1 1 - Resultados

Nicolav Tutt bajó un poco después de las diez de la mañana y desayunó. No le gustaba despertarse temprano pero, por supuesto, tenía que hacerlo la mayoría de los días. Era requerido que llegara a la escuela a cierta hora, lo cual significaba levantarse cuando afuera aún estaba oscuro y salir de la casa con su cerebro todavía roncando.

Como muchas cosas en su vida, no tenía sentido quejarse o demorarse o intentar quedarse en la cama por cinco minutos más. Las cosas que no querías hacer pero que tenían que hacerse, era mejor terminarlas rápidamente y sin distracciones.

Terminó de comer y lavó los platos. Estaba solo en la casa. Su madre fue a trabajar y su padre murió antes de que Nic naciera. Secó los platos y los guardó. Tampoco le gustaba lavar los platos, ¿pero qué beneficio tendría dejarlos en el lavabo para más tarde?

Era esta actitud que hizo a Nic tan buen estudiante. Y era un muy buen estudiante. Excelente.

La mayoría de su joven vida giraba en torno a la Escuela para Chicos Hammond en la ciudad de Hammond. Era una ciudad grande, la tercera más grande en el país de Ranvar, y enseñaba a más de mil chicos en cinco grados. Durante los cinco años que Nic ha sido un chico Hammond, siempre ha sido el primero en todas sus clases.

No tenía ningún gran amor por las asignaturas en las que destacaba. No se maravillaba ante los milagros de la ciencia o las glorias de la naturaleza. No le importaba mucho la belleza de las matemáticas o las complejidades del lenguaje. Simplemente era bueno en ellas.

Nic no se consideraba tan inteligente. Ciertamente no era un prodigio ni tenía talento natural en lo que se refiere a estudiar. Sus logros impresionantes en general eran los resultados de su trabajo duro.

Él estudiaba incansablemente. Pasaba su tiempo libre visitando bibliotecas y haciendo uso de las instalaciones proporcionadas por el gobierno para todos los que deseen usarlas sin cargo alguno. Entendía que para que le vaya bien en los exámenes, tenía que darles a los examinadores las respuestas que ellos querían, que no era necesariamente lo mismo que darles las respuestas que eran correctas.

La Batalla de la Cresta Dek fue una victoria para la Milicia de Ranvar, de acuerdo a los libros de texto de la escuela. De acuerdo a otras fuentes, el resultado no fue tan claro.

La persona que descubrió el Jugo Merrick fue conocido como el Archimago Merrick. Gracias a él, fue posible sedar a aquellos que requerían cirugía y así incrementar dramáticamente la tasa de supervivencia. Solo que, un hombre llamado Perry Nabine de la nación vecina de Erista hizo un descubrimiento muy similar tres años antes y había documentos para respaldar este hecho. Ello, sin embargo, sería una abolladura al orgullo y reputación de Ranvar si alguien decía esto públicamente. No es que tuvieran una oportunidad de hacerlo.

Nic había descubierto estas cosas en libros polvorientos en estantes con telarañas. Le gustaba investigar las esquinas raramente visitadas de las bibliotecas y desenterrar información que sabía que a los examinadores les gustaría. Información que confirmara que lo que creían era verdad. Cualquier información que hacía lo opuesto, Nic la dejaba para acumular más polvo.

Pasar exámenes era la mejor asignatura de Nic. Sabía que no tenía nada que ver con ser un experto en el tema siendo evaluado; todo era sobre darle a la gente lo que ellos pedían. Cumplir las expectativas recibía calificaciones altas en Ranvar.

Así que Nic les daba las respuestas correctas, y un poco más. Incluso respuestas que podían sentir que eran algo dudosas — como la insistencia de que el Rey Ransom III era el padre del Rey Ransom IV, aunque había estado alejado de su esposa por más de un año peleando en la Guerra de Pelomene — Nic podía probarlo sin dejar duda alguna usando fechas y citas de varios textos oscuros de la época. Él entendía el valor de ser capaz de convertir suposiciones en hechos, siempre y cuando fueran los hechos correctos.

A Nic no le importaba la verdad, solamente le importaba obtener buenas calificaciones. Solo le importaba ser el primero.

Y la razón por la que le importaba tanto no tenía nada que ver con ambición o estatus. No quería impresionar a nadie o ganarse su admiración. Él realmente no tenía idea de qué carrera seguir. Solo había una razón por la que deseaba sobresalir, y esa razón era una chica.

Delzina Laurentia Delcroix. O Dizzy. Ella era la hija de un político de alto nivel en el gobierno de Ranvar. Una figura muy importante e influyente, por lo que Nic había podido comprender. Tan importante, de hecho, que se sabía muy poco sobre lo que hacía. Su título era Ministro de Instrucción, pero en ninguna parte se listaba lo que este departamento hacía.

