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Que Viva el Rey

[General]

El tiempo pasó rápidamente para AKI, paso parte de su tiempo tratando de terminar los Jutsus que había creado.

El más llamativo de ellos para crear clones permanentes, alimentados por la energía yin-yang, fue el más exitoso.

Pero no pudo llegar realmente a su objetivo, los clones tenían un alto grado de independencia, podían alejarse grandes cantidades y al morir transferir la información.

Era una excelente herramienta de exploración, pero las grandes cantidades de energía yin-yang necesarios lo hacían exclusivo para los usuarios de del Kekkei Genkai.

Aun así los clones tenían una duración máxima de 24 horas, con esos clones se podían multiplicar los números del clan en caso de ser necesario.

Lo malo es que no tendrían grandes capacidades de curación como la de los usuarios regulares de Kekkei Genkai.

El resto de los proyectos no tuvieron el éxito deseado, por su nivel de fuijinjutsu que era bastante bajo, su idea más prometedora de producir pergaminos con sellos que contuviera chakra de yin-yang, no logro los objetivos deseados.

Y no quería usar el sistema para ayudarlo, más que todo por una razón en específica.

Durante los años AKI, adquirió artículos variados del sistema, como técnicas médicas, libros, conocimientos y oro.

De allí también obtuvo el Kekkei Genkai para su clan, pero después de algunas adquisiciones más, se dio cuenta de que el sistema empezaba a alzar los precios muy por encima de su valor inicial.

Era a propósito, el sistema multiplicaba el valor de los artículos en su tienda después de cada nueva adquisición, al parecer su labor no era hacer el usuario un monstruo.

Si no más bien ayudarlo en momentos de necesidad, que claramente no era el caso de Aki, su poder estaba fácilmente entre los más importantes ninjas de la época.

El sistema ya no creía que necesitara muchas más facilidades para poder continuar con su vida.

Pero para Aki no era totalmente cierto, había un uso más que deseaba darle a la tienda, pronto usaría la opción de reencarnación, que no tenía mucha información sobre la época en la que renacería.

Por lo que tenía que salvaguardar durante varias generaciones al clan sin estar el presente, después de pensar en mil artículos para esa función, decidió que la mejor opción no era un arma de poderes cataclismos.

La mejor opción era cuidar de que a la cabeza del clan siempre hubiera una persona con la suficiente capacidad para tomar las mejores decisiones.

Para ello, cuando muriera, dejaría su arma la espada del Dios Takemikazuchi, con una función para probar a los supuestos herederos al clan.

De esta forma había dejado instrucciones para que al morir ocho usuarios del Kekkei Genkai se reunieran alrededor de la espada, para elegir al siguiente heredero.

Todos entrarían en una ilusión para ver si tienen la inteligencia, la astucia, la fuerza y el amor suficiente, para liderar al clan con valor.

No había dudas de que Katsuro sería elegido en esta sucesión, tenía todo lo que se necesitaba.

Eran los siguientes herederos hasta su reencarnación los que preocupaban a Aki, con esto aseguraría un fuerte liderazgo, ya que nadie podría discutir la elección de un arma entre comillas sagrada dentro del clan.

La progenitura no era una razón válida para tener derechos de sucesión, para Aki, no siempre el mayor sería el mejor candidato.

Tampoco creía que los padres fueran los suficientemente objetivos para diferenciar el carácter de sus hijos, su cercanía los haría ciego a ciertos detalles que serían importantes para el bien del clan.

Así se estableció el ritual de sucesión de los ocho, un ritual que era igual a ley de los dioses, pues en ella el Dios Takemikazuchi decidiría quien era la persona lo suficientemente digno para portar su arma y liderar al clan.

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Conforme fueron pasando los años y la fecha límite se acercaba cada vez más, Aki fe empujado a celebrar reuniones planeadas por Katsuro.

Ahora se encontraba en su estudio recordando los sucesos de unos minutos atrás, Katsuro, había traído a Akihiro, su nieto para celebrar su fiesta de cumpleaños, era un gran niño.

También vinieron el resto de sus nietos e hijos, estaba bastante feliz, esta vida había sido espectacular.

Aki: "Sistema cuanto tiempo queda en el contador"

[El contador se encuentra en once meses y catorce días]

El tiempo pasó repentinamente veloz, y aún pensaba que había cosas por hacer, pero ya había hecho todo lo posible.

Toc Toc.

La puerta de su estudio sonó y la puerta se abrió unos instantes después.

Katsuro: "Padre"

Saludo con una reverencia a Aki.

Aki: "Que raro que estés por aquí, ¿Akihiro ya se fue a dormir?"

Pregunto Aki mientras terminaba de cerrar una carta que había escrito hace no pocos minutos atrás.

Katsuro: "La verdad es que tenía la intención de ir a dormir, pero tuve la extraña necesidad de venir"

La revelación sorprendió ligeramente a Aki.

Aki: "Entiendo, ¿tenías tal vez alguna pregunta qué hacerme?"

Katsuro no respondió inmediatamente, estaba reflexionando un poco lo que diría.

Katsuro: "Tal vez si, pero estoy inseguro de saber la respuesta"

Una ligera sonrisa se mostró en la cara de Aki.

