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El despertar de Sylvia

En un mundo donde la realidad y la fantasía colisionan, Carlos, un jugador de videojuegos, se encuentra atrapado en el cuerpo de su avatar elfico, Sylvia. Despertando en un reino desconocido, debe navegar por una vida que es tanto familiar como extraña, enfrentando desafíos que ponen a prueba su identidad y su supervivencia. Capturada y acusada de espionaje, Sylvia es llevada ante los templarios y sacerdotes del monasterio, quienes ven en ella tanto una amenaza como una posible clave para un antiguo misterio. A través de juicios y tribulaciones, Sylvia se ve obligada a adaptarse a su nuevo entorno, aprendiendo las enseñanzas de Olpao y descubriendo paralelismos sorprendentes con su vida pasada. Mientras se sumerge en las profundidades de la fe y la política del monasterio, Sylvia descubre una profecía sobre los "Viajeros de Mundos", seres con el poder de alterar el destino de su mundo. Con esta nueva comprensión, se encuentra en el centro de una lucha por el poder, donde las alianzas son tan volátiles como las verdades que busca. Enredada en una red de manipulación y engaño, Sylvia debe discernir amigos de enemigos, especialmente cuando Günter, un templario con oscuros motivos, la arrastra hacia una trama de intrigas. Con cada capítulo, la tensión se intensifica, y Sylvia se encuentra en una carrera contra el tiempo y las sombras que buscan usarla como peón en un juego peligroso. "El Despertar de Sylvia" es una historia de transformación, descubrimiento y la lucha por la autenticidad en un mundo donde las apariencias pueden ser tan engañosas como la magia que lo impregna.

Shandor_Moon · Fantasy
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48 Chs

18. Sombras en el Monasterio

Sylvia caminaba apesadumbrada al final del grupo, en dirección al templo de la diosa Tasares. Tirnel Estel la acompañaba, sin perderla de vista ni un momento.

—Has salvado a tus amigos, pero deberías habérnoslo dicho —comentó la guardiana, rompiendo el silencio en un intento de animar a Sylvia.

Sylvia alzó la mirada hacia su compañera, sus ojos llenos de dolor y confusión.

—¿Yo he salvado a mis amigos? Günter mató a uno de los asaltantes. ¿Y si hubiera sido Sarah o Evildark? Además, ¿de dónde sacas que los he salvado? Yo no hice nada. Dejad de decir tonterías tú y Günter.

—Te oí lanzar las plegarias de protección antes de salir, y tus dedos brillaron mientras señalabas a Harry, Marina, Roberto y a ti misma. Sabías perfectamente a quién iban a atacar y los protegiste. Eso nos dio tiempo para actuar. Somos guerreros; quizás no te diste cuenta, pero nos coordinamos antes de atacar —le contestó Tirnel Estel mientras entraban al templo.

Dentro, Marina y Günter hablaban con Sigfried y Lysandra, quienes estaban sorprendidos al ver entrar a todos juntos con los cuatro asaltantes. Al notar la presencia de Sylvia, ambos sacerdotes dirigieron su mirada hacia ella. Sylvia deseaba ser castigada, no solo por haber traicionado a todos, sino también por haber lanzado los conjuros de protección y por no haber dicho nada antes.

Günter y Marina habían narrado solo el asalto, pero la pregunta de Lysandra destapó varias lagunas.

—¿Por qué Sylvia os lanzó un conjuro de protección antes de salir del monasterio? —preguntó Lysandra, observando detenidamente a Sylvia.

Günter y Marina intercambiaron miradas antes de que Sylvia se abriera camino hasta ellos. Al llegar junto a los cuatro, miró a Sigfried y Lysandra con determinación.

—Asumo toda la responsabilidad de lo ocurrido. Contaré todo cuando llegue el Gran Maestre, pero pido clemencia para Tirnel Estel y Frederick. Ellos me dejaron ir a la cocina sola para despejarme, pero en el camino ocurrió un incidente no previsto.