Nic encontró por primera vez a Dizzy cuando ambos eran niños pequeños. Su madre trabajaba como una sirvienta en la casa Delcroix. Un día ella llevó a Nic al trabajo lo presentó a una niña pequeña.

Por alguna razón, la joven Delcroix no tenía ningún amigo. Ella era hija única y ya que ambos tenían cinco años, sería su compañero.

En ese entonces no había parecido tan extraño, solo un compañero de juegos con el que pasar el tiempo, pero años después Nic se preguntaba por qué no le habían encontrado amigos de su misma posición social. Solo podía asumir que era un asunto político. Un hombre tan importante como su padre probablemente no quería favorecer a una familia u otra, ni siquiera tratándose de algo tan inocente como con quién dejaba jugar a su hija.

Había más que suficientes libros sobre las intrigas de la vida en la corte que parecían respaldar esta teoría, aunque Nic no sabía si aquellos cuentos históricos aún eran vigentes. No había libros modernos en el tema.

De cualquier modo, Nic había pasado cada día con Dizzy. Después de un inicio inestable donde se veían cautelosamente desde detrás de las faldas de sus respectivas madres, establecieron lazos como dos mitades de la misma manzana.

Dizzy era una niña a la que le gustaban los juegos 'de niños' y una aventurera intrépida. No había parte de la vasta propiedad Delcroix por la que ella no estuviera dispuesta a escalar, arrastrarse o saltar de. Los huertos eran regularmente despojados de sus frutos, los estanques rutinariamente des-ranados, y los establos en un constante alboroto.

Y a donde sea que Dizzy iba, Nic estaría cerca, apresurándose para alcanzarla.

Conforme crecieron, la familia Delcroix traía tutores para enseñarle a Dizzy. Ella fue educada en casa y resentía estar confinada en un solo cuarto por horas sin final. Para ayudar a adaptarse, Nic fue añadido a sus clases.

Los dos se sentaban lado a lado en pequeños escritorios de madera y aprendían a leer y escribir. Historia y música. Cómo pintar, cómo montar a caballo y cómo bailar. Por supuesto, no fue por su beneficio que la recibía, pero fue educado igualmente.

Y después, un día, cuando tenía diez años, la madre de Nic dejó de llevarlo al trabajo con ella. No es que él hubiera querido ir si ella lo ofreciera. Dizzy ya no estaba allí.

A los diez años, se requería que todos los niños de Ranvar vayan a su escuela pública local. Para Nic eso significaba ir a la Escuela para Chicos Hammond. Pero Dizzy no fue a la Escuela para Chicas adyacente. Ella no era una niña normal. Tenía un lugar esperando por ella en La Escuela Ransom.

Solamente los hijos de las familias más adineradas y poderosas iban a Ransom, fundada por el Rey Ransom I hace más de mil años. Sus egresados se convertían en los líderes del país. Estadistas y ministros, y en algunos casos excepcionales, magos. Ellos eran la élite y Dizzy era una de ellos. Nic no lo era.

Después de ser inseparables por cinco años, los siguientes cinco fueron una agonía para Nic. Fue como si su brazo hubiera sido amputado. Su madre reconoció su angustia pero lo tomó solamente como la tristeza de un niño que extrañaba a su amiguita. Ella asumió que lo superaría.

Nic no podía superarlo, pero aprendió a ocultar su pesar. Era ridículo pensar que tenía algún derecho de querer ver a Dizzy de nuevo. Ella pertenecía a un mundo completamente diferente.

Su madre pensó que su obsesión con estudiar venía del tiempo que había pasado siendo educado y que eventualmente obtendría una posición de alto nivel en alguna firma mayor. Quizá un empleado en una oficina. Tales cosas eran consideradas el pináculo de la ambición para aquellos con su clase de antecedentes y la hacía inmensamente feliz pensar que sería capaz de ganarse una vida tan buena. Ella frecuentemente presumía sus logros a los otros miembros del personal e incluso a su amo, agradeciéndole, por supuesto, por darle a su hijo un regalo tan generoso. El ministro Delcroix sonreía y hacía a un lado su gratitud, y luego hacía a un lado el resto de ella. Él no tenía idea de la razón real de los estudios obsesivos de Nic.

El sistema educativo de Ranvar requería que todos los niños fueran educados hasta los quince años de edad, después de lo cual presentarían los exámenes más importantes de sus jóvenes vidas. Los resultados determinarían su futuro, el tipo de trabajo para el que serían elegibles, el tipo de persona que estaría dispuesta a emplearlos.

Pero algunos sobresalían hasta el punto donde tendrían la oportunidad, si lo deseaban, de entrar a la Clase Superior.

