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Prólogo

En un espacio infinito, dónde en todas la direcciones se podía observar una mezcla de colores iridiscentes, una Isla de 1,000 metros flotaba sin rumbo fijo.

Dicha Isla era rodeada por una cúpula semi transparente, sin dejar un solo agujero sin cubrir.

En un rincón de dicha Isla se encontraba una casa de tamaño mediano, junto con varias plantas adornando los alrededores.

Cerca de dicha casa, debajo de un árbol, se encontraba dos personas.

Una de ellas tenía un largo cabello blanco como la nieve, ojos rojos como rubíes y un hermoso rostro que encantaría a la mayoría de los hombres con solo un par de miradas.

La chica de cabello blanco se encontraba sentada debajo de árbol con los pies juntos, dónde una cabeza con cabello negro oscuro y mechones rojos descansaba.

Dicha persona tenía unas vendas en los ojos, impidiendo ver estos o si siquiera estaban abiertos o cerrados.

En ese momento, una brisa se originó en el lugar y balanceo el largo cabello blanco de la chica, además de provocar un leve movimiento en el chico descansando.

Aún estando en ese lugar, cosas como los ciclos diurnos, la brisa o similares seguían presentes, dejando una escena surrealista a cualquiera que estubiera presente por primera vez en el lugar.

En cuanto al cielo, este era azul, sin ninguna nube presente, ocultando los colores mezclados del exterior.

Notando el leve movimiento en el cuerpo del chico peli negro, la peli blanca sonrió cálidamente mientras acariciaba el cabello del chico con cariño.

???: ¿Ya despertaste?

???: Si, gracias por ofrecerme tu regazo, Ninym.

Ninym: Cuando quieras, Ryuu.

La chica peli blanca, ahora conocida como Ninym, sonrió feliz mientras respondía los agradecimientos de joven llamado Ryuu.

Ryuu: Mmmh, en ese caso, creo que me quedaré un poco más así.

El chico sonrió con satisfacción y llevo su mano hacia la mejilla de la chica.

Ryuu: Pero se que será incómodo para ti... ¿Que tal si duermes mientras te abrazo?

Ninym:... No tengo razón para negarme.

Con las mejillas levemente sonrojadas, Ninym levantó la cabeza de Ryuu de su regazo y se acostó en la comoda hierba debajo de ella, para luego sentir como un par de brazos la rodeaban por su cintura y la atraían en un cálido abrazo.

Ryuu: Mnh~, amo está sensación.

Sonriendo con satisfacción, el peli negro coloco su cabeza en el pecho de la chica peli blanca, quien correspondió su abrazo.

Ninym: Eres un niño mimado.

Ryuu: Tenemos la misma edad, además, a tí también te gusta ser mimada por mi, ¿No es verdad?

El peli negro levantó su cabeza y acercó sus labios a los de Ninym, besándola sin la mínima vacilación.

El beso fue corto y no contenía lujuria, solo un cariño y calidez que ambos sentían por el otro.

Luego de separarse del beso, Ryuu volvió a abrazar a su pareja, quién se acomodo en sus brazos y cerro los ojos.

Los minutos pasaron y ambos no se movieron de sus posicion, disfrutando de la compañía del otro.

???: Veo que se están divirtiendo.

Una vez profunda y grave resonó en toda la Isla, sacando de su tranquilidad a ambos chicos.

Al mirar hacia una dirección en específico, vieron como un enorme Dragón rojo los observaba a ambos con sus enormes ojos de color dorado.

Ryuu: ¡Papá! ¿Cuando llegaste?

???: Acabo de llegar.

Ryuu: ¿Enserio? ¿Como no me di cuenta?

???: Ambos estaban tan absortos en vuestro mundo y no se enteraron de mi llegada.

Ryuu: Y-ya veo.

El chico se rasco la mejilla con una pizca de vergüenza ante las palabras del enorme dragón rojo.

Ninym: Es un placer volver a verlo, Great-sama.

El enorme dragón, también conocido como Great Red, miro detenidamente a Ninym con una mirada neutral.

Great: Niña, te he dicho antes de que no necesitas llamarme así, eres la compañera de Ryuu, así que somos familia hasta cierto punto.

Ninym: No puedo faltarle al respeto de esa forma a un Dios Dragon.

Great:... Has lo que quieras.

Ryuu: Ya ya, no tienes que ser tan formal, Ninym. Papá te ha permitido llamarlo sin honoríficos, no tiene que ser tan formal.