Los dos sacerdotes miraron con enojo a Tirnel Estel.

—Se te ordenó una sola cosa muy sencilla: no perder de vista a Sylvia —estalló Lysandra. Había insistido en que la elfa fuera la guardiana de Sylvia, y ahora esto manchaba también su honor—. Serás retirada de la custodia de Sylvia.

Tirnel Estel asintió, reconociendo su error y aceptando su castigo con la cabeza gacha.

—Esto me fastidia mucho, pero debo defender a las dos elfas —dijo Günter, atrayendo todas las miradas hacia él—. Sylvia es muy escurridiza. Tenía prohibido salir de su celda y aun así se escapaba a la biblioteca o a espiar las reuniones de los sacerdotes. Estoy seguro de que haber fallado a su confianza la hará más dura con ella y no volverá a pasar. Además, sin la habilidad de Tirnel Estel en combate, quizás no tuviéramos a una viajera de mundos viva. Yo maté a mi rival, mientras ella la noqueó para poder interrogarla. En cuanto a Sylvia, ha hecho cosas malas y seguramente lo confesará todo cuando llegue el Gran Maestre, pero su conjuro de protección nos dejó libertad para poder liberar a Roberto, Marina, Harry y a ella misma.

—Meditaremos vuestro castigo y, cuando nos reunamos con los demás sacerdotes y Grandes Maestres, decidiremos —dijo Sigfried, intentando evitar una decisión en caliente—. Habéis cometido indisciplina y traición, pero vuestra actuación también ha dado buenos resultados. Sylvia, nos pones entre la espada y la pared. Sabes de tu importancia, pero te comportas de manera irresponsable. Por ello, es probable que sugiera un enclaustramiento por un tiempo.

Sylvia asintió, consciente de su error. Le parecía insuficiente el castigo. Esperaba ser castigada físicamente, obligada a trabajos forzados. Solo por ser consciente de su importancia, descartaba la muerte en la hoguera, aunque no le hubiera parecido un castigo descabellado. Por su culpa podían haber muerto hasta seis "Viajeros de mundos": los cuatro controlados por el monasterio y los dos asaltantes.

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Mientras tanto, Hugo había llegado hasta los dos Grandes Maestres que supervisaban la construcción del almacén. Se cuadró ante ellos y esperó pacientemente a ser atendido. Morwen hablaba con varias hermanas para que fueran al templo de Nerthys por más material, mientras Antón discutía detalles del diseño con los arquitectos.

Fue Morwen la primera en percatarse del joven soldado.

—Puede relajarse. ¿Algún problema? —preguntó al muchacho.

Hugo no sabía exactamente cómo empezar.

—Los viajeros de mundos han sido atacados. Hemos matado a uno de los asaltantes y capturado a otros tres. Es posible que dos de ellos sean también viajeros.

Antón levantó la cabeza de los planos, visiblemente preocupado.

—¿Están todos bien? —preguntó rápidamente—. ¿Alguien herido?

—No, señor. Todos están bien. Les superábamos cuatro a uno y, aunque lo tenían bien planificado, no tuvieron la más mínima oportunidad —contestó Hugo, tranquilizando al Gran Maestre.

—Creo que deberíamos reunirnos todos. Un asalto dentro de nuestro monasterio es demasiado osado. Debemos tomar medidas —sugirió Morwen, mirando a su compañero.

—Así es —concordó Antón—. ¿Dónde se encuentran ahora mismo?

—Deberían estar en el templo de la diosa Tasares. Günter tomó la iniciativa y mandó a Frederick a avisar a los maestros de Sylvia, a Ambariel a avisar a los maestros de Harry, y a mí a avisarles a ustedes.

—Muchas gracias, Hugo. Nosotros terminamos un par de cosas y vamos para el templo. Haz el favor de avisar al resto de sacerdotes y sacerdotisas supremas.

Hugo hizo una reverencia a modo de despedida y salió corriendo a buscar al resto de los sacerdotes.

