1 Segunda oportunidad

Sosteniendo una espada desgastada en su mano derecha, un joven con el rostro ensangrentado tenia su mirada en el cielo, su armadura se encontraba llena de grietas, resultado de luchar dos días seguidos sin tomar un segundo de descanso.

—Mátenlo!!!— grito un caballero con su piel llenas de escamas, sin perder tiempo arrojo la lanza en sus manos contra el joven, logrando cortar parte de su rostro.

—Por el Emperador, maten al asesino— un segundo caballero llego al lugar, sacando la espada que colgaba en su cintura apuñalo el cuerpo del joven, creando una herida mortal en su pecho.

Sin darle importancia a los ataques que su cuerpo recibía, el joven se mantuvo tranquilo en su interior, su venganza había sido completada "me pregunto qué dirían si supiera todo lo que hice, se enojarían conmigo" entre sus pensamientos, la imagen de su familia floto en el aire, la culpa de no poder protegerlas nunca abandono su mente.

—Maldita criatura, como te atreviste a matar a los hijos del emperador— uno de los guerreros puso su espada en el cuello del joven —solo la muerte le espera a todos los de tu raza— agrego, sus ojos afilados no dudaron cuando el frio metal atravesó la piel, llevándose el último aliento del joven.

Mientras la vida del joven se esparcía por el aire, un hilo de pensamiento se mantuvo persistente en el lugar, provocando que el entorno se volviera frio como el invierno "Leina, ¿ya puedo descansar?" se preguntó el joven antes de que su conciencia se desvaneciera.

Como el ultimo guerrero libre de la raza humana, Jin lucho durante diez años contra los asesinos de su raza, su madre y sus hermanas fueron asesinadas salvajemente por los hombres-lagarto, sus compañeros, sus amigos, incluso sus enemigos, todas las vidas fueron tomadas por ellos.

Durante los diez años en solitario, él se infiltro en la capital del imperio Valiro, asesinando a todos los implicados en la muerte de sus seres queridos, siendo los últimos los hijos del emperador, las criaturas mas sanguinarias que Jin conoció en toda su vida.

Con la muerte de los hijos del emperador, Jin perdió toda las fuerzas para seguir viviendo, ya no quedaba nada en el mundo que le recordara su antigua vida, incluso el odio que sentía por la raza de hombres-lagarto se esfumó entre sus recuerdos.

Horas después…

"No pensaba que estar muerto se sintiera así, incluso este aroma me resulta familiar"

—Ni…— "una palabra sencilla pero a la vez tan dolorosa, quien es la que lo dice…"

"Que es esa voz, porque me es tan familiar, si tan solo pudiera ver…"

—Leina onee-chan, onii-chan no se quiere levantar— escuchando un grito en sus oídos, Jin sintió como alguien se subía sobre su cuerpo, por un momento sintió que era normal tener recuerdos con su familia reconociendo el aroma familiar, pero cuando las pequeñas manos invasoras pellizcaron su cuerpo sus ojos se abrieron de golpe.

—Lisa eres tú!— alzando la voz, Jin se sintió confundido y a la vez feliz por lo que veían sus ojos, sin darle tiempo a reaccionar a la pequeña, extendió sus dos brazos y rodeo el cuerpo de su hermana lleno de felicidad por volverla a ver.

El dolor de diez años en soledad genero un estrés profundo en el cuerpo de Jin, sintiendo irreal el poder ver otra vez a un miembro de su familia, por un momento pensó que no era tan malo estar muerto, al menos ya no estaría solo.

—Onii-chan, Leina onee-chan dice que bajes a desayunar— dijo con una sonrisa la joven, ella extrañaba como su hermano la trataba antes de que el comenzara a trabajar.

—¿Leina también está aquí?— mirando en dirección de la puerta de la habitación, una joven de 17 años, con un delantal sobre su uniforme escolar, sostenía un cucharon en forma amenazante.

—Hmm! Que crees que le haces a la pequeña Lisa tan temprano, es mejor que la sueltes y bajes a desayunar— acercándose a la cama, Leina tomo la mano de Lisa y la arrastro hacia el comedor, dejando a un estupefacto Jin sentado sobre la cama.

En un inicio, al ver el rostro joven de su hermana Jin trato de levantarse y darle un fuerte abrazo, pero al encontrarse con la fría mirada en su rostro sabia que no era una buena decisión, su salud alimenticia estaría en riesgo si él lo hacía.

"12 de julio"

—Como puede estar pasando esto— revisando la fecha en el reloj sobre uno de los muebles, la mente de Jin se sintió complicada y feliz al mismo tiempo, si entendía bien lo que pasaba tenía una oportunidad de cambiar las cosas, el había regresado una semana antes que todo el mundo se volviera al caos.

Luego de cambiarse de ropa, bajo por las escaleras hasta llegar al comedor, su casa era exactamente igual como la recordaba, provocando que un nudo apareciera en su garganta.

—Que haces ahí parado, desayuna antes de que llegues tarde al trabajo— gruño la joven con el pelo castaño tomado en una larga cola de caballo —Lisa, deja los platos en el fregadero y toma tu mochila, el bus llegara pronto—

Mirando como sus hermanas se llevaban bien, en su interior Jin recobro la fuerza para protegerlas a toda costa del peligro que se avecinaba, no podía permitirse perderlas por segunda vez.

—Leina, tu comida es tan deliciosa como siempre— luego de limpiar los platos, Jin sintió su cuerpo renovado a un nivel que nunca imagino, el estaba harto de comer la comida insípida de la capital imperial, comparado con eso, la comida de Leina estaba al nivel de la divinidad.

