31 Capítulo 31: Esperanza y conflicto

Con un pequeño suspiró, Chris se removió en la cama sin poder evitarlo, el sueño escapándose debido a los pensamientos y dudas que abundaban en su mente sobre el alfa con el que se había reunido esa tarde.

El solo hecho de pensar en Adam Grayson como su padre lo hacía sentir incomodo, pero ya no tan enojado.

Luego de confrontar a Tristán y William Blake aquel día, había comprendido el otro Evan nunca había sabido la identidad de su padre alfa, había comprendido había vivido engañado, con un odio y rencor creciente hacia la injusticia de saber ese alfa nunca se había hecho responsable de él dejándolo vivir en la miseria, dejándolo al cuidado de un omega inestable, despreciándolo desde que era un niño, razón por la que había buscado confrontarlo, razón que al final lo había llevado a su muerte.

Al descubrir la identidad de su verdadero padre alfa, y sin poder evitarlo había dirigido hacia este parte de los sentimientos y rencores que había albergado hacia William Blake.

Sin embargo, los había intentado ignorar, después de todo en esta vida tenía a Evan.

Evan quien era lo único bueno en su vida, el único que le importaba y al único que quería proteger.

Pero ahora debido a Evan, Chris se veía en el dilema de convivir y conocer a ese alfa, teniendo que desenterrar esos sentimientos, el saber lo que sabía ahora solo hacia todo más complicado.

Adam Grayson no había sabido de su existencia en su otra vida, pero en esta al descubrirlo se había acercado queriendo conocerlo, lo había buscado más de una vez. Eso lo confundía, ya no podía solo ignorar esa confusión por lo que lo hacía sentir y pensar.

¿Si por alguna razón el otro Evan lo hubiera traído a la ciudad S, ese hombre también lo habría encontrado, queriendo lo mismo que ahora, ser parte de su vida? ¿Lo habría alejado de esa horrible vida? Realmente la respuestas a esas preguntas no importaban, ya no.

Saberlo no cambiaría nada, esa vida ya había sido vivida y perdida, todo lo malo había pasado y no tenía arreglo.

Además, ese alfa estaba relacionado con aquella maldita pareja, enemigo de ellos o no, necesitaba el trasfondo que había en su relación.

La forma en la que había sido concebido no le importaba, era algo concerniente al otro Evan y ese alfa, solo esperaba eso no le trajera problemas al actual Evan.

Adam Grayson era su padre, Chris esperaba ese alfa no se interesara de otra forma en Evan, el hombre había declarado eso abiertamente, pero no iba a confiarse, no sabiendo lo especial que era Evan.

Chris se volteó una vez más, obteniendo una vista de la espalda de Evan.

Poco después Evan también se movió, ambos quedando frente a frente bajo la colcha.

Debido a la ventana con cortinas en la pared tras Evan y la luz nocturna que se lograba filtrar, la oscuridad no eran tan densa como para que se perdiera su apacible expresión de ojos cerrados.

—Duerme, Chris —susurró, la somnolencia impregnando su voz.

Chris no respondió, tan solo lo observó.

En unos pocos meses Evan se había convertido en lo más precioso en su vida sin que se diera cuenta, y así como lo hacía sentir un inmenso cariño, también lo hacía sentir un inmenso miedo, miedo a perderlo si descubría su secreto.

—¿Piensas en tu padre? —preguntó Evan, sus ojos abiertos con párpados pesados, su voz aún con la misma somnolencia de antes.

Chris respiró profundamente el ligero aroma del omega que era capaz de percibir con su olfato aún en desarrollo, el aroma lo calmó e hizo sentir protegido deseando acercarse, siempre deseaba acercarse y aferrarse a él.

—¿Crees qué es un buen hombre? —preguntó cuando Evan había vuelto a cerrar sus ojos y su respiración se había vuelto suave, a pesar de eso sabía Evan no se había vuelto a dormir.

Sabía que el omega tenía dudas sobre Adam Grayson, por lo que no lo sorprendió el momento de silenciosa consideración antes de su respuesta, sus ojos abriéndose en medio de la oscuridad y calidez que los envolvía.

—No lo sé, quizás alguna vez lo fue, creo que quizás se este esforzando en serlo… debemos averiguarlo —respondió con voz suave.

«Si… debemos», pensó con somnolencia.

Hubo un toque cálido en su mejilla. Sin fuerzas para seguir poniendo resistencia, sin realmente querer hacerlo, Chris se acercó al pecho del otro, arrullado por su aroma y calidez, el sueño por fin llegó a él.

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Adam sirvió uno de los omelette con champiñones del sartén en los platos sobre la encimera de granito negro, los llevó a la barra de desayuno y se sentó haciéndose con uno de los dos bowl de fruta allí.

—Sabes que prefiero queso y espinacas —dijo su primo, sentándose tras servir el café.

—La estufa esta allí, Andrew —declaró, dejando el cuchillo y llevándose el tenedor a la boca.

—Lo aceptaré porque no sabias iba a venir.

—Nunca sé cuando vas a venir —murmuró poco después, su departamento era uno de los lugares donde Andrew prefería esconderse para evitar el trabajo, más ahora que su madre había vuelto a la empresa.

Recibió el azúcar luego de que el beta la usará.

—Bueno, la curiosidad me mataba. ¿Cómo fue conocer a tú hijo?

—Ya lo conocía —dijo, antes de beber de su taza.

—Adam… —se quejó—, vamos.

—Todo salió bien —contestó, dejando su café sobre la barra—. Por ahora se acordó que nos reuniremos semanalmente los domingos.

—¿Sólo tú y el niño?

—No —dijo, divertido por la sola idea de que ese omega desconfiado permitiera algo así—, Evan estará allí.

—¿Y…? —insistió.

—Charlamos.

Su primo lo miró con sequedad.

—Le lleve un obsequio, lo aceptó solo porque se vio obligado a hacerlo… Él no parece quererme cerca —compartió al saber Andrew no estaría en paz hasta que le dijera como había ido todo el encuentro.

Andrew tarareó pensativo.

—¿Crees que Clare le ha hablado mal de ti?

—No lo sé —confesó, el niño había parecido sincero al responderle cuando se lo preguntó, pero era un niño que podía ser manipulado, por más inteligente que pareciera, había demostrado ser como cualquier niño que lloraba cuando tenía miedo—. Chris es demasiado astuto para su edad y ha formado sus propias opiniones sobre mi.

—¿De verdad?

—Pero esperaría que dado mentí por él fuera un poco más receptivo hacia mi —masculló sin poder evitarlo.

—¿Disculpa?

—Nada —se llevó un pedazo de fruta a la boca y al pasar el bocado continuó—, Chris a veces no actúa como un niño de su edad.

Su hijo lo intrigaba, sin embargo no podía ubicar el porque, las emociones que sus ojos podían reflejar lo inquietaban.

—¿Quizás es por la forma en la que ha crecido… ?

—Quizás —decidió decir, aún debía averiguar eso. Todo el resentimiento de ese niño no podía originarse únicamente en su desprecio hacia la idea de que un alfa se acercará a su padre.

—¿Qué piensas de Clare? Descubrimos que parte de esa investigación era mentira, manipulada por su propia familia, pero realmente no sabes nada de él, solo conoces su pasado.

Adam aún tenía el problema de como hacerle saber a Evan Clare lo que había descubierto sobre su familia y averiguar si sabía lo que habían hecho. Se preguntaba si el omega era consciente de la cercanía de su primo y Tristán.

—Chris ama a su padre y Evan lo ha cuidado lo mejor que ha podido. Es bueno este con él.

Visitar el lugar donde vivían y presenciar de primera mano su relación solo se lo había confirmado. Evan era un buen padre.

—Si estas seguro, bien —dijo Andrew—, siempre debes buscar lo mejor para tu hijo.

Adam alzó una ceja, mirando al único soltero de la familia aparte de él.

—Es sentido común —masculló, metiéndose a la boca un cubo de melón.

Terminaron de almorzar en silencio, cada uno en sus pensamientos.

—¿Cuándo se lo dirás a mi tía? —preguntó su primo, mirándolo con seriedad.

Adam se llevó la taza a los labios.

—Chris cumple años el mismo día que mamá… —comentó en lugar de responder.

Con una mirada que transmitía no lo dejaría pasar, el beta le siguió la corriente.

—Si, el mismo día que tía Rose, lo decía en el archivo.

De esa investigación Adam solo había imprimido la foto de Chris, creyendo era innecesario leer la poca información recabada sobre un niño, también había pensado que no tenía sentido saber algo de su hijo dado no había planeado involucrarse en su vida.

Las circunstancias habían cambiado, ahora sería parte de la vida de Chris, pero la curiosidad que sentía hacia él no sería saciada leyendo un archivo sino tratándolo y siendo un buen padre, como su madre lo hubiera querido si estuviera presente.

Pensó en su receloso y desconfiado niño, su madre realmente habría adorado conocerlo y tirar abajo sus barreras.

—Volveré a la empresa primero, y si Evan y Chris están de acuerdo, le diré a mi madre sobre Chris.

Andrew lo miró con sorpresa y clara esperanza en sus ojos azules.

—¿Y cuándo sería eso?

—Julio… —Después del cumpleaños de su otra madre, sería un buen regalo para Lauren Grayson, darle lo que quería poco después de su cumpleaños—, si no es que ocurre algo antes, ¿podrás encargarte hasta entonces?

—Lo he estado haciendo los últimos cuatro años, Adam, así que si, puedo hacerlo unos meses más.

Adam dejó el banco con plato en mano.

—Bien. Sé que has odiado hacerlo, pero no había nadie mejor calificado que tú… —Andrew lo miró claramente conmovido—, tal vez tu hermana pero era demasiado joven.

Ante la broma, el beta lo miró con ojos parpadeantes, un segundo después se echó a reír sorprendido. Adam se encontró sonriendo brevemente, no recordaba la última vez que había hecho una broma fácil o hecho reír sinceramente a alguien, probablemente la última persona había sido su madre. Como todo en la omega, había amado su risa.

Y aunque al pensar en ella sintió esa inevitable melancolía y añoranza, al menos por ahora, la culpa no amenazó con consumirlo.

Se preguntó si en el futuro sería capaz de sacarle una sonrisa a Chris, tal vez a su arisco padre también.

—Al parecer ser padre te esta afectando, pero aún sigues con el horrendo sentido de humor de antaño —su primo también se puso de pie—. Lavaré los platos, tu hiciste la comida.

—Lo sé, solo estaba llevándolo al fregadero.

Andrew puso los ojos en blanco y se acercó con el resto de platos y cubiertos.

Adam decidió ir por su laptop, con el propósito de retomar la lectura del artículo sobre consejos para padres primerizos que había abierto ayer por la noche.