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Culpa.

Mientras Asuka raudamente corría a perderse por los vastos rincones de NERV, todos los restantes operarios paulatinamente iban regresando la mirada hacía los gigantescos monitores donde uno a uno procedían a detallarse los resultados de aquella operación fracasada. Un silencio sepulcral prontamente se cernió sobre todo el centro de mando y, en las caras de casi todos los funcionarios "salvo de uno que estaba en lo alto del puente de mando en el puesto de la Comandancia", podía vislumbrarse el mismo rostro triste, desconsolado y derrotado.

La Mayor Katsuragi rompió ese silencio tácito que se había formado y le preguntó algo nerviosa a la Doctora Akagi. 

–Doctora… ¿Existe alguna posibilidad de reiniciar el proceso o esperar a mejores condiciones para intentar un nuevo plan de rescate?

-No Mayor-. Respondería la aludida con un hondo y sincero pesar. –El plan solo puede ser intentado una sola vez. El ser y el alma de Shinji ahora paso a formar parte del ser y del alma del Evangelion. Lo siento Mayor pero nosotros ya no podemos hacer nada mas-.

-¿O sea el está…?.

Misato no tuvo el valor de terminar la frase. Y la doctora tampoco tuvo el valor de completar la oración. Ello pese a que ambas sabían perfectamente de que estaban hablando.

Ante la mirada incrédula y desencantada de Misato, la doctora trato de justificarse. –Fue él quien decidió no volver. Nosotros no podemos hacer nada. Fue su voluntad de permanecer allí adentro la que no nos permitió traerlo de vuelta…-.

-¡De que mierda nos sirve todo el poder de la ciencia si esta es incapaz de salvar a una persona!-. Interrumpió bruscamente la Mayor. -¡Devuélvanme a Shinji! ¡No lo quiero atrapado dentro de esa cosa! ¡Quiero que me lo devuelvan! ¡Devuélvamelo!...-. Demandó la Mayor antes de sentarse abatida en una silla que había por allí desocupada para poder llorar su desdicha, mientras Ritsuko intentaba consolaba ante la triste impasividad del resto de los operarios, quienes tan solo podían limitarse a observar la situación.

En esto Gendo Ikari, quien había estado silente observando la situación durante todo el tiempo se puso de pie y con una voz aun mas seria que de costumbre fue quien daría la siguiente orden.

–A partir de este momento todo el personal puede retirarse.

Ante la mirada atónita de todos los trabajadores de NERV allí presentes, él reitero la orden. Y con la finalidad de que la obediencia a aquella orden fuera completamente indubitada, el Comandante fue el primero en hacer abandono de las instalaciones, seguido por el Vicecomandante Fuyutsuki.

Fue así que, lentamente, uno por uno todos los funcionarios de NERV comenzaron a hacer abandono de las dependencias de dicha organización, hasta que solo quedaron Ritsuko quien estaba tratando de consolar a Misato junto a otros tres fieles e incondicionales operarios quienes, en silencio, permanecían ahí en solidaridad con su superiora.

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El ruido de una cosa metálica siendo golpeada inmisericordemente sin cesar resonaba de forma reiterada por todo aquel camerino de mujeres. Y la absoluta soledad que imperaba por todo ese inmenso camerino hacía que aquel sonido se escuchara todavía mas fuerte.

Después de un rato, se podía ver en un rincón de ese camerino la puerta de un casillero completamente abollado producto de los golpes y a un costado de dicho casillero, sentada en el suelo, estaba una chica enfundada en un traje rojo como la sangre, tratando de contener su llanto mientras apretaba sus dientes para tratar así de acallar su dolor. Pero el ligero temblor de su cuerpo y un par de lágrimas que, a pesar de la resistencia de la chica, tímidamente corrían por sus mejillas daban cuenta de una realidad contraría.

