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¿Equivocación?

No sabía bien desde hacía cuanto rato que había estado corriendo buscando dejar atrás todo lo acaecido. Y tampoco rememoraba muy bien como fue que su alocada carrera la había terminado llevando hasta el medio de los estacionamientos exteriores del cuartel general. Tan solo recordaba que hasta hacía unos pocos momentos atrás ella se encontraba en el camerino de mujeres cambiándose de ropas mientras era asolada por otras preocupaciones que extrañamente ahora le parecían tan lejanas e intrascendentes cuando, de repente, apareció aquella otra piloto. Intercambiaron algunas palabras y entonces ella se acercó y… le beso. Y fue aquel último acto que la mantenía ahí de pie, profundamente turbada.

"Mierda, mierda… ¡Mierda! Nunca imaginé que la chica maravilla fuera lesbiana. ¡Pero que se habrá creído esa para tener tanta confianza conmigo!". Se increpó duramente para si misma mentalmente la chica germánica. Ello antes de terminar exclamando furiosa. 

-¡¿Acaso pensara que yo soy de esas…?!

-¿Pensar que cosa Asuka?-. Interrumpió repentinamente una cercana y jovial voz de una mujer algo mayor que, sin embargo, en esta ocasión parecía sonar mucho mas seria que de costumbre.

-¡Misato!. ¿Pero qué estás haciendo aquí?-. Le cuestionó una sobresaltada Asuka al no haberse percatado que su tutora se encontraba cerca de ella.

-Fui a buscarte al camerino y no te encontré. Después me dijeron que te habían visto cerca de los estacionamientos y así fue como te encontré por aquí-. Contestaba la Mayor a medida que se iba acercando a la chica colorina.

-A… ¿Al camerino dices?

-Si, al camerino-. Respondería la mujer como si se tratara de la cosa mas natural del mundo, ello mientras esta seguía de Asuka para dirigirse a su automóvil estacionado no muy lejos de ahí. 

-Y… ¿Y te encontraste con…?.

-No sé con quien podría haberme encontrado-. Contrapreguntó aquella mujer ante la pregunta inconclusa formulada por la pelirroja, quien seguía con paso lento tras de la tutora que le había adelantado.

-Y dime, ¿Con quién podría o debería de encontrarme Asuka?-. Volvería a cuestionarle repentinamente y de manera bastante extrañada Misato, mientras extraía de su bolso las llaves del vehículo. Interrogante para la cual la aludida carecía de respuestas para proporcionar, ya que inconscientemente se había incriminado sola y ahora ella estaba aún choqueada tratando de salir de aquel embrollo mientras que, por mas que lo intentaba, su mente no podía dejar de trabarse en solitario mientras que su ser parecía ausentarse. Ausencia que solo cesaría bruscamente al alero de una orden.

-Asuka, será mejor que subas al auto-. Ordeno seriamente Misato mientras abría las puertas del vehículo deportivo. Por su parte, y visiblemente contrariada por todo lo acontecido, la pelirroja no hizo mas que subir a aquel automóvil sin chistar.

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Horas mas tarde, encerrada en su habitación y recostada sobre su cama, Asuka se mortificaba tratando de ponerle orden a su cabeza todavía confundida por tantos acontecimientos acaecidos en tan poco tiempo.

Su unidad Evangelion ya no le aceptaba y, aunque no se lo cuestionaba abiertamente, a veces le daba por pensar de que ya no podría seguir piloteando mas. Incluso últimamente estaba sintiendo frustración y fuertes deseos de dejar de pilotear al verse a si misma estando cada día más lejos de ser la gran piloto que aspiraba a ser. Pero además se veía cada día mas lejos de su meta de convertirse en la mujer fuerte, triunfadora e independiente que celosamente había buscado ser. Por el contrario, se detestaba a si misma al descubrirse que estaba volviéndose en alguien débil que no podía triunfar por si misma y que no podía soportar el estar sola. Al principio ella creía que dichos pensamientos no eran mas que tonteras que de vez en cuando solía pensar y que tan pronto como llegaban estos podían marcharse.

Pero últimamente estas ideas ya no se marchaban tan fácilmente, al contrario, estas se estaban haciendo cada vez mas fuertes y perennes. Y desde que el tercer elegido optó por huir para siempre, aquella sensación de soledad y tristeza habían pasado a convertirse en algo permanente para ella.