Cada escuela en cada ciudad tenía dos años adicionales de aprendizaje superior que ofrecer a los estudiantes más brillantes, centrándose en áreas específicas. Aquellos que mostraban aptitud para ingeniería o medicina o cualquier otra vocación avanzada podían especializarse en ese campo. Si tenían éxito, sus prospectos de empleo se hacían todavía mejores. Para ser un asistente de un doctor, o un empleado en una oficina gubernamental se requería una educación de Clase Superior.

La competencia era muy grande. Las diferentes escuelas eran conocidas por su conocimientos en diferentes áreas, así que estaba permitido que los estudiantes se transfieran a otras escuelas si sus calificaciones eran lo suficientemente buenas. Todas las escuelas abrían las puertas de sus Clases Superiores a los más brillantes y mejores. Todos querían aumentar sus estudiantes más talentosos con aquellos niños que elevarían la reputación de su institución. Todas las escuelas, incluyendo a Ransom.

Por supuesto, Ransom no era una escuela ordinaria. No aceptaría a cualquiera. De los miles de niños que presentaban sus finales cada año, los primeros cien serían listados en El Heraldo Ranvariano. Los primeros diez, algunas veces más, todos serían de Ransom, pero más abajo, aparecían estudiantes de otras escuelas. A los primeros cuatro de ellos — llamados los Also-Rans — se les permitía entrar a la Clase Superior de Ransom con una beca completa. (Literalmente, perdedores. Juego de palabras con el nombre de la escuela Ransom y la palabra also – también. Indicando que son parte de la escuela Ransom pero en una posición más baja.)

Esto era para lo que Nic había pasado los últimos cinco años estudiando. Todo lo que tenía que hacer era alcanzar uno de los cuatro primeros Also-Rans y después podría ver a Dizzy de nuevo.

Él sabía que era una cosa estúpida a la cual aferrarse por cinco años. Lo más probable era que ella ni siquiera lo recordara. Debía estar rodeada por personas como ella, hecho amigos, encontrado su lugar entre aquellos con los que sin duda alguna pertenecía. Pero no podía evitarlo. Aún la extrañaba. Quería verla de nuevo, incluso si era solo para ser visto como un desconocido. Al menos lo sabría.

Nic vagaba por la casa inseguro de qué hacer consigo mismo. Era una casa pequeña, así que no le tomaba mucho tiempo regresar a la cocina. No había clases hoy. Normalmente hubiera continuado estudiando, incluso durante las vacaciones y fines de semana, pero no había nada más que estudiar. Había presentado sus exámenes finales.

Escuchó pasos fuera de la puerta principal y se apresuró a abrirla. El cartero estaba de pie allí, buscando en su bolsa. Levantó la mirada sorprendido, y luego sonrió.

—Buenos días.

—Hola, er, ¿tiene el periódico de hoy? —Nic acechó la bolsa llena de copias de El Heraldo Ranvariano.

El cartero fajó una copia con las cartas que sostenía y se las entregó, sonriendo. Todos sabían que hoy era el día en que los resultados del examen eran publicados. Por todo el país, niños esperaban ansiosos sus resultados.

—Gracias —dijo Nic, ahora inconsciente del cartero o de cualquier otra cosa que estuviera en sus manos. Regresó a la cocina y se sentó a la mesa.

Una de las cartas eran claramente sus resultados del examen. Tenía el blasón de la junta de examinación impresa en la parte trasera. No estaba interesado en abrirla ahora mismo, sabía que pasó todas sus asignaturas y recibió calificaciones altas. Abrió El Heraldo Ranvariano.

Era una gaceta ligera semanal con pocas páginas. La mayoría de la gente no se molestaba en leerla, aunque era gratis. Las historias eran blandas y altamente censuradas por el gobierno.

Las manos de Nic temblaron, haciendo crujir las páginas mientras las pasaba. Estaba confiado en que era el mejor estudiante en Hammond, pero había muchas otras escuelas, con muchos otros estudiantes compitiendo por un lugar en Ransom.

Las clasificaciones de los exámenes cubrían las dos páginas centrales. Nic recorrió con sus ojos desde abajo hacia arriba de la lista hasta que encontró su nombre. Nic había trabajado duro y se preparó con mayor diligencia de la que cualquiera consideraría necesario. Necesitaba convertirse en uno de los primeros cuatro Also-Rans.

Él era el segundo. No de los Also-Rans, era el segundo de toda la lista. Dejó salir el aliento que había estado conteniendo. Número dos en todo el país, incluyendo los estudiantes de Ransom. No se esperaba eso.

Era un logro asombroso para el hijo de una sirvienta. Por todo el país, gente leía el periódico y se sorprendía de que el nombre de la escuela junto a su nombre no fuera Ransom. Cejas se alzaron en muchos rincones del país. Olas comenzaron a extenderse.

Era un gran alivio para Nic haber logrado su meta. Pero para él, su nombre no fue lo que llamó su atención sino el nombre encima del suyo, en el número uno. Delzina Laurentia Delcroix.

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