Nunca pensó Asuka que algún día iba a romper la promesa de ser ella siempre fuerte y de que nunca lloraría en su vida por nada ni por nadie, pero hela allí, llorando desconsoladamente por él…

¡¿Por él?! Pero quien se lo hubiera imaginado, ella siempre le gritaba cosas y le insultaba apenas se presentaba la oportunidad para hacerlo. Jamás le había dicho nada que no fuera medianamente sarcástico o hiriente, a pesar de que él nunca la trataba mal o la insultaba. Hasta pensaba que él era un completo idiota por esa forma de ser tan tímida, tal vez enfermizamente tímida para su gusto.

Pero a veces, tenía ella que reconocerlo, ese chico tímido y pusilánime podía llegar a ser sorprendente. Después de todo, a diferencia de ella o de la "niña modelo", él no parecía haber tenido ninguna entrenamiento o preparación previa como piloto. Y sin embargo según todas las estadísticas, había sido relevante para vencer a casi todos los ángeles, recordando únicamente como excepción aquel enviado que tomo forma de virus informático. De hecho, él había vencido en situaciones que normalmente parecerían como imposibles. A la hora de pelear pareciera que podía llegar a transformarse por completo, adquiriendo un impulso y un valor increíbles, los mismos que normalmente solían escasear en su vida personal. 

Por último, a veces ese chico triste sin embargo podía sonreír, aunque nunca tuviera una razón aparente para ello. Y cuando le veía sonreír por alguna extraña razón todo problema parecía desaparecer.

Era extraño, recién ahora se había dado cuenta que le gustaba verlo sonreír, pero esos instantes nunca duraban. Y lo mas triste de todo es que casi nunca perduraban por culpa de ella. Siempre tenía que venir la palabra hiriente, el comentario malintencionado… Siempre tenía que venir ella a arruinarlo todo.

Toda esta situación se había vuelto tan extraña para ella; quien siempre había visto a Shinji como un rival, como un niño mimado con una actitud de mierda, mas bien digna de un permanente fracasado antes que de un piloto de la serie Eva. "Indigno y patético remedo de hombre", le llegó incluso a gritar alguna vez en medio de una de sus tantas discusiones. Ella incluso a veces solía hacerle alarde de las múltiples cartas que por allí tenia guardada de sus varios admiradores, a veces incluso hacía el ademán de mostrárselas, haciendo esto únicamente para molestarle, ya que en el fondo a ella tampoco le interesaban en lo mas mínimo las abundantes pretensiones de los chicos que pretendían cortejarla, pero que nada le podían ofrecer a ella. Porque ella había tomado hacía ya mucho tiempo la decisión sobre cómo debía ser su vida. Ella sería sola y autosuficiente, nunca dependería de nadie, menos de un hombre, y mucho menos de alguien como él…

Pero ahora lo único que la hubiera consolado era haberlo visto de nuevo, para que este dolor cesara de una vez por todas, para que la vida pudiera continuar, igual que siempre…

-¿Igual que siempre?-. Se interrumpió en un susurro Asuka.

-No-. Se respondió desconsoladamente luego de un largo silencio. Y luego agrego. –Yo no volvería a un lugar donde solo puedo esperar amargura y dolor… Seguramente, Shinji tampoco volvería a un lugar así-.

Y entonces, una horrible sensación afectaba a Asuka. La sensación de sentirse culpable por haber inducido a ese chico a huir de la vida, y esta vez, para siempre. Sin la posibilidad de una vuelta atrás.

La amarga sensación de culpa hizo que Asuka dejara de reprimirse y llorara abiertamente, ya sin disimulo alguno. Con la cabeza agacha entre las piernas recogidas y sus brazos abrazando las piernas.

Pero unos momentos después, volvió a intentar contener su llanto cuando escucho débiles pasos que iban ingresando al camerino. Los cuales se dirigían, precisamente, hacia donde se encontraba ella.

Asuka no levanto la cabeza para ver de quien se trataba, no necesitaba saberlo, el hecho que estuviera allí parada esa presencia sin hablarle, probablemente solo observándola sin saber que hacer, le hacían inferir quien estaba allí. Y cuando miró de reojo las largas botas blancas, que por ser parte de su traje se confundían con el, ya no le cupo la menor duda de quien se trataba.

Y por ello, Asuka no se atrevió a mirarla.