Y ante esto Asuka ya no podía seguir negando lo que a estas alturas era absolutamente evidente.

Asuka estaba sola.

Toda su vida había querido triunfar y ser fuerte para así ser respetada, admirada y deseada; no para terminar como estaba ahora, encerrada en su cuarto, aislada y rechazada por todos. Hasta el punto de que su propia unidad Evangelion, una extraña e inerte maquinaria, terminara también por rechazarla. Esto era absurdo, cierto era que el Evangelion era el ingenio científico y tecnológico mas grandioso y avanzado que jamás la humanidad hubiera construido. Un apoteósico panegírico de toda la capacidad, ingenio y voluntad de los hombres llevado a la práctica de manera extrema. Pero a pesar de tan parafernálica presentación el Eva seguía siendo tan solo un ingenio creado por los humanos que era animado por la voluntad de quien lo piloteaba.

-¿Voluntad?...-. Se preguntó para sí misma la segunda elegida. "Pero si es tan solo una maquinaria enorme que solo necesita ser activada y manejada accionando las palancas y botones de estas". No podía entender porque siempre escuchaba a los técnicos y científicos hablar del Evangelion como si dicho Leviatán fuera una entidad que poseyera algo que la animara. Esto era tan raro, al punto que sonaba como si fuera una temática de conversación que pudiera tener la primera elegida…

¿Coincidencia? Por el solo hecho de posar levemente en ella sus pensamientos, estos de inmediato comenzaron a desviarse hacia aquella silente y misteriosa chica.

"¿Quién era realmente esa chica lejana y ausente que últimamente se estaba acercando demasiado a ella?" Dicha interrogante estaba desesperando en demasía a la segunda elegida. En principio y durante un largo tiempo ella había sido un completo enigma, luego paso a ser su adversaria a vencer y ahora…

Ahora Asuka no sabía que pensar de su peliazul compañera. Cuando ella lloro amargamente por la partida de Shinji, fue "esa muñeca" la que estuvo allí. Cuando necesito de una mano, ella estuvo allí para tendérsela. Cuando necesito de consuelo, ella fue quien se lo brindo. Y cuando ella necesito de cariño, ella le beso…

-¡Mierda!-. Maldijo por lo bajo Asuka mientras golpeaba furiosa su almohada. Todo lo que había pasado estaba mal, ella no podía permitirse ser débil ante ella, tenía que saber extraer de su mente y olvidar a como de lugar lo que había ocurrido.

"La niña modelo es una pervertida, tu solo te acercaste a ella para hablarle y de pervertida ella se aprovechó y te besó, y ella te besó, y ella…".

Pasaron varios minutos en los cuales Asuka intento auto concientizarse con esta idea y completarla para sí conseguir auto justificarse, pero ante la inutilidad de sus esfuerzos al final se rindió y tuvo que reconocer que fue ella quien busco besar a esa otra chica. 

Volvió a darse vuelta en la cama, intentando otra justificación para intentar explicar la situación, y de paso poder auto disculparse.

"Todo fue un mal entendido, yo la besé, sí; pero yo no quise besarla. Todo esto solo fue un error y nada mas que un lamentable error. Mañana hablaras con ella en calma, y le dirás que no debe hacerse ilusiones contigo y que todo lo que pasó fue un lamentable error, que lo que hicimos está mal…".

Pero ¿Realmente estaba mal? Hasta no hacía mucho Asuka hubiera contestado afirmativamente a esta pregunta, y lo habría hecho sin haberlo dudado ni un solo instante. Ello pese a que Asuka ya había besado a otras chicas antes, y no pensaba tan solo en los besos en las mejillas que normalmente suelen brindarse como saludo. Ya antes, ella había besado a otras chicas en la boca, incluso recordó que hace no mucho en una fiesta de piyamas en casa de unas amigas de Hikari hasta tuvieron unos juegos provocativamente insinuantes entre chicas en los cuales ella participo activamente, disfrutando de aquello. Pero aquella vez solo era un travieso juego de chicas, y siempre tuvo conciencia de ello.

