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Capítulo 27 - Cena De Los Hermanos

Translator: Nyoi-Bo Studio Editor: Nyoi-Bo Studio

«Es simplemente agudo e incisivo...»

Klein se echó a reír. Usando la rica experiencia que tuvo de su encarnación anterior, agregó otro insulto: —De hecho, no hay evidencia que sugiera que esas importantes figuras tengan cerebro alguno.

—¡Buena! ¡Muy buena! —Benson rio a carcajadas mientras levantaba un pulgar—. Klein, eres mucho más humorístico que antes.

Después de tomar una respiración, continuó: —Tengo que ir al muelle por la tarde. Mañana estoy libre del trabajo. Después de eso tendré tiempo... para ir a la Compañía de Mejoras de Vivienda de la Ciudad de Tingen con los dos. A ver si tienen casas de terraza baratas y buenas para alquilar. Además, necesito hacerle una visita al señor Franky.

—¿Nuestro propietario? —preguntó perplejo.

«¿Nuestro propietario actual tiene algunas casas de los distritos buenos a su nombre?»

Benson le lanzó una mirada a su hermano y dijo, entretenido: —¿Has olvidado el contrato de alquiler de un año que tenemos con él? Solo han pasado seis meses.

*Hiss...*

Al instante sacó una bocanada de aire frío.

¡Realmente había olvidado el asunto!

Aunque el alquiler se pagaba una vez a la semana, el contrato de arrendamiento duraba un año. Si se mudaban ahora, era equivalente a una ruptura en el contrato. ¡Si fuesen llevados a los tribunales, tendrían que compensar grandes sumas de dinero!

—Todavía te falta experiencia social —Benson se tocó su retraída línea de cabello negro y dijo con nostalgia—: Esa fue una cláusula por la que luché tan fuerte en ese entonces. Si no, el Sr. Franky solo estaría dispuesto a arrendar cada contrato por tres meses. Para aquellos con dinero, los propietarios firmarían contratos de arrendamiento por un año, dos años o incluso tres para buscar un ingreso estable. Pero para nosotros, los nosotros anteriores y nuestros vecinos, los propietarios tendrían que estar preocupados constantemente de que algo malo pueda suceder, privándolos de su renta. Por lo tanto, solo firmarían contratos a corto plazo.

—En ese caso, pueden ofrecer subir los precios según la situación —resumió y agregó, utilizando los recuerdos del Klein original y su propia experiencia como inquilino.

Benson suspiró y dijo: —Esa es la cruel realidad de la sociedad actual. Bien, no tienes que preocuparte. El problema con el contrato se puede resolver fácilmente. Para ser franco, incluso si le debiésemos una renta de una semana, el Sr. Franky nos habría echado de inmediato y nos habría confiscado todos los artículos valiosos que tenemos. Después de todo, su inteligencia está por debajo de la de un babuino de pelo rizado. No hay forma de que pueda comprender asuntos demasiado complicados.

Al escuchar eso, repentinamente recordó un meme particular de Sir Humphrey. Sacudió la cabeza y dijo seriamente: —No, Benson. Estás equivocado.

—¿Por qué?

Estaba desconcertado.

—La inteligencia del Sr. Franky es todavía un poco más alta que la de un babuino —respondió con toda seriedad. Justo cuando Benson pareció sonreír en respuesta, agregó—: Si está en forma.

—Jaja.

Benson no aguantó y se echó a reír.

Después de una serie de risas entusiastas, lo señaló, momentáneamente incapaz de expresar sus pensamientos con palabras. Sólo entonces, volvió al tema en cuestión.

—Por supuesto, como un caballero, no podemos emplear tácticas tan descaradas. Discutiré eso con el Sr. Franky mañana. Créeme, a él se le convence fácilmente, fácilmente.

No tenía dudas con respecto al punto de Benson. La existencia de las tuberías de gas fue una excelente prueba.

Después de una charla ociosa entre los hermanos, los remanentes de pescado frito de la noche anterior se convirtieron en una sopa con algunas verduras. Durante el proceso de ebullición, el vapor humedeció el pan de centeno.

Klein y Benson untaron un poco de mantequilla en el pan, tuvieron una comida sencilla, pero estaban muy satisfechos con ella. Después de todo, la fragancia y la dulzura de la mantequilla les dio un sinfín de sabores.

