webnovel

Capítulo 1

"¡Ahora, acabemos con él!"

Grita el joven caballero con la armadura de bordes dorados para que todos ataquen a la vez contra la temible quimera de dos cabezas, una similar a un sabueso con un largo cuerno en la frente y la otra a un tigre dientes de sable que posee una cresta de escamas la cual nace desde el centro de sus ojos, garras tan filosas como espadas recién afiladas, cuerpo de reptil completamente de color ámbar oscuro casi negro y cola con otra cabeza pero de una serpiente en el extremo que no para de escupir un mortífero veneno en forma de gas. Y dicho mítico animal acaba de ser gravemente herido por este caballero en una de sus patas delanteras y ahora se retuerce del dolor.

El grupo conformado de cinco, dos con espadas, otros dos con lanza y el último con hacha arremeten contra la quimera provocándole letales heridas en un costado que posteriormente hacen que el animal retroceda unos pasos y mientras se queja acaba muriendo desangrado.

Quién sabe cuanto tiempo llevamos combatiendo a aquella terrible bestia que se cobró la vida de siete de los que vinimos a acabar con ella antes de que la derrotáramos. Los cuerpos hechos pedazos de los héroes caídos se encuentran dispersos por todo el pueblo que vinimos a auxiliar, sumándose a los de los aldeanos que fueron masacrados y devorados casi en su totalidad.

El comandante quien porta la llamativa armadura, al frente del pequeño pelotón de soldados comenta fatigado pero muy satisfecho con haber cumplido la misión sin darle importancia al desastre que en realidad es, "Eso si que estuvo difícil chicos. En cierto momento llegué a pensar de que todos íbamos a terminar siendo la próxima cena de esa bestia. Pero finalmente lo conseguimos, es lo que importa. Eso y la recompensa que nos va a pagar el señor de estas tierras y con valiosa gema que seguro hay dentro del cuerpo, la que seguro ha de valer mucho oro."

Termina con una leve risa y mirando codicioso al cadáver del animal.

El resto de los supervivientes por referírseles así, comienzan a festejar con su pírrica victoria, "¡Si, lo conseguimos!"

"¡Vamos a ganar mucho oro!"

Ríen a carcajadas.

El jefe saca su puñal dispuesto a desmontar el cuerpo para buscar el preciado tesoro que hay dentro, cuando repentinamente luego de emitir un pequeño gemido de dolor, se detiene y desploma en el suelo delante de él.

Los demás perplejos con el completamente inesperado suceso corren hacia donde cae su comandante mientras uno exclama asustado: "¡¿Comandante, qué le sucede?!"

Todos fueron a comprobar que había muerto a excepción de mí que me quedo por detrás y les digo preparándome para el combate al hacer surgir de mi brazo una cuchilla tan fuerte como el acero que creo a partir de cristalizar algo de la abundante sangre en el suelo por medio de mi habilidad, que me permite manipularla a mi antojo, "Ya ustedes no me hacen falta, así que por favor mueran igual que el idiota de su comandante."

Me responde irritatado uno de ellos: "¡¿Pero qué estupideces dices, Hartmut?! ¡A parte de no hacer demasiado por matar a la quimera ahora te pones a hablar tonterías! ¡No nos obliges a tener que matarte y después decir que moriste en la misión!"

Otro se une a la charla blandiendo su espada, "Ya está delirando ese tonto. Mejor le mato y así cuando cobremos la recompensa podemos repartir a más entre nosotros. De todos modos este antipático no lo va a extrañar nadie y a mí nunca me ha sentado bien. Déjeme acabar con él rápido y ya resuelvo el problema."

'Este tipo de personas son las que comúnmente se hacen llamar héroes o aventureros en este mundo. Individuos sin ningún tipo de convicciones o principios morales que no les motiva más nada que no sea el oro de las recompensas o verse beneficiados de alguna forma para ir a supuestamente ayudar a quienes los necesite. Si fuera así no serían tan exigentes por cobrar después de cada misión, que hasta les he visto amenazar y arrebatarle las pertenencias a las personas para obtener su imprescindible recompensa después de cada trabajo, que llegan al punto de saquear los cuerpos y casas de los fallecidos. No son más que un grupo de viles mercenarios nombrados de forma diferente. No es que yo actúe de forma muy diferente pero al menos no me ando por todas partes ostentando de que soy honorable héroe ni nada así. De todas las personas que hay en este mundo a unos de los que más detesto son a los aventureros. Por eso, a todo el que encuentre lo voy a someter a mi voluntad.'

El muy confiado aventurero se aproxima hacia mí caminando con prepotencia y clara creída pretensión de matarme. Le dejo que se acerque lo suficiente y le digo muy calmado, "Antes de que me hagas nada, déjame hacerte una simple pregunta."

El hombre me responde burlonamente, "Bueno ya que no te queda mucho tiempo de vida te voy a dar ese mérito. Pero te advierto que por mucho que supliques por tu vida no conseguirás salvarte del filo de mi espada. No hubieras actuado de esa forma tan estúpida antes."

Me es imposible evitar reírme por su actitud tan arrogante e ingenua y este se me refiere con saña, "¡Eh, no sé que te causa tanta gracia pero te advierto que mi paciencia tiene sus límites y ya estoy revalorando en si dejarte hablar o cortarte la cabeza sin más!"

Hago lo posible por mantener la compostura y continúo, "Descuida, ya voy, es que en verdad que no puede evitarlo. Ahora lo que te iba a decir."

Le muestro mi cuchilla de sangre y le pregunto, "Dime, ¿qué tú crees que es esto?"

El soldado la observa detenidamente unos segundos y contesta muy seguro, "Eso es un arma de energía de las que se generan con un anillo o brazalete mágico. A parte de que es algo fácil de llevar, no tiene más nada de especial."

"Pues yo te digo que te equivocas, porque como puedes ver, no llevo nada de lo que dices."

Le comento mostrándole mi brazo.

El sujeto comenta poco motivado, "Y que más da lo que sea esa extraña cuchilla. Lo único que te debe importar ahora es que ya me aburrí de hablar tanto y voy a matarte de una vez."

Entonces se dispone a correr contra mí y justo cuando la hoja de su espada está a pocos centímetros de mi cuello, hago que toda la sangre cercana en el suelo lo atraviese como si fueran lanzas por todo su cuerpo.

Ahora escupiendo sangre, se expresa sin comprender lo sucedido, "¿Pero cómo es posible? ¿Eres un mago o qué?"

Yo le respondo tras cortarle la cabeza y apreciar como esta rueda por el suelo, "Ni mago, ni nada que ninguno de ustedes haya visto. Yo soy un Elegido para salvar a este mundo, y para ello haré que cada persona en este lugar se postre ante mí..."