Pero esta tarde Asuka no había besado por mera e inocente diversión. Entonces… ¿Por qué ella había besado a Ayanami? No podía concebir una razón, quizás no necesitaba mas razón que el verla y volver a besar esa párvula boca…

Con furia cerró sus ojos e intento erradicar de su mente ese pensamiento. Eso estaba mal, eso era… denigrante para alguien como ella. Asuka no podía seguir así sintiendo añoranza por ese instante que fue un desafortunado accidente, no podía seguir pensando en ella, no podía aceptar que "esa muñeca" hubiera logrado aceptarla y le hubiera brindado algo de calor a su siempre orgulloso pero, a la vez, herido corazón.

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En la mañana siguiente podía verse a la chica pelirroja sentada y apoyada en su pupitre, con sus ojos cansados que delataban las dificultades que había tenido durante la noche previa para lograr conciliar el sueño.

Asuka no quería estar allí en la escuela, había intentado argumentar que no se sentía bien, pero en esta oportunidad Misato había sido inflexible y le señaló que ya no podía seguir faltando mas y que los problemas con su Eva no podían convertirse en una excusa para seguir faltando.

Sin embargo, al menos la escuela le permitiría mantener la mente algo ocupada y distraerla del Evangelion, pero no lograba distraer su mente de cierta jovencita que estaba unos pupitres mas allá, extraviando su mirada mas allá de los vidrios de esa ventana.

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Durante toda esa jornada, alguien no se concentró en lo mas mínimo en las materias impartidas durante aquella jornada de clase. En realidad, ella casi nunca prestaba gran atención a la clase, usualmente por simple desinterés. Pero esta vez, intento poner un poco de atención a la clase mientras no dejaba periódicamente de observar con disimulo a cierta joven pelirroja sentada unos bancos mas allá y que la estaba intrigando cada vez mas en grados que ella no podía comprender. Ya que durante mucho tiempo dicha chica había sido tan solo una presencia mas que poblaba su mundo y que solo sobresalía de entre las demás por el simple hecho de que debía pasar demasiado tiempo con ella por sus labores, al igual que con el tercero. Pero a diferencia de ese chico, ella era una presencia que en principio no le era cómoda, incluso solía mirarla con cierto desagrado debido a su peculiar forma de ser y al hecho de que solía verla enfundada en un ajustado traje rojo que hacía perfecto juego con su cabellera pelirroja que le hacían rememorar el color de la sangre, ese color que tanto detestaba. Pero a pesar de todos estos inconvenientes, aquella chica no dejaba de llamarle la atención. Y después de lo acaecido en la jornada anterior, la silente chica del mirar escarlata no podía sentirse menos que confundida.

Ella nunca antes había besado a nadie, mucho menos a una chica. No es que pensara en que eso fuera algo malo. De hecho, en realidad Rei Ayanami ni siquiera sabía si aquello era bueno o no. Tan solo sabía que tras todo lo acaecido aquella muchacha sentía la extraña pero acuciante necesidad de volver a repetir esa experiencia con esa chica de origen extranjero a la cual miraba de reojo por medio del reflejo del vidrio mientras veía como ella hablaba con una de sus compañeras que oficiaba como delegada de clase. Y la curiosidad le llevo a tratar de aguzar el oído mientras trataba de resolver su curiosidad de saber de que hablaban esas dos.

-¿No piensas salir al recreo?-. Fue la pregunta que le formulara la delegada de clase a una Asuka quien todavía permanecía sentada en su pupitre, pese a que ya había sonado el timbre para el recreo del mediodía y todos se estaban retirando del aula.

-¡¿Ah?!... No lo escuche-. Fue la respuesta ausente de la chica pelirroja.

-¿No quieres que almorcemos juntas?

-No gracias-. Respondió Asuka de forma desganada. Tono que fue percibido por Hikari, quien tomo una silla de uno de los puestos aledaños y se sentó junto a su amiga. Y mientras se sentaba ella le comentaba.

–Sé cómo te sientes amiga. Sé que te sientes triste porque sientes que has perdido a alguien que era muy importante para ti…-.

-No no, te equivocas. No es eso, es que…

-Asuka, ya no hay necesidad de que lo sigas negando. Se que, a pesar de todo lo que le decías, en verdad le tenías mucho cariño a Shinji y que él era alguien muy importante para ti. Y por lo que vi, él también te tenía mucho cariño; solo que nunca se atrevió a decírtelo, o quizás nunca supo cómo decírtelo...

-¡Pero de que estas hablando…!

