webnovel

Capítulo 2

—Dana, ¿Qué hora es? ¿Llegamos a tiempo?.

Bajamos del ascensor y saqué mi iLoad para responder la pregunta de Kain.

—... Sí, llegamos a tiempo —dije guardando mi iLoad—. Son las nueve y treinta y tres.

Cruzamos el pasillo y llegamos a la puerta de entrada del apartamento de Rose, pero todos quedamos muy confundidos al ver que esta estaba entreabierta.

—Qué raro, ¿Se le habrá olvidado que dejó la puerta abierta? —preguntó Kain.

—Será mejor que entremos —dijo Zura. Pude notar un tono de preocupación en su voz.

Kain fue el primero en entrar, le seguí yo y luego Zura.

—¿¡Hola, Rose!?, ¡Ya estamos aquí! —grité varias veces pero nunca hubo ninguna respuesta.

Eso solo nos preocupaba aún más. Y el temor de que algo malo le hubiera pasado a Rose nos invadió. Empezamos a recorrer el apartamento en busca de Rose y notamos muchas cosas desordenadas, vidrios esparcidos por el suelo y... Sangre.

El apartamento de Rose no era ni muy grande ni muy pequeño, lo suficiente como para que vivieran 2 personas en él. Nos dirigimos al pequeño pasillo de su apartamento.

—Revisaré el baño —nos informó Kain.

Nosotras nos quedamos detrás de él esperando. Después de revisar el baño, él salió y dijo que revisaría su habitación, nos pidió el favor de revisar la mini oficina que Rose tenía.

Zura y yo fuimos hasta la puerta final del pequeño pasillo y no quedamos frente a ella, yo solo deseaba que Rose estuviera allí y que simplemente no haya escuchado por estar oyendo música o estar muy concentrada en algún archivo y nos explicara el desastre de su apartamento y por qué había tanta sangre esparcida. Ambas nos miramos y allí supe que estábamos pensando en lo mismo... Que Rose estuviera bien.

La oficina que Rose tenía en su departamento es pequeña pero con lo suficiente para trabar en ella. Era una habitación extra que Rose nunca usó porque vivía sola y la convirtió en un lugar de trabajo. Hay un pequeño escritorio que yo la ayudé a escojer, en ella hay una computadora, y también un mueble de estante en el que pone diferentes cosas como sus archivos de trabajo, lápices, bolígrafos y una pequeña planta. Las plantas hoy en día son muy difíciles de conseguir y es por eso que Rose la cuida con mucho amor y dedicación. A ella le encantaba ver imágenes de las plantas y es por eso que con mucho esfuerzo compró una.

Puse mi mano en la manilla para abrir la puerta. Zura estaba detrás de mí y Kain detrás de ella porque ya había terminado de buscar en la habitación de Rose. No encontro nada en ella, lo que significa que solo queda esta habitación. Deseé con mucha más fuerza que Rose estuviera aquí y estuviera bien. Tengo las manos sudadas y mi corazón late como loco. Todo mi cuerpo empieza a temblar y me cuesta respirar y moverme debido a los nervios y al miedo que estoy sintiendo.

—Dana.

Oigo a Zura detrás de mí, llamándome para que reaccione. Logro juntar todo mi valor y calmarme un poco. Intento pensar que Rose está bien. Que todo el desastre aquí debe tener una explicación y abro la puerta.

Al ver el interior de la habitación mi corazón se detiene y todo en mí se paraliza. Estoy frente a la escena más retorcida y aterradora de mi vida. Siento que mi alma sale de mi cuerpo mientras veo el cadáver de mi mejor amiga Rose amarrado a la silla de su escritorio. Hay sangre en todos lados, todas sus cosas están tiradas por el piso, también hay hojas de papel con manchas de sangre y suciedad esparcidas en el suelo.

El grito de Zura me hace salir de mi shock y llevo mi temblorosa mano izquierda a mi pecho, en el lugar del corazón para intentar que este no explote o se detenga de repente y con mi mano derecha cubro mi boca y mi nariz para evitar vomitar.

Kain me hace a un lado suavemente y lo veo entrar a la habitación con pasos lentos intentando no tocar ni pisar nada. Mi mente sigue tratando de procesar todo así que lo único que puedo hacer es ver y caminar hacia atrás tratando de alejarme lo más posible. Me es difícil moverme mientras tiemblo y siento que es imposible hablar. Me detengo cuando mi espalda choca contra la pared e incluso ese repentino sonido hace que mi corazón se detenga con fuerza por un segundo.

Volteo un poco mi cabeza para tratar de localizar a Zura. Cuando mi mirada la encuentra ella está sentada en el piso con la espalda recostada en la pared, con la mirada perdida y un par de lágrimas deslizándose por sus mejillas.

Cuando vuelvo a voltear para ver a Kain en el interior de la habitación él está de pie, inmóvil, con su mirada dirigida al cuerpo sin vida de Rose.

Ella está amarrada a la silla de su escritorio con ataduras de plástico alrededor de sus muñecas, pero con lo que parece ser una cadena alrededor de su abdomen. Su ropa está ensangrentada. Tiene los ojos y los labios cosidos con hilo. Su cabello mal amarrado con una cola de caballo y con un poco de sangre seca... Le cortaron las orejas.

No puedo seguir mirando, siento que vomitaré en cualquier momento o que me desmayaré, empiezo a temblar aún más y mi respiración se dificulta, siento e incluso creo escuchar como mi corazón late demasiado fuerte y con rapidez. Zura parece salir de su trance y al verme se levanta y me abraza con mucha fuerza tratando de calmarme. Escucho como ella respira hondo varias veces y entiendo, ella también trata de calmarse a sí misma.

—Tenemos que irnos —escucho la voz de Kain, temblorosa, un poco baja y lejana— Tenemos que irnos ahora.

Siento como Zura me suelta solo para tomarme del brazo y salir del apartamento detrás de Kain, lo ví voltear a todos lados del pasillo, seguramente para asegurarse de que nadie nos haya visto, tomamos rápido el ascensor y en vez de tomar otro taxi caminamos. Ya era casi de madrugada, en esta ciudad nadie sale a estas horas por miedo a que les pase algo. Es cierto, está es la peor ciudad en la que alguien podría vivir.

En el momento, sentí como si despertara de una pesadilla.

—No podemos irnos.

Ambos me voltearon a mirar, incrédulos.

—¿De que estás hablando Dana?, hay que irnos lo más pronto posible. Alguien podría vernos —me dijo Kain, tratando de que entrara en razón.

—Es cierto Dana, tenemos que irnos. Yo tampoco quiero, pero si nos ven aquí... Podrían acusarnos de algo que no hemos hecho.

—¡No!, tenemos que llamar a la policía. Nuestra amiga fue asesinada, no podemos simplemente irnos como si nada hubiera pasado —de la rabia empecé a levantar la voz, sin miedo a que alguien me escuchará.

—Habla bajo Dana... —Kain se quedó en silencio unos segundos, considerando lo que acabo de decir—. Bien. Llamaré a la policía, pero lo haré de forma anónima y solo cuando los tres estemos en nuestras casas, ¿De acuerdo?.

—No, los llamarás ahora.

—Dana, por favor, ya dijo que lo hará, llamará a la policía pero tenemos que irnos, y rápido —me dijo Zura, casi susurrando. Lo último parecía una suplica.

Los miré a ambos con cierta duda, mi corazón me decía que no podía abandonar a Rose allí. Pero que se suponía que debía hacer, ellos tienen razón, si nos quedamos mucho tiempo cerca de la zona o alguien llegara a escucharnos, nos culparían de su muerte. Así son las personas aquí, buscan culpables con o sin pruebas.

—Bien... Pero Kain, los llamarás enseguida llegues a tu casa.

—No te preocupes, juro que lo haré —Kain puso su mano en mi hombro.

No tengo razones para no creerle, él siempre a sido sincero conmigo y con Zura.

Después de esa discusión nos separamos, Kain se fue a su casa sólo y Zura y yo fuimos a mi casa juntas. Acordamos que se quedaría a dormir para que estuviéramos más seguras, pero ninguna pudo dormir en toda la noche, aún cuando cerramos todas las ventanas y la puerta con llave. Yo solo esperaba que Kain cumpliera con lo prometido.

—¿Hicieron lo que les ordené? ¿Se decicieron de esa periodista? —A pesar de que no estaba gritando, su voz se escuchaba fuerte y claro por toda la oficina.

—Sí, señor. La chica ya no dará más problemas. Incluso envíamos el mensaje que nos pidió —yo estaba cabizbajo, nunca fui un gran fan de la tortura y el asesinato.

—Estupendo. Pero tengo una pregunta más... —se volteo para mirarnos de frente—. ¿El que hizo el trabajo fuiste tú, o fue Zenix?

—... —abrí la boca para hablar, pero no pude decir ni una sola palabra.

No sé si responder con la verdad o con una mentira, después de tantos años en este trabajo aún me parece muy confuso qué se supone que debo responder en estos casos.

—Fui yo —el Robot a mi lado respondió antes que yo. Le encanta hacerme quedar en ridículo frente al jefe—. Yo hice todo el trabajo pesado, señor. Milán solo buscó los documentos que nos pidió encontrar.

Maldito pedazo de chatarra.

Zenix es la "mascota" del jefe, una mascota de metal. Su voz finamente distorsionada me irrita. El jefe al escuchar aquello me miró, buscando respuestas. Ante su mirada yo solo pude suspirar y responder.

—Es cierto, yo solo busqué los documentos perdidos, jefe.

—De acuerdo... ¿Y los encontraste?.

—No, busqué en todo el apartamento y no los encontré.

—Que inútil eres —dijo Zenix.

Ante ese comentario el jefe levantó la mano para callarlo.

—¿Seguro que no estaban allí? ¿Buscaste en todos lados? ¿Le preguntaste a la mujer?.

—No estaban allí, busqué en todos los rincones y en todas sus carpetas, no encontré nada... Pero le hubiera preguntado si Zenix no la hubiera asesinado primero.

Hice aquel comentario en venganza hacia Zenix, mirándolo. Él me devolvió la mirada frunciendo su rostro de metal. Aún no sé cómo diablos puede hacer eso.

—Como sea, si la mujer ya está muerta no habrá problemas —el jefe volvió a darnos la espalda mientras caminaba nuevamente hacia la vista de la ciudad que se apreciaba tras el vidrio del monumental edificio—. Pero aún así esto no a terminado, encuentren ese documento lo más rápido posible. Si no lo hacen, no me va a importar lo fundamental que sean ustedes en mi equipo de empleados o cuántos años lleven trabajando para mí... Los voy a asesinar. ¿Entendido?.

—Sí, señor —dijimos la Chatarra y yo a la vez.