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Solitario en la inmensa oficina de la Comandancia se encontraba Gendo Ikari, el Supremo Comandante en Jefe a cargo de NERV. De pie mirando por medio de los inmensos cristales de su oficina hacia los hangares del cuartel donde se divisaba en primer plano la purpúrea unidad primera. Mientras hacía esto, el trataba de explicarse mentalmente el porqué de lo ocurrido, de buscarle algún sentido a lo ocurrido.

Pero por mas que trato, le resultó imposible hallar una respuesta. Ante esto, aquel hombre empezó a maldecir mentalmente su mala suerte, Shinji ya no volvería del interior del Eva. Y eso afectaba gravemente sus planes. Por ahora, tendría que seguir simulando el seguimiento a los planes de sus auténticos superiores y benefactores, a ver si mediante esa vía podía generarse alguna oportunidad que le permitiera llegar a desarrollar sus verdaderos planes.

Pero esas no eran todas las preocupaciones que afectaban a Gendo. 

Es cierto de que aquel hombre había sido demasiado bastardo con su propio hijo, y el mismo era consciente de ello. Pero aquello no le importaba ya que ese tratamiento, si bien duro, resultaba necesario para el éxito del plan; el cual no admitía margen alguno de error, tanto para la lucha contra los ángeles como para los planes posteriores que Gendo tenía en mente. Necesitaba que como piloto de la serie Eva, Shinji obtuviera determinación y fuerza, aunque tuviera que adquirirla a punta de los golpes de la vida. No podía permitirse tener como piloto a alguien débil y temeroso que dudara de todo. Para el Comandante Ikari, el fallar no era una opción. Además, pensaba que si su plan tenía éxito, el sufrimiento y todos los pesares de Shinji podrían ser fácilmente compensables, al igual que el sufrimiento y los pesares de toda la humanidad. Todo ello gracias al alcance, en otras palabras, de la reedición en versión humana de aquella vieja promesa de un mundo feliz sin dolor ni pesar en el "cielo humano", al cual solo se puede llegar luego de transitar por un largo camino colmado de miseria y sufrimiento. Idéntico requisito que el exigido para ingresar al mítico cielo prometido por todas las divinidades de todas las religiones ancestrales.

Pero al fusionarse con el Eva, Shinji había tirado todo ese sueño por la borda.

Luego de un tiempo, el se sentó y junto sus manos como siempre, pero uso esta forma para golpear la mesa maldiciendo su suerte.

Y luego, bajo su cabeza hasta depositar su cabeza frente a esas manos juntas, y gruño con rabia otra maldición por su perra suerte.

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Con calma, aunque algo ahogada para así disimular el hecho de que había estado llorando, Asuka logro reunir el valor para intentar hablarle a esa presencia que estaba frente suyo. Pero toda palabra que ella pudiera tener pensada fenecería antes de escapar de su boca cuando la vio allí de pie.

Al verla, Asuka sintió que algo no parecía estar bien. Allí se encontraba Rei Ayanami, quien parecía tener la misma cara inexpresiva de siempre, la misma mirada neutra de siempre, la misma actitud indiferente de siempre…

Pero esta vez, había algo en ella que era distinto. A pesar de seguir con la misma careta de completa ausencia de emocionalidad, había algo en ella que parecía mostrar un sentimiento vago y difuso.

Luego de mirarse por unos momentos, Rei dio la impresión de que se movería para largarse de dicho lugar. Pero no fue así, en su lugar aquella chica se sentó en el suelo al lado de ella.

De inmediato, un incómodo silencio se forjó durante un largo rato. Mientras Asuka miraba disimuladamente de reojo a su compañera y pensaba en su actitud reciente. "¿Por qué ella se sentaría a su lado sin decirle nada?". Siempre había encontrado a Rei demasiado extraña, pero nunca había pensado en verla allí a su lado, como si quisiera solidarizar con ella y con su dolor, como si su dolor también fuera de alguna manera el dolor de ella. O quizás, Rei era tan extraña que se sentó a su lado como un gesto automático e inconsciente, después de todo, ella parecía carecer de emocionalidad alguna, probablemente ella no pueda entender o dimensionar todo lo que estaba pasando… 

-¿También te duele?