-¿Es que todavía no lo entiendes Asuka? Desde hacía mucho tiempo que yo quería decirle a Touji todo lo que sentía, pero nunca logré reunir el valor para decírselo. Y cuando tuve el valor, ocurrió el incidente con la unidad tercera y él quedo gravemente lastimado. Desde entonces no he podido verlo más que unas pocas veces. Y cuando lo he visto siempre he tenido que mentirle. Decirle que voy a verlo como la delegada de clase con la excusa de contarle cómo se encuentran todos e informarle acerca de las cosas en la escuela, mientras le ayudo a ponerse al día en las materias. Tengo que mentirle porque sé que él es orgulloso y no quiero que piense que le tengo lastima, sino que sepa que lo que siento es sincero. Hasta entonces, y a pesar de todos los problemas, siempre intento salir adelante porque sé que hay quienes me necesitan y que yo no puedo fallarles.

Anticipándose a los posibles pensamientos de Asuka, Hikari prosiguió. -De seguro te preguntaras, ¿Y todo esto a razón de que? Pues, debes pensar que hay quienes también te necesitan. De que a pesar de que has sufrido mucho, hay quienes te necesitan. Sé que te duele mucho la perdida de Shinji, pero aun tienes que seguir luchando amiga. Tú no puedes darte por vencida. Tienes que aprender a salir adelante, como siempre lo has hecho...-.

-¡Tu no entiendes Hikari!-. Grito una Asuka que aprovecho la cuasi soledad que se había formado en ese salón para ser sincera y explayarse abiertamente en sus hasta ahora ahogadas sensaciones por primera vez en quien sabe cuánto tiempo.

-Sé que quieres entenderme, pero en realidad tú no puedes entenderme- Continuó con voz cada vez mas desesperanzada Asuka a medida que proseguía. -Yo he perdido, yo ya no tengo nada. Ya no soy capaz siquiera de subirme al Eva, ya no tengo razón para perseverar en una lucha que no conozco ni logro entender…

-¡No digas eso amiga! ¡No te des por vencida! Todos contamos contigo porque tú puedes hacerlo. Siempre lo has hecho, ya que eres fuerte y decidida…

-¡No puedo! ¡Yo ya no puedo serlo! ¡Esa cosa pudo vencerme…!-. Asuka quiso llorar, pero a duras penas logro contenerse al ver las facciones de Hikari deprimiéndose al develar la incapacidad de poder ayudar a animar a su amiga. No quería la pelirroja verse todavía mas patética de lo que ya se sentía luego de haberle gritado a la única persona a quien podía llamar verdaderamente amiga.

-Quizás tengas razón con eso de los Evas… Quizás, tengas razón cuando me dices que no sé nada de esas cosas, como funcionan o como operan… Pero contra lo que tú dices, no solo tú tienes problemas. Todos los tenemos, y por eso podemos ayudarnos a salir adelante.

Hikari esperaba que con estas palabras su amiga reaccionara. Pero el denso y pesado manto del silencio sería lo único que entre ellas resultaría tras esas palabras.

-Asuka. Sabes que eres mi amiga y que siempre te voy a apoyar en todo. Pero quizás tengas razón, y existan cosas que no pueda entender por mas que lo intente. Pero aun así debes pensar que no estás sola y, quizás, debas buscar a quienes puedan entenderte y ayudarte.

Con la voz propia de la derrota, Hikari termino de pronunciar esas últimas palabras, mientras discretamente miraba a cierta chica que con disimulo había prestado atención a esta conversación. Sabía que Ayanami había estado escuchando dicha conversación, pero aquello no le molesto. Es mas, esperaba que la chica peliazul hubiera puesto real atención a sus palabras. Después de todo Hikari intuía que, si bien la relación entre esas dos era fría y distante, ellas se iban a necesitar mucho de ahora en adelante.

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El resto de la jornada académica transcurriría sin mayores novedades. Tanto Asuka como Rei fueron capaces de permanecer ensimismadas en sus propios mundos y consiguieron evitarse durante todo el día. Era extraño, siempre se evitaban y ello era normal, pero ahora parecía que estaban desplegando esfuerzos por evitarse, no vaya a ser cosa de que puedan encontrarse y eventualmente reincidir.

