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Capítulo 14 - La Médium

Translator: Nyoi-Bo Studio Editor: Nyoi-Bo Studio

«Una verdadera médium...»

Repitió esa descripción en su interior, y no volvió a hablar. Siguió a Dunn Smith bajando del carruaje.

El hogar de Welch en Tingen era una casa unifamiliar con un jardín. El camino fuera de las puertas de metal ahuecadas permitía el paso de cuatro carruajes a la vez. Las farolas flanqueaban los lados de la carretera cada cincuenta metros. Se veían diferentes a las que Klein había visto en su vida anterior. Eran lámparas de gas y la altura de cada lámpara era aproximadamente la de un hombre adulto para que fuese conveniente encenderlas.

El metal negro se adhirió estrechamente al vidrio, formando un patrón a cuadros, arrojando 'obras de arte' clásicas similares a linternas de papel. La frialdad y el calor se entrelazaron, mientras que la oscuridad y la luz coexistían.

Caminando por el sendero cubierto por los rayos del atardecer, Klein y Dunn Smith entraron en el lugar alquilado de Welch a través de la puerta de metal entreabierta.

Frente a la entrada principal había un camino de cemento que conducía directamente a un bungalow de dos pisos. Dos carruajes podían pasar a la vez.

Había un jardín a la izquierda y césped a la derecha. La agradable y leve fragancia de las flores mezcladas con el aroma refrescante de la hierba fresca te hacía sentir feliz y relajado.

Tan pronto como entró, tembló y miró a su alrededor.

Sintió que, en el jardín, en algún lugar del césped, en el techo, detrás del columpio, en algún rincón oscuro, ¡varios pares de ojos lo observaban!

Claramente no había nadie allí; sin embargo, se sentía como si estuviese en una calle concurrida.

Ese extraño contraste, ese sentimiento peculiar, lo tensó. Un escalofrío le recorrió la espalda.

—¡Algo anda mal!

No pudo evitar gratarle a Dunn.

La expresión de Dunn se mantuvo sin cambios mientras caminaba a su lado y respondía con calma: —Solo ignóralos.

Ya que el 'Halcón Nocturno' lo decía, toleró la sensación escalofriante de no poder notar al perpetrador a pesar de ser seguido, espiado y observado. Paso a paso, llegó a la entrada principal del bungalow.

«Si esto sigue así, me volveré loco…»

Cuando Dunn extendió la mano para llamar a la puerta, Klein se dio la vuelta rápidamente. Las flores se mecían con el viento, sin una persona a la vista.

—Entren, caballeros.

Una voz aparentemente etérea provino desde el interior de la casa.

Dunn giró la manija, abrió la puerta y dijo a una mujer en el sofá: —Daly, ¿algún resultado?

El candelabro en la sala de estar estaba apagado. Un conjunto de dos sofás de cuero rodeaba una mesa de centro de mármol.

Sobre la mesa se encontraba encendida una vela, pero la luz emitía un brillo azul cobalto. Cubría la sala de estar semicerrada, el comedor y la cocina en un extraño y espeluznante tono.

En el medio del sofá se sentaba una mujer con una túnica negra con capucha que usaba rubor y una sombra de ojos azul. A la vista, una pulsera de plata con un colgante de cristal blanco era llevada alrededor de su muñeca.

A primera vista, tenía un sentimiento inexplicable. Estaba vestida como una médium real...

«¿Ella misma se está estereotipando?»

Daly, la 'médium' con su asombrosa belleza, le echó un rápido vistazo con sus centelleantes ojos esmeralda. Luego miró a Dunn Smith y dijo: —Todos los espíritus originales han desaparecido, incluido el de Welch y Naya. En este momento, esos pequeños bribones no saben nada en absoluto.

«¿Espíritus? Médium Espiritual... ¿Todas las cosas invisibles que lo espiaban anteriormente eran espíritus? ¿Había tantos de ellos?»