Sorprendida y sin atinar a que responder, Asuka solo pudo mirar extrañada a su colega al romper el hielo con esa pregunta.

-¿Qué estás diciéndome?...

-¿También te duele el que ya no vuelva?

-¿De… de donde sacas tu esas cosas?-. Le respondió la segunda niña, tratando de volver a su acostumbrada faceta de poderosa e insensible.

-Del hecho que tú estabas llorando por él.

-Bueno, es natural… puede afectarnos un poco el hecho que un compañero de labores ya no vuelva mas, pero esos son los gajes del oficio, ¿No? Además, aun estamos nosotras y todavía tenemos que luchar contra el enemigo… y no podemos ser darnos el lujo de ser débiles ante…

Abruptamente Asuka callo cuando, sin querer miro, fijamente a la cara de Rei. Encontrando en ella una mirada escrutadora que sin decirle nada la tachaba inmediatamente de mentirosa.

Fue así que la pelirroja se sintió inmediatamente aludida por esa mirada y le grito enojada. -¡¿Por qué me miras así?!-.

-¿Por qué intentas engañarte?-. Fue la contra pregunta de Rei.

-¿Engañarte? ¿Quién quiere engañarte a ti…?.

-No. No pudiste engañarme y eso lo sabes. ¿Pero porque insistes en engañarte?

-¿A que te refieres con engañarme? ¡Eso no tiene sentido!... 

-¿Entonces, porque insistes en engañarte?

-Tu… Tu…-. Asuka comenzó a molestarse y se ponía de pie mientras le gritaba ahora. -Tú no puedes entenderlo. ¡Jamás podrías llegar a entenderlo! ¡Ya que eres fría e indiferente! ¡Ya que eres… Eres una…!

-¿Una tonta Asuka? Sé que piensas que soy una tonta. Pero yo no soy una tonta. No me trates como una-.

La voz seria de Rei al haberla interrumpido con estas palabras, provocó que Asuka quedara en blanco, y no pudiera responderle. Pero Rei no callo y le respondió en un extraño tono de voz que sabía a tristeza. –Tal vez no lo entienda, pero a pesar de ello si lo siento. Shinji no volverá… Y eso me duele-.

Lentamente Rei se ponía de pie mientras se marchaba lentamente hacia la salida del camerino, al ganarse bajo el marco de la puerta sin embargo se detuvo y sin voltearse le hablo, ahora nuevamente retornando a su tradicional tono frío y bajo. 

-Por órdenes del alto mando, no habrán mas pruebas de sincronización por lo que quede de esta semana, por lo que las pruebas se reiniciaran desde el lunes. 

La interpelada no contesto, pero Rei sabía que Asuka le había escuchado y entendido el mensaje, por ende dio por transmitido el comunicado y procedió a retirarse.

Y Asuka quedo una vez mas sola en medio de la inmensidad de ese camerino.

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A bordo de un viejo pero bien conservado automóvil deportivo Alpine A310 conducido por Misato se realizaba el trayecto de vuelta a casa. Este viaje fue inusualmente silencioso, ninguna de las dos ocupantes dijo una sola palabra, ni siquiera la radio del vehículo fue encendida. Tan solo el leve ruido del motor y el ocasional desplazamiento de los demás vehículos por aquella poco transitada carretera fueron los únicos capaces de romper el silencio. No había ánimos para conversaciones, y el único tópico que se podría haber tratado era lo ocurrido en esa triste jornada.

Mas tarde, y al regresar al departamento que servía de morada para ambas féminas aquel silencio, lejos de quebrantarse, tan solo se prolongó. Y mientras Asuka se dirigía a su dormitorio para pensar en todo lo que había ocurrido; Misato se sacaba su chaqueta y acto seguido se dirigía hacia una de las neveras, pero contra lo que pudiera pensarse no fue a sacar unas latas de cerveza, sino que fue hacia una nevera mas chica que estaba a un costado. Al abrirla se encontró con Penpen. Aquel pajarraco al verla se alegró y fue hacia ella, pero al verla triste se detuvo, al igual que la gran mayoría de los animales, dicho pingüino también podía percatarse de los sentimientos y del estado anímico de sus amos. Misato recogió a ese pingüino, y mientras lo alimentaba le hablaba tristemente.