—Nii-san, no debes llegar tarde al trabajo otra vez, puedes perder el trabajo que tanto te tomo conseguir— poniéndose sus zapatos en la entrada, Leina escondió su rostro enrojecido de la vista de Jin, sentía que el era muy diferente al día anterior, incluso sus palabras provocaban que ella se sintiera débil en su interior.

Mirando a su pequeña hermana, una sonrisa profunda apareció en su rostro diciendo una palabra que sacudió los cimientos de la casa.

—Renunciare!—

—Que!!! Como que renunciaras— dejando a un lado sus zapatos, Leina regreso a la casa y tomo el cuerpo de Jin buscando una respuesta, el aura en su espalda congelo toda la casa, provocando que Jin dudara si estaba frente a su hermana o uno de los guerreros más poderosos de Valiro.

—Leina, tengo una buena explicación para esto, solo dame un momento— sacudiendo una de sus cejas, Jin sintió que debía pensar bien que palabras iba a decir.

Si decía "Leina, sabes, vine del futuro y pronto el mundo como lo conocemos desaparecerá" sentenciaría su propia muerte antes de que todo comenzará.

—Y?— Leina miro con recelo a Jin —que tienes que decir— agrego, viendo como el tiempo pasaba y él no decía una palabra.

—Esto…me puedes dar algo de tiempo, en verdad tengo una buena explicación— dijo Jin evitando que las manos de su hermana llegaran a su cuello, era peligroso para su vida que ella avanzara un poco más.

—Leina, ¿estás en casa?— la voz de dos jóvenes se escucho afuera de la casa, eran Sarah y Nanami, las amigas de Leina que todos los días la venían a buscar, Jin tuvo poco contacto con ellas, pero por las palabras de su hermana, sabia que ellas eran buenas amigas.

"Debería avisarles a ellas también?" pensó en su interior, el no sabia que paso con ellas cuando todo el mundo cambio.

—Ya voy, espérenme!— Leina soltó el cuerpo de Jin y se dirigió a la entrada —esperare esa explicación cuando regrese— dijo terminándose de arreglar sus zapatos, cerrando la puerta con fuerza.

"Rin, rin"

Antes que Jin decidiera ir a su trabajo, el teléfono de la sala sonó con su distintivo tono.

Al revisar el numero en la pantalla del teléfono, su mirada se volvió nostálgica al encontrar el nombre de su madre, Kamisato Shizu, la primera mujer en partir de su vida anterior.

—Hola madre, tengo algo importante que decirte, cuando regresaras a casa— Kamisato Shizu trabajaba para una empresa de publicidad, siendo la delegada de viajar por las ciudades de Japón junto a su grupo de trabajo. Era común que ella dejara la casa por una semana, llegando a más tiempo de acuerdo con la importancia del contrato.

—Jin, porque se te escucha preocupado, ¿paso algo en casa? Si es por Leina, ya sabes que ella te quiere mucho, no debes preocuparte de lo que pueda hacer— escuchando la voz de su madre, Jin sintió como su mente se calmaba, ella era la única a quien podría darle un poco de la información que tenía, su capacidad de comprender las cosas siempre lo sorprendió.

—No es nada de eso, Leina es una buena chica, lo que tengo que decirte es algo que debemos hablar en persona— Jin trato de no decir demasiado, sabia como podrían reaccionar las personas al saber lo que pasaría en una semana, incluso cuando se hizo pública su habilidad las personas trataron de utilizar a su familia para controlarlo.

—Esta bien hijo, aun me quedan dos días mas en Nagano, cuando regrese me dirás que es eso tan importante, por cierto ¿Cómo va tu trabajo, lo estás haciendo bien?—

Cubriendo la frente con su mano libre, Jin sintió que cometió un error grave en sus decisiones, una cosa era la personalidad de su hermana menor, pero si pensaba que era más peligroso, eso era encontrarse de frente con su madre furiosa tomando lo que sea que este a su alcance.

Apretando su puño izquierdo, Jin se armó de valor y continuo —Madre, renunciare a mi trabajo, estaba a punto de ir a la empresa a presentar mi renuncia—

"Ya lo dije, solo espero que ella no se enoje" pensó, los segundos pasaron y no salió ningún sonido del otro lado del teléfono, luego los segundos se transformaron en minutos, provocando que una gota de sudor cayera de la frente de Jin.

¡Bum!

De repente, un golpe se escucho del otro lado del teléfono, parecía estar bastante lejos por el eco que producía.

—Jin, paso algo en mi trabajo y regresare hoy a la casa, mis compañeros decidieron dejarme descansar algunos días— detrás de la llamada, las voces de varias personas se mantenían diciendo palabras irreconocibles para Jin, pero cuando su madre volvió a hablar, todas ellas quedaron en silencio —Espero con ansias la conversación que tendremos esta noche, cuídate— termino de hablar cortando la llamada.

Luego de colgar el teléfono, la mirada de Jin se volvió borrosa, había provocado su desgracia él solo, dos de las mujeres mas poderosas en su vida tomarían su vida si el no se explicaba bien.

—Es mejor partir pronto, no importa lo que pase esta noche, es mejor tener preparada una buena explicación— tomando las llaves de la casa, Jin salió vistiendo su cazadora preferida.

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Onii-chan - Onee-chan: forma infantil de los niños para referirse a sus hermanos mayores.

Nii-san: forma un poco informal para referirse a su hermano mayor.

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