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CLUE: SERENDIPIA

Imagina tener todo lo que te hace feliz... Una madre amorosa, amigos que te apoyan y cuidan, vecinos que te tratan con amabilidad. Es una vida de ensueño que la mayoría puede envidiar, ¿cierto?... Pero, ¿Qué pasaría si un día tu madre decide presentarte a tu padre después de 18 años?. Ella se encuentra emocionada y no puedes negarte, rumbo a la reunión con aquel hombre algo golpea su auto y en cuestión de unas horas pierdes a la única persona que estuvo a tu lado y que puedes llamar "familia". Quedas sola con una biblioteca que atender y al cuidado de los padres de tu mejor amiga. Conforme vas creciendo tu vida se vuelve rutinaria y algo aburrida, estas limitada a hacer cosas porque puede que aquellas personas que dañaron a tu madre regresen por ti. Todo te resulta monótono... O por lo menos así es hasta que le conoces a él, pero para poder ser feliz y proteger a tus seres queridos deberás descubrir que hay detrás del pasado de tu madre. Esta es la historia de Sasha Aráoz, ¿Estas listo para conocerla?

GMML · Urban
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303 Chs

Hablemos Parte I

--- Louis ---

Una vez que llegamos al auto ella buscó mi saco y me ayudó a ponerme lo mientras me secaba con algunos pañuelos. El chófer encendió la calefacción y nos llevo a nuestro siguiente destino.

- Espérame aquí, voy por un paraguas.- Dijo Sasha al llegar justo al frente de la puerta de su casa.

- No es necesario.- Insistí pero ella salió casi inmediatamente corriendo del auto, pude ver cómo encendía algunas luces.

Recordé que había un regalo que le iba a dar entre las bolsas que traía, y no quería que lo viera, así que después de darle unas breves instrucciones a el chófer para que regresar en cuanto le mandara mensaje salí del auto y fui a recoger todas las cosas del maletero.

- Te dije que me esperaras.- Ella me cubrió con el paraguas e intento ayudarme con las bolsas, sin embargo me negué y con un puchero bastante tierno entramos a la casa, coloque las bolsas en la mesa mientras ella colocaba el paraguas en la entrada y buscaba unas toallas en la habitación de lavado.

- Agacharte un poco.- Dijo poniéndose de cuclillas, le hice caso y no tardó mucho en colocarme una toalla como si fuera capa para posteriormente secarme el cabello con otra.

Estábamos muy cerca podía ver con claridad el lunar que tenía a un lado del ojo en forma de luna, sus pecas eran simplemente bellas y sus labios tenían un leve color rojo carmesí, todo resultaba muy tentador, una pequeña gota de agua bajo por su frente llegando hasta una de sus mejillas, levanté mi mano y la limpié.

- Estas helado.- Tomó mi mano con la suya intentando calentarle. -Vas a enfermarte si no te das un baño caliente.- Entrelazó sus dedos con los míos y me llevó a la segunda planta de la casa. Miré a mi alrededor y veía que habían algunas plantas artificiales y estatuillas como decoración. -Puede que esté algo desordenado...- Dijo deteniéndose frente a una puerta en donde había un letrero con su nombre.

- No te preocupes.- Dije tragando saliva mientras ella abría la puerta, la habitación estaba oscura hasta que encendió las luces. Las paredes eran blancas con algunos detalles en colores llamativos, su cama era algo grande y sobre ella estaban algunos almohadones con peluches. El escritorio estaba ordenado y tenía una que otra hoja regada pero nada fuera de lo normal.

- Puedes tomar una ducha ahí.- Me llevó hasta el baño que tenía su habitación mostrándome el lugar.

- Pero no tengo ropa.- Dije viéndome mi traje empapado.

- La última ves que viniste me sentí mal por darte ropa inapropiada, así que... - Agachó la mirada avergonzada rascándose el brazo. - Un día estaba haciendo compras en línea y vi ropa que se podría ver bien en ti...-

- ¿Me compraste ropa?.- En mi interior estaba feliz de escucharle pero intente no mostrarlo.

