webnovel

Despertando como un personaje secundario en una novela BL

Evan se convirtió en un personaje insignificante en el mundo de una extraña novela de romance entre hombres. Fue considerado el villano, siendo humillado y rechazado. Evan solo quería vivir en paz para criar a su pequeño, esperando no toparse con ninguno de los personajes importantes de la historia. __________________________________________ Historia original y cliché. Omegaverse. Novela registrada en safecreative, no se permiten adaptaciones o plagios de ningún tipo.

Mari_Solez · LGBT+
Not enough ratings
35 Chs

Capítulo 2: Niño tímido y obediente

Entraron a un pequeño restaurante, Evan ignoró confundido las miradas despectivas que recibía en su camino.

También arrugó un poco la nariz ante la casi imperceptible mezcla de olores que le llegaron, no se había dado cuenta que al parecer ahora tenía una nariz un poco sensible, no creyó fuera importante por lo que simplemente decidió no pensar en eso.

Se preguntaba cuanto llevaban en ese motel y porque estaban ahí, era algo que necesitaba averiguar, pero antes de eso necesitaba ocuparse de algo más.

En su camino había revisado una vez más la cartera de Evan Clare, descubriendo que la cantidad de dinero que poseía era una suma ridícula, suficiente quizás para solventar gastos básicos durante dos días. Depositó a Chris en una de las mesas vacías, después se posiciono sobre una rodilla frente a él.

—Iré a buscarnos algo de comer, ¿hay algo que quieras en especial?

Chris bajo la cabeza y negó apresuradamente.

—Mmm, ¿quizás panqueques?

Eso pareció llamar la atención del niño, pero al segundo siguiente volvió a negar apresuradamente.

—¿Realmente no quieres?

—Papá... ¿papá tiene dinero? Papá se enoja conmigo cuando no tiene dinero...

—… Oh... Papá ya te dijo no se enojará mas.

—Pero...

—Esta bien, tengo dinero. Así que espera aquí mientras tanto, ¿esta bien?

Chris asintió, Evan se puso de pie, controlando la pena que sentía por la situación de ese niño. Se acercó a la barra y llamó a una mesera de mediana edad que al verlo suspiró y negó con la cabeza.

—Hola, Evan.

Mantuvo su confusión a raya. Se fijo en la etiqueta con su nombre.

—Hola... Trudy.

—Hoy no puedo ayudarte, cariño. El gerente esta aquí y algunas de las meseras ya hablaron con él, diciéndole que vienes por comida gratis, dijo que ya no podrá descontarme tus comidas de mi sueldo... Lo siento —susurró apenada.

Evan entendió enseguida, suspiró internamente.

—Yo… entiendo, pero… —miró a la mesa donde había dejado a Chris, la mesera siguió su mirada— ¿Hay algún trabajo qué pueda hacer para pagar la comida?

Trudy miró sorprendida al joven frente a ella, era la primera vez que se ofrecía a trabajar y pagar por su comida, sintió pena en su corazón al ver a padre e hijo, ella había estado dándole comida para llevar en los últimos días, no conocía muy bien su situación, pero sabía no era buena, la situación de Evan le recordaba a la de su hija y nieto hacia algunos años. Por ser lo que era las cosas eran doblemente difíciles para él.

—Iré a hablar con el gerente, espera aquí.

Evan sonrió agradecido.

Volvió a revisar la mesa donde se encontraba Chris, solo para descubrir el niño miraba fijamente la ventana, sin moverse. Frunció el ceño ante la expresión sin emociones que vio en su rostro.

Solo necesitaba verlo para sentir como su corazón se ablandaba un poco más, no solo por la lastima. Evan recordó su propia niñez antes del orfanato.

—Evan…

Trudy lo llamaba desde un pasillo junto a la cocina.

—He conseguido que el señor Santos te escuche, lo demás depende de ti.

Asintió y agradeció antes de caminar hacia una pequeña oficina al fondo, después de tocar y recibir permiso entró para encontrar a un hombre de mediana edad con actitud reprobatoria tras un escritorio.

—Así que eres tu, el pequeño sin vergüenza que ha estado abusando de la amabilidad de Trudy.

Evan sintió vergüenza, quizás no hubiera sido realmente él quien hubiera hecho eso, pero ahora debía aceptar la culpa y recibir el regaño, colocó un mechón del largo cabello rosa tras su oreja antes de suspirar.

—Lo lamento, en realidad tengo pensado recompensar a la señora Trudy en cuanto tenga la oportunidad.

—Mmm. —El gerente vio la sinceridad en los ojos del joven. Había escuchado las quejas de las meseras y cocineros sobre el chico, así que no podía deshacerse fácilmente de la imagen que se había hecho en su cabeza sobre él.

—Yo no tengo dinero, pero estoy dispuesto a pagar con trabajo la comida de hoy.

—Eres bastante atrevido.

—Tengo un hijo, no puedo dejar que el niño pase hambre.

—Ya veo… —suspiró abalndandose un poco—. Mira, solo puedo permitir que hagas eso hoy, lavaras los platos durante todo el día y recibirás las tres comidas, sin embargo no puedo ofrecer este mismo trato mañana o ningún otro día. Solo hago esto como favor hacia Trudy.

—Entiendo… ¿quizás me podría dar trabajo fijo?

—No es posible dado... No hay ninguna vacante disponible y tampoco tengo ninguna referencia tuya, ¿puedes ofrecer alguna?

—No. Acepto el trato anterior... ¿puede mi hijo quedarse en una de las mesas?