Después de que Benson se fue, se dirigió al mercado de Lechuga y Carne con tres Soli y algunos centavos de sobra. Gastó seis peniques en una libra de carne y siete peniques en un pescado fresco y suculento con pocos huesos. Además, compró papas, guisantes, rábanos, ruibarbo, lechuga y nabos, así como también especias tales como el romero, la albahaca, el comino y los aceites de cocina.

Durante todo ese tiempo, continuó sintiendo que lo estaban observando, pero no hubo interacción física.

Tras pasar un tiempo en la Panadería Smyrin, regresó a casa y comenzó a levantar pesas con artículos más pesados, como libros, para entrenar la fuerza de su brazo.

Había planeado ejercitarse con el boxeo militar que aprendió de su estadía militar obligatoria para los estudiantes. Sin embargo, ya había olvidado las rutinas de ejercicio de la radio de la escuela, ni hablar del boxeo que solo se enseñaba durante los períodos militares. Exasperado, solo podía hacer algo más simple.

No se esforzó demasiado, ya que provocaría fatiga y, por lo tanto, lo pondría en mayor peligro. Tomó un descanso apropiado y comenzó a leer las notas y el material de estudio originales de Klein. Deseaba volver a leer algo sobre la Cuarta Época.

...

Por la noche, Benson y Melissa se sentaron frente a un escritorio. La comida fue colocada cuidadosamente; como a niños en la escuela primaria.

Las fragancias de los platos estaban compuestas por una rica melodía de aromas: la cautivadora fragancia de la carne guisada, las papas obviamente tiernas, la dulzura de la sopa espesa de arvejas, los sabores suaves del ruibarbo cocido y la dulzura del pan de centeno con mantequilla.

Benson tragó saliva y se dio la vuelta para ver a Klein colocando un pescado crujiente en un plato. Sintió que la fragancia del aceite penetraba a través de sus fosas nasales hasta su garganta y luego su estómago.

*¡Groan!*

Su estómago hizo una clara protesta.

Klein se subió las mangas y levantó un plato de pescado frito antes de colocarlo en el centro del ordenado escritorio. Después de eso, regresó a la alacena y sacó dos tazas grandes de cerveza de jengibre y las colocó donde él y Benson se sentaron.

Le sonrió a Melissa y sacó un pudín de limón como si estuviese realizando un truco de magia.

—Tendremos cerveza, mientras tú tendrás esto.

—...Gracias

Melissa tomó el pudín de limón.

Cuando Benson vio eso, levantó la calma y dijo con una sonrisa: —Esto es para celebrar que Klein haya encontrado un trabajo decente.

Levantó su taza y la hizo tintinear con la de Benson antes de hacerlo mismo con el pudín de limón de Melissa.

—¡Alabada seas Señora!

*Glups.*

Inclinó la cabeza hacia atrás y bebió. La sensación picante calentó su garganta, trayéndole excelentes sabores.

A pesar de su nombre, la cerveza de jengibre no contenía alcohol. Era una mezcla del sabor picante del jengibre y la acidez del limón que le daba un sabor similar al de la cerveza. Era un tipo de bebida que tanto mujeres como niños consideraban aceptable. Sin embargo, a Melissa no le gustaba su sabor.

—¡Alabada seas Señora!

Benson también bebió un trago mientras Melissa le daba un mordisco al pudín de limón. Lo masticó repetidamente antes de tragarlo de mala gana.

—Pruébalo.

Klein dejó su taza; tomó su tenedor, cuchara y señaló la mesa llena de comida.

Estaba pesimista de su espesa sopa de guisantes. Después de todo, nunca había comido algo tan extraño en la Tierra. Todo lo que pudo hacer fue adaptarse a la receta de los fragmentos de memoria originales.

Como el hermano mayor, Benson no hizo formalidades, tomó una cucharada de puré de papas y se la metió en la boca.

Las papas batidas se hirvieron bien y se mezclaron con el ligero sabor de la manteca y la sal. Le despertó el apetito y le hizo salivar.

—Nada...mal... No está mal —elogió Benson vagamente—. Es mucho más delicioso que el que tenía en el trabajo. Sólo usaban mantequilla.

«Esa es una de mis especialidades después de todo...»

Aceptó el elogio y dijo: —Todo es gracias a las enseñanzas del chef en la casa de Welch.

