18 Capítulo 18 Colapso Nervioso

--¿Qué fue lo que paso aquí?

--Un demonio no identificado rodeado de exorcistas, intervine, el demonio escapo y yo me encargue de limpiar, aquí están las armas incautadas de los exorcistas~ por cierto puedo usarlas sin lastimarme las manos.

El pelinegro cubrió sus manos con un par de guanteletes de sombras y tomo la espada de luz sagrada.

*BFFFFFF*

--Interesante... está bien, conserva las armas puede que sean útiles más tarde.

--Entendido.

Las armas cayeron en sus propias sombras al igual que los cadáveres y el resto del botín dejando solo una habitación vacía y destrozada.

--Souji...

--¡¿Si?!

--Realmente confías en mí... o simplemente te uniste a mí para evitar caer en el mismo lugar que tu hermano.

Pregunto la heredera Sitri mientras observaba a su Torre y a su nobleza, sintiéndose amargada e impotente, las piezas que había luchado por encontrar y levantar, a su fiel confidente y a su reciente adquisición y fuente de sus últimas noches de insomnio. La jovencita de ojos violáceos miro directamente a los ojos negros cual abismo en el rostro apático e indiferente del joven.

La locura, la sed de sangre y una inexplicable melancolía rezumaban de su cuerpo, el Ki y el aura de muerte al rededor del pelinegro eran discordantes aun para ella, ya que ese estado solo era posible para alguien que hubiera salido de una cruenta campaña de cien guerras y mil batallas, pero el solo había estado sumergido en este lado del mundo por menos de una semana, a menos... una triste y aterradora premonición llego a la mente de la heredera Sitri.

"Souji recupero sus recuerdos...antes de lo esperado"

Por suerte para el joven demonio, sus miedos aún no se cumplen... al menos no completamente.

--Confió en que usted es capaz de dirigir y comandar correctamente durante los tiempo de guerra y paz Sitri-sama, confió en ti lo suficiente como para dejarte entrar en mi cabeza, así que como dije anteriormente Odio este mundo pero No te odio~ Si acaso temes que te traicione y corra a los pechos de esa striper pelirroja...

El pelinegro se mofo antes de dar un trago a la botella.

--Estas bastante equivocada, soy un hombre, un bastardo y un asesino pero Nunca un perro en celo~ si quiero una striper hay un barrio rojo y Onee-sans ebrias en toda esta maldita ciudad y la de al lado~

Gruño el pelinegro, vaciando el resto de la botella en su boca y arrojando la botella vacía hacia una pared a su espalda.

*CRACK*

--Sona Sitri, escucha bien, porque no lo repetiré... te elegí a ti, No solo por ser una noble demonio de alto rango miembro de la actual realeza demoniaca, No te elegí solo por ser hermosa e inteligente, No te elegí solo para escapar de esa pelirroja con más pechos que cerebro y su pabellón de traumas infantiles que llama nobleza, No te elegí por ninguna de las posibles razones que puedas haber imaginado, te elegí por una sola razón...

El pelinegro se acercó rápidamente a la chica cerrando la distancia entre ellos a solo unos centímetros.

--Te elegí como mi ama, porque sé que puedes ayudarme a vivir, a sobrellevar una vida que ha perdido el sentido, a encontrar un camino decente a la muerte... tu sabes cuál es mi único deseo~ Hahahahaha~

Una risa triste y enfermiza salió de la boca del pelinegro mientras las lágrimas fluían de los ojos del pelinegro.

--Yo realmente quiero... morir... solo quiero... verla... pero... aun si muero... No podré verla...Hahahaha~

Sona Sitri vio cómo su torre volvía a romperse frente a ella, riendo y llorando mientras una docena de tentáculos sombríos temblaban y convulsionaban a su alrededor.

--Souji...

--¡Kaicho aléjese de, el!

El peón Seichiro Saji corrió y se interpuso entre su ama y el pelinegro apoyado por la Torre Tsubasa Yura y la caballero Tomoe Meguri, la belleza marimacho y la alegre chica de cabello trenzado rojo apoyaron al rubio cenizo, ganándose el ceño fruncido de su ama.

--Saji-kun... chicas...

--Kaicho no se acerque más a ese loco...

--Kaicho, sé que Souji es la fuerza que nos faltaba pero...

--No lo necesitamos, no haremos más fuertes, así que...

--¡Aléjese de él, Kaicho! x3

Siendo detenida por tres miembros de su nobleza Sona solo pudo fruncir el ceño ante el creciente dolor de cabeza que padecía. Por un lado están las piezas que ella misma encontró y pulió mientras que por el otro está el arma que siempre necesito y busco la cual se entregó a sí misma en sus manos, solo que nunca imagino que esa maravilla, está al borde de colapso.

--Chicos, les agradezco y aprecio su preocupación pero apártense.

Revelando su porte real así como su poder mágico y presión imponente Sona Sitri atravesó el bloqueo formado por sus sirvientes y camino hacia el joven pelinegro él cual yacía arrodillado en el suelo llorando mientras murmuraba un nombre femenino continuamente mientras se disculpaba.

