1 Prólogo

¿Realmente sabemos decir adiós?

¿Soltamos y dejamos en el pasado a las persona que de alguna u otra forma dejaron marcaron parte de nuestra historia?

¿Olvidamos por completo?

La respuesta en "no". ¿Saben por qué? Porque por más que creemos olvidarlo contamos con "el cajón de los recuerdos", lugar donde nuestro cerebro almacena todo aquello que nosotros pensamos, creemos, y hasta a veces anhelamos olvidar. De cierta forma evitamos e ignoramos la existencia de este lugar, pero allí se guarda todo, tanto momentos lindos como feos.

¿Cuándo nos damos cuenta de esto? Cuando el grandioso destino decide volverte a cruzar tanto con personas que creíamos tener olvidadas, o con situaciones que nos llevan de nuevo a nuestro, a veces, desdichado pasado.

Personalmente creo que reencontrarnos con cosas que pasaron nos es de aprendizaje ya que uno a aprender a diferenciar los errores que no debemos de volver a cometer.

Pero no se trata de olvidar. Se trata de aprender a convivir con los fantasmas del pasado, esos, que muchas veces te atormentan. Porque más allá que es algo difícil, nos sirven de experiencia, ¿Por qué? Porque llega el momento en el que aprendiste a vivir con ellos y demostraste que, a pesar de eso, podías ser mejor y miras a hacia atrás y te das cuenta que día a día te fuiste superando y ahora eres una mejor persona.

Una persona que aprendió que no importa de dónde vengas, siempre se puede ser mejor. Te lo dice alguien que le costó mucho seguir adelante, alguien, a la que nadie la entendió y muchas personas la criticaron.

Muchos se preguntaron: "¿Cómo lo logro?" eso, lo logras solo con la ayuda de Dios, solo él sabe cómo te sentís, y él te entiende. O quieres que te recuerde que una vez mandó a su único hijo a morir por ti, por mí, en una cruz. ¿Sabes? Jesús en el madero sufrió todos los dolores que un ser puede llegar a sufrir, desde un simple dolor de cabeza hasta un dolor provocado por un cáncer, sí, llámame extremista, pero es verdad él allí vivió todo eso junto, ¿sabes por qué lo hizo? Porque nos amó, si señores, él nos amó desde el día en que el padre nos creó.

También allí él vivió el desprecio y muchas veces nos vemos en una situación similar donde creemos que nadie nos entiende, que nadie nos escucha, pero tenemos que tener presente que Dios siempre está dispuesto a escucharnos, él solo espera que lo busquemos, que le digamos "te necesito" y que dejemos que él trabajar en nuestra vida y sacarnos del abismo.

Pero tú y yo sabemos que eso no es fácil porque cuesta mucho dejar tus problemas en manos de Dios porque el ser humano tiene ese defecto: siempre querer controlar todo, lo digo por experiencia propia, a mí me costó bastante dejar que Dios se encargara de sacar y hacer limpieza general de todo aquello que no me dejaba acercarme a él de lleno. Porque es así, cuando tienes cosas que no son de agrado al padre nos alejamos, primer ejemplo lo fueron Adán y Eva, cuando comieron del fruto prohibido, se escondieron de Dios porque estaban desnudos y si lo pasamos a nuestras vidas es lo mismo, tendemos a escondernos de él, sin saber que él nos ama con todos nuestros defectos y debilidades.

Quiero contarles mi historia, soy Sara González y espero que sea de gran bendición a tu vida.

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