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Frederick corría a toda velocidad hacia el templo de Olpao, sintiendo la urgencia de la situación apretándole el pecho. A medida que se acercaba, el sereno entorno del templo contrastaba fuertemente con la agitación de sus pensamientos. Al llegar a la entrada, redujo la velocidad y, tras tomar una bocanada de aire, empujó las grandes puertas de madera, entrando en el santuario.

El interior del templo estaba iluminado por la suave luz de las velas y el aroma a incienso llenaba el aire. Theodor y Seraphina estaban en medio de una discusión sobre las próximas lecciones para Sylvia cuando Frederick irrumpió en la sala, sudoroso y agitado.

Theodor levantó la vista, preocupado al ver la expresión en el rostro de Frederick.

—Frederick, ¿qué ha sucedido? —preguntó, su voz cargada de una mezcla de preocupación y alarma.

—Instructores, necesitamos su ayuda urgente —dijo Frederick, tratando de calmar su respiración acelerada—. Sylvia y los otros viajeros han sido atacados dentro del monasterio. Hemos matado a uno de los asaltantes y capturado a otros tres. Dos de ellos podrían ser también viajeros de mundos.

El rostro de Theodor palideció, y su mirada se oscureció con una mezcla de preocupación y furia contenida.

—¿Están todos bien? ¿Sylvia está bien? —preguntó con urgencia, dando un paso adelante.

—Sí, todos están bien físicamente —respondió Frederick rápidamente—. Gracias a Sylvia, que lanzó plegarias de protección, pudimos actuar a tiempo. Pero... hay más. Sylvia sabía del ataque y no nos lo dijo. Ahora están todos en el templo de Tasares.

Seraphina, que había estado escuchando en silencio, frunció el ceño.

—¿Sylvia sabía del ataque y no dijo nada? Esto es grave, Frederick. ¿Cómo pudo ocurrir algo así?

Frederick asintió, comprendiendo la gravedad de la situación.

—Es una situación complicada. Ella intentó protegernos de alguna manera, pero claramente subestimó el riesgo. Günter ha tomado el control y ha enviado a Hugo a informar a los Grandes Maestres y a mí para informarles a ustedes. Necesitamos su presencia en el templo de Tasares.

Theodor apretó los puños, su preocupación por Sylvia era evidente.

—Vamos de inmediato. No podemos dejar que esto quede sin aclarar. Sylvia necesita nuestra ayuda, más ahora que nunca.

Seraphina asintió, recogiendo sus cosas rápidamente.

—Frederick, has hecho bien en venir a nosotros. Esto debe resolverse con cuidado. Vamos.

Los tres salieron del templo de Olpao con rapidez, con Theodor a la cabeza. Mientras avanzaban hacia el templo de Tasares, Theodor no podía evitar sentir una profunda angustia por Sylvia. La había llegado a querer como a una hija, y el pensamiento de que estuviera en peligro o que hubiera tomado decisiones equivocadas le pesaba enormemente.

—Sylvia es fuerte, pero está pasando por mucho —dijo Seraphina mientras caminaban—. Necesitaremos toda nuestra sabiduría y paciencia para manejar esto.

Theodor asintió, con la mirada fija en el camino.

—Lo sé. Y estaremos allí para ella, como siempre.

Al acercarse al templo de Tasares, Frederick sintió una pequeña chispa de alivio al ver que los instructores de Sylvia estaban decididos a apoyar y proteger a su discípula, sin importar las circunstancias. Sabía que la situación sería difícil, pero juntos enfrentarían los desafíos que les aguardaban.

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Ambariel corría con una urgencia palpable hacia el santuario de Veltara. El templo de la diosa del conocimiento y la magia era un lugar imponente y enigmático, lleno de estructuras intrincadas y detalles arcanos que reflejaban el poder y la sabiduría de la deidad. Las altas torres de cristal relucían bajo el sol de la mañana, y los muros estaban adornados con runas brillantes que parecían cobrar vida con cada paso de Ambariel.

