntó Misato, mirando al operario de lentes.

— Avanza directamente al Dogma Central, Mayor — respondió Makoto.

— ¡Viene directo hacia acá! — exclamó una impactada Misato, apenas creyendo lo que estaba pasando — Evacuen al todo el personal. ¡¡Rápido!! 

Las alarmas comenzaron a sonar, y la voz de Makoto comenzó a ser escuchada por los altavoces, anunciando la evacuación general, pero no pasaron más de un par de segundos antes de que una nueva explosión remeciera todo el lugar, momento en que la pared al frente de ellos estalló, haciendo añicos el gran monitor centrar, y por entre los escombros y el humo, una gigantesca figura de aspecto humanoide comenzó a ingresar, hasta que estuvo completamente dentro, irguiéndose ante ellos imponente, avanzando paso a paso, acercando su extraño rostro, para poder verlos directamente a los ojos. 

Se pudo escuchar los gritos de terror de todos. Maya saltó entre gritos de su silla y corrió hasta tomarse de un brazo de una igualmente impactada Ritsuko. Makoto se puso de pie, mirando aterrado la gigantesca figura ante ellos. Por su parte Shigeru, estaba congelado en su asiento.

Misato no se movió, no gritó. Sabía que era el fin, sabía que iba a morir, pero se negó a dejar que el miedo la controlada. Apretó los dientes y tomó con fuerza su crucifijo con una mano, mirando fijamente al Angel. Si iba morir, no lo habría gritando de miedo, no le daría ese gusto a ese gigante bastardo. Si iba a morir, lo había de píe, mirándolo a la cara.

Los ojos del Angel comenzaron a brillar, mientras Misato pensaba en Kaji, y como por terquedad de ambos, nunca llegaron a arreglar las cosas entre ellos, pese a que los dos se amaban. Pensó en Shinji, y en cuanto lo había lastimado. Pensó con amargura que si Dios realmente existía, le diera la oportunidad de hacer las cosas de mejor forma en la otra vida. 

Fue en ese momento que la pared lateral explotó en cientos de pedazos, y un gigantesco brazo emergió de entre los escombros y el polvo, para darle un potente derechazo al Angel, mandándolo de cabeza al suelo. Segundos después un gigante purpura apareció en todo su esplendor, para irse sobre el aturdido Angel, y propinarle una seguidilla de golpes de puño, sin dejarlo levantarse del suelo. 

Misato miró la escena impactada, apenas creyendo lo que verían sus ojos, pero era verdad. Ahí estaba el EVA-01 moliendo a golpes al Angel. Eso solo podía significar una cosa.

— ¡Shinji! — dijo con ojos húmedos, alegría y esperanza.

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Shinji estaba eufórico. Toda la ira que sentía burbujeando dentro de él, era como un combustible de alto octanaje que solo aumentaba su rendimiento con un único fin: Quería Sangre. Gritó con furia dando golpe tras golpe a ese gigante que había osado lastimar a Rei y Asuka. Gritó una vez más volviendo a estrellar el puño en el rostro amorfo de esa cosa, sintiéndose vivo, extasiado, feliz. ¿Esto es lo que sentía Asuka cuando estaba machacando al Angel de turno? Si era así, ahora podía comprender en algo a la pelirroja.

El Angel se movió, tratando de liberarse de sus manos, y supo que debía sacarlo de ese lugar. Por el rabillo del ojo, pudo ver a Misato y compañía a solo unos metros de ellos. Un mal paso y todos serían historia. Con un gruñido se las arregló para levantar al Angel de los hombros y con un nuevo grito de furia, lo empujó a través de la misma pared desde la que él había salido en el EVA-01, destruyendo a su paso todo lo que encontraba.

Forcejeó con ese ser, y logró lanzarlo al suelo una vez más. Levantó el brazo izquierdo para plantarle un nuevo golpe en esa cara ridícula, pero un brillante rayo de energía salió de sus ojos, cortando limpiamente el brazo izquierdo del EVA, el cual voló por los aires, lanzando galones de sangre, manchando todo al rededor.

En el interior del Entry-Plug, Shinji sujetó su brazo izquierdo. Sabía que su brazo estaba ahí, que estaba bien, pero el dolor transmitido a sus terminales nerviosas por su conexión con el EVA, se sentía totalmente real. Sintió dolor, pero también rabia. El grito que dio a continuación, fue una combinación de rabia y dolor, dándole una patada a ese ser, y luego un nuevo puñetazo con el brazo derecho. En un momento logró tomarlo, arreglárselas para hacerlo girar, luego lanzarlo de espaldas de una potente patada, en dirección a las catapultas que usaba los EVA para ser llevados a la superficie. Entonces lo vio.

