1 El comienzo de la desgracia.

En un majestuoso palacio imperial que se eleva alto en el cielo y en el balcón más alto del palacio estaba una mujer de una deslumbrante belleza ella estaba tomando el té, mientras admiranda el atardecer a lo lejos, deseosa del anoche ser para contemplar la alineación de las 3 lunas que conmemora la creación de este Santo imperio.

-"Ahhh… Vaya que es un atardecer hermoso." Un pequeño suspiro escapo de mis labios.

-"Estos años venideros no serán nada tranquilos, ahh… ¡Que pereza!" estaba llena de estrés ya que después de hoy solo vendrían días llenos de guerras y papeleos, ¡Detesto el papeleo! ¿Por qué no puede hacer lo alguien más? Dije mientras una lagrima imaginaria bajaba por mi mejilla "Ahhh… pero, no se puede hacer nada" Termine aceptando mi destino de mala gana.

-"¡Saludamos a la Emperatriz!"

Mientras estaba sumida en mis pensamientos dos mujeres hablaron fuera de las puertas de la habitación.

-"Pasen"

En eso una de las dos enormes puertas se abrió dejando entran a una mujer con una armadura plateada que camino unos pasos y al estar a unos metros se detuvo y se arrodillo.

En tiempos normales ninguna persona podría entrar en mis aposentos, pero los tiempos normales ya pronto dejaran de existir.

Pensando en eso no pude evitar soltar otro suspiro.

-"Disculpe a esta subordinada, pero, llego un mensajero del norte y dice que es urgente"

¿Del norte? Me dije frunciendo el ceño.

-"Que entre"

En eso entro un soldado y rápidamente se arrodillo.

-"¡S-saludos a la emperatriz!"

No necesito ni darme vuelta para saber que está nervioso.

-"¿Cuál es el mensaje urgente?" dije con impaciencia… ¡Me arruinaron el momento! Ahhh… Ya ni siguiera el atardecer puedo disfrutar.

"El Capitán General Leo, solicita una audiencia con la emperatriz en la frontera norte del imperio"

Dijo eso lo más rápido que pudo.

¿Audiencia? Ahh… Ya puedo imaginar que tan mal está el norte.

Mientras pasaba todo esto yo a un estaba dándoles la espalda mirando el atardecer.

-Unos minutos antes- <Vista del soldado>

-"¡Sebastián! ¿Qué haces aquí? ¿No estabas en la frontera norte con el Capitán Leo?"

-"¡Si! Pero, ha habido algunos inconvenientes en la frontera norte y el Capitán me envió para pedirle una audiencia a la emperatriz en la frontera norte" Dije un poco apurado y agitado ya que son miles de kilómetros los que acabo de recorrer para llegar al palacio.

-"¡¿Qué una audiencia!? ¿Estas loco? ¡Solo mencionarlo ya es una falta de respeto a la emperatriz! Pero ¿Tan grave esta la situación en la frontera norte?" Pregunto incrédulo

Solté un suspiro hacia Ernesto, es mi amigo, pero, como no va a saber todo lo que está pasando afuero del palacio, en las diferentes fronteras. ¿Sera ignorante? Solo pude soltar otro suspiro al pensar en eso.

-"Si, el Imperio de sangre envió a 4 Capitanes al frente de la frontera norte y no solo eso también se aliaron con las fuerzas de las bestias salvajes de la montaña prohibida…"

Iba a continuar, pero, pude ver que Ernesto ya tenía la cara pálida… y eso que no le conté el asalto de hace unas semanas donde murieron miles de hombres. Ahh… como envidio la vida de este ignorante simplemente se la pasa caminando, comiendo, rodeado de lujos sin preocupaciones más que dar unas vueltas en los pasillos hasta la tarde donde cambian de puesto y siendo tan idiota la única razón que no le dieron el puesto de Caballero Real es por ser el hijo de un archiduque.

-"¡Te llevare con la emperatriz!"

Dijo apresuradamente. Y lo mire con duda.

-"¿No era que en el palacio de la luna creciente no se permiten hombres?"

Dije algo nervioso.