Al llegar a la entrada del templo, Ambariel se detuvo un momento para recuperar el aliento. Los portones de madera tallada se abrieron ante ella, revelando un interior deslumbrante. Los pasillos estaban iluminados por esferas de luz flotantes y decorados con tapices que mostraban antiguos hechizos y escenas de la historia mágica del mundo. En el centro del santuario, una gran biblioteca se erigía, con estanterías que se alzaban hasta el techo, llenas de libros y pergaminos antiguos.

Ambariel avanzó rápidamente por los pasillos hasta llegar a una sala de estudio donde Thalor y Lyanna estaban inmersos en sus investigaciones. Thalor, un hombre de aspecto venerable con una barba blanca y ojos llenos de sabiduría, estaba leyendo un antiguo tomo, mientras Lyanna, una mujer de porte elegante y ojos brillantes, examinaba unos pergaminos.

Al ver entrar a Ambariel, Lyanna levantó la vista y notó la expresión de urgencia en el rostro de la elfa.

—Ambariel, ¿qué sucede? —preguntó, dejando de lado el pergamino y caminando hacia ella.

—Thalor, Lyanna, debemos ir al templo de Tasares de inmediato —dijo Ambariel, tratando de calmar su respiración—. Los viajeros de mundos han sido atacados dentro del monasterio. Hemos matado a uno de los asaltantes y capturado a otros tres. Es posible que dos de ellos también sean viajeros. Harry está bien, pero la situación es grave.

Thalor levantó la vista del tomo, su expresión se tornó seria.

—¿Harry está bien? —preguntó, su voz mostraba una preocupación genuina.

—Sí, está bien. Gracias a la intervención de Sylvia y sus guardianes, ninguno de los nuestros resultó herido —explicó Ambariel.

Lyanna, con el ceño fruncido, asintió.

—Esto es extremadamente preocupante. Un ataque dentro de nuestro monasterio es una ofensa grave. Debemos asegurarnos de que Harry y los demás estén seguros, y averiguar quién está detrás de esto.

Thalor se puso de pie, cerrando el tomo con cuidado.

—Ambariel, has hecho bien en venir a nosotros. Iremos al templo de Tasares inmediatamente. No podemos permitir que algo así vuelva a suceder.

Los tres se dirigieron rápidamente hacia la salida del templo. Mientras avanzaban por los pasillos iluminados por las esferas de luz, Lyanna no podía evitar sentir una profunda preocupación por Harry. Desde que había llegado al monasterio del Fuego Purificador, había desarrollado un fuerte vínculo con él, casi como el de una madre con su hijo. Sabía que Harry estaba pasando por un período de adaptación difícil, y este ataque solo complicaría más las cosas.

Al llegar al templo de Tasares, Ambariel, Thalor y Lyanna se encontraron con un ambiente tenso. Los viajeros de mundos y sus guardianes estaban reunidos, junto con los sacerdotes de Tasares, Sigfried y Lysandra.

Lyanna corrió hacia Harry, quien al verla, mostró una sonrisa de alivio.

—Lyanna, estoy bien. Fue un ataque sorpresivo, pero gracias a Sylvia y los demás, estamos a salvo.

Lyanna lo abrazó brevemente, aliviada de ver que estaba ileso.

—Me alegra verte bien, Harry. Pero debemos entender qué ha pasado aquí y asegurarnos de que no vuelva a suceder.

Thalor, con una mirada grave, se dirigió a Sigfried y Lysandra.

—Este ataque es una señal de que nuestras precauciones no son suficientes. Debemos reforzar la seguridad y descubrir quién está detrás de esto.

Sigfried asintió, comprendiendo la gravedad de la situación.

—Estamos de acuerdo. Este incidente no puede quedar sin respuesta. Debemos reunirnos con los Grandes Maestres y decidir los próximos pasos.

Mientras los líderes discutían, Harry se acercó a Ambariel, agradecido por su rápida acción.

—Gracias por avisarles tan rápido. No sé qué habría pasado si no hubieran venido.

