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El Legado de Lein capitulo 2 Un Nuevo Mundo

Al contemplar este nuevo y maravilloso nuevo mundo Lein no podía contener la emoción, todo lo que pasaba frente a sus ojos era completamente nuevo y muy diferente a lo que en su mente se podría considerar normal.

Pero lo que mas llamo su atención fue el cielo, ya que en este se podían contemplar 3 lunas de diferentes tamaños.

« Este lugar definitivamente no es la tierra » Pensó Lein mientras algunos recuerdos borrosos venían a su mente, a pesar que no podía extraer nada claro de los recuerdos del chico que era el antiguo dueño de este cuerpo, al menos tenia una vaga idea de donde estaba y como se llama este país.

« Reino de Kramator, ciudad minera del norte. Esto es todo lo que sabia este chico en el que he rencarnado, no es te extrañar si considero su corta edad y su bajo nivel social » Pensó Lein mientras se cuestionaba algunas extrañas coincidencias. ¿Por qué este chico tiene el mismo nombre que yo? además Lein podía ver los últimos recuerdos del joven, este había caído al suelo con un gran dolor en el pecho de la misma forma en la que Lein Recordaba haber muerto.

A pesar de estar en un nuevo mundo y haber renacido en un cuerpo mas joven, no podía estar muy contento, ya que su situación actual no era nada favorecedora, por lo que podía recordar era un joven de unos 14 años, cuya familia había vendido como esclavo en un contrato de 5 años.

Su padre cayo enfermo y no podía trabajar, Lein era el mayor de 5 hermanos, al ser una ciudad minera el siendo el primogénito, era el único que podía trabajar, la que le seguía en edad era una niña de 12 años, por la cual no habrían dado nada de dinero. Sus padres tomaron la mejor decisión basados en sus circunstancias. En este mundo no era extraño vender a los hijos como esclavos en momentos de gran necesidad, incluso algunas personas se vendían así mismos cuando ocupaban dinero de forma urgente, ya que la duración del contrato podía ser acordada de antemano.

« Mierda... solo han pasado unos meses desde el inicio del contrato, estoy atrapado aquí y con este maldito collar no hay forma de escapar...»

El collar de sumisión que Lein tenia en su cuello, se le colocaba a todos los esclavos una vez firmado el contrato, el mismo impedía que los esclavos escaparan o desobedecieran a sus amos, ya que si alguien lo hacia, este infringiría un gran dolor en el esclavo. Pero no todo era malo las reglas del contrato eran inviolables y en las mismas se protegía a las dos partes antes de fírmalo. Las condiciones podían variar de contrato a contrato y se hacían basándose en cuanto dinero se daba y que cosas estaba dispuesto hacer el esclavo y que cosas no.

Al final las cosas no estaban tan mal como creía, hurgando en sus recuerdos pudo ver que se le había contratado como aprendiz de minero, pero debido a su poca edad y cuerpo pequeño y desnutrido, se le coloco en la cocina para que ayudara a Ana la cocinera, a preparar las comidas de los demás trabajadores. « Solo tengo que aguantar y sobrevivir mientras entiendo mejor este Mundo» Pensó Lein mientras regresaba a el cobertizo para tratar de dormir.

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A la mañana siguiente un fuerte sonido lo despertó « Mierda que esta pasado que es es ruido tan molesto» Pensó antes de recordar, que ese ruido venia de su propio collar de esclavitud y que era señal que el día de trabajo había comenzado.

«Sera mejor que me de prisa y vaya a la cocina, no sea que me meta en problemas por llegar tarde » Lein estaba aun muy confundido por todo lo que estaba pasado, pero tenia claro basado en sus recuerdos que no era para nada bueno ser tachado de esclavo problemático, los castigos en este lugar no eran nada agradables por lo que podía ver en sus brumosos recuerdos de este mundo.

— ¿Lein te encuentras mejor? Me preocupaste chico, ayer cuando caíste al suelo de repente.

Dijo Ana la jefa de cocina mientras mirara al muchacho con ojos llenos de compasión.

— Gracias jefa por su preocupación, no fue nada grave y hoy me encuentro mucho mejor.

— Debes cuidar mejor de tu salud muchacho, no te sobre esfuerces, mira que aun eres joven y estas en crecimiento, come bien y duerme bien, la salud es lo mas importante, recuerda que tienes una familia que te quiere y espera tu regreso.

— Una familia que me quiere pero aun así me vendió como esclavo...

— ¡No digas tontearías Lein! ¿Sabes lo difícil que fue para tus padres tomar esa decisión? no seas un tonto y aprende que la vida no es color de rosas para las personas normales.

En ese momento Lein entendió que debía tener mas cuidado con sus palabras, ya que ya no estaba la tierra... y que su forma de pensar era completamente opuesta a las personas de este mundo.

— Escucha muchacho creo que aun no has entendido la posición privilegiada en la que estas, creo que te hace falta una buena dosis de realidad. Dijo Rick el encargado de los esclavos de la ciudad minera del norte.

— Querido no seas muy duro con Lein aun es joven y su salud no es buena, un mal día lo puede tener cualquiera.

Ana la jefa de la cocina era esposa de Rick, quien tenia uno de los puestos mas importantes en la ciudad minera del norte. El se encargaba de los contratos de esclavos y de velar que los mismos cumplieran con sus obligaciones. Aun que Rick no era el verdadero dueño de los esclavos, era lógico penar que un noble de sangre pura no se tomaría las molestias de lidiar con estos asuntos sin importancia.

— ¡Mujer es suficiente! dijo Rick en tono molesto.

— Estoy cansado de que siempre estés consintiendo al chico, ya te hice caso cuando rogaste que lo comprara para ayudar a su pobre familia, pero todo tiene un limite y este chico no hace mas que hacer problemas... Tu muchacho el día de hoy trabajaras en la mina, ya estoy cansado de ver como haces el vago, y mas te vale que logres recoger la cuota mínima de cristales de aura sino... Atente a las consecuencias.

En este mundo los cristales de aura eran uno de los bienes mas importante, los mismo se utilizaban para aumentar el nivel de poder de aura de los nobles, también para la fabricación de pociones y herramientas mágicas.