Puede sonar feo, pero fue una ley implementada por el emperador ya que hubo un problema una vez con unos embajadores de otro imperio. En palabras simples la emperatriz tiene un temperamento fuerte y no soporta que la vean lascivamente o que le digan cosas inapropiadas. Bueno ya el resto lo saben sangre aquí, sangre haya uno que otro miembro volando… Después de eso solo se hizo una guerra, pero fue dirigida por la emperatriz en persona así que no duro mucho. Y esta es la razón por la cual solo hay mujeres en el palacio luna creciente.

-"Jajaja, claro! ¿Las mujeres me aman lo olvidaste?" dijo con una sonrisa orgullosa.

Lo volví a ver como si estuviera viendo a un idiota ¿las mujeres te aman? ¡Jajajaj que chiste!, si las mujeres te quisieran poner un titulo seria "El enemigo de todas las mujeres"

-"¿Crees que me voy a tragar esa mierda?" Dije poniendo los ojos en blanco.

-"…. Está bien… Pero igual vamos no nos pasara nada con mi madre siendo una Archiduquesa y una guardiana del palacio puedo llevarte con seguridad"

Me le quede mirando… bueno no miente y s�� que con el título de su madre no nos debería pasar nada.

-" bien… vamos"

Caminamos por unos elegantes y majestuosos pasillos con candelabros de cristal en el techo, pinturas de muchos antiguos emperadores.

El Palacio Imperial es hermoso nunca había podido entrar al Palacio porque mi rango era muy bajo, ahora como es una emergencia se me permitió la entrada. El palacio se divide en 2 partes una que es para el emperador y otra para la emperatriz.

Mientras nos movíamos por el palacio de la luna creciente que es el palacio de la emperatriz un Escuadrón de 5 mujeres aparecieron a la vista y nos detuvieron.

-"¡Alto ahí! ¡Ernesto, no te lo deje en claro la última vez que te atrape en el palacio de su emperatriz que los hombres están prohibidos, en especial ¡TÚ!" Dijo la mujer que iba en el frente del escuadrón con una mirada entre asco y frialdad.

¡Ahora que hiciste Ernesto! No pude evitar temblar de miedo y ¡Si ella cree que Ernesto me trajo para hacer lo mismo que él hace! En eso me acorde que una vez Ernesto estuvo espiando los baños de las sirvientas reales y que una de ellas se dio cuenta y bueno fue un desastre según se lo golpearon y lo dejaron muy feo y no lo mataron solo por su madre, se esto porque la historia se filtró de las sirvientas y después de unos meses todo el reino lo sabía y nosotros los soldados lo contábamos riendo ¡Pero ahora es diferente además el se pudo escapar por su madre!¡Pero yo, soy un don NADIE! Con es solo pensar en esto temblé.

-"Est…."

-"!!Callaté¡¡ Pronto me las arreglare contigo…." Dijo eso mientras me veía como un insecto.

Solo pude agachar la mirada a la vez no pude evitar llorar y maldecir a Ernesto por dentro.

Ernesto al ver a las 5 sonrió ampliamente -"¡Ahhh mi querida Yue! Ah pasado tanto tiempo que casi se me olvida lo hermosa que eres igual ustedes preciosas" Dijo mientras miraba a las otras cuatro soldados mientras le brillaban los ojos. ¡Este tipo, mi cabeza esta en juego y aun así se pode a cortejar!

Claro ninguna de las mujeres se sintió alagada en cambio vieron a Ernesto con asco y ganas de agarrarlos a puño limpio, pero respiraron profundo y lo dejaron pasar. Simplemente lo tomaron como un perro que ladra por todo lo que ve lo cual seria la mejor forma de describirlo.

Al ver que ninguna reacciono no dejo de sonreír y dijo.

-"Ahhh lo siento sé que no puedo venir, pero que es una emergencia y este hombre necesita ver a la Emperatriz!"

¡Hijo de puta!

Como puedes decirle a un Capitán General "Quiero ver a la Emperatriz" ¡Es como buscar a la muerte!

En este momento mi cara esta pálida y estoy temblando por todas partes mientras en mi mente le estoy rezando a los cielos.

¡Si salgo vivo de esta, juro por los cielos que lo mato! Maldije tan fuerte como pude hacia mis adentros.

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