48 Capítulo 48: Extraordinaria muestra de sinceridad.

- Veo que has decidido, te puedo asegurar que no sufrirás ningún mal trato y que joven familia se mantendrá segura, ahora todos formareis parte de mi Dominus, como tal, cuando os refiráis a mi, siempre tendréis que usar "Mi Dominus", ¿Quedo claro? - Narciso los contemplo y solo tras unos pocos segundos de caras extrañadas, los mas adultos, agacharon la cabeza y dijeron a descompasados.

- Si mi Dominus - Narciso los miraba y negaba con la cabeza ligeramente.

- Tendréis que practicarlo mas, pero eso quedara a cargo de vuestra instrucción y enseñanza. Dicho esto, todos menos la jovencita Mavel, serán llevados de regreso a vuestras habitaciones, mas tarde se os dara un tour por las zonas accesibles de la nave - Poco después, dos soldados, con solo un par de motas rojas en su armadura blanca, se llevaron a los pequeños.

Mavel los miro marcharse con renuencia, pero ya había saltado al agujero y no podría escalarlo de nuevo.

- Bien jovencita, hoy vamos a ponerte al día y sobre todo, tengo la intención de demostrarte que no tenemos malas intenciones. Vegonia, por favor, trae la pastilla, la única, tu me entiendes - Cuando Vegonia escucho la orden, sus ojos parpadearon, incluso su cara cambio por primera vez, para sorpresa de Mavel.

- Mi Dominus, gastar la pastilla en ella... Es un malgasto y puede caerle una sancion atroz por parte del Magnus... -

- Es una orden Vegonia, yo asumiré toda la culpa en caso de que el Magnus Dominus, desee dar castigo - Narciso parecía muy seguro sobre esta decisión, lo que solo dejo a Vegonia en un estado de extrema confusión.

Aun así, esta era la orden de su Dominus y no podía desobedecerla sin la orden directa de un superior.

Con la partida de Vegonia, Narciso mostro algo horripilante a Mavel, saco un pequeño cuchillo y comenzó a cortarse las costras y a recortar la carne que había crecido naturalmente...

Mavel lo miraba aterrorizada y la escena la perseguiría por un par de noches.

Solo al terminar, viendo que la sangre salía con mas fuerza, Narciso miro a Mavel y explico.

- Esto niña, es el precio del fracaso, el dolor y la vergüenza de fallar como Dominus - Mavel estaba consternada, sabia que no podría permitirse cometer ni un error, de donde ella venia, si el líder de una banda cometía un fallo, jamás se le culparía, mataría a un par de subordinados y poco mas. Pero aquí, incluso alguien tan poderoso como Narciso, era obligado a torturarse.

Solo tras una hora larga, Vegonia regreso con el par.

Ninguno volvió a dirigirse la palabra desde aquel momento.

Vegonia trajo con ella una pequeña caja que parecía estar hecha de madera, pero Mavel como ladrona decente, tuvo el presentimiento que jamás podría romperla o abrirla.

Narciso asintió.

- Contacta con el Magnus Dominus Autumnis - El holograma de una pequeña araña apareció y asintió con su diminuta cabeza.

- Niña, si quieres sobrevivir, te recomiendo no decir ninguna palabra si no se te llama y sobre todo, da igual lo que pase, no mientas bajo ningún concepto - Narciso aconsejo a Mavel, pero ella podía notar como el propio Narciso estaba preparándose mentalmente, no parecía que fuese una llamada, si no un luchador entrando en las arenas subterráneas.

Poco despues, un anciano de pelo aleonado y rojo, se mostro delante de todos los presentes.

Miro a todos, pero sus ojos se centraron sobre todo en la pequeña caja.

- Habla, ¿para que quieres gastar una píldora advenediza?, ya puedes darme una razón valida y no me hagas perder el tiempo - La forma en la que el anciano hablaba con Narciso, fue suficientemente brutal, para que Mavel entendiese, que Narciso era su subordinado y alguien poderoso, eso seguro.

- Ancestro, quiero ofrecerla a esta chica, antes de que te niegues, ella tiene el mismo estigma que Ashlan de los cien soles, creo que atraerla a nuestro lado es una buena decisión, también comenzara a ayudar en el caso de Ber - El anciano parecía enfurecido al principio, pero poco a poco, se calmo mientras escuchaba hablar a Narciso.

- Sabes que si la malgastas, no tendrás ninguna otra, hasta dentro de doscientos años. ¿ Estas seguro que lo vale? - El Anciano miro profundamente a Narciso a lo que el asintió sin decir nada.

- Niña, lo que este tonto quiere darte, vale mas que el basurero de Ber entero, mucho mucho mas, espero que des resultados y no sea un desperdicio - Dicho esto, el anciano miro la caja y ordeno.

- Abre - Con este simple comando, en la cajita, comenzó a moverse como si estuviera formada por millones de tentáculos, dejando un pequeño agujero en la parte superior, allí, una píldora marrón aburrida estaba esperando.

- Ahora te explicare lo que sucederá a continuación, primero que nada, esta pastilla es un secreto estratégico, si siquiera sospechamos que has hablado de ella, ejecutaremos públicamente a todos tus seres queridos y los conocidos de estos, incluso si eso abarca a miles de personas, ¿ A quedado claro? - Mavel tenia gotas de sudor naciendo continuadamente en su rostro, la presión que le daba este anciano no tenia ni punto de comparación con Narciso, eso y que vio como en muchas partes de la armadura que el anciano portaba en este momento y en su hacha, portaban las mismas gemas rojas que usaba Narciso de pendiente.

El anciano miro a Vegonia y esta asintió.

- Bien, viendo que lo has entendido, te explicare como usar la pastilla y sus efectos. Lo primero que nada, solo te la tienes que meter en la boca, sin morderla o tragarla, se ira derritiendo por si sola. Y el efecto es que multiplicara el poder de tu estigma por unos segundos a mas de un 10.000%. En este caso, se te permitirá ver el futuro lejano o el pasado - Ella estaba asombrada, la pastilla era asombrosa, aunque no entendía que eran los porcentajes, el numero ya era una cifra muy grande para ella.

- Pequeña, el uso de tu don, será cosa tuya, no interferiremos, sabemos que eres huérfana, así que podrías conocer a tus padres mirando tu pasado o ver el futuro, tu eliges - Narciso dio esta concesión que parecía extremadamente buena a los ojos de la joven, pero se gano una mirada furiosa del anciano.

Aun así, no negó esta concesión.

Vegonia cogió la pastilla y le pidió a Mavel que abriera la boca.

Mavel no dudo, era demasiada parafernalia como para que fuese una trampa o veneno.

Dejando reposar la pastilla en su lengua.

avataravatar
Next chapter