--Tendré que hacerlo dormir de nuevo...

***

Espacio mental de Souji.

--¡¿Por qué acepte esta basura?!

--¡¿Porque tuve que venir a este mundo de mierda?!

--¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?!

En la oscuridad un joven de cabello negro con reflejos castaños gritaba con todas sus fuerzas mientras lloraba sin control, rugiendo y maldiciendo toda la creación y a sus propias acciones, golpeando lo que parecía el suelo ignorando sus puños rotos y sangrantes, ignorando las propias sombras que auto flagelaban y mutilaban su cuerpo, ignorando toda la tortura y auto abusó que se propinaba a sí mismo, producto de la culpa y el remordimiento que lo asolaba.

--¡DEBÍ QUEDARME CON ELLAS!

--¡DEBÍ IR CON ELLAS!

--¡ELLAS DEBÍAN VIVIR!

--¡ELLAS MERECIAN ESTA OPORTUNIDAD!

--¡HAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!

--¡¿POR QUE?!

En la oscuridad una luz azul celeste destello con elegancia mientras una hermosa doncella hizo acto de presencia, piel blanca y tersa cual seda de invierno, labios finos y delicados como flores de cerezo, cabello negro corto, ojos violáceos claros y nítidos como la amatista enmarcados por unos simple y elegantes anteojos de marcos celestes, la joven pelinegra solo pudo guardar silencio y contener un grito al ver el estado de su torre.

Esta era la segunda visita de Sona a la mente de su Torre pero no había ninguna comparación, el bosque marchito no existía, en su lugar un páramo de oscuridad infinita donde apenas podía diferenciarse el arriba del abajo.

--Parece que el sello de "Locura" se abrió un poco...

Murmuro la joven mientras se acercaba a su sirviente.

Algunas personas tras sobrevivir a un evento traumático sellan esas memorias y continúan su vida como si nada hubiera pasado pero, la herida en su psique persiste esperando el más mínimo detonante para que la persona reviva todo el evento y colapse mentalmente.

Hyoudou Souji está viviendo un ligero colapso debido al fuego, la sangre y el olor a pólvora, rememorando el más trágico y cruel evento de su vida anterior, la muerte de su amante, de su familia, así como los recuerdos de y las vivencias de todos los que ha consumido en los últimos días, habiendo abusado de sus habilidades, ahora está pagando el precio por su arrogancia.

Ahogado en las emociones propias de dos vidas, sumadas a las decenas que ha absorbido, está siendo aplastado por todo el peso de la culpa e impotencia.

Sona Sitri llego al lado de su Torre y solo pudo morderse el labio al ver su estado, cientos de cortes tanto superficiales como profundos colmaban su cuerpo rezumante de sangre, sus puños estaban cerrados y rostro, sus ojos habían perdido el brillo y lágrimas de sangre negra fluían de ellos, su rostro normalmente apuesto e indiferente adornado con una media sonrisa ahora estaba desencajado y lleno de una implacable tristeza e impotencia infinita.

--Souji-kun...

Dijo la chica.

--...Lo siento...

Respondió el joven volteando a ver a la joven.

--Souji-kun...

Replico la chica mientras abrazaba al joven quien solo continuo llorando en voz baja mientras se disculpaba con alguien a quien solo sus ojos podían ver en lugar de a la chica.

--Lo siento...Natasha... lo siento... yo...

--Natasha... yo...yo... no puede protegerlas...

--Tranquilo... no...No... No te preocupes...

El joven lloro en los brazos de la chica, mientras su temblorosa y rota mano acariciaba con delicadeza y amor el vientre de la niña, haciéndole doler el corazón por la culpa que sentía en este momento por suplantar a la persona que su sirviente anhelaba.

--Natasha... mi vida... mi reina... mi amor... te... extraño... ya no puedo seguir... no puedo...

El joven se resbalo de los brazos de la chica y cayó al suelo donde solo se recostó mirando a la oscuridad sobre ellos con un rostro cansado. Ambos ignorando que su cabello negro como la brea se teñía poco a poco de un castaño cenizo y que sus ojos negros lucían una heterocroma de negro y azul claro.

Las identidades de dos vidas se estaban mesclando, no más específicamente, volvían a hacer lo que deberían, no una simple personalidad hueca e inestable formada por los restos de una vida y cultivada con las experiencias de 14 años de paz y 2 años de libertinaje, sino la retorcida y sólida personalidad original que soporto una vida de guerra, dolor, sufrimiento y perdida pero aun manteniendo un vestigio de honestidad, valor y decencias humanas.

Sona Sitri observo como su Torre yacía inerte en el suelo mientras las lágrimas corrían de su rostro, si poder soportarlo se arrodillo y abrazo su cabeza, levantándolo y llevándolo a su pecho para en su inocencia tratar de reconfortarlo como su hermana lo había hecho con ella hace muchos años.

Mientras acunaba al joven, una idea terrible y horrenda se presentó en la mente de Sona Sitri, contraria a su moral, contraria a su ética y sus principios aun como demonio pero esa idea era la solución al menos inmediata para sus predicamentos.

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