Klein se quitó el sombrero y se lo colocó sobre el pecho, inclinándose ligeramente para decir: —Buenas noches, madam.

Dunn Smith suspiró: —Eso es complicado...

—Daly, este es Klein Moretti. A ver si puedes sacar algo de él.

La médium, Daly, cambió su mirada hacia él de inmediato. Señaló un sillón y dijo: —Por favor, tome asiento.

—Gracias —asintió, dio unos pasos y se sentó obedientemente. Su corazón se aceleró sin control.

«Ya sea si sobrevivo, supero esto con éxito o si se exponen mis secretos, ¡todo depende de lo que sucederá ahora!»

Y lo que le hacía sentirse más indefenso era que no tenía nada en qué confiar. Solo podía depositar sus esperanzas en su inherente particularidad especial...

«Este sentimiento realmente apesta...»

Pensó con amargura.

A continuación, Dunn se sentó en el sofá de dos puestos frente a Klein. Daly sacó dos botellas de vidrio del tamaño de un pulgar de la bolsa en su cintura.

Sus ojos esmeraldas le sonreían mientras decía: —Necesito un poco de ayuda aquí. Después de todo, no eres un enemigo, no puedo tratarte con dureza. Eso puede hacer que te sientas incómodo o te hará sentir dolor. Incluso podría dejar algunos efectos secundarios serios en ti. Te daré algunas fragancias, las cuales te harán sentir sensible y suave, te permitirán relajarte poco a poco para que realmente puedas disfrutar de esas sensaciones.

«Eso sonó mal...»

Se quedó boquiabierto; sus ojos se llenaron de sorpresa.

Sentado frente a él, Dunn se echó a reír y dijo: —No te sorprendas. Somos diferentes de los compañeros de la Iglesia del Señor de las Tormentas. Aquí, las damas también pueden burlarse verbalmente de los hombres. En ese sentido, deberías poder entender. Tu madre era una devota creyente de la Diosa. Tú y tu hermano solían asistir a la escuela dominical en la Iglesia.

—Lo comprendo. Es solo que nunca pensé que ella sería tan... tan...

Hizo un gesto, ya que no podía encontrar las palabras correctas. Casi dejó escapar la traducción directa para 'veteran driver'.

Dunn curvó las comisuras de su boca y dijo: —No te preocupes. En realidad, Daly rara vez hace eso. Solo quiere usar esos métodos para calmarte. Prefiere cadáveres en vez de hombres.

—Me haces parecer una pervertida —intervino con una sonrisa.

Abrió una de las pequeñas botellas y dejó caer unas gotas sobre la brillante llama azul de la vela.

—Vainilla nocturna, Flor Ensueño y Manzanilla, todas destiladas y extraídas para formar esta esencia floral aromática. Yo la llamo 'Amantha', significa tranquilidad en el idioma Hermes. Realmente huele increíble.

Mientras conversaban, la llama de la vela parpadeó, evaporando la esencia floral y llenando la habitación con su aroma.

Un aroma hermosamente encantador se abrió camino en sus fosas nasales. Ya no se sentía tenso. Al instante se calmó, como si estuviese contemplando la oscuridad de la silenciosa noche.

—Esta botella se llama el Ojo del Espíritu. Las cortezas, hojas de drago y álamos se secan al sol durante siete días y se destilan tres veces. Luego, se sumergen en Vino Lanti. Por supuesto, habrá varios conjuros mientras estemos en ello...

Mientras describía el líquido, la sustancia ámbar goteaba sobre la llama de la vela azul cobalto.

Al oler la etérea fragancia del vino aromático, notó que la llama de la vela bailaba salvajemente. La sombra de ojos azul y el rubor de Daly brillaban de forma extraña, hasta el punto en que veía doble.

—Es una gran ayuda para el espiritismo. También es una esencia floral que es lo suficientemente encantadora...

Mientras ella continuaba explicando, él sentía como si esa voz proviniese de todas partes.