Ambariel sonrió, colocando una mano reconfortante en su hombro.

—Siempre estaré aquí para ayudarte, Harry. Ahora debemos estar unidos y enfrentar esto juntos.

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La atmósfera en el templo de Tasares estaba cargada de tensión mientras los grupos esperaban la llegada de los demás líderes. Frederick y Tirnel Estel mantenían una postura vigilante cerca de Sylvia, cuya mirada se perdía en el suelo. Günter y Marina, aunque aparentemente tranquilos, mantenían sus manos cerca de sus armas, preparados para cualquier eventualidad.

No pasó mucho tiempo antes de que las puertas del templo se abrieran, dejando entrar a Balduin y Althea, seguidos por Antón y Morwen. Las expresiones de los líderes reflejaban la gravedad de la situación. A su lado, Ambariel y los maestros de Harry, Thalor y Lyanna, entraron con una seriedad que aumentaba la tensión en la sala.

—Estamos todos aquí —anunció Antón con voz firme, rompiendo el silencio—. Tenemos muchos temas importantes que tratar.

Balduin asintió, mirando a cada uno de los presentes.

—Lo primero es organizar la sepultura para el asaltante caído. Aunque era un enemigo, merece una sepultura digna. Debemos demostrar que incluso en la derrota, respetamos la vida.

—Así es —agregó Morwen, mirando a los detenidos—. Luego, debemos aclarar los hechos. Cada detalle es crucial para entender cómo ocurrió esto y cómo podemos prevenir futuros ataques.

—Reforzar la defensa del monasterio es una prioridad —dijo Lyanna, su voz era una mezcla de preocupación y determinación—. Este ataque demuestra que nuestras defensas no son suficientes.

Thalor, observando a los detenidos, continuó.

—Debemos juzgar a los asaltantes detenidos y decidir qué hacer con los dos nuevos viajeros de mundos. Si bien son prisioneros, también son piezas importantes de la profecía y debemos considerar cuidadosamente nuestro curso de acción.

Sigfried miró a Sylvia y a sus guardianes.

—Finalmente, necesitamos tomar decisiones sobre Sylvia y sus guardianes. Hubo errores graves, pero también acciones valientes. La indisciplina y la traición no pueden ser ignoradas, pero tampoco podemos pasar por alto el hecho de que Sylvia y sus guardianes salvaron vidas hoy.

Sylvia levantó la mirada, sus ojos reflejaban una mezcla de culpa y determinación. Sabía que el camino por delante sería difícil y lleno de incertidumbres, pero estaba lista para enfrentar las consecuencias de sus acciones. A su lado, Tirnel Estel y Frederick se mantenían firmes, dispuestos a aceptar sus propios castigos y a seguir protegiéndola a toda costa.

—Hay mucho que discutir y muchas decisiones que tomar —dijo Antón, mirando a todos los presentes—. Este es un momento crucial para nuestro monasterio. Debemos estar unidos y actuar con sabiduría y justicia.

La tensión en la sala era palpable mientras los líderes se preparaban para enfrentar los desafíos que se avecinaban. Las decisiones que tomaran en los próximos momentos no solo determinarían el destino de Sylvia y sus compañeros, sino también el futuro del monasterio y la seguridad de todos sus habitantes.

Con la llegada de todos los líderes y la tensión palpable en el aire, el templo de Tasares se convirtió en el centro de decisiones cruciales. Había muchas cuestiones urgentes por resolver: organizar la sepultura del asaltante caído, esclarecer los hechos del ataque, reforzar las defensas del monasterio, juzgar a los detenidos, decidir el destino de los dos nuevos viajeros de mundos y determinar las acciones a tomar con Sylvia y sus guardianes.

Este capítulo ha supuesto un desafío para mí. Mezclar distintos escenarios simultáneos realmente no sé si ha sido una buena idea. Por favor, dejad vuestros comentarios para ver si os gusta esto o preferís que siga centrándome en la protagonista todo el capítulo.

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