Ninym: Pero...

Ryuu: Está bien, no te estoy obligando a nada, es tu elección, pero ahora somos familia.

Ninym: Está bien, lo tendré en cuenta, Ryuu.

Ryuu: Eso está mejor.

Sonriendo feliz, Ryuu se dirigió hacia el enorme dragón que miraba la interacción de ambos.

Ryuu: Entonces, ¿Que pasa, papá? ¿Sucedió algo malo?

Great: *Bufido* ¿Acaso no puedo visitar a mi hijo?

Ryuu: Jejejeje, no me refería a eso.

Great: Como sea, no importa realmente. Por cierto, siento tu escencia en esa chica, ¿Ya la has marcado?

Ante las palabras de Great Red, ambos adolescentes se sonrojaron furiosamente, provocando que Ryuu le reclamará enojado.

Ryuu: ¿¡Que estás diciendo, padre idiota!?

Great: ¿Por qué te enojas? Es normal que un dragón marque a sus parejas, de esa forma todos sabrán que te pertenece, además de que incrementará las habilidades de la chica.

Ryuu: ¡Ya se sobre eso! ¡Pero no necesitas decirlo de esa forma!

Great: ¿Que importa eso? Si ambos se sienten atraídos por el otro, no debería haber problema, ¿O no piensas lo mismo, niña?

Con la mirada del Dragón Del Apocalipsis sobre ella, la chica de ojos rojos se puso nerviosa, pero aún así respondió con convicción y seriedad.

Ninym: Realmente me siento feliz de haber sido aceptada por Ryuu, es por eso que siempre estaré a su lado como su pareja, no importa lo que pase.

Ante lo dicho por su novia, el peli negro sintió como su rostro se sonrojaba más que antes, pero sacudió la cabeza y miro directamente hacia su padre.

Ryuu: Dejando ese tema a un lado. Padre, quisiera pedirte un favor.

Great: ¿Jo~? Es raro que tú me pidas algo, ¿De que se trata?

Ryuu: He escuchado sobre que los demonios tienen desde hace unos siglos una especie de artefacto que permite reencarnar otras especies en demonios y hacerlas sus sirvientes.

Great Red levantó una ceja ante lo dicho por su hijo, pero luego abrió su enorme boca, dejando salir sus palabras.

Great: ¿Quieres tener una de esas cosas también?

Ryuu solo negó con la cabeza, y volvió a hablar.

Ryuu: No, me gustaría que tú hicieras unas especiales, que en lugar de reencarnar a los demás como demonios, que sea como dragones.

Ante el pedido de su hijo, el gran dragón pregunto con duda.

Great: ¿Por qué no las creas tu? Con tu magia debes ser capaz de hacerlo.

Ryuu:... Es imposible que pueda hacer algo como eso. Mi magia no ha llegado al punto de poder crear algo que afecte directamente el cuerpo y alma de alguien. En cambio, tu tienes poder sobre el concepto del sueño, por lo tanto puedes crear algo así facilmente siempre y cuando esté en la mente de alguien.

Great: *Bufido* No tengo problema en cumplir ese capricho. Pero deberías de entrenar más para que llegues a mi nivel.

Ryuu: ¡¡No compares a un adolescente de 16 años con un ser que ya vivido desde la creación del universo!!

Great: Oye, tampoco soy tan viejo.

Ryuu:...

Observando la interacción padre-hijo de ambos individuos, una gota de sudor bajo por la nuca de Ninym.

Ninym: (Nunca pensé que una de las criaturas más fuerte de esta dimensión sería... Así.)

Recordando la extraña actitud de Great Red, parecida a la de un pandillero que siempre busca problemas, o la de un padre que siempre se preocupa por su hijo, la chica peli blanca no pudo evitar sonreír con ironía.

Ryuu: En fin, ¿Puedes hacerme ese favor?

Great: Se el motivo, pero dime la razón.

Ante lo dicho por su padre, una expresión complicada adorno el rostro de Ryuu, quien miro por el rabillo del ojo a Ninym.

Ryuu: A diferencia de mi, Ninym es humana, su tiempo de vida es mucho más corto que el mío... Se que puedo sonar codicioso, pero quiero que Ninym este conmigo para siempre... Es por eso que te pido ese favor.

Cuando dijo eso, el peli negro se giro hacia su pareja peli blanca, quien lo miraba con los ojos abiertos y un sonrojo notable.