Melissa miró la sopa de carne. Las hojas verdes de albahaca, las cabezas verdes de lechuga y los rábanos que se sumergieron en la sopa incolora, cubriendo la carne tierna. La sopa estaba clara y su fragancia tentadora.

Ella tomó un trozo de carne y lo puso en su boca para masticar. La carne de res conservó un poco de textura a pesar de estar cocida. La mezcla de sal, la dulzura de los rábanos y el sabor picante de las hojas de albahaca complementaron la exquisitez de la carne.

—...

Parecía darle su aprobación, pero no podía dejar de masticar.

Klein la probó y sintió que, aunque estaba deliciosa, no estaba a la altura. Eso todavía estaba lejos de su estándar habitual. Después de todo, le faltaban ciertos condimentos y solo podía usar reemplazos. No era de extrañar que tuviese un sabor diferente.

Por supuesto, incluso con los mejores estándares, uno solo podía conformarse con los platos que cocinaban personalmente.

De repente, su corazón sufrió por Benson y Melissa, quienes estaban atrofiados en su visión del mundo.

Después de tragar un trozo de carne, tomó un trozo de pescado frito que estaba condimentado con comino y romero. Crujientes por fuera, deliciosamente tiernas por dentro. La región tostada era de un marrón dorado perfecto. La salinidad y la fragancia del aceite se entrelazaban como una sola.

Asintiendo ligeramente, probó un trozo de ruibarbo cocido y lo encontró sabroso. Se deshizo del sabor de la carne.

Finalmente, reunió su coraje y tomó un tazón de sopa espesa de arvejas.

«Demasiado dulce y demasiado amargo...»

No pudo evitar fruncir el ceño.

Sin embargo, después de ver que Benson y Melissa parecían satisfechos de haberlo probado, comenzó a sospechar sus gustos. No pudo evitar tomar un trago de cerveza de jengibre para limpiar su lengua.

Los hermanos estaban llenos al final de la comida. Estuvieron tumbados en las sillas durante bastante tiempo.

—¡Alabemos a la Señora una vez más!

Benson levantó su cerveza de jengibre, que solo le quedaba un poco, diciendo con satisfacción.

—¡Alabada seas Señora!

Klein bebió el último trago de su bebida.

—Alabada seas Señora.

Melissa finalmente se puso el último trozo de pudin de limón en la boca y disfrutó de los sabores que se agitaban en su boca.

Cuando vio eso, aprovechó su embriagues y sonrió diciendo: —Melissa, eso no está bien. Debes comer lo que encuentres más delicioso al principio. De esa forma, podrás apreciar plenamente sus aspectos más deliciosos. Saborearlo cuando estás lleno y saciado no hará justicia a la comida.

—No, sigue siendo tan delicioso como puede ser —respondió Melissa con firmeza y obstinación.

Los hermanos tuvieron una charla feliz y, después de digerir sus alimentos, limpiaron los platos, los cubiertos y almacenaron el aceite que se usó para freír el pescado.

Después de ocuparse, era tiempo de una revisión. Uno actualizó su conocimiento contable, mientras que otro continuó leyendo el material de estudio y las notas. El tiempo se usó al máximo.

A las once, los hermanos apagaron la lámpara de gas y se fueron a la cama después de lavarse.

...

Klein se sintió atontado mirando la oscuridad frente a él. Una figura vestida con un impermeable negro y un sombrero de copa a la mitad apareció de repente en su visión. Era Dunn Smith.

—¡Capitán!

Se levantó de golpe y supo que estaba soñando.

Los ojos grises de Dunn se mantuvieron calmados, como si estuviese mencionando algo trivial.

—Alguien se ha metido en tu habitación. Recoge tu revólver y fuérzalo a salir al pasillo. Déjanos el resto a nosotros.

«¿Alguien se ha colado en mi habitación? ¿El observador finalmente ha tomado acción?»

Se sobresaltó, pero no se atrevió a preguntar más. Todo lo que hizo fue asentir y decir: —¡De acuerdo!

La escena ante sus ojos cambió de inmediato mientras una franja de colores aparecía como un estallido de burbujas.

Sus ojos se abrieron mientras giraba su cabeza con cuidado. Miró hacia la ventana y vio una espalda delgada desconocida de pie en su escritorio, buscando algo en silencio.