Desconcertado, miró a su alrededor y se dio cuenta de que todo se tambaleaba y se difuminaba. Sentía como si estuviese cubierto por capas y capas de humo. Incluso su cuerpo se balanceaba a medida que desaparecía en un humo antes de que comenzase a flotar y luego perdiese el equilibrio.

Los colores se mezclaron como una pintura impresionista, los rojos eran más rojos, los azules más azules y los negros más negros, pareciendo más definidos de lo habitual. Fue irreal y de ensueño. Distintos murmullos llegaron de los alrededores como si cientos y miles de personas que no podían ser vistas estuviesen debatiendo.

«Esto se siento similar al ritual para mejorar la suerte que hice antes, pero sin el tipo de locura que hace que tu cabeza se sienta como una explosión...»

Miró a su alrededor y pensó inquisitivo.

En ese momento, su visión se fijó en un par de ojos que eran tan claros como una esmeralda. En un 'sofá' borroso estaba Daly con una túnica negra. Excéntricamente, su mirada se concentró en la punta de la cabeza de Klein. Sonrió y con voz suave dijo: —Permíteme presentarme adecuadamente. Soy la Médium Espiritual, Daly.

«Todavía puedo... tener pensamientos racionales... es como cuando estuve en ese ritual de la suerte y esa reunión…»

Ese pensamiento cruzó su mente mientras se comportaba confundido a propósito y dijo: —Qué tal...

—Los mundos mentales de los humanos son extremamente vastos. Muchos secretos están escondidos dentro de la mente. Mira el océano; lo que sabemos de él está todo a un nivel superficial. Pero en realidad, en lo profundo, hay una porción más grande que no se ve. Aparte de las islas, hay todo un océano. Hay un cielo sin límites que simboliza el mundo espiritual...

—Tú eres el espíritu de tu cuerpo. No solo conoces las islas de arriba, sino que también conoces las cosas escondidas debajo del mar, así como todo el océano...

—Cualquier cosa que exista deja algunos rastros. Los recuerdos superficiales de las islas pueden ser borrados, pero lo que queda debajo del mar y todo el océano definitivamente tendrá una proyección correspondiente...

Daly siguió y siguió, hechizándolo. Los vagos vientos circundantes y las sombras tomaron formas similares. Era como si su espíritu estuviese completamente expuesto en forma de océano, esperando que buscase y descubriese.

Observaba con paciencia, mientras 'batía' el océano ocasionalmente. Entonces, con una voz airada, respondió: —No... No puedo recordar... He olvidado...

Expresó su agonía justo al nivel correcto.

Daly trató de guiarlo una vez más, pero el lúcido Klein no se vio afectado.

—Bien. Terminaremos aquí. Puedes irte.

—Irte.

—Irte...

La voz etérea perduró y Daly desapareció. El viento y las sombras comenzaron a calmarse a medida que el olor etéreo y la fragancia sutil del vino aromático se volvieron más claros de nuevo.

Los colores volvieron a su estado normal y la sensación confusa ya no existía. Su cuerpo se estremeció y volvió a encontrar el equilibrio.

Abrió los ojos, los cuales no recordaba haber cerrado, y notó que la vela con la llama azul brillante todavía estaba ante él. Dunn Smith seguía descansando cómodamente en el sofá. Lo mismo para Daly con la túnica de capucha negra.

—¿Por qué usaste la teoría que pertenece a ese grupo de locos malvados, los Alquimistas de la Psicología?

Dunn frunció el ceño y miró a Daly.

Ella, mientras guardaba las dos botellas, respondió con calma: —Creo que es bastante acertada. Al menos, se corresponde con algunas de las cosas con las que me he puesto en contacto antes...

Sin esperar la respuesta de Dunn, se encogió de hombros y dijo: —Ese astuto sujeto no dejó un solo rastro.