Ahí, de pie en medio de una pasarela, apretando la barandilla con las manos, y parcialmente cubierto con la sangre del EVA, estaba Gendo Ikari, su padre, el Supremo Comandante de NERV.

Muchas cosas pasaron por la cabeza de Shinji en ese momento: Su madre, el ser abandonado, su soledad, el dolor de su vida miserable, y Touji, su mejor amigo. Una amigo que había sido forzado a matar con sus propias manos por ese hombre despreciable, de pie a solo unos metros de él.

Nuevamente toda esa furia, esa ira que se había estado acumulando, burbujeaba una vez más, y estaba llegando rápidamente a un punto de ruptura. Nuevamente un fuego incandescente subía por su pecho, dirigido a una sola persona, un solo hombre. Un hombre que había hecho su vida miserable, un hombre que lo había forzado a participar en una guerra increíble, contra enemigos ridículamente fuertes, un hombre que lo había forzado a matar a su mejor amigo.

Fue cosa de un par de segundos, pero para Shinji parecieron horas. Nuevamente lo vio todo rojo, y antes de ser realmente consiente, vio como el puño derecho del EVA-01 iba en cámara lenta dirigido directamente a ese hombre despreciable, que miraba con ojos abiertos de puro terror un gigantesco puño dirigirse directo a él.

El golpe fue tremendo. El puño derecho del EVA-01 se incrustó hasta el antebrazo en el metal retorcido, que segundos antes fue la pared que estaba detrás de la pasarela, donde había estado de pie el Comandante Supremo de NERV, Gendo Ikari.

Shinji miró con absorta fascinación el puño del gigante purpura incrustado en el metal retorcido, asimilando lo que acaba de pasar, lo que acababa de hacer. Lo había hecho. Había golpeado a su padre con todas sus fuerzas. No, no solo golpear, lo había matado. No había forma en el infierno de que alguien sobreviviera a un golpe semejante. Lentamente retiró el puño de entre los metales retorcidos, para encontrarlo cubierto de sangre y algunos restos de lo que alguna vez fue su padre. 

No sabía qué pensar, no sabía qué sentir. Su ira parcialmente evaporada. Como si hubiera descargado una gran parte de la pena, el dolor, y la rabia en un solo golpe, como si se lo hubiera devuelto todo a ese miserable con un solo golpe. Pero no tuvo tiempo de seguir reflexionando por más tiempo, al fondo, el Angel se estaba levantando y aprontándose a seguir con la lucha. Shinji se obligó a apartar los pensamientos sobre su difunto padre y centrarse en lo realmente importante en este momento. Con un gruñido, cargó sobre el Angel y lo empujó brutal y fuertemente en contra de uno de las catapultas de lanzamiento, aprisionándolo en su lugar.

— ¡MISATO! — gritó a todo pulmón, esperando que la mujer entendiera lo obvia de su solicitud. Ella no lo decepción.

— Activen la catapulta cinco — se escuchó la voz de Misato por el sistema de comunicaciones.

En ese mismo instante la catapulta cinco se activó, y el EVA-01 junto con el Angel, fueron lazados a la superficie a una velocidad pasmosa, para continuar con esa épica batalla en un lugar más espacioso, donde no pudiera haber más víctimas potenciales.

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En el Centro de Mando, Misato estaba totalmente impactada. Sabía que había una batalla en curso, y debía concentrase en eso, pero lo que acaba de ocurrir era algo que no podía simplemente obviar. Shinji acababa de matar a su padre, usando el gigantesco puño del EVA-01.

Ese solo pensamiento se sentía mal. Imaginar al tranquilo y pacifico Shinji cometiendo parricidio era algo imposible de creer. Pero las pruebas estaban ahí. Todos pudieron ver por uno de los monitores auxiliares como el EVA-01 había dado un potente golpe de puño hacia donde estaba de pie el Comandante Ikari, incrustándolo y aplastándolo en una pulpa contra una pared de metal, ahora retorcida y manchada de sangre, con los restos grotescamente esparcidos de lo que una vez fue el Comandante Supremo de NERV.

