34 Capítulo 34: Rinde sus respetos al Sanctus

Con la Reunión terminada, Toriel se arrodillo y bajo la cabeza.

- Toriel Sladesir, Hiems Dominus de la Rosa Congelada, rinde sus respetos al Sanctus - Dariel no se perturbo por la escena.

- Levántate viejo, estoy cansado y tengo sueño, hablar con los ancianos fue agotador - Toriel asintió.

- Mi Sanctus, he preparado tu residencia en espera de esta situación, ha partir de ahora, como tu titulo corresponde, no puedes compartir un área con los Scutum, por lo que serás reasignado - Dariel no le dio muchas vueltas, cualquier lugar le servía realmente.

- ¿Ese lugar esta muy lejos de donde nos quedamos? - La que pregunto fue Laura, ya había terminado de peinar a Dariel hace unos minutos, así que simplemente se quedo detrás de el.

- Para nada pequeña, su nueva residencia esta en medio de la Catedral, en la zona mas segura, las áreas de los Scutum están literalmente a su alrededor, no te preocupes, obviamente la familia del Sanctus podrá llegar a el sin el menor impedimento - Al escuchar a Toriel, Laura parecía reconfortada.

- Te llevare a tu sala, Sanctus - Dicho esto, salieron de la sala, ahora los soldados miraban con grandes ojos a Dariel, aunque no sabían que el ya era un Sanctus, su milagro con las bestias y la reunión con los Statuarii delante de todos, junto con su poder. En sus corazones ya era un Sanctus y no evitaron las reverencias.

Al ver que su Dominus no se oponía, todo el mundo comprendió.

El chico delante suya ya tenia un peso asombroso.

El camino a la sala no fue mucho, solo que pasaron varias puertas , cada una con mas grosor que la anterior, hasta llegar.

El lugar era una zona verde, parecía completamente natural, quitando la ausencia de cielo azul, hierba y tierra por igual, una pequeña cascada que daba a un arrollo, arboles, flores, incluso algunos pequeños insectos y animales que dieron aun mas, naturalidad.

Al fondo, una casita de piedra con toques góticos, la piedra gris entonaba con el verde del musgo que recubría las paredes aquí y allá, mientras que un tejado azul claro, de adoquines, resaltaba su conjunto.

Al lado de la entrada un columpio mecedora, mesas de piedra, con sus respectivos asientos, estos de madera blanca, realmente hermoso.

Aquí volvió a notar Dariel, lo malditamente derrochadores que era el Dogma, si una nave militar tenia estos lujos. Una nave de ocio, ¿Qué tendría?.

- Guau, es muy bonito, todo es precioso, ¿ No podemos vivir aquí junto a Dariel ? - Laura parecía encantada con todo, dando vueltas como una ninfa.

Dariel solo miro a Toriel y este asintió.

- La casa consta con varias habitaciones, cocina propia, zona de relax, despacho y biblioteca, entre otros, por lo que la familia obviamente, puede trasladarse con el - Laura al escucharlo dio un par de botes mientras empujaba a Dariel al interior de la casa.

Incluso Toriel sonrió al ver a la enérgica Laura.

Mientras, Desdel comenzó a revisar toda la zona, tras un examen, comenzó a formar otra madriguera justo al lado del pequeño estanque.

El interior de la casa parecía muy rustico, algo muy extraño y glamuroso para la población super tecnológica actual, la madera, el mimbre y la seda, todo daba una sensación de calidez extraña al metal.

- A papa, seguro que le encanta esta casa - Dariel asintió mientras se tumbaba en un sofá, fue la cosa mas blanda y cómoda, donde Dariel jamás había estado.

No tardo nada en caer dormido.

- Mirarle dormido recuerda que es un niño, quien diría ahora, bajo nuestra visión, que el es uno de los altos mandos de una de las facciones mas poderosas de la humanidad - Laura miro a Toriel, mientras que el hablaba, luego se sentó al lado de Dariel y lo miraba dormir.

- Nadie lo diría, porque es un niño y tal carga deberían llevarla los adultos - Toriel confirmo con un suspiro, sabia que Laura tenia toda la razón.

Pero el mundo fue cruel y solo podían ayudarle a levantarse, no pudieron quitarle la carga, por mucho que lo deseasen.

- Pequeña, traeré a tu padre aquí, si necesitáis cualquier cosa, llamad a Narcov, el informara a las personas a cargo. El viaje a la capital será corto, existe una puerta para uso militar muy cerca, así que descansad y pasároslo bien, ya que la tormenta no será pequeña de aquí a un futuro próximo - Laura asintió.

- A si, llama a mi hermanita, esta preocupada y me taladra constantemente - La risa indisimulada de Laura resonó fuerte, como una campanillas que ha veces se atragantaban, pero paro cuando por poco despiertan a Dariel.

- Claro, señor Toriel, llamare a la tía, estoy segura que le encantara ver a Dariel tan saludable - Toriel asintió, pero recordó a Laura no decir nada importante, pues todo es clasificado.

Mientras esto sucedía, en Ber se estaba llevando un caso de histeria colectiva.

Una flota de naves rojas había llegado a la proximidad del planeta, fue de tal magnitud, que se podía contemplar la nave insignia como si fuera otra luna.

- Aqui el Teniente Coronel Bars, de la estacion espacial militar de Ber, queremos saber la razon de porque una flota de tal magnitud esta frente al planeta -

Bars estaba muy nervioso, la flota frente a el, era suficiente para tomar el planeta y la procedencia de esta, era uno de los peores presagios posibles.

- Aquí, Narciso Cantaor, por orden del Dominus Magnus Autumnis Niviro Cantaor y con el favor de las emperatrices Denetria y Selena, junto a las demás majestades, venimos para realizar una caza en Ber, esperamos el total apoyo del gobierno y las fuerzas de la señora del sector - O santo Goliath, esto no puede estar pasando...

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