-Te preguntaras el porque de esta cara y este tono de voz. ¿No es así?... Veras… Shinji, nuestro niño que vivía aquí con nosotros, él… el ya no volverá. Jamás. No fuimos capaces de traerlo de vuelta, el prefirió quedarse adentro del Eva. Tal vez sea mejor para el que las cosas hayan terminado así. Tal vez, esa cosa infernal pueda darle algo, no sé, algo que quizás nosotros no pudimos o no supimos darle…. Por Dios, todo esto es tan raro...

La voz de Misato se quebrantaba mientras empieza a abrazar con fuerza a Penpen. –Cuando lo vi tan solo y triste al llegar a esta ciudad, sin nadie que lo quisiera o acogiera. Yo no podía soportar verlo así. Y fue así que lo traje para acá con nosotros, para que tuviera un lugar donde sentirse acogido, donde no se sintiera solo… Y ahora que no está, la casa se ve tan vacía. Pero en realidad, quizás nunca pensé realmente en él; tal vez yo solo lo buscaba porque necesitaba compañía para no sentirme sola, tan solo lo utilizaba para no sentirme sola. Y ahora que ya no esta, me siento sola…

Y mientras abrazaba a Penpen, ella lloraba. Todo esto mientras que no muy lejos de ahí, detrás de una puerta entreabierta, Asuka escucha los susurrantes lamentos de su tutora. Y no pudo impedir que ese desagradable sentimiento de culpabilidad volviera a su ser. Así fue como cerró muy lentamente la puerta en parte para no seguir escuchando la tristeza de la Mayor, y en parte para que nadie pudiera escuchar su propia tristeza.

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Muy lejos de allí, en un pequeño y derruido departamento de los suburbios, una chica a través de un espejo veía las silenciosas lagrimas caer suavemente por su pálida cara. Mientras pasaba uno de sus dedos por el sendero que había dejado esa lagrima, ella no podía dejar de pensar en el hecho de que Shinji ya no volvería. Y en relación con esto había una pregunta que rondaba por su mente: "¿En que momento el tercer elegido dejo de ser un ente mas en su mundo y paso a ser algo importante para ella?". ¿Desde que decidió pilotear el Eva 01 para evitar enviarla a una muerte segura? ¿Desde que huyó para luego retornar? ¿Acaso desde la "Operación Yashima"?

Nunca antes había interactuado tanto tiempo con alguien de su edad. De hecho, ahora que repasaba las cosas en perspectiva, nunca había interactuado con mas personas que unos cuantos facultativos científicos y la figura del Comandante. Pero todos lo hacían como si ella tuviera que algún día retribuirle de alguna manera. Nadie parecía haberse preocupado o interesado por ella de forma tan desinteresada.

No podía entenderlo, de hecho muchas cosas propias del común de las personas le eran ajenas, no porque no las conociera, sino porque no podía entenderlas. A Rei le costaba demasiado entender esa compleja y entrelazada serie de acciones y omisiones, deseos y pensamientos, anhelos y temores que en conjunto suelen ser denominados como "El comportamiento humano".

Como esa lágrima que tenía en su dedo, que le hizo pensar en la tristeza de Asuka manifestada hacia algunas horas atrás. ¿Por qué ella lloraba por el? ¿Y porque esa extraña obsesión de negar que le importaba? En realidad siempre veía a Asuka tratar muy mal a quien había sido no solo su compañero de armas y de escuela, sino que también su compañero de habitación. Y sin embargo, ella había estado desconsolada llorándole. Igual como Rei estaba ahora llorando por el.

Tendida en su cama trato de hallar algún sentido a todas estas paradojas, pero aquello le sería imposible. El cansancio propio de la tristeza y la confusión pudieron mas y en medio de aquel juego de lágrimas y de toda esta confusión fue que Rei se durmió.

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Continuará…

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