Misato sabía que el enojo de Shinji no era normal. Sabía que había algo horriblemente mal ahí. Lo sintió en sus huesos, pero lo dejó pasar al saber que el chico se iría de Tokio-3 y de NERV, lo que le daría el tiempo necesario para calmarse. Se equivocó terriblemente con esa apreciación. Ella en verdad pudo sentir la irá de Shinji burbujeando dentro de él cuando intercambiaron palabras en el departamento. Debió detenerlo en ese momento y buscarle ayuda. Fue un terrible error de juicio no poner adecuada atención a esa bomba de tiempo que estaba a punto de estallar. Pero ya era tarde para eso. Ahora debía lidiar con las consecuencias.

— El EVA-01 se desactivo. No tiene energía — informó Makoto, que estaba arrodillada en el suelo ante el laptop de Maya, ya que esta se encontraba tratando de confortar a una destrozada Ritsuko, que estaba de rodillas llorando desconsoladamente por la muerte del Comandante Ikari.

— Rayos — dijo Misato, maldiciendo su suerte — Sin las cámaras externas funcionando no hay forma de saber que está pasado allá afuera. No sacamos nada quedándonos aquí. Hay que salir — dijo, yendo donde la llorosa rubia, para tomarla de un brazo y obligarla a ponerse de pie — Vamos Ritsuko, arriba. Aún hay trabajo por hacer.

Misato vio con una combinación de molestia y pena que la rubia no estaba reaccionando. Le dio una mirada a Maya, y esta entendió de inmediato, ayudándola a poner de pie a científica. Shigeru se ocupó de ayudar a cargar fuera a Ritsuko, lo que le permitió adelantarse y reflexionar un momento.

Con el EVA-01 sin energía, las posibilidades de salir con vida de esta, eran bastante escasas, pero si de alguna forma se lograran librar, tenía un tremendo problema entre manos. Tenía a un Piloto EVA que había asesinado a sangre fría al Supremo Comandante de NERV. Las repercusiones de esto podrían ser tremendas para Shinji, sobre todo porque el hombre que había asesinado no solo era el Comandante de NERV, era su propio padre. 

Al llegar al exterior, Misato supo que las cosas se complicarían aún más. El EVA-01, que supuestamente estaba sin energía no solo se estaba moviendo, estaba literalmente moliendo a golpes al Angel, mientras rugía como un animal embravecido. Pudo escuchar a Maya decir algo, ahora de rodillas en el suelo revisando los datos de su Laptop luego de dejar a Ritsuko con Shigeru, pero no le prestó atención. Solo podía ver horrorizada al EVA-01 rugir, golpear, y ahora comer al Angel. Lo más terrible de todo, es que al ver esa escena frente a ella, tuvo el horrible presentimiento de que las acciones del EVA-01 estaban dictadas por la ira que se estaba acumulando en Shinji desde la muerte de Touji.

¿Qué pasaría con todos ellos ahora? ¿Se detendría el EVA-01 una vez acabara con él Angel? ¿Iría por ellos a continuación?, Si se detenía, ¿Qué pasaría con Shinji al bajarlo del Entry-Plug? ¿Lo llevaría directo a la cárcel para juzgarlo por asesinato? ¿Seguiría tan enfurecido y descontrolado, que no tendría más opción que pegarle un tiro?

Misato continuó mirando absorta como el EVA-01 continuaba devorando al Angel, acariciando distraídamente la cacha de su arma, que descansaba en su pistolera, esperando por ver a donde los llevaba todo esto; esperando por ver a donde los llevaría la ira de Shinji.

FIN

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Notas del Autor: Acá estamos con una nueva historia de EVA que la verdad no tenía contemplada escribir, ya que nunca se me he había pasado por la cabeza, hasta que vi la serie otra vez.

Hace poco me di el gusto de comprar la serie completa, más la películas originales en formato Bluray, y obviamente comencé a ver la serie otra vez, y fue entonces que noté algo que había dejado pasar todos estos años. En el Cap. 19 que viene luego de lo pasado con Touji, me percaté de que Shinji estuvo enojado todo el capítulo. Eso me dejó pensado y de inmediato revisé el tomo del manga donde ocurre esta parte, y Shinji estaba mucho más enojado, ya que en el manga Touji había muerto. Eso me llevó a preguntarme qué hubiera pasado si en el animé, Touji efectivamente muriera y Shinji estuviera tan enojado que lo hiciera estallar. Esa es la premisa que me llevó a desarrollar esta historia corta, combinando partes del manga y el animé.

Para finalizar no puedo dejar de agradecer a mi amigo Fantastic-Man, mi prelector oficial, que me hizo darme cuenta de unos errores tremendos que estaba cometiendo al estar tan absorto escribiendo como loco, sin parar a ver lo que hacía. 

Saludos y nos leemos pronto.