Ryuu: Perdón por ser tan egoísta y no preguntarte antes.

Sin responder, Ninym se acercó y abrazo al peli negro, para luego hablar con calidez.

Ninym: No te preocupes, y me alegra que pienses eso. Además, ese egoísmo es algo que me gusta de ti.

Ryuu: Ya veo... Gracias por aceptar.

Observando todo esto, el dragón rojo rodó los ojos y bufó con gracia.

Great: *Bufido* Estos jóvenes de hoy en día, son todos unos hormonales.

Una vena se marcó en la frente de Ryuu, quien le reclamo con irá.

Ryuu: ¡No me compares con pervertidos hormonales! ¡Además, no hables como si supieras! ¡A parte de nosotros dos, no conoces a nadie más!

Great: Ja, no necesito conocer a nadie más.

Ryuu: ¡Por esa razón vas a morir solo!

Great: No es mi culpa que no haya ningúna mujer que pueda soportarme a la hora de reproducirme.

Lo dicho por Great Red no era del todo falso, ya que debido a su poder era casi imposible encontrar a una hembra que pudiera soportar siquiera llevar un hijo de el.

Aunque es cierto que existía alguien con la cualidad suficiente para esto, resultaba que está "candidata" odiaba completamente al enorme Dragón del Apocalipsis, por lo que ella quedaba indudablemente descartada.

Ryuu: Bueno, es cierto. Y la única que cumpliría los requisitos es Ophis, pero ella te odia hasta el alma.

Great: *Bufido* Ophis es solo una niña que armó un berrinche porque, según ella, soy un "invasor" en su hogar.

Ryuu: Dices niña, pero ambos tienen la misma edad. Además, técnicamente ella vivía aquí antes de tu ruidosa llegada.

Great: ¿Vas a defenderla a ella antes que tú padre?

Ryuu: Solo hablo con hechos.

Great:... Cómo sea... Ophis se siente más atraída por ti que por alguien más, y eso me parece raro teniendo en cuenta que tú eres mi hijo.

Ryuu: Bueno... Supongo que soy especial y eso llama la atención de Ophis... Creo...

???: Me llamaban.

Una voz monótona e inexpresiva llamo la atención de los tres presentes. Quienes se voltearon y vieron a una "niña" de largo cabello negro y ropa reveladora sentada sobre una roca mientras sus ojos sin emociones miraban al trío.

Ryuu: ¿¡Ophis!? ¿Cuando llegaste?

La sopresa de Ryuu era notable, después de todo no había notado la llegada de la "niña" delante de ella.

Ophis: Acabo de llegar.

Una vez respondió, los ojos inexpresivos de Ophis se centraron en Great Red, y un brillo de molestia paso por sus ojos aún con su rostro ausente de emociones.

Great:... Parece que no soy bienvenido ahora mismo. Me iré por ahora.

Ryuu: ¡Espera! ¿¡Que paso con lo que te pedí!?

Great: Hablaremos de eso en otro momento. Se nota a millas de distancia que esa berrinchuda no me quiere aquí. Volveré cuando decida irse.

Ophis: Mejor lárgate de mi hogar y muérete en algún rincón.

Las palabras de Ophis eran tan frias y cortantes, que si fueran cuchillos ya hubieran miles empalmando al Dragón del Apocalipsis.

Ryuu: Aquí vamos de nuevo...

En momentos como estos, era común que ambos empezarán a insultarse hasta que se aburrieran, pero, para sopresa de Ryuu. Su padre decidió ignorarla.

Sin decir nada, el enorme dragón rojo comenzó a elevarse y salió de la cúpula semi transparente que rodeaba la isla flotante, dejando a los tres en un silencio incómodo.

Ryuu: Bueno... ¿Quien tiene hambre?

Ninym:...

Una gota de sudor bajo por la nuca de Ninym al notar la clara intención de cambiar de tema del peli negro.

Ophis: Quiero dulces.

Su rostro se mantenía inexpresivo, pero sus ojos brillaron de emoción al mencionar los dulces, y más si eran cocinados por el mismo Ryuu.

Ryuu: ¡Oki Doki!

Así, como todos los días en la vida de Ryuu, los tres tres tranquilamente se dirigen hacia el interior de la casa.

Deseando que esos momentos nunca acabaran, Ryuu sonrió con satisfacción... Sin esperar que su vida daría un giro de 90°... Tal vez para bien, tal vez para mal... Nadie lo sabe...