Aki: "Qué curioso, uno pensaría que a ti te gustaría tener toda la información posible, sin importar su naturaleza"

Su hijo seguía estando serio, aunque intento hacerle sonreír con su última frase irónica

Pero sabía a qué pregunta se refería, la carta que Aki cerro hace unos momentos, contenía los últimos deseos para su familia, a decir verdad, durante los últimos días se encargó de escribir una carta para cada uno de ellos.

No deseaba vivir estos últimos meses contando día a día, hora por hora, hacer eso terminaría por volverlo verdaderamente loco.

En cambio, decidió que en el momento, que sintiera que era hora de irse, lo haría y esa noche, después de pasar tiempo con su familia, reflexionó que ya era momento.

Aki siguió mirando a su hijo detenidamente, su presencia inesperada no había hecho más que confirmar su elección.

Aki: "Sé cuál es tu pregunta"

Katsuro mostró cierta tristeza en el rostro.

Aki: "Serás un gran patriarca hijo, no lo digo por ser tu padre, sino porque soy el patriarca, y si no hubiera hecho lo posible para crear un heredero digno hubiera demostrado mi incompetencia, pero también has sido un gran hijo".

Al terminar Aki se levantó del cojín donde estaba, por respeto Katsuro hizo lo mismo.

Se dirigió a la estantería donde colgaba su armadura y de allí cogió la banda blanca que uso desde el día en que su tío Raiko falleció en batalla y fue obligado a tomar el mando del clan.

Aki: "Mi cuerpo ha llegado a su límite, de aquí en adelante no podré liderar al clan, esta banda es muy preciada para mí."

Se acercó a Katsuro y con su ayuda la puso a la altura del hombre donde normalmente se pondría con la armadura puesta.

Aki: "Desde aquí en adelante te entrego la carga que mi padre me otorgo, liderar al clan y su destino".

Katsuro no pudo aguantar la tristeza, su expresión estoica se rompió, algunas lágrimas se derramaron por sus mejillas, pero era un ninja y aunque las emociones lo dominaron no debía dejarse llevar.

Aki, había sido para él un padre atento y comprensivo, una rareza en estos tiempos tan violentos, se convirtió en un compañero, un amigo, un ejemplo a seguir.

Katsuro termino por abrazar a Aki, quien ya se encontraba frente a él, era triste despedirse de esa forma y no poder evitar que la persona querida se fuera.

Katsuro: "Te extrañaré padre, y juro por mi vida, que antes se extinguirá mi vida, que ver el clan disminuido a cenizas".

Katsuro no estaba dispuesto a separarse de su padre esa noche, y Aki lo comprendía, por lo que la discusión se alargó muchas horas.

Hasta que Aki, haciendo por penúltima vez del sistema, hizo caer en sueño a Katsuro.

Aki: "Descansa, hijo, que cuando salga el sol el clan tendrá un nuevo brillo para guiarlos"

Su hijo cayó lentamente sobre la mesa, los parpados le pesaban y ya no pudo mantener los ojos abiertos.

El patriarca del clan Aki, sintió entonces que su trabajo en esta era se había cumplido, uso un pergamino sobre la mesa, para escribir unos cuantos garabatos sobre la mesa.

Aki: "Sistema creo que ya estamos listos"

[El anfitrión desea utilizar la opción de reencarnación]

Aki: "Hagámoslo"

[Utilizando, 3,2 ,1..]

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Cuando las primeras luces de la mañana salieron y alumbraron la tierra, Katsuro despertó con una necesidad apremiante.

Un poco desorbitado no recordaba el momento en que se había dormido, al abrir los ojos y analizar por unos momentos la escena recordó todo lo sucedido la noche anterior.

Y levanto la vista, para ver a su padre, él se encontraba sentado, con los ojos cerrados, como si estuviera meditando, pero él sabía que eso no era cierto.

Era un ninja, renacía a simple vista la palidez de la cara y de los labios, pero solo para comprobarlo, estiro temblorosamente su mano hasta el cuello de su padre, solo para confirmar lo peor.

El patriarca había muerto.

Aguantando la pena vio un pergamino en la mesa, que no recordaba ver en la noche y lo tomo y al abrir leyó.

"Ah muerto el Rey, que viva el Rey"

Katsuro entendió la frase y sabía a qué se refería su padre, se había vuelto el pilar del clan ahora y no había espacio para debilidades.

Katsuro: "Que viva el rey"

Dijo por última vez mirando a su padre, antes de avisar a los sirvientes de la casa que dieran la noticia.

Ese día el clan entro en un profundo luto, el más grande de sus patriarcas fallecía a la edad de cincuenta años, dejando un clan fuerte y poderoso para hacer frente a los problemas.

Todos los aliados y clanes menores vinieron a presentar sus respetos, a quien sin duda fue el encargado de la refundación del clan Kurokawa.

Durante un mes entero el consejo con Katsuro a la cabeza lideraron el clan, hasta que realizo el ritual de sucesión de los ocho, y como era de esperarse, Katsuro recibio la bendición del Dios Takemikazuchi, y pudo desenfundar la espada.

Ejerciendo en pleno derecho como patriarca del clan.

tal vez no debí escuchar Timeless Tale - Piotr Musial mientras escribía el capítulo

Luna1995creators' thoughts
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