Al escuchar eso, Klein dejó escapar un gran suspiro de alivio. Disimuló al preguntar: —Oh, ¿se acabó?, ¿qué pasó? Se siente como si acabase de tomar una siesta...

«Lo superé, ¿verdad?»

«¡Por suerte, tuve el 'ritual para mejora la suerte' como ensayo!»

—Interprétalo así—Dunn lo interrumpió y miró a Daly—. ¿Has examinado los cuerpos de Welch y Naya?

—Los cadáveres nos pueden decir mucho más de lo que puedes imaginar. Es una pena que Welch y Naya de verdad se hayan suicidado. Por lo tanto, la fuerza que los condujo a ello es de temer. No quedó ni un solo rastro —se levantó y señaló la vela—. Necesito descansar.

El resplandor azul cobalto se desvaneció, y la casa se inundó al instante con una sombra borrosa de color carmesí.

...

—Felicitaciones. Ahora Puedes volver a casa. Pero recuerda bien, no reveles este incidente a tus seres queridos. Tienes que prometer eso —dijo Dunn mientras lo guiaba hacia la puerta.

Sorprendido, preguntó: —¿No hay necesidad de examinar maldiciones o los rastros dejados por espíritus malignos?

—Daly no mencionó nada al respecto, así que no hay necesidad de hacerlo —respondió con sencillez.

Klein se calmó. Mientras pensaba en sus preocupaciones anteriores, preguntó con premura: —¿Cómo puedo estar seguro de que no tendré problemas a partir de ahora?

—No te preocupes —torció los labios y dijo—: Según las estadísticas de incidentes similares en el pasado, el ochenta por ciento de los sobrevivientes de incidentes no experimentan ningún efecto posterior horrible. Sí… eso se basa en lo que sé... cerca... más o menos...

—Quiere decir... que todavía hay una quinta parte de esas pobres almas...

No se atrevía a probar su suerte.

—Entonces puedes considerar unirte a nosotros como personal civil. De esa manera, incluso si hay precursores, podemos descubrirlo a tiempo —mencionó Dunn casualmente mientras se acercaba al carruaje—. O simplemente convertirte en un Beyonder. Después de todo, no somos niñeras. No podemos cuidarte todo el día e incluso ver lo que hace con las mujeres.

—¿Puedo? —cuestionó la declaración.

Por supuesto, no esperaba mucho. Después de todo, ¿cómo era posible ser parte de los Halcones Nocturnos con tanta facilidad y obtener el poder de los Beyonders?

¡Ese era el poder de los Beyonders!

Dunn hizo una pausa y giró la cabeza para mirarlo.

—No es que no puedas... Depende...

«¿Qué?»

La transición en sus palabras lo conmocionó. Miró fijamente al lado del carruaje antes de responder: —¿En serio?

«¿A quién quieres engañar? ¿Es tan fácil convertirse en un Beyonder?»

Dunn se rió ligeramente; sus ojos grises estaban ocultos a la sombra del carruaje.

—¿No me crees, uh? En realidad, cuando te conviertes en un Halcón Nocturno pierdes mucho. Por ejemplo, la libertad. Incluso si no hablamos de eso ahora, hay otro problema. En primer lugar, no eres miembro del clero, ni un devoto. No puedes elegir lo que quieras o elegir el enfoque más seguro.

—Y segundo... —se aferró al asa y saltó al carruaje mientras continuaba—: Entre los casos que nosotros, nuestros Verdugos Encargados, la Maquinaria de Hivemind y otros poderes judiciarios, tenemos que enfrentarnos anualmente, una cuarta parte de ellos es el resultado de Beyonders que pierden el control.

«Una cuarta parte... Beyonders que perdieron el control...»

Klein estaba estupefacto.

En ese momento, Dunn volteó un poco. Sus ojos grises eran profundos. Sin el rastro de una sonrisa, continuó: —Y entre la cuarta parte de los casos, una gran cantidad de ellos son de nuestros compañeros de equipo.