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El Capricho de los Dioses

Con una segunda oportunidad en sus manos, Ragnar, anteriormente conocido como Logan olvidó el pasado que lo atormento para solo volver a vivir un infierno... traicionado, engañado, torturado hasta su muerte fue lo que obtuvo de parte de quien el considero su familia y amigos A causa de aquellos que lo traicionaron recibió la oferta de una diosa, que le daría oportunidad de vengarse de aquellos que lo lastimaron, pero para ganarse está oportunidad tenía que ser su campeón. Tendría que matar a los campeones de otros dioses para así ser gobernante de un nuevo mundo, su mundo... [Algunos de mis personajes hechos con IA. https://pin.it/51onaYFT2]

Itlen_tc · Fantasy
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11 Chs

El Elfo

Su vida en la Tierra siempre fue solitaria, no había mejor palabra que describiera su existencia. A la edad de diez años, cuando aún se llamaba Alex Moreau, su madre murió de cáncer. Quedó huérfano, dejando un vacío profundo en su corazón que nunca pudo llenar en la tierra.

La muerte de su madre a causa de un tumor maligno lo motivó a estudiar medicina y convertirse en oncólogo. En su ingenuidad, creyó que sanar a otros podría también sanar su propio vacío. Pero con cada paciente que no lograba salvar, ese vacío se hacía más grande. Su dedicación al trabajo lo llevó a descuidar su propia vida. Intentó llenar su soledad con relaciones amorosas y amistades, pero ninguna de ellas duraba. Los pocos amigos que hizo estaban igual de ocupados, y poco a poco se fue alejando. Las relaciones sentimentales que intentó mantener se limitaban a lo físico, sin lograr una verdadera conexión emocional. Su salud también se deterioró con el tiempo, transformándolo de un hombre guapo a uno demacrado y descuidado.

El día de su muerte, Alex no sintió miedo ni arrepentimiento, solo alivio. Se liberaba del peso de trabajar más de doce horas al día en busca de una cura que aún no existía. Cuando estaba listo para ir a donde van los muertos, una diosa lo renació con su apariencia más joven y saludable en un mundo de fantasía medieval. Esta nueva vida era como las historias japonesas de mundos isekai: venció a un ser poderoso, encontró a mujeres que llenaron su vacío emocional, y vivió ochenta años de relativa felicidad en una gran mansión con su familia. Pero todo lo bueno tiene un final, y su vida placentera terminó una noche cuando no despertó. No se arrepentía; el vacío de su corazón había sido llenado en gran medida, y estaba en paz consigo mismo.

Al morir, volvió a ver a la diosa que lo había reencarnado, llamada Alisft. Ella era la mujer más hermosa que había visto en su vida. Su piel blanca y perfecta, su rostro angelical y sus ojos azules como el cielo brillaban con una luz etérea. Su cabello dorado era como el oro más puro, y su vestimenta revelaba un cuerpo voluptuoso y curvilíneo.

Alisft le dijo que lo enviaría a otro mundo llamado Iklin, no como un renacido, sino como un reencarnado y su campeón. Tendría que matar a otros siete campeones de diferentes razas: humanos, enanos, orcos, ogros, vampiros, semi humanos y goblins. Si ganaba, le concedería ocho deseos sin restricciones. Cuando Alex pidió ser renacido como una versión más joven de sí mismo, ella se negó, diciendo que su cuerpo estaba demasiado dañado. En cambio, lo reencarnaría como un alto elfo, rey de Ravalerh, el reino más grande y fuerte de los elfos en el continente de Greuvus, perteneciente a la antigua y poderosa casa Sarfil.

Aceptó rápidamente, seducido por la belleza de Alisft y la promesa de los deseos. Ella le advirtió que, si moría, recibiría un castigo eterno, pero él, cegado por su belleza, no le prestó atención.

Reencarnado como Eru Sarfil, "El Único", despertó en una lujosa habitación. Intentó usar magia, pero un dolor punzante en su cabeza lo hizo asimilar las memorias de su nuevo cuerpo. Descubrió, con horror, que en este mundo ya no existía la magia. Después de las Guerras Continentales, los cristales mágicos que alimentaban la magia fueron destruidos.

Sentado en la cama, Eru asimilaba la información. El mundo era mucho más grande y poblado que los anteriores. Aunque Eru había liderado un ejército élfico, todos los demás reinos también tenían ejércitos profesionales. Los humanos al oeste eran más numerosos y mejor entrenados. Reinos como Lanad y Ronel eran extremadamente ricos, Ugrian tenía grandes ejércitos y abundante comida, y Slumor, Satish y Vaékha poseían soldados de elite. Los enanos al norte tenían maquinaria de guerra avanzada.

Eru recordaba que su reino no solo enfrentaba amenazas internas, sino también externas, con imperios en otros continentes como Drosen y Qoren, ambos potenciales invasores.

Los recuerdos de Eru también le revelaron su ambición de unificar los reinos élficos bajo su mandato. Aunque Eru era un gran monarca, guerrero y general, su arrogancia y elitismo como todos los elfos lo hacían impopular entre otras razas.

Ahora, Eru reflexionaba sobre su situación. Se había equivocado al pensar que sería fácil. No sabía gobernar ni dirigir un ejército. En su vida anterior, solo fue un doctor y luego un mago y aventurero.

La única fuente de consuelo eran las memorias que le enseñaban cómo gobernar y su nueva apariencia etérea. Pero sabía que la teoría era diferente a la práctica.

Intentó dormir, abrumado por los recuerdos y la responsabilidad. Soñó con la vida de Eru, desde su infancia hasta la coronación y las batallas. Despertó sudado y agitado, convencido de que aceptar ser el campeón de Alisft fue la peor decisión de su vida. Sentía nuevamente ese vacío en su corazón y la enorme responsabilidad de gobernar un reino y luchar contra otros campeones. Con suerte, el invierno le daría tiempo para aprender lo necesario para sobrevivir.

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