Pero quiso el destino que esas dos muchachas se toparan a la salida de la escuela. El verse enfrentadas fue algo que incomodo a ambas, pero ninguna pudo decírselo a la otra. Así, y luego de un largo rato fue Rei la que opto por marcharse sin pronunciar palabra alguna, mientras trataba de disimular su nerviosismo tras esa conocida actitud de indiferencia ante el mundo que siempre parecía salirle tan bien.

Mientras veía como la primera elegida se marchaba, Asuka sentía que no podía dejar pasar mas tiempo, necesitaba hablar con ella y presentía que no iba a soportar sin verla por mucho tiempo; y aunque mentalmente su orgullo con dureza le recriminaba que la idea que estaba transitando por su mente era una completa y soberana idiotez, su impulso terminó siendo más fuerte y corrió tras esa chica hasta alcanzarla. Fue así como, al sentir de que alguien había corrido para poder alcanzarla, Rei detuvo sus pasos y volteo para mirar a quien le había alcanzado.

-¿Ocurre algo?-. Pregunto la primera elegida mientras vislumbraba a su improvisada compañera.

-Este… yo…

-¿Si? Volvió a preguntar la chica de cabellera lavanda.

-Yo… ¿Puedo acompañarte?-. Preguntó la chica germánica, mientras se maldecía mentalmente por no poder ocurrírsele un mejor tópico para iniciar una conversación. Por su parte, Ayanami solo respondió a esta petición con una apenas audible expresión de afirmación.

Por largo rato ambas féminas caminaron sin dirigirse ninguna palabra, ninguna sabía que cosas podían decirse, simplemente se acompañaron mutuamente los pasos. Y así lo hicieron hasta que llegaron frente a un conjunto de edificaciones de departamentos en bloque, donde Rei se detuvo y, para sorpresa de la segunda elegida, rompió el hielo.

-Asuka. ¿Por qué hiciste esto?

A pesar de ser formulada de manera genérica, la aludida sabía perfectamente bien sobre que versaba aquella pregunta. Y a pesar de ello, de todas maneras no logró evitar manifestarse notoriamente sorprendida.

-¿Por qué de qué?

-¿Por qué me acompañaste?

-No lo sé, solo quería hablar contigo.

La primera elegida se volteó para observar a su pelirroja escolta, presta a escuchar todo lo que su contraparte quisiera decirle. Por su parte, Asuka no pudo mirar fijamente durante mucho tiempo esos extraños y bellos ojos escarlatas que tenían un leve pero inusual brillo expectante en aquellos ojos que, en esta ocasión, hablaban por esas inexpresivas facciones; por lo cual ella ladearía su mirada a fin de intentar encontrar las palabras que pudieran expresar lo que ella debía decirle y que, a su vez, debían ser capaces de disimular muy bien aquellas palabras que la pelirroja en verdad quería decirle.

-Veras… no quiero que te hagas ilusiones. Ehhh… yo solo venía a…

-¿A que venías?-. Pregunto Rei en un tono levísimamente mas expresivo que el acostumbrado mientras esperaba la demorosa respuesta de la chica alemana.

Asuka trataba de pensar rápidamente en algo para decirle, pero era incapaz de hallar ninguna respuesta que no fuera la que realmente quería decirle. Pero cuando mentalmente ya estaba ad portas de rendirse su mirada distraída se posó en una niña que andaba jugueteando por la acera y rápidamente obtuvo así su respuesta.

-El vestido. ¡Sí! Venía a buscar el vestido que te presté el otro día-. Respondió ella rápidamente y en su acostumbrado tono orgulloso.

Por breves instantes la mirada de Ayanami lucio decepcionada, parecía que hubiera estado esperando otra clase de respuesta. Pero esa impresión resultaría efímera, y el retorno de su voz monocorde diciéndole "Sígueme" no delataba ningún exabrupto en su normalmente neutra emocionalidad.

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Sin dificultad, la puerta de un departamento se abrió y dos chicas hicieron ingreso en él. Asuka se sorprendió al ver la morada de la primera elegida. Pensaba que solo hecho de vivir en esas edificaciones en bloque algo descuidadas parecía algo decadente, pero el departamento resultaba todavía mas deprimente. Gris por el hecho de exhibir sus crudas paredes de cemento carentes de toda pintura o decoración, y oscuro debido a que tenía las cortinas cerradas que filtraban el paso de la luz del sol, volviendo a ese lugar carente de toda vitalidad, lo que hacía que el panorama pareciera desalentador. Sin embargo, lo que realmente le sorprendió no fue todo lo anterior, sino el hecho de que fuera un departamento simple, tal vez, demasiado simple para los gustos de la segunda piloto.