- Si... por si volvías.- Su rostro enrojeció por completo causando que casi me diera un infarto por exceso de ternura, le abracé por la cintura con fuerza.

- Para ser sincero, también te compré ropa... La última vez que fuiste tuviste que usar ropa de mi hermana.- Ambos nos miramos sorprendidos por qué habíamos hecho lo mismo.

- Somos muy raros.- Dijo riéndose mientras me abrazaba y encargaba su cabeza sobre mi pecho.

- Es mejor que ser normales.- Susurré recargando mi mejilla en su cabello.

- ¡Achís!.- Estornudo haciendo que me diera cuenta que estaba siendo desconsiderado por acercarla tanto a mi estando mojado. - En el baño hay un mueble con toallas, te dejaré la ropa que compré sobre la cama mientras que yo me voy a cambiar.- Asentí obedientemente y entré al baño.

- No vayas a ver nada de lo que traje.- Dije asomándome por la puerta.

- No lo haré.- Levantó las manos como signo de rendición.

Entre a la ducha y comencé a dejar que el agua caliente cayera sobre mi cuerpo, busque algo de shampoo y vi que ella usaba uno de frutos rojos, lo usé y el olor era exactamente el de ella. Estaba feliz de estar a su lado, mientras me enjabonaba recordé lo que Sebastián me dijo una vez que Sasha se fue de mi casa con sus amigos hace unos días.

"Si la quieres debes tomar en cuenta sus sentimientos, no puedes tratrale como si fuera tu pareja sin que ella lo tenga claro que lo son... pídele de manera adecuada que salga contigo"

El agua caía en lo que yo estaba perdido en mis pensamientos.

- Estaré abajo haciendo algo para beber.- Dijo Sasha a lo lejos haciendo que volviera a mis sentidos.

Terminé de ducharme y me sequé con las toallas, enredé una alrededor de mi cintura y salí del baño secandome el cabello con otra. En la cama estaba un conjunto gris deportivo en una bolsa. La tomé y comencé a observarlo detenidamente, era exactamente el estilo que usaba cuando estaba en casa, ella tenía buenos gustos. Extendí todo sobre la cama y sacudí la bolsa haciendo que cayeran unos calzoncillos del mismo color. "¿Ella también lo eligió?" pensé mostrando una sonrisa.

Me cambié rápidamente, me puse unas pantuflas que ella me había dejado y bajé al primer piso en donde estaba ella sirviendo té.

- Se supone que él que iba a hacer las cosas era yo.- Me recargue en la pared viendo como me miraba con atención, yo hice lo mismo puesto que llevaba una sudadera extra grande con unos shorts cortos, mi garganta se secó.

- Sabía que te quedaría bien.- Dijo orgullosa de su elección. Caminé hasta ella y le abracé por la espalda rodeando su cintura.

- ¿Quieres saber que otra cosa se ve bien?.- Susurré en su oído sintiendo cómo se congelaba en mis brazos.

- Eh...- Apretó su agarré en la manija de la tetera.

- Tú... Te ves hermosa, siempre lo haces.- Besé su mejilla liberandole y rodeando la isla, ese había sido un contacto demasiado cercano y no podía seguir el paso de mis propias acciones.

- Toma.- Ella extendió la taza hacia mí y la tomé entre mis manos bebiendo el té.

- Es hora de que haga lo mío.- Dije mirando la hora y levantándome mientras sacaba los ingredientes de la cena.

- ¿En serio lo harás solo?.- Ella se veía algo apenada por hacerme cocinar.

- ¿Quieres hacerlo juntos?.- Le miré lavando las verduras.

- Si, quiero ayudarte.- Una sonrisa se dibujó en su rostro, accedí y ella inmediatamente se hizo un moño para recoger su cabellera dejándome a la vista su hermoso rostro.