15 Capítulo 15: Hermoso

Evan permaneció sentado con los ojos cerrados, sintiendo el calor de la secadora en su cabello, sintiendo dedos pasar entre mechones que ya no deberían ser de un rosa feo y descolorido. Dado que tendría su primera entrevista de trabajo formal el día de mañana, había decidió mejorar su apariencia, también cortar el cabello de Chris, así que había entrado a una estética a primera hora, tras asegurarse el precio no era demasiado alto, se había dejado en manos del estilista.

Abrió sus ojos, buscando al niño. Chris estaba en los asientos de espera cerca de la entrada esperando su turno y por alguna razón parecía más expectante que el mismo Evan ante el resultado.

—Listo. Mira. Hice lo mejor que pude, tienes el cabello muy maltratado.

Regresó su mirada al espejo.

—Mantuve el largo que querías. Este es realmente tu color, te ves muy guapo.

Ahora su cabello era color castaño solo un poco más corto de lo que había tenido, el cabello seguía cubriendo su nuca. Evan se sintió un poco más como él mismo al mirarse así. Había tenido un corte parecido a ese durante la universidad, antes de cambiar por un estilo más serio al titularse y comenzar a buscar trabajo. El cambio le sentaba bien, Evan Clare había mantenido el cabello rosa y largo en un estado descuidado, olvidando retocar su color.

Mientras le arreglaban el cabello había logrado recordar una parte de la novela donde se mencionaba la razón del color de su cabello. Evan Clare había pintado su cabello de rosa para obtener la atención de la persona que amaba al intentar parecerse al protagonista, quien era pelirrojo. Teñirlo directamente de rojo solo habría generado más desagrado de parte de quien quería. Suponía que a pesar de que quien amaba hubiera salido de su vida, él seguía manteniendo el color rosa, pero parecía que por alguna razón en los últimos meses había dejado de retocar el color. Quizás se había dado por vencido al fin, quizás el que estuviera dispuesto a aceptar aquel trabajo hablaba de eso, de cuan deprimido y vencido estaba, de cuan poca importancia debía tener su apariencia, su vida para él en ese momento.

Evan no podía entender como alguien podía perderse tanto por otra persona, Evan Clare había tenido un hijo por el cual luchar, por el cual vivir aparte de por si mismo, pero no lo había hecho. Se había rendido.

Tuvo que recordarse entonces la edad de Evan Clare, pensándolo se dio cuenta sorprendido había tenido a Chris a una edad muy joven, a pesar de eso sus actos cometidos habían sido los de alguien cruel y malvado, así que no podía ser justificado.

Desde niño, Evan Clare había estado enamorado de su mejor amigo. William Blake y Evan Clare habían crecido juntos, sus familias habían sido cercanas, los padres de ambos grandes amigos. Habían crecido uno a la del otro, uno siempre presente en la vida del otro, un amor de infancia para Evan Clare, un amor no correspondido debido a la aparición del protagonista, o eso siempre había creído Clare, nunca había tenido una oportunidad con William Blake, recordaba haber leído este solo lo había visto como un hermano menor.

A Evan Clare le había desagradado el protagonista de inmediato, al igual que él, el protagonista también había sido solo un chico, pero a diferencia de Clare que provenía de una familia acomodada, el protagonista había sido un estudiante de bajos recursos que había obtenido una beca para estudiar en uno de los mejores colegios del país, rodeado de chicos snob, mimados y mezquinos que lo habían vuelto un objetivo por el simple hecho de ser de un estatus social diferente, probablemente también por ser un omega. El lindo protagonista, valiente y honesto, aunque vulnerable, se había mantenido fuerte, con sus mismos ideales a pesar del acoso, obteniendo así la atención de William y por consecuencia el odio de Evan Clare.

El estilista limpió los retos de cabello en su cuello y hombros, continuó mirándose en el espejo.

Evan Clare había sido un chico que no se había dado cuenta que su amor se había convertido en obsesión. Sus actos habían sido ciertamente horribles para alguien de su edad, su acoso al protagonista había ido demasiado lejos obteniendo como resultado el rechazo de sus familiares y amigos.

Sin embargo, a Evan le hubiera gustado conocer los pensamientos de Evan Clare al hacer todo eso, le hubiera gustado leer su punto de vista en la novela e intentar comprender de donde venía el profundo y loco amor que sentía. Evan también había amado una vez, también un amor no correspondido por su mejor amigo, una parte de él no podía evitar preguntarse, ¿podría haber terminado como Evan Clare si no se hubiera dado por vencido con Will? No lo creía, había tenido la fuerza para apartarse cuando quedo claro su amigo jamás le correspondería, entendía el dolor que podría haber sentido Evan Clare, pero no entendía como eso lo había llevado a arruinar su vida. No tenía sentido para Evan.

Al final, Evan Clare solo había sido el primer obstáculo que enfrentar para la pareja protagonista, un pequeño antagonista que ni siquiera podía servir como punto de comparación para el verdadero villano de la novela.

—Al pequeño parece gustarle la nueva imagen de su papá —comentó el estilista, divertido.

A través del espejo su mirada se desvío hacia Chris una vez más, quien lo miraba fijamente.

—¿Es así? —preguntó, genuinamente curioso, dejando la silla.

—Te ves bien —admitió Chris, desviando la mirada.

—Me alegra que te guste —confesó, mirándolo con una pequeña sonrisa.

—Es tu turno, pequeño —dijo el estilista, palmeando la silla.

Evan se sentó en la zona de espera y procedió a mirar como trabajaban en el cabello de Chris, su color ahora muy parecido al del niño.

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Durante el camino la mirada de Chris se veía atraída al hombre sin que pudiera evitarlo. Asimilaba su nueva imagen, aunque no había realmente novedad en él, sabía ese era el color original de su padre, aun así, por alguna razón sintió sus mejillas calentarse mientras lo veía.

Objetivamente siempre había estado al tanto de la buena apariencia de su padre, su padre había sido atractivo, o lo había sido antes de caer por completo en sus adicciones, ahora, con ese Evan, pensaba igual, aunque había una suavidad en su mirada que su padre nunca había poseído. El Evan que caminaba a su lado se veía como una persona honesta y gentil, cuerdo y saludable, como siempre creyó que se debería ver un padre omega. Como siempre deseo que se viera su padre.

El omega había recogido la parte superior de su cabello en un moño aparentemente desaliñado que a sus ojos solo lo hacía ver hermoso.

«Los alfas pulularan como moscas», pensó entonces, frunciendo el ceño.

Ante el toque del omega en su cabello, se relajó sin darse cuenta siquiera había estado tenso.

—¿Qué sucede? —preguntó Evan.

Le causaba conflicto, pero también lo alegraba y aliviaba cuan diferente parecía ser el hombre frente a él a su padre.

—Nada.

El omega no insistió.

—Mañana te llevaré conmigo, Matt o Elena te cuidarán.

Dejó salir un sonido de acuerdo mientras veía la sutil esperanza en el rostro de Evan.

Regresó la mirada al frente, solo para encontrar a un hombre delgado de cabello castaño que usaba un traje azul en la entrada de la casa de acogida, al verlos el hombre comenzó a acercarse a ellos.

Al reconocerlo, Chris frunció el ceño al mismo tiempo que un intento de gruñido escapaba de su garganta.

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