"Si el hogar reflejaba la personalidad de sus dueños, el piso de Rei es la mejor prueba de esta hipótesis. Árido y en extremo simple". Fueron los pensamientos de la chica pelirroja. 

-Linda morada-. Dijo Asuka en un tono irónico. Pero Ayanami no realizó ningún ademan de contestar a esa frase. En su lugar, ella simplemente dio unos pasos para sacar del respaldo de una silla aquel vestido blanco y se lo entrego a su acompañante.

Una vez que recibió la vestidura de manos de aquella chica, Asuka se sintió en extremo incomoda al tomar esas albas manos. Así fue como había comenzado todo, y ello no debía volver a ocurrir. Raudamente retiro sus manos y de forma nerviosa intento sin decir palabra alguna salir de ese lugar al descubrirse abruptamente incapaz de seguir disimulando una fortaleza de la cual justo carecía.

-¿Asuka?-. Pregunto una voz inocente que interrumpió todo, obligándola a detenerse y a voltearse para mirar ese rostro que tanto quería evadir. El mismo que supo develar las verdaderas intenciones de toda esta puesta en escena con una develación.

-Sé que no viniste por el vestido.

-¿Ah?

-Viniste por algo mas.

-Pe… pe… ¿Pero de que estás hablando?

-Te sientes confundida por lo de ayer. ¿No es así?

-¡¿Lo de ayer?!... Ah sí, sí, eso… Bueno, eh… eso… eso solo fue una equivocación. ¡Eso!, un desliz de debilidad en que no sabíamos lo que hacíamos y nos dejamos llevar por el momento. Pero no quiero que pienses mal de mí, de que soy una pervertida o que soy…

-¿Por qué debería pensar mal de ti?-. Le interrumpió Rei.

-¡Como que por que! ¡Por lo que hicimos! Eso no está bien…

-Si no estaba bien, ¿porqué lo hiciste?

-¡Yo no quería hacerlo…!

-Pero lo hiciste.

-¡Estoy diciéndote que no quería hacerlo! Todo fue un error-. Y luego de ver la incredulidad asomándose ligeramente en el rostro de Rei, Asuka suspiro de resignación y prosiguió luego de un breve silencio. -De hecho el haber venido acá también fue un error. Todo esto está mal, jamás debimos haber tenido esa conversación, jamás debí haber hablado contigo y jamás, pero jamás…-.

Aquella frase nunca llego a completarse, ya que ante el concentrado esmero de negarse a la realidad los labios de Asuka terminaron siendo abruptamente silenciados por otros labios que supieron comprender que ya no había necesidad de seguir desperdiciando palabras para intentar negar lo que ya era evidente. Fue así que la sinceridad de aquellos labios terminaron hablando por esa boca que nunca parecía tener razones para gesticular palabras. Fue así como toda duda se disipo en solo cosa de instantes mientras la razón pronto cedió ante la emoción y se decidió a permitirse aparcar a un lado todos sus prejuicios, haciendo que Asuka cerrara sus ojos y se prestara para sumergirse en tan bucólica ensoñación. Pero antes de cualquier cosa, algo se detuvo.

Abrió sus ojos para saber el porque del abrupto final. Encontrándose con la mirada de Rei que expectante aguardaba la respuesta para la pregunta que tímidamente formulara aquella chica.

-¿Crees que esto es un error? ¿Crees que esto está mal?

La interpelada no respondió, y no lo hizo porque en verdad no había necesidad de responder ya que ella en el fondo conocía bien la respuesta. Fue así fue como se abalanzo sobre la chica peliazul tomando su fino y suave rostro entre sus manos antes de volver a besarla mientras se abrazaba a ella y sentía como la primera también le abrazaba. 

Esta vez ya no habrían caretas ni ataduras que fueran capaces de disimular lo que ambas sentían. Nada lo que estaba pasando era un error, simplemente se habían revelado a sí mismas; descubriéndose cuanto realmente se necesitaban, mientras se miraban y se exploraban sonrientes, dejando de lado las apariencias y aceptándose al fin como dos almas que se habían encontrado para buscar algo de calor y de cariño en medio de aquel solitario mundo frío e insensible.

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Continuará…

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