—Pones demasiadas condiciones —regañó—, puede quedarse en el cuarto de descanso, no quiero que los clientes lo vean, da demasiada pena.

Hizo una mueca, pero sabía era cierto. Su corazón punzo un poco recordando el pasado.

—Si, gracias.

—Entonces vete a la cocina y pide algo de comer antes de comenzar a trabajar. —Hizo un gesto de despedida con la mano—. Iré a revisar tu trabajo después.

—Gracias —repitió Evan.

Salió para buscar a Chris, pero no lo encontró en la mesa donde lo había dejado, en su lugar lo encontró cerca de la puerta mirando hacia afuera.

Algunos clientes le lanzaban miradas de lastima o molestia al niño descalzo y desaliñado. Evan se apresuró a levantarlo y pegarlo a su pecho.

—¿Chris?

El niño escondió el rostro en su hombro.

—Vi… algo afuera.

—Te dije que no caminaras descalzo, además no puedes ir por ahí, podrías perderte.

Acarició su espalda antes de caminar hacía el pasillo, ahí encontró a Trudy.

—¿Y? ¿Qué ocurrió? ¿El gerente acepto?

—Lo hizo, solo por hoy…

Trudy suspiró en entendimiento, el gerente ya se había formado una mala opinión de Evan, además realmente no era beneficioso para el restaurante hacer ese tipo de cosas.

—Sé que no debería ser exigente, pero… ¿puedo pedir unos panqueques para Chris?

La mujer sonrió comprensiva.

—Ya los he pedido. Vamos a acomodar al pequeño en el cuarto de descanso.

Evan la siguió sosteniendo a Chris, al llegar lo sentó frente a una pequeña mesa.

—Esperaras aquí mientras papá trabaja hoy, ¿esta bien?

El niño lo miró sorprendido, pero rápidamente asintió y bajó la mirada. ¿Qué decía de Evan Clare qué hasta su propio hijo se sorprendiera al escucharlo decir trabajaría?

—Mira lo que tengo aquí, pequeño —susurró Trudy, sosteniendo un delgado libro para colorear junto a una cajita de crayones.

Chris parpadeó, parecía no saber como reaccionar.

Evan la miró.

—Trudy eso…

—Oh, es un regalo que traje para el pequeño Chris, es bueno que hoy lo hayas traído, es dañino que se quede todo el día encerrado en esa habitación.

—Si —susurró conmovido.

Trudy era muy amable con Evan Clare, era lamentable él solo la hubiera usado para obtener comida gratis.

—Trudy… yo te pagaré… Conseguiré un trabajo y te pagaré, lo prometo.

La mujer mayor lo estudió sorprendida, entonces sonrió suavemente y se acercó para darle una suave palmada en el hombro.

—Esta bien. Hazlo cuando puedas, no te preocupes, no había estado esperando algo a cambio.

—Lo sé, pero debo hacerlo.

—Bueno —dijo Trudy mirándolo con aprobación, pensando que Evan por fin comenzaba a madurar, ya había notado seriedad en los ojos verdes, algo que no había estado presente antes—. Iré por su desayuno.

—Yo no… olvide decirte que yo ya he comido, solo será para Chris.

Trudy volvió a sonreír suavemente y negó.

—Evan, esta bien… recuerda que hoy trabajarás por ello.

Ella había visto a través de él.

—No quiero seguir abusando de ti.

Trudy suspiró.

—Evan, has crecido.

Después de decir aquello, la mujer se marchó.

Volvió su mirada a Chris solo para descubrir el niño lo había estado observando durante toda la conversación.

Se sentó del otro lado de la mesa, apoyó su barbilla en su palma y miró al niño.

—Chris… ¿sabes cuantos años tienes?

Chris levantó su pequeña mano para abrirla.

—Cinco.

—Wow, tan grande.

Chris bajó la cabeza, probablemente avergonzado ante el cumplido.

Al escuchar su edad entendió que la trama de la novela estaba completada desde hacia tiempo, probablemente los protagonistas ya estaban casados, viviendo su "felices para siempre".

Entonces, no tendría que toparse con ellos en el futuro.

—Chris, dime, ¿cuánto tiempo llevamos aquí?

El niño lo miró durante un largo momento antes de negar, su expresión llena de confusión.

—¿Y no sabes cómo llegamos aquí?

—No lo sé —dijo, sus ojitos llenos de miedo.

Evan se apresuró a tranquilizarlo, había sido tonto de su parte esperar que un niño de su edad supiera cosas como esas.

—Esta bien, Chris, eres un niño, es normal no lo sepas.

Culpable se puso de pie.

—Iré a ayudarle a Trudy, espera aquí.

—Si, papá.

Evan le sonrió dulcemente sin darse cuenta. Con cada momento que pasaba con él, Evan confirmaba Chris era un niño muy lindo y obediente, aunque lo último podía ser debido al miedo bajo al cual había estado viviendo, lo que era triste.

Incómodo, dudo un poco, al final decidió agacharse para depositar un beso sobre la cabeza del niño, esperando ser cariñoso.

—Vuelvo en seguida.

Al estar por fin completamente solo, el niño tímido y obediente desapareció, su expresión se volvió fría y algo calculadora.

Chris enderezó su espalda y miró la puerta por donde el hombre había salido.

—Ese hombre no es él —susurró, con confusión y sospecha.

Los ojos azul grisáceo estaban llenos de complicadas emociones, emociones que deberían ser ajenas para un niño de cinco años.

Realmente ocupada. Raro dado qué esta es solo una novela de transmigración yaoi, super cliché.

Mari_Solezcreators' thoughts