Los vampiros siempre existieron, al igual que los cazadores. Eternos rivales, que se enfrentan a muerte hasta el final de los tiempos. Es imposible llevarse bien... O eso pensaban. Resulta que en el fondo no se odiaban tanto, pero sus propios naturalezas y su papel en el mundo eran un gran obstáculo.. Y en algún momento la persecución se volvió una especie de seducción y cortejo, el peligro y lo prohibido la chispa, que avivó ese extraño fuego, mezclado con sangre y espadas. Sus destinos estarán atados para siempre, sin importar cuántos siglos pasen, sin importar sus diferencias....Ninguno